Facebook borró todos los mensajes de un embajador británico porque “es un bot ruso”
La incursión de Facebook y otros monopolios informáticos en tareas propias de la ‘Inquisición’ se ha normalizado, lo mismo que el hecho de que quien gestione la censure sea el Consejo Atlántico, uno de los tentáculos de la OTAN en cuya dirección están Henry Kissinger, los antiguos capitostes de la CIA Michael Hayden y Michael Morrell, y el jefe de Seguridad Nacional de Bush Michael Chertoff, entre toda una lista de gentuza parecida.
Pero los “torquemadas” son aún peores que los papas y los popes. Su principal experto en la detección de “bots rusos” es el paranoico Ben Nimmo. Si por casualidad se lo encuentran por la calle, cambien de acera.
Ben Nimmo
¿Se dan cuenta? ¡La OTAN se preocupa por defender la información!
La censura está en manos de idiotas como este cretino a los que la OTAN apoya con todas sus fuerzas, su dinero y sus cañones. Su tarea es como la de cualquier otro tarado del tipo del senador McCarthy. Antes se los calificaba de comunistas o de “compañeros de viaje” y ahora son “bots rusos”, una etiqueta que, como cualquier otra, se quita y se pone según cada necesidad y cada momento.
Hace unos días Nimmo descubrió una red secreta de “bots nacionalistas escoceses” que dominan internet y tuvo la osadía de publicar tamaña imbecilidad en un periódico escocés (*). Se trataba de una conspiración de película de la que ya habrá vendido los derechos de autor.
Nada menos que 2.000 personas habían usado la etiqueta #Dissolvetheunion de un total de 10.000 mensajes en una semana. Era un promedio de cinco mensajes por persona en una semana. La cosa está clara; había una conspiración masiva de robots. Al loro.
El artículo convirtió a Nimmo en el hazmerreír de los lectores, lo que se multiplicó exponencialmente cuando mostró las pruebas en las que se apoyaba: una lista de los diez “bots” principales que había descubierto. Casi todas eran personas reales.
El único “bot” es él.