El mundo está sufriendo de psicosis delirante masiva – por Joseph Mercola

 

“Las personas sanas nunca deben usar mascarillas, distancia social o auto-aislarse. Estas estrategias no sólo son insalubres desde el punto de vista físico, sino que también perpetúan la psicosis delirante”

 

Según el psiquiatra y experto en cuestiones médico-jurídicas, Dr. Mark McDonald, la verdadera crisis de salud pública no es el covid-19 en sí; más bien, es el miedo a la infección, que se ha “transformado y evolucionado en una forma de psicosis delirante masiva”:

  • Muchos entran en un estado de histeria cuando ven a una persona sin mascarilla, incluso si se ven perfectamente sanos y claramente no están sufriendo de ningún tipo de problema respiratorio. Este es un estado altamente irracional que no tiene ninguna base en la realidad.
  • El delirio se define como creer algo que no se ajusta a la realidad.
  • Hay serias preocupaciones sobre los efectos duraderos que esta locura generalizada tendrá en los niños a medida que crezcan. Uno de los peores traumas que sufren los niños como resultado de todo este miedo, es la idea de que pueden matar a sus padres o abuelos simplemente estando a su alrededor.
  • Tratar el trauma de los niños en terapia no va a ser suficiente, ya que los padres y otros adultos son los que crean el trauma por su propia respuesta exagerada al miedo. Para sanar a una generación de niños traumatizados, primero debemos abordar la psicosis de la población adulta.

Varios expertos en salud mental han expresado su preocupación por la flagrante inducción de miedo y pánico durante la pandemia de covid-19, advirtiendo sobre potenciales -y afrontemos que probables- efectos psiquiátricos. En un artículo del 22 de diciembre de 2020 en la revista Evie, S.G. Cheah analiza lo que de hecho puede ser el verdadero problema en cuestión: la locura masiva causada por el “miedo delirante al COVID-19”.

Cheah se refiere a conferencias y artículos del psiquiatra y experto legal médico Dr. Mark McDonald, quien cree que “la verdadera crisis de salud pública radica en el miedo generalizado que se transformó y evolucionó hasta convertirse en una forma de psicosis delirante masiva”.

“Incluso cuando las estadísticas apuntan a la extremadamente baja tasa de mortalidad entre niños y adultos jóvenes (que da un 0,002% a los 10 años y un 0,01% a los 25 años), los jóvenes y los sanos todavía están aterrorizados por el estrangulamiento de un miedo irracional cuando se enfrentan al coronavirus”, escribe Cheah.

Histeria infecciosa

Cheah revisa una serie de comportamientos irracionales que se han vuelto demasiado comunes, como que los padres sean expulsados de los aviones porque sus hijos pequeños se niegan a usar una máscara durante el vuelo, o personas que tienen crisis histéricas cuando ven a una persona que no lleva mascarilla.

La ciencia es bastante clara sobre el riesgo que representan los individuos asintomáticos, lo que significa cualquier persona que se sienta perfectamente saludable pero que pueda haber dado positivo para el SARS-CoV-2, con una prueba de PCR establecida en un umbral de ciclo excesivamente alto. Representan un riesgo excepcionalmente bajo para los demás, si es que existe algún riesgo. La ciencia es aún más clara en individuos sanos que dan negativo para el SARS-CoV-2. Simplemente no pueden propagar un virus que no tienen.

La mayor parte de la ciencia publicada también muestra que las mascarillas no previenen la propagación de infecciones virales, y esto es particularmente cierto si usted está usando mascarillas de tela, mascarillas quirúrgicas o mascarillas con respiraderos.

A pesar de todo ello, muchos todavía entran en un estado de histeria cuando ven a una persona sin mascarilla, incluso si se ven perfectamente sanos y claramente no están sufriendo de ningún tipo de problema respiratorio. Este es un estado altamente irracional que no tiene ninguna base en la realidad.

De hecho, según McDonald, estas personas sufren de psicosis delirante y hay muchas de ellas. Llega hasta el punto de referirse al exterior de su casa u oficina como el “manicomio al aire libre”, donde debe asumir “que cualquier persona con la que me encuentro está loca” a menos que demuestre lo contrario. Como explica Cheah:

“En lugar de enfrentarse a la realidad, la persona delirante preferiría vivir en su mundo de fantasía. Pero para seguir fingiendo la realidad, tendrán que asegurarse de que todos los demás a su alrededor también finjan vivir en su mundo imaginario.

En palabras más sencillas, la persona delirante rechaza la realidad. Y en este rechazo a la realidad, otros tienen que seguir el juego de la forma en que ve el mundo, de lo contrario, su mundo no tendrá sentido para él. Es por eso que la persona delirante se enojará cuando se enfrente a alguien que no se ajusta a su visión del mundo…

Es una de las razones por las que se están viendo tantas personas que felizmente aprobarían el silenciamiento de cualquier experto médico cuyas opiniones contradigan las directrices de la OMS o los CDC. ‘Obedecer las reglas!’ se vuelve más importante que cuestionar si las reglas eran legítimas desde el principio”.

En su entrevista con Jesse Lee Peterson, McDonald explica su diagnóstico de esta manera:

“Nunca hubo una crisis médica. Siempre hubo suficientes recursos para tratar a las personas que estaban enfermas… De hecho, muchos recursos fueron rechazados… La pregunta entonces, para mí, se convirtió en: ‘¿Cuál es la verdadera crisis? ¿De qué está sufriendo realmente la gente?’

Me quedó claro muy rápidamente en las primeras dos o tres semanas de marzo [2020], que era miedo. Desde entonces… el miedo… se ha transformado y evolucionado, no sólo hacia un ‘estoy preocupado, tengo miedo, así que necesito quedarme en casa’, sino hacia una creencia real que va en contra de la realidad, porque la definición de delirio es algo que crees y que no se ajusta a la realidad.

Creen que van a morir, sin importar a qué edad y sin importar en qué estado de salud estén, si no salen de su casa con una máscara y guantes todos los días y huyen de [otros] seres humanos. Eso es psicosis delirante. Es falso, está mal, no está respaldado por pruebas. Y muchos, muchos estadounidenses están viviendo eso y creyendo eso”.

Aunque no hay datos que respalden esto, McDonald dice que parece que las mujeres tienden a ser más propensas a la psicosis delirante que los hombres. Parte de ello, sugiere, puede deberse a que cuando las mujeres se asustan, tienden a ser más híper-protectoras que los hombres en las mismas circunstancias, probablemente porque las mujeres —hablando en términos puramente generalizadores, por supuesto— tienden a estar más impulsadas emocionalmente.

La psicosis delirante masiva traumatiza a los niños

McDonald está particularmente preocupado por los efectos duraderos que esta locura generalizada tendrá en los niños a medida que crezcan. Como psiquiatra especializado en el tratamiento de niños y adolescentes, debe saberlo. Desde que comenzaron los encierros en el primer trimestre de 2020, ha visto un aumento masivo de pacientes, y sus estados mentales son mucho peores de lo que está acostumbrado a ver en estos grupos de edad.

Uno de los peores traumas que sufren los niños como resultado de todo este miedo, es la idea de que pueden matar a sus padres o abuelos simplemente estando a su alrededor. Como señaló Cheah, también se les está enseñando a sentirse culpables por comportamientos que normalmente serían completamente normales.

Como un solo ejemplo, adultos histéricos que llaman “mocoso” a un niño pequeño que se niega a usar una mascarilla, cuando de hecho resistirse a que le pongan una mascarilla restrictiva en la cara es perfectamente normal a esa edad.

“No es normal que los niños crezcan pensando que todos son un peligro para todos los demás”, dice Cheah, y con razón. No es normal en absoluto, y los adultos histéricos están infligiendo sin sentido un trauma emocional severo a toda una generación.

Como señaló McDonald en su entrevista con Peterson, una de las principales causas de depresión, especialmente entre los jóvenes, es la desconexión de los demás. Necesitamos contacto cara a cara, necesitamos contacto físico e intimidad emocional. Necesitamos estas cosas para sentirnos seguros alrededor de los demás y dentro de nosotros mismos. Las interacciones digitales simplemente no pueden reemplazar estas necesidades humanas más básicas, y son inherentemente separadoras en lugar de conectivas.

McDonald cita estadísticas recientes de los CDC que muestran que ha habido un aumento del 400% en la depresión adolescente en comparación con hace un año, y en el 25% de los casos, han contemplado el suicidio. Estas son estadísticas inauditas, dice. Nunca antes tantos adolescentes habían considerado suicidarse.

“Este es un evento de víctimas masivas”, dice McDonald, y los padres -adultos- tienen la culpa, porque ellos son los que los asustan hasta el punto de que ya no sienten que la vida valga la pena vivirla. Esta es también la razón por la que el tratamiento de los niños no va a ser lo suficientemente eficaz. Tenemos que abordar la psicosis de la población adulta. “Depende de nosotros los adultos arreglar esto”, dice McDonald, “porque los niños no van a ser capaces de arreglar esto ellos mismos”.

Las personas delirantes en última instancia requieren ambientes controlados

También debemos abordar el delirio masivo por otra razón, y es porque nos está llevando a todos, cuerdos y locos por igual, hacia una sociedad carente de todas las libertades anteriores, y los corruptos a cargo no renunciarán voluntariamente al poder una vez que se lo hemos dado.

Una sociedad totalitaria, cree McDonald, es el fin último de esta psicosis social, a menos que hagamos algo al respecto y nos demos cuenta de que “estamos bien, estamos perfectamente a salvo”. De hecho, ahora no corremos más peligro del que corríamos antes del COVID. No debemos permitir que nos quiten nuestras libertades debido a temores delirantes. Como señaló Cheah en su artículo:

“No es impensable que el resultado final sea un control social total en todos los aspectos de su vida. Consideremos esto— el punto final de una persona mentalmente enferma es que sea sometida a un ambiente controlado (institucionalizado como un manicomio) donde todas las libertades están restringidas. Y se ve cada vez más como ese es el punto final hacia dónde se dirige esta psicosis masiva”.

Un tweet del 18 de diciembre de 2020 de la comentarista política Candace Owens también resume cómo el miedo irracional y el pánico han lobotomizado figuradamente a una parte significativa del público:

 “Es bastante increíble considerar que ahora mismo los gobiernos están en modo “para mantenerlo a salvo, necesitamos empobrecerlo, encarcelarlo, forzarlo a llevar mascarilla y vacunarlo, además de separarlo de su familia” y hay millones de personas por ahí que están en modo ¡“vale”!

McDonald señala que muchos de nuestros líderes obviamente no sufren estos mismos temores delirantes. Emiten órdenes de estancia en casa desde sus casas de vacaciones en el Caribe y rompen repetidamente sus propios mandatos de enmascaramiento y encierro. Montan en bicicleta, pasean por el parque, tienen reuniones familiares y cenan sin cuidado. Saben que el covid-19 no es la plaga mortal que han hecho creer que es, pero están jugando el juego porque les beneficia.

El miedo nunca es virtuoso

El Dr. McDonald dio una breve conferencia durante la America’s Frontline Doctors’ White Coat Summit 2, a mediados de octubre de 2020, titulada “The Way Forward: Overcoming Fear” (El camino hacia delante: superando el miedo). En ella señala que no sólo el miedo se ha transformado en una creencia delirante de que las mascarillas, guantes y la separación física están obligados a continuar, sino que el miedo también se ha convertido en una virtud, lo que es doblemente trágico y equivocado.

Usar una mascarilla se ha convertido en una manera de demostrar que eres una “buena persona”, alguien que obviamente se preocupa por los demás, mientras que no usar una mascarilla te marca como un patán desconsiderado, si no como un posible asesino en masa, simplemente por respirar.

Las personas sanas nunca deben usar mascarillas, distancia social o auto-aislarse. Estas estrategias no sólo son insalubres desde el punto de vista físico, sino que también perpetúan la psicosis delirante que afecta a la nación y, por tanto, deben terminar.

Al alentarnos a permanecer en el miedo, a enterrarnos y a instalarnos en él y permitirle controlar y limitar nuestras vidas, el miedo se ha vuelto tan arraigado que cualquiera que diga que tenemos que ser intrépidos y luchar por nuestras libertades es atacado por ser, no sólo estúpido, sino también peligroso. “Yo diría que es lo contrario”, dice McDonald.

El problema al que nos enfrentamos ahora es que el delirio se ha afianzado de tal modo, que incluso si los mandatos de mascarilla terminaran hoy en todo el país, muchos se negarían a renunciar a sus mascarillas, y tampoco dejarían de castigar a quienes no las usan. Además, ahora tenemos empresas privadas que impulsan estos edictos que roban la libertad, rechazando los servicios a aquellos que no usan mascarillas. Pronto, no se le permitirá entrar en ciertos lugares si no tiene la vacuna COVID-19 también, y las corporaciones privadas son las que instigan esas reglas inconstitucionales. Si entiende la agenda tecnocrática, entonces sabe por qué es eso. Es porque muchas empresas privadas son parte de la alianza tecnocrática global que está tratando de eliminar nuestras libertades con el fin de enriquecerse.

“Empezamos con miedo e histeria. Pasamos a la psicosis delirante, y ahora tenemos control de grupo”, dice McDonald. “Ahora no tenemos policías y el gobierno viniendo tras nosotros. De lo que más tenemos es de nuestros conciudadanos que ahora nos castigan, limitándonos legalmente a entrar en vehículos [como Uber o aviones], entrar en negocios [y] conseguir trabajo”.

Restaurar la cordura a medida que avanzamos

Esencialmente los ciudadanos están actuando ahora como una “fuerza policial” de facto para reprimir la libertad de otras personas, y esto tiene un efecto terriblemente dañino en la sociedad. Entonces, ¿cómo salimos del proverbial manicomio? ¿Cómo restauramos la cordura a nuestra sociedad mientras seguimos ayudando a aquellos que están en mayor riesgo de complicaciones y muerte por COVID-19? McDonald ofrece las siguientes sugerencias en su conferencia y en la entrevista destacada:

  • Debemos rechazar firmemente las mascarillas como señal de virtud; la idea de que las medidas tomadas por miedo—como ponerse una mascarilla— es virtuosa. El miedo no ayuda y nunca es virtuoso.
  • Debemos proteger a los que corren mayor riesgo, es decir, a los individuos ancianos y frágiles con comorbilidades y aquellos que se encuentran en mal estado de salud, utilizando profilácticas simples, baratas y fácilmente disponibles, incluyendo vitamina D, hidroxicloroquina o ivermectina y zinc.
  • Las personas sanas nunca deben usar mascarillas, distancia social o auto-aislamiento. Estas estrategias no sólo son insalubres desde el punto de vista físico, sino que también perpetúan la psicosis delirante que afecta a la nación y, por tanto, deben terminar.
  • Debemos abrazar el valor, la verdad, la honestidad y la libertad, no sólo en nuestros pensamientos y palabras, sino también en nuestras acciones. Como señaló McDonald en la entrevista, la gente no puede pensar lógicamente cuando está en un estado de psicosis delirante, por lo tanto compartir información, hechos, datos y pruebas tiende a ser ineficaz, excepto en los casos en que la persona estaba actuando por presión de sus pares, en lugar de por una creencia delirante.

Por lo general, lo mejor que puede hacer es mantenerse firme y actuar en alineación con la verdad y la realidad objetiva, al igual que lo haría si fuera un socorrista frente a una víctima de accidente que está respondiendo histéricamente a lo que sabe que es sólo una lesión menor.

En mi más reciente libro, “La verdad sobre el covid-19”, investigo los orígenes de este virus y cómo la élite lo usa para erosionar lentamente su libertad personal. También le mostraré cómo puede protegerse contra esta enfermedad y lo que puede hacer para luchar contra los amos tecnocráticos.

Mi libro estará disponible el 29 de abril, pero ya puede reservarlo en Amazon. ¿Por qué Amazon, puede preguntar? Bueno, este libro habla en detalle sobre los especuladores pandémicos, y al conseguir que su ranking sea aumentado a través de una de las mayores empresas de Big Tech que se benefician de esta pandemia global -aunque no estoy encantado de asociarme con Amazon- en realidad ¡estamos usando su plataforma contra ellos!

Joseph Mercola, 18 febrero 2021

Traduccion : CM, para Red Internacional

 

 

 

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