Lo que todo padre debe saber sobre Pfizer – por Michelle Malkin
El director general de Pfizer (capitalización bursátil: 240.500 millones de dólares) es Albert Bourla (paquete de compensación en 2020: 21 millones de dólares). Bourla y sus colegas quieren que tus hijos empiecen a recibir la vacuna COVID de su empresa antes de Thanksgiving (el Día de Acción de Gracias, 25 de noviembre de 2021). Triunfante después de que el gobierno de Biden aprobara la semana pasada las vacunas de refuerzo COVID de Pfizer (ventas mundiales estimadas: 26.000 millones de dólares), la empresa está promocionando los resultados de un estudio (preliminar y no revisado por pares), que supuestamente muestran una respuesta de anticuerpos “sólida” y resultados de seguridad “favorables” para los niños de 5 a 11 años que recibieron una combinación de dos dosis en los ensayos clínicos.
Ahora, aquí hay algunos hechos que todas las mamás y los papás deben saber sobre Pfizer antes de permitir que sus jóvenes hijas[1] e hijos sean conejillos de indias de una corporación multinacional que maximiza sus ganancias.
Hace 25 años, Pfizer envió un equipo a Kano, Nigeria, durante un brote de meningitis meningocócica. Llevaron a cabo un ensayo clínico “abierto” (no ciego) en el que participaron 200 niños, la mitad de los cuales recibieron el nuevo antibiótico Trovan de Pfizer y la otra mitad el tratamiento de referencia, la ceftriaxona. Los organismos de control señalaron que Pfizer utilizó dosis sustancialmente más bajas de ceftriaxona para amañar los ensayos a favor de Trovan.
En el momento del ensayo de Kano, Pfizer estaba presionando para que la FDA aprobara su última y potencialmente multimillonaria vaca lechera para uso pediátrico. Once niños nigerianos murieron: cinco después de recibir el producto de Pfizer y seis después de recibir dosis más bajas de lo normal del medicamento anterior.
Presten mucha atención, padres. Una investigación del Washington Post informó de que los operadores de los ensayos clínicos de Pfizer no retiraron el Trovan experimental a una niña de 10 años que padecía meningitis y le administraron los tratamientos estándar probados, cuando era evidente que su estado se estaba deteriorando. Uno de sus ojos se congeló. Perdió fuerza y luego murió. Un médico nigeriano que supervisó los estudios para Pfizer admitió que su oficina había “antedatado una carta de aprobación” para los ensayos en humanos, que “puede haber sido escrita un año después de que el estudio hubiera tenido lugar”. El consentimiento informado previo de los padres, requerido para estos ensayos terapéuticos, se vio socavado por las barreras lingüísticas y educativas.
Un indignado periódico africano exigió que el gobierno “nos diga si nuestros niños fueron utilizados como conejillos de indias y, si es así, quién cometió tal criminalidad y quién es responsable”. Tras años de prolongados litigios con el gigante farmacéutico, las familias nigerianas llegaron a un acuerdo extrajudicial de 75 millones de dólares sellado con una cláusula de confidencialidad.
Otra demanda de denuncia presentada por el ex director médico asociado de Pfizer para la investigación central y especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de Yale, Juan Walterspiel, alegó que la empresa lo despidió como represalia por advertir, antes y después del fiasco mortal de Kano, que los métodos del estudio eran “inadecuados e inseguros”. Walterspiel afirmó además que Pfizer había sobornado a funcionarios nigerianos para que continuaran con el estudio y recortaran las medidas de seguridad porque “estaban en juego las opciones de compra de acciones y las bonificaciones.”
Pfizer trató de ocultar las acusaciones de Walterspiel, pero se vio obligada a llegar a un acuerdo después de que Wikileaks publicara cables diplomáticos que mostraban que Pfizer había intentado sacar a relucir los trapos sucios de un fiscal nigeriano para intimidarle y para que abandonara las demandas de las autoridades estatales y federales de África.
Un informe interno secreto del gobierno nigeriano, filtrado años después de su redacción, concluía que Pfizer había violado el derecho internacional al realizar un “ensayo ilegal de un medicamento no registrado” y no informar a los padres de los niños de que el tratamiento contra la meningitis era experimental. El panel gubernamental calificó la tragedia de Trovan como un “claro caso de explotación de los ignorantes”.
Si crees que toda esta corrupción fue una anomalía, o un altruismo mal entendido, o una “desinformación”, te animo a que empieces a hacer tus propios deberes antes de que la salud y la vida de tu hijo se conviertan en un coste más del negocio de las grandes farmacéuticas.
Busca en Internet y en PubMed (mientras puedas) “Pfizer”, “Celebrex”, “Bextra”, “Geodon”, “Zyvox”, “Lyrica” y “Neurontin”.
Conozca por qué Pfizer pagó en 2009 la mayor multa por fraude sanitario de la historia de Estados Unidos (2.300 millones de dólares) para resolver las acusaciones de que provocó ilegalmente la presentación de reclamaciones falsas al gobierno y pagó sobornos a los proveedores de atención sanitaria para inducirles a prescribir sus productos.
Obtenga más información sobre las casi 3.000 personas que desarrollaron pensamientos suicidas y graves trastornos psicológicos tras tomar Chantix, el medicamento de Pfizer para dejar de fumar. Pfizer pagó casi 300 millones de dólares para resolver esos casos. O las casi 10.000 mujeres que ganaron demandas por casi 1.000 millones de dólares tras desarrollar cáncer de mama relacionado con la terapia de sustitución hormonal Prempro de Pfizer.
Y recuerden, padres, que los especuladores de la pandemia que están dispuestos a sacar ganancias multimillonarias sin precedentes por las interminables vacunas que se administran de la cuna a la tumba en todo el mundo, tienen la inmunidad más aterradora jamás creada por el hombre: la impunidad, o sea inmunidad de la responsabilidad por su modelo de negocio que recorta y pone en peligro la vida.
Padres: Protejan a sus hijos a toda costa de Big Pharma para que las vidas de sus hijos no se conviertan en un simple renglón en la columna “costes” de los negocios de Big Pharma.[2]
Michelle Malkin, 29 septiembre 2021
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Original: https://www.unz.com/mmalkin/what-every-parent-must-know-about-pfizer/
Traducción y agregados: MP para Red Internacional
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Artículos relacionados:
https://redinternacional.net/2021/02/24/bibi-pfizer-y-la-eleccion-por-gilad-atzmon/
https://redinternacional.net/2021/01/14/vacunas-covid-conejillos-de-india-unios-glad-atzmon/
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NOTAS
[1] Ya hay muchas publicaciones sobre los abortos espontáneos y partos de niños con anomalías, tras la administración de la vacuna a mujeres embarazadas (ver los artículos listados a continuación). Desde hace 10 años, se sabe que la proteína Spike (llamada también “espiga”, o proteína “de punta”), presente en el Covid 19, pero fabricada también por ciertas mal llamadas vacunas, se difunde por todo el cuerpo, y se concentra especialmente en varios órganos, entre ellos los genitales masculinos.
Ahora es un equipo español el que ha establecido la función “reguladora de la fecundidad” de la campaña de vacunación contra el Covid promovida por la OMS: https://asociacionlibertas.es/2021/03/08/informe-vacunas-esterilidad/ Desde 1992, la OMS ha procurado extender el principio de la vacunación contra cualquier enfermedad como instrumento para la esterilización de las mujeres: https://apps.who.int/iris/handle/10665/61301 . La doctora Beatriz Montes conecta todos estos datos en la página https://ifamnews.com/fr/rapport-de-l-oms-r-glementation-de-la-fertilit-des-vaccins.
He aquí los riesgos que presentan las distintas vacunas:
De hecho, esta es la principal diferencia que hay que entender entre las vacunas: las vacunas llamadas “clásicas” en las que se inyecta directamente el antígeno, que es o bien el virus entero desactivado y que contiene todas las proteínas del virus (la vacuna china Sinovac, la francesa Valneva), o bien una proteína (Novavax), que es hasta la fecha la espiga. En ambos casos, la cantidad de espiga presente es limitada (y desactivada); esto hará que el cuerpo produzca anticuerpos contra el virus, pero estas proteínas inyectadas están en cantidades definidas y luego serán eliminadas.
Vacunas en las que se inyecta ARNm (Pfizer, Moderna) o ADN (Sputnik, Astrazeneca, Janssen), lo que hace que las células humanas produzcan la proteína de la espiga, que luego se convierte en el antígeno indirectamente. Hay que añadir que no sabemos con precisión qué células lo harán y que, de todos modos, ¡no es su función normal!
[2] Ya se están señalando extrañas coincidencias entre vacunación y reactivación de cáncer en pacientes que estaban estabilizando exitosamente o reduciendo sus tumores: Ver
https://www.mondialisation.ca/cancers-et-vaccins-anti-covid/5660883