Entrevista con Israel Shamir, para la revista francesa Rivarol – por Israel Shamir

 

Un año después del lanzamiento de la operación especial de Rusia en Ucrania, ¿cómo analiza la situación sobre el terreno?

Al principio de la guerra, Putin lanzó un ultimátum a Ucrania y a la OTAN. Exigió a Ucrania que renunciara a su deseo de entrar en la OTAN, y a la OTAN, que se retirara a sus fronteras de 1997 y se mantuviera alejada de las antiguas repúblicas soviéticas. Esto se le negó rotundamente. Ucrania comenzó con sus preparativos para atacar Donbass, el enclave pro-ruso en el sureste de Ucrania. Putin consideró inevitable la guerra y decidió impedirla. En pocos días el ejército ruso se plantó a las puertas de Kiev. Hubo negociaciones entre Kiev y Moscú en Estambul, pero ante la insistencia de Inglaterra las negociaciones se dieron por terminadas. En ese momento Washington y Londres tomaron el control del ejército de Kiev. Los rusos se retiraron rápidamente al Donbass.  Descubrieron que su ejército estaba en malas condiciones. Es el carácter nacional de los rusos: no preparan las cosas de antemano, y luego tienen que hacerlo todo una vez que la guerra ya ha empezado. Esto tiene una ventaja: saben lo que necesitan y lo hacen muy rápido.

Sin embargo, los rusos estaban disgustados por el fracaso de la primera ofensiva. Ganaron la batalla de Mariupol, un importante puerto en el mar de Azov. Conquistaron el vasto subsuelo de Azovstal, pero la población seguía descontenta. Entonces llamaron al general Surovikin, famoso por sus hazañas en Siria (le llamaban general Armagedón). Pero no sirvió de mucho: Surovikin bombardeó generosamente Ucrania, pero tuvo que abandonar la importante ciudad de Kherson y trasladar el ejército a la orilla oriental del río Dniéper. El mando de las operaciones en Ucrania pasó al general Gerasimov, jefe del Estado Mayor ruso. La guerra continuó, sin cambios drásticos. Los rusos piensan que están luchando con la OTAN, ya que toda la OTAN suministra armas e instructores al ejército ucraniano. Y parece que Putin no tiene prisa por terminar la guerra. Tampoco la OTAN: EEUU y el complejo militar industrial estadounidense se benefician de la guerra a costa de Europa; mientras que Europa no tiene una política independiente. Los políticos europeos están al servicio de EEUU. Ucrania también. Así que los rusos luchan como lo hicieron los franceses en la Primera Guerra Mundial: en trincheras a lo largo de cientos de kilómetros.  Los rusos piensan que no se puede acabar hasta que el ejército ucraniano se rinda, pero no parece que sea cuestión de semanas, ni siquiera de meses. Más bien, de años. Hasta que Ucrania se quede sin soldados, y entonces probablemente el ejército polaco vendrá en su lugar.

 

¿Cree que la decisión de Vladimir Putin de intervenir directamente estaba justificada?

Probablemente sí. La OTAN quería atacar a los rusos de todos modos, así que es lógico que empezara la guerra. De todos modos, también quieren arremeter contra Irán y China. Así que tiene sentido que los rusos empiecen por Ucrania. Ucrania es también la ubicación de 24 biolaboratorios del Pentágono preparados para atacar a Rusia. Hubiera sido mejor empezar en 2014, y aún mejor empezar incluso antes. Pero Rusia aún era demasiado débil entonces.

 

¿Tiene Rusia los medios para imponerse a Ucrania, que libra una guerra por delegación de la OTAN? ¿Ha sobrestimado Putin sus fuerzas?

Sí, Rusia es un país enorme con grandes recursos. Quizá tenga que recurrir a la energía nuclear. Pero los rusos son lo suficientemente testarudos y fatalistas. La OTAN tendrá que retirarse, de lo contrario…. Existía la sensación de que Putin sobrestimaba sus fuerzas, pero ahora no importa, porque la guerra mundial parece inevitable de todos modos.

 

¿Cómo ha cambiado esta guerra la vida en Rusia y en Europa?

La vida en Rusia no ha cambiado de forma perceptible. Las tiendas están bien abastecidas, hay suministros de todo en abundancia. Los cafés y restaurantes están llenos. Los ánimos están caldeados. Los lugares de vacaciones están bien concurridos. En vez de ir a la Costa Azul, la gente va a Sudáfrica y a las Islas Seychelles. Las compañías extranjeras ya están fuera del país, sus empresas son ahora propiedad de rusos – a bajo coste. Muchas condiciones molestas que fueron aceptadas por los rusos durante la era de Yeltsin y Gorbachov están siendo eliminadas ahora. Incluso en el sector más infiltrado; el cine y el teatro, Estados Unidos está perdiendo sus posiciones estelares.

La maquinaria militar funciona bien. Han reanudado la producción de tanques y municiones, y de aviones y misiles. Consideremos la guerra de Ucrania como un calentamiento para la guerra mundial, igual que la campaña finlandesa de 1940 fue un calentamiento para la Segunda Guerra Mundial.

 

¿Cuáles son las diferentes tendencias dentro de la dirigencia rusa? ¿Hay algún deseo entre las élites de cuestionar al presidente ruso?

Durante mucho tiempo Rusia ha seguido y (hasta cierto punto) se ha dejado guiar por Occidente. En la época de Yeltsin esta tendencia prooccidental se hizo dominante. Con el peso de Putin, menos, pero aún prominente, sobre todo en las grandes ciudades: Moscú, San Petersburgo, Ekaterimburgo. Una parte menor de las élites y una gran parte de las masas piensan que Putin es demasiado blando y les gustaría tener un gobernante más fuerte. Les gustaría nacionalizar las propiedades privatizadas y eliminar los focos de influencia occidental. Pertenecen al Partido Comunista o al Partido Democrático Nacional. Si el presidente Putin dimitiese, lo más probable es que el próximo gobernante sería más duro que él. Pero mientras tanto parece que nada amenaza el gobierno de Putin. El año que viene habrá elecciones presidenciales y Putin probablemente seguirá gobernando. Pero el fracaso en la guerra de Ucrania puede cambiar todo eso.

 

Después de la crisis covídica, ¿ha reforzado esta guerra el control de los partidarios del Grand Reset sobre las decisiones del “Estado Profundo” en Occidente?

Los partidarios del Grand Reset no son especialmente populares en Rusia. Ahora también son menos prominentes en Occidente. Creo que están en retroceso después de su apogeo, y la guerra de Ucrania juega en su contra. Ya se terminó el Covid, y la agenda verde se ha utilizado mucho a favor de Estados Unidos y en contra de Rusia y Europa. Los temas gay y trans no son conocidos en Rusia, pero en EEUU siguen siendo importantes. El reemplazo de los nativos por los inmigrantes es algo desconocido en Rusia, ya que el sistema de protección social no está tan desarrollado y la burocracia rusa es demasiado rígida. Por lo contrario, es un problema para Europa y Estados Unidos.

 

¿Qué significa para usted la política internacional de Biden? ¿Se tiene la impresión de que su impuslo a la guerra es una huida hacia adelante para ocultar una profunda crisis dentro de su propio país?

 

Biden está ocultando unas cuantas crisis: (1) el pico del petróleo, (2) la devaluación del dólar, (3) el ascenso de China y Rusia, (4) el fin del mundo unipolar, (5) la destrucción de la base industrial de EEUU. Gracias al sabotaje del North Stream, los Estados Unidos levantan su industria, venden su petróleo y siguen teniendo déficit. El problema es la degradación de las infraestructuras y el inevitable fracaso de un sistema basado en las finanzas.

 

¿Cuál es la posición de Israel en esta nueva era geopolítica?

Israel está muy influenciado por Estados Unidos. Netanyahu era un buen socio de Trump, pero no le va bien con Biden. Ahora la oposición israelí organiza grandes manifestaciones contra él. Básicamente, Netanyahu también era amigo de Putin, pero ahora se ve obligado por EE UU a apoyar a Ucrania.

 

¿Las renovadas tensiones con Irán y la reanudación de los enfrentamientos en los territorios ocupados marcan la voluntad israelí de reanudar una política agresiva en la región?

El conflicto con Irán es una vieja obsesión de Netanyahu, pero quiere que los Estados Unidos peleen por él. La eliminación de los  palestinos es un objetivo compartido por ambos bandos en Israel; todos los israelíes la quieren, y prácticamente todos ellos prefieren el apartheid a la democracia. Israel ya era agresivo cuando la actual oposición estaba en la cima. Así que hay poca diferencia entre el gobierno actual y el anterior.

 

En este mundo en marcha hacia la guerra, ¿cree que aún hay esperanza de no caer en la barbarie?

Creo que hay muchas posibilidades de una guerra nuclear, ya sea en Ucrania o en Irán. Estados Unidos es demasiado belicista, y probablemente esto sea nuestra perdición. Para Francia sería bueno salir de la OTAN, como hizo antes en tiempos de De Gaulle, y mejorar las relaciones con Rusia, Irán y China.

Entrevista con Israel Shamir, para la revista francesa Rivarol, 24 de febrero de 2023

Original: http://rivarol.com

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Traducido Por Red Internacional

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