“Luchar contra el sistema explotando sus vulnerabilidades” – por Lucien Cerise
Lucien Cerise ha publicado en ediciones Kontre Kulture el libro Neuro-pirates – Réflexions sur l’ingénierie sociale. En él presenta la naturaleza y la dinámica de un sistema cuyo leitmotiv es la voluntad de control y de modificación de la conciencia, ya sea individual o en masa. Teniendo en cuenta la información a la vez fascinante y reveladora de este proceso, nos proponemos Lucien Cerise responder a una selección de artículos aparecidos en E & R en las últimas semanas.
Égalité&Réconciliation: Un profesor estadounidense declaró recientemente que «les robots auront capté la plupart des emplois d’ici à 2045» [“los robots habrán captado la mayoría de los puestos de trabajo en el año 2045″], haciendo bascular la condición social humana hacia una supuesta “sociedad del ocio”. ¿Debemos ver ahí la proyección de un fantasma aislado o se trata de la tendencia real de la ciencia? ¿Se trata de preparar las conciencias “comprando” su consentimiento por adelantado?
Lucien Cerise: Dado que los robot captarán la mayoría de los puestos de trabajo, la mayoría de los seres humanos se volverán inútiles. Lo que hay que temer no es la basculación de la condición social humana hacia la sociedad del ocio, sino el que la especie humana se vuelva superflua en la producción. Esto facilitará en gran medida su eliminación, o al menos su reducción sustancial. Esa es la tendencia real que el Poder da a la ciencia, ya que así espera hacerse independiente de una población que todavía le causa molestias, el “factor humano” que permanece siempre relativamente impredecible, contrariamente a las máquinas.
Apelando a la pereza real o supuesta de una población, prometiéndola que ya no hay necesidad de trabajar porque los robots, los esclavos o los inmigrantes lo harán en su lugar, se le priva a esa población de los medios de su soberanía, con su acuerdo. El hecho de producir algo es gratificante y estructurante porque soy dueño de lo que produzco.
El capitalismo consiste en robarle al productor los frutos de su trabajo, pero con la robotización se va todavía más lejos: se roba la capacidad de trabajar. Sin embargo, la cantinela de que los robots trabajarán en nuestro lugar y nos permitirán tener tiempo se lleva usando desde hace dećadas – de hecho, la palabra “robot” viene de una raíz etimológica eslava que significa “trabajo”.
No sólo este proyecto de sociedad del ocio no es sincero, sino que además no es siquiera deseable. Una población reducida al ocio siempre sigue una pendiente degenerativa y por lo tanto no es viable, como se ve en ciertos entornos socioeconómicos donde la vida es un poco demasiado fácil. La condición humana es tal que el sentido de la vida aparece sólo en la confrontación con algo que se resiste, lo que es una definición de la palabra “trabajo”. Sin tener algo que superar, los seres humanos desarrollan patologías a causa de la falta de sentido de la vida: toxicomanía, obesidad, depresión, etc.
La utopía del fin del trabajo se pone sobre la mesa entonces cuando hay que hacer pasar la píldora de la extinción programada de nuestra propia especie. Esta es la zanahoria para hacernos avanzar en el camino de nuestra propia desaparición y aceptar la sustitución del ser humano por la máquina con la promesa de un “futuro mejor”.
E&R: Otra vertiente de este “progreso” científico, Arte a produit et diffusé le documentaire Vers une société omni-transparente [Arte ha producido y emitido el documental Hacia una sociedad omni-transparente] en el que la confusión entre transparencia, vigilancia, voyeurismo y fichaje se nos presenta bajo el ángulo de la curiosidad benevolente. ¿Asistimos a una deriva o debemos desconfiar de toda tecnología que emane de esta llamada “posmodernidad“?
L.C.: Hay que descrifar enseguida la técnica de phishing aplicada para vender el producto, es decir, la manera positiva – o al menos dramatizada – de presentar las cosas, bajo el ángulo de la “curiosidad benevolente” por ejemplo. Uno comprende mejor la verdadera naturaleza de esta sociedad omni-transparente en el hecho de que será imposible sustraerse. Imposible escapar de la curiosidad ¡qué benevolencia! Esta sociedad transparente obligatoria será, sin embargo, diferenciada y desvinculada verticalmente entre aquellos que verán sin ser vistos en la parte superior de la pirámide, y los que serán vistos sin ver en la parte inferior de la pirámide. Este es el principio del panóptico, es decir, la extensión de un sistema jerárquizado de vigilancia concentracionaria a toda la sociedad.
El sueño del Poder en todas las épocas siempre ha sido el de asegurar al máximo el ejercicio de su poder. Con este fin, hay que reducir los factores de incertidumbre y ser capaz de predecir el futuro, para anticipar mejor los contra-poderes e impedir su aparición. A través de la puesta en marcha de esta sociedad panóptica y cibernética, el Poder hará la extracción de datos (data mining) para hacer la predicción comportamental. ¿Mande? En una masa de datos emitidos por un sujeto, dará a conocer sus constantes, invariantes, regularidades, estructuras, es decir, sus algoritmos comportamentales, lo que se repite en su comportamiento. Sobre esta base, podemos hacer predicciones para el futuro basándonos en el pasado, con el fin de reducir la incertidumbre en la gestión de las organizaciones, de las multitudes, de los pueblos. Es una especie de bola de cristal digital. Menos anecdótico de lo que parece a primera vista, la empresa estadounidense Palantir Technologies especializada en el análisis de meta- y mega-datos (Big Data) toma su nombre de la esfera mágica que permite leer el futuro en el Señor de los Anillos.
E&R: Usted ha mencionado varias veces el fondo cabalista que impulsa la dinámica del sistema capitalista globalizado, con el objetivo de volver a modelar el mundo. En este sentido, ¿las últimas declaraciones de Jacques Attali deben parecer al menos polémicas?
L.C.: ¿Qué es la Cábala? En una frase, es la transformación del mundo por el cálculo. Oficialmente, esta transformación numerológica del mundo pretende “repararlo”. Esta es la doctrina del “Tikún olam”, según la cual los judíos estarían sobre la Tierra para reparar el mundo. Concretamente, esto da el “bombero pirómano” y su estrategia de choque, el método consistente en provocar artificialmente problemas y crisis para hacer la “gestión del cambio”. En efecto, el mundo no necesita ser reparado, está muy bien así. Por lo tanto, para repararlo a pesar de todo y aplicar el tikún, hay que romperlo primero. Implícitamente, se entiende que los judíos serían encargados por Dios para destruir el mundo y reconstruirlo luego sobre bases puramente judías y cabalísticas, es decir, numerológicas y digitales, y tomar en ese momento el lugar de Dios mismo, al principio del nuevo mundo reparado. Los flujos digitales que hay que destruir y luego reparar son el flujo del dinero y las leyes físico-biológicas naturales, lo que conduce a la “destrucción creativa” del capitalismo y al progresismo científista. En el siglo XX, este enfoque ha sido reactivado por la cibernética, crisol común de la ingeniería social y del transhumanismo como se ve en Norbert Wiener, que aplasta las diferencias cualitativas – hasta aplastar la diferencia superior entre lo viviente y lo no -viviente – para no dejar subsistir más que las diferencias cuantitativas.
Todo esto prepara la “terciarización” del mundo, el culto de Mammon, la ingeniería genética, la informática, lo virtual, el transhumanismo, Matrix, etc. A principios de 1990, una amiga judía que tenía familia en Nueva York me habló de sus primos que trabajan en Wall Street y de su visión totalmente digital y numerológica. De día, están de traje en las torres. de noche, sacan la kipá y estudian los textos. La primera película de Darren Aronofsky describe estos entornos.
Obviamente, este enfoque de las cosas en términos de cálculo matemático no puede reducirse a la Cábala, también se encuentra en Pitágoras y además es una profunda tendencia del espíritu humano. La fenomenología, Husserl, Heidegger, hacen el proceso, como René Guénon en El reino de la cantidad y los signos de los tiempos. En tiempos normales, esta ontología digital permanece bajo control, en un estado instrumental, pero puede oscilar en la psicosis paranoica cuando se convierte en dominante y se apodera de todo el espíritu. Aquí, el psicoanálisis tiene algo que decir y un famoso caso nos servirá de ejemplo.
Bernard-Henri Lévy también se ha distinguido como un eminente cabalista y así se muestra en un vídeo de Panamza. En su discusión con L’Express, cuando dice que estamos determinados tanto por la semántica como por la genética, su respuesta muestra una fuerte connotación lacaniana, pero omitiendo un punto crucial: al lado del significante y de lo simbólico, Lacan nunca olvidó la realidad, es decir, el material no semántica que forma un límite al significante. Creer que el corazón de las cosas es significante, digital o de otro modo, entra dentro de la paranoia. Es poner significado en todas partes, lo que equivale a una fuerza hecha al Ser, forzarlo para hacerlo hablar, porque si bien es cierto que la vida humana está inmersa en el significado – el idioma, el logos, la cifra – este no es el caso del mundo que queda fundamentalmente indiferente a todas las interpretaciones que los hombres quieren darle. El delirio de omnipotencia cabalística que reduce todo a los flujos significantes plásticos se topará con un límite sólido, una realidad indiferente, lo que prohíbe para siempre la plena realización del programa, a menos que suprima la realidad, lo que es parte del proyecto cabalista, pero eso es imposible porque sería la autodestrucción del sistema que intenta. Suprimir el límite entre las cosas es suprimir las cosas. En otras palabras, los cabalistas están inmersos en un proceso de autodestrucción, lo que no es grave en sí mismo, pero al que quieren arrastrar al mundo entero, lo que es más problemático.
Destruir a los cabalistas es darles la razón, es caer con ellos en su programa de destrucción esotérica. En estas condiciones, la única manera de salvar al mundo de su locura consiste en contenerlos – no atacarlos, porque una buena defensa es suficiente cuando el enemigo se autodestruye – y a continuación, perdonarlos, porque no saben lo que hacen, para ayudarlos a salir desde arriba de su delirio.
E&R: En sus talleres de reinformación, usted hace un alegato a favor de la “ingeniería social positiva”, en el que las armas del sistema – aquí, la información – podrían ser utilizadas en su contra. Tomemos un ejemplo: hemos leído en el New York Times que la CIA estuvo involucrada en el desarrollo del Daesh , acreditando “oficialmente” una información mayormente considerada como “alternativa”. ¿Nos puede explicar el proceso?
L.C.: Es posible luchar contra el sistema sin salirse del mismo, explotando sus vulnerabilidades contra él. Ejemplo: los medios de comunicación occidentales tienen esencialmente una función de desinformación. La falla en este sistema es cuando los medios occidentales informan y dicen la verdad. No obstante, esto siempre sucede. Por razones estructurales, un poco largas para desarrollarlas en el marco de esta conversación, la desinformación no puede ser del 100%. Buscando bien, siempre podemos encontrar artículos de los medios occidentales que dicen la verdad, o por lo menos que otra cosa que la “verdad oficial”, o que introducen matices, etc. Estos artículos pertenecen a una pequeña corriente en los medios de comunicación occidentales, pero existen, y lo más importante es que emanan de una fuente perteneciente a la corriente principal (mainstream). Por ello hay que explotarlos obligatoriamente, lo que permite tener la garantía de una fuente imposible de tachar de “conspiracionista”. Cuando es el New York Times el que confirma lo que dicen los medios de comunicación alternativos desde hace años sobre el apoyo occidental al yihadismo, entonces la técnica llamada “descalificación antes del debate” – acusar al mensajero para dispensarse de examinar el mensaje – ya no es sostenible.
La cuestión de las fuentes es fundamental para ser tomado en serio y rivalizar con el Poder. Anteriormente, el Poder podía bloquear, lo que le daba el monopolio de la información. Controlaba el grifo. Hoy en día, con Internet, tenemos en casa la más grande biblioteca de archivos de la historia. No se debe prescindir de ello e invito a todo el mundo a hacerse una base de datos personal: un simple archivo de Word en el que copiar y pegar las líneas de código HTTP y los títulos de los artículos, clasificados por temas y sin olvidar fechar el fichero de cada actualización. Así, usted tendrá a mano un depósito de municiones informativas para sacar más rápidamente que si tuviera que hacer una nueva búsqueda cada vez.
En términos absolutos, hay que trabajar con todas las fuentes sin excepción, de las corrientes fuertes y de las débiles, como lo hace cualquier investigador, periodista, científico, detective, etc. Cuando la policía científica recolecta cabellos o polvo para identificar a un criminal, parece irrisorio. Ahoral lo sabemos por experiencia, cualquier molécula información bien explotada puede permitir remontarse a una gran verdad. Luego, en segundo lugar, en el debate público, habrá que dirigir un poco la información, velar por la ergonomía y la pedagogía, e impulsar adelante las fuentes que emanarán de la corriente fuerte que confirmen los resultados obtenidos por un camino en el seno de las corrientes débiles.
E&R: Usted también trabajó acerca de La Gauche liberticide. ¿Qué opina sobre la prolongación del estado de emergencia y su corolario, el bloqueo de sitios de internet sin la validación de un juez?
L.C.: Por medio del estado de emergencia y de los procedimientos acelerados que autoriza, el gobierno se da los medios para eludir el poder judicial, tal como loe resume excelentemente en un artículo reciente. Esto quiere decir que el Poder busca eludir el equilibrio republicano de los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. En otras palabras, el gobierno mismo se coloca fuera del marco republicano.
Va a haber que tener que comunicar el hecho de que este gobierno viola los valores republicanos y por lo tanto pierde su base legal. A la vista de los valores republicanos, este gobierno es inconstitucional. Podríamos avanzar la hipótesis según la cual no estaríamos obligados por ley a obedecer – lo que abre el concepto de “desobediencia civil” – o incluso que estaríamos obligados a derrocarlo, puesto que es ilegal. ¿Qué nos dice el Consejo Constitucional sobre esto? Reproduce en su sitio la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Constitución del 24 de junio de 1793. El artículo 35 es explícito: “Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es, para el pueblo y para cada porción del pueblo, el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”.
¿El espíritu de la Constitución nos obligaría entonces a derrocar el régimen actual, y es el aceptarlo lo que nos sumergiría en la ilegalidad? Desde esta perspectiva, la insurrección que viene será la de la civilización y las instituciones contra un régimen que las transgrede. La anticonstitucionalidad del gobierno viene de que aplica un principio extraño a todos los vigentes en Francia, es decir, el ejecutivo unitario a la salsa neoconservadora norteamericana, derivado del Führerprinzip que da plenos poderes al ejecutivo. Ahora, ¿quién hizo el uso más ejemplar de este concepto en el siglo XX? Adolf Hitler. Desde el punto de vista del derecho constitucional, hay pues una afinidad tácita entre este gobierno de “izquierda” y el Tercer Reich. Al decir esto, no caigo en el punto de Godwin o en la reducción ad hitlerum, observo un hecho que forma parte de la historia de las instituciones. Es irónico constatar que un individuo como Manuel Valls sea hoy el gran arquitecto de la “nazificación” de las instituciones francesas, entre los aplausos del lobby al que está vinculado de “manera eterna“.
Lucien Cerise, 13 marzo 2016