Un Infierno en el Paraíso – por Jose Francisco Fernández-Bullón

 

 

Es notorio el estupor y el desconcierto que reina entre aquellos capaces de pensar de forma crítica ante la pasividad acrítica de las masas frente al monstruoso y creciente despotismo de las élites apátridas, de los lobos disfrazados de ovejas, de los psicópatas disfrazados de filántropos; pero para mí este fenómeno no encierra ningún misterio. Si las masas están encantadas con su condición de siervos y ante lo abyecto del trato que reciben es porque son víctimas de un encantamiento, están hechizados, hipnotizados, son víctimas de un maleficio.

Los líderes en la sombra globalistas no dejan de celebrar sus misas negras y sus aquelarres y sus sacrificios humanos al príncipe de las tinieblas incluyendo a niños, o mejor dicho sobre todo a niños, y mientras tanto el sacrifico de la santa misa se ve obstaculizado o lo celebran curas apóstatas que le guardan obediencia a un antipapa.

De todos los crímenes cometidos por los satanistas globalistas, el que ha tenido lugar recientemente en la ciudad de Lahaina situada en la isla hawaiana de Maui, se nos antoja uno de los más viles y espeluznantes, encierra además un profundo simbolismo del que hablaremos más tarde.

Todo apunta a que los incendios que arrasaron la ciudad de Lahaina no estallaron de forma natural o fortuita y fueron consecuencia del empleo criminal de armas de energía dirigida.

Sabemos que el día previo se suspendieron las clases de forma que los niños permanecieran en sus casas donde murieron calcinados de la forma más horrible.

Sabemos que la policía impidió u obstaculizó la huida de aquellos que escapaban de las llamas y los dirigió hacia ellas sin el menor escrúpulo.

Sabemos que las grandes mansiones de magnates y estrellas de la pantalla se salvaron milagrosamente del fuego mientras el resto de las viviendas en su inmediata proximidad quedaron reducidas a cenizas.

Sabemos que Uno de los centros de la Dirección de Energía Dirigida del AFRL (el laboratorio de investigación de la Fuerza Aérea estadounidense) aplicado a la experimentación con energía dirigida y tecnologías ópticas tiene su sede precisamente en Maui.

Sabemos que apenas dos días después del terrible suceso se publicó un libro acerca del siniestro en que se atribuye el incendio a la ridícula teoría del cambio climático que hay que estar muy hipnotizado por los medios de desinformación de masas para tragársela

En el Reino Unido donde se encuentra uno de los epicentros de la conjura global satánica pretenden convertir en un delito el cuestionamiento de la conspiración hecha teoría del falso cambio climático. No hace mucho que se detuvo allí precisamente a una mujer por el terrible crimen de rezar en la calle en voz baja ¿Y ésa es la patria o la cuna de la libertad? ¿Cómo es posible que hayan podido mantenernos engañados tanto tiempo? Es preciso redefinir de nuevo ese concepto que ha perdido su significado como todas aquellas palabras que significaban algo en nuestras vidas. La libertad no puede consistir en elegir cada cuatro años a unos cuantos políticos títeres escogidos a dedo por la banca que es la única que puede costear las campañas publicitarias de sus representantes que no los nuestros.

Todos y cada uno de los rasgos del nuevo orden o desorden mundial son satánicos y sus gérmenes hay que buscarlos en la infame orden infernal de los Rosacruces.

La CIA y otras agencias de inteligencia brutales y embrutecedoras de la misma índole se nos antojan las más ilustres herederas de la misma que fue y sigue siendo la más pesada y nada rosada cruz que pesa sobre todo el género humano, incluidos los transgénero.

Resulta revelador que los agentes de la CIA emularan a los brujos de Sudamérica habituados a ingerir el hongo conocido como la carne de dios a fin entrar en contacto con el inframundo o el supramundo y que ahora los nuevos brujos utilizan probablemente para conjurar a sus nefandas deidades que son las mismas que presiden las ceremonias de la ONU o de las reuniones de los líderes de los países miembros del grupo conocido como los BRICS que suena igual en inglés que decir ladrillos y que es lo que son precisamente; son la nueva fiebre del ladrillo de los que quieren enladrillar el cielo que hace mucho tiempo que empezó a ser enladrillado, a la vez que se abrían de par en par las puertas del infierno.

La agenda política de los BRICS con su acento en el desarrollo sostenible que es lo mismo que decir subdesarrollo insostenible parece redactada por George Soros que es el amanuense del patriarca de los Rothschild. Son la oposición controlada o la ultra izquierda controlada de la ultra izquierda descontrolada representada por Occidente en el parlamento global de la ONU donde sólo hablan o parlamentan los loros o las cotorras. Da grima ver a los dirigentes de Brasil, la India o la China de los nuevos mandarines jázaros saltar como los perros de Pávlov al son que tocan los banqueros satanistas. Los agentes de la CIA en especial los miembros del programa MK Ultra, que no ha sido abandonado sino perfeccionado, en su desenfrenada búsqueda de venenos y pócimas nos recuerdan en eso y en otras muchas cosas a los envenenadores del colegio invisible de los Rosacruces que se hacían pasar por doctores como los vacunadores del presente.

Algunos estudiosos han señalado la conexión entre los miembros de esta siniestra secta y el conocido como el “Affaire des Poisons” que tuvo su comienzo en el año 1666, el año en que Sabbatai Zevi se declaró el Mesías del pueblo judío, y se desató el gran incendio de Londres entre otros hechos luctuosos y que encerraba una significación especial para los miembros del Rosacruz colegio invisible y cómo no para todos los cabalistas. El Affaire des Poisons consistió en una serie de envenenamientos que aterrorizaron a París durante veinte años; los protagonistas del mismo fueron la marquesa de Brinvillier y su amante Sainte Croix y la investigación de la policía francesa desveló la existencia de una red de magos, nigromantes y alquimistas que suministraban sus pócimas a la mencionada marquesa y a otros muchos. La secta de los Rosacruces, supuestamente científica y filantrópica, fue acusada acertadamente de entregarse a prácticas tan loables como realizar pactos con el demonio, sacrificar a niños, bailar con espíritus inmundos y preparar inmundas pócimas venenosas; en suma las mismas prácticas a las que se entregan alegremente en la actualidad las élites globalistas. No cabe la menor duda que fue la secta de los Rosacruces la que estableció los fundamentos del nuevo desorden mundial satánico imperante en nuestro siglo.

Los nuevos envenenadores o vacunadores, adictos a la jeringuilla como los yonquis y que tratan a sus pacientes como a ganado vacuno, pronto pasarán a comérselos como hacían los aztecas. No deja de ser sintomático que la negativa a comulgar con la carne espiritual de Cristo mediante la Eucaristía esté desencadenado la práctica del canibalismo, que es lo mismo que comulgar con los demonios o comer en la mesa de los demonios. ¿Es preciso recordar que uno de los héroes de la cultura o incultura popular del presente no fue otro que Hannibal el Caníbal? ¿Que las salas de cine se llenaron de repente de zombis que han saltado de la pantalla por arte de magia negra y ahora deambulan por las calles con la cara pegada a la pantalla de los teléfonos móviles?

Esto es preciso subrayarlo: los teléfonos móviles hipnotizan. Ignoramos las instrucciones que se emiten por medio de las ondas o micro ondas electromagnéticas a través de esos cachivaches, pero podemos imaginárnoslas: Ignora olímpicamente a tu prójimo, pisotea inmisericorde al que se cruce en tu camino, comeos los unos a los otros. Todos esos desaprensivos que manipulan las mentes y practican el aojamiento, que no otra cosa es la hipnosis de la que hablaremos más tarde, habrían sido condenados a la hoguera en la era premoderna; en la moderna son los brujos los que nos queman a nosotros como han hecho con los niños de Maui, inmolados salvajemente en un nuevo y execrable sacrificio a Moloch. Uno se pregunta a menudo a cuántos envenenaría la CIA con curare como hacen los indios salvajes de Sudamérica. Quieren imitar en todo a los pueblos bárbaros hasta en lo de reducirnos las cabezas o más bien el cerebro que es la gran afición de los cerebrales desalmados descerebrar a los otros, lavarles el cerebro, vaciarlo como pretendía Cameron para reconstruirlo a partir de cero, para moldear al sujeto a su imagen y semejanza como si fuera un dios.

La mayoría de los experimentos de la CIA seguían la misma pauta, aislar, incomunicar completamente al individuo hasta que se derrumbase, hasta doblegarlo completamente, de forma que su sistema de creencias y su personalidad se vieran completamente alterados.

Y lo mismo se puede decir de la KGB. Eran organizaciones gemelas, hermanas; compartían la misma ideología, los mismos objetivos, los mismos métodos por más que algunos agentes despistados tanto de una como de otra creyeran sinceramente en aquel enfrentamiento ficticio.

El hombre es un animal sumamente social, gregario incluso; la mayoría de los individuos sienten un terror innato al aislamiento, al ostracismo la mayor parte de ellos compartirán las opiniones mayoritarias aunque redunden en su perjuicio y seguirán ciegamente a sus líderes hasta la muerte. Eso lo saben muy bien los satanistas que han estudiado a fondo la condición humana y han secuestrado a la población mundial colocando a sus secuaces en lo más alto de la cadena de mando.

Pero esta característica de nuestra especie no basta para explicar el imperio que ejercen los psicópatas satanistas sobre la mayoría de los hombres. Su éxito radica en su alianza con las potencias demoníacas que les ha permitido sumir en un trance profundo y letal a las masas por medio de la hipnosis.

En este sentido es preciso señalar que en lo que se entiende por hipnosis se incluyen en mi opinión dos fenómenos completamente distintos. Uno de ellos consiste en un simple aojamiento satánico por medio del cual el nigromante se apodera de la voluntad del sujeto; es propiamente un encantamiento luciferino; en los otros casos nos enfrentamos más bien a un tipo de terapia a través de la cual el paciente somete voluntaria y momentáneamente su voluntad a la del terapeuta, se trataría entonces de una especie de regresión temporal a la infancia por medio de la cual el terapeuta que ejerce de nuevo padre “reeduca” al paciente. Es una terapia que funciona en muchos casos porque hay muchos que anhelan regresar a la infancia, hay muchos que buscan desesperadamente una figura paterna. Dios desapareció del horizonte de los hombres hace mucho y vivimos desde entonces en una profunda orfandad.

Los medios de comunicación de masas ejercen ahora la función que cumplían las agencias de inteligencia como la CIA o la KGB repitiendo día y noche sus odiosas consignas y anatemizando al disidente. Los satanistas comprados con el dinero falso de la banca se dedican con saña a satanizar a los justos.

La falsa pandemia de covid no es más que un experimento más de la KGB o la CIA realizado esta vez a gran escala. Nos hemos convertido todos al cabo en sus conejillos de indias y su desfachatez y su crueldad no tienen limites.

¿Qué podemos hacer frente a una situación semejante? Necesitamos un ejército de exorcistas. Necesitamos un acto de fe gigantesco.

No tiene nada extraño por monstruoso que parezca que los satanistas que nos gobiernan hayan decidido convertir en un infierno el lugar que se consideraba el paraíso en la tierra. Si pudieran le hubieran pegado fuego al jardín del Edén pero no pueden porque está severamente custodiado por ángeles. Se han tenido que conformar con pegarle fuego a un simple sucedáneo, a la isla en la que los exiliados del vergel primigenio proyectaban su eterna saudade, su nostalgia de desterrados de una tierra inocente, incontaminada, virgen. Ya no quedan paraísos terrestres, tan sólo podemos aspirar al cielo desenladrillándolo nuevamente.

Las islas de Hawái cautivaron desde el primer momento la imaginación de los hombres y sus habitantes se nos antojaban a todos la encarnación del buen salvaje por antonomasia. Está grabada en la retina de todos la bella estampa de los indígenas recibiendo con bellas guirnaldas de flores a sus afortunados visitantes, y muchos de esos simpáticos nativos han sido calcinados ahora en un monstruoso ritual satánico.

Con lo sucedido en la isla de Maui los miembros secretos o discretos del estado profundo masónico han destruido o intentado destruir un símbolo muy poderoso. Le han dado una estocada de muerte al imaginario colectivo, y eso tiene un precio muy alto que no podrían pagar con todo su dinero falso. Sus rituales macabros que hasta hace poco practicaban en secreto lo han celebrado ahora a cielo abierto. Las voces de alarma se multiplican y antes o después las turbas despertarán de su letargo. Su final está próximo.

 

Jose Francisco Fernández-Bullón, 20 septiembre 2023

 

Publicado originalmente por Red Internacional

 

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