Lecciones de Pittsburgh: advertencia a los judíos – por Israel Shamir

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No me decidía a escribir sobre el tema, mientras no estuvieran sepultados los muertos de la masacre de Pittsburgh.Ya sé, no es una consideración muy válida para los militantesserios. Los judíos estadounidenses acusaron al presidente Trump y por su parte los judíos israelíes culparon a los palestinos por el tiroteo, incluso antes de que las víctimas fueran declaradas muertas. Sin embargo, no se puede decir nada sensato antes de que los muertos descansen en el cementerio. Ahora sí podemos deliberar sobre las responsabilidades de unos y de otros.

El hombre que mató a once judíos en una sinagoga de Pittsburgh, el pasado 27 de octubre, lo hizo para que se escuchara su oposición a la inmigración. Si le hubieran permitido decir esto en su página de Facebook, en vez de bloquearlo, estas personas mayores todavía estarían con vida. Si el New York Times permitiera que se expresaran por escrito y discutieran los sentimientos de la gente contra la inmigración en lugar de restarles toda legitimidad, estos ancianos todavía estarían vivos. El silenciamiento a cualquier expresión de opinión que no sea ultraliberal había creado una potente presión reprimida que lanzó al hombre, de por sí trastornado, hacia la locura homicida.

Si no hay periódicos, ni cadenas públicas de televisión, ni siquiera una publicación en Facebook para decir lo que usted tiene ganas de decir, tarde que temprano las armas son las que hablarán en su lugar. Lo que es seguro, es que quienes organizaron esta campaña masiva de silenciamiento y censura son lo suficientemente listos para antiipar un resultado como éste. No tienen derecho de hacerse los sorprendidos.

Los Estados Unidos nunca habían tenido un tiroteo masivo contra judíos hasta ahora, pero el país tampoco nunca había tenido una campaña tan efectiva para silenciar al menos a la mitad de su población, incluyendo al presidente, y para impedirles la expresión de su marginalizado punto de vista. Según la física elemental, la presión reprimida desencadena una explosión. Si los problemas no son discutidos y si los sentimientos no se expresan, entonces habrá gente que morirá.

El presidente Trump, de alma simple, dijo que los judíos deberían protegerse a sí mismos e instalar guardias armados en las sinagogas.Los judíos tienen suficientes guardias armados. Existe una institución[1] (la Academia israelí de entrenamiento táctico Cherev Gidon) creada por Israel que entrena y arma a los judíos en la localidad de Honesdale, Pennsylvania. Los judíos estadounidenses gozan de todo, y de mucho poder, pero les falta el sentido de la responsabilidad. El poder irresponsable engendra la soberbia, y la soberbia, la hubris, atrae la cólera de Némesis (la diosa griega que ejerce la justicia) en forma de hombre con rifle en mano.

En vez de asumir la responsabilidad de sus actos, los judíos prefieren negar toda responsabilidad. En una manifestación contra la llegada del presidente Trump a Pittsburgh, negaron rotundamente su postura a favor de la inmigración. El hombre armado, dijeron, “creía en esas mentiras antisemitas, según las cuales los judíos financiaban la caravana de migrantes proveniente de Honduras”. Al mismo tiempo, antes de que las víctimas fueran enterradas, las organizaciones judías, tales como la HIAS (por sus siglas en inglés, la Sociedad de Ayuda a los Inmigrantes Judíos), juraron continuar en su tarea de traer inmigrantes al reticente país, aunque esto esté contra la ley. Desafiaron la ley escondiendo a los ilegales y protegiendo a los contrabandistas. Esta disposición para romper o sacarle la vuelta a la ley es una característica peligrosa para un poderoso, pero pequeño, grupo de élite. Deberían de apegarse a la ley en su totalidad, en vez de dar un ejemplo de entusiasta ilegalidad.

De hecho, hay consideraciones éticas que podrían colocarse por encima de la ley, pero no con tal desenfreno y facilidad. Antígona rompió la ley y enterró a su hermano, pero no se sorprendió de tener que morir por esta transgresión. Esta gente infringe la ley y espera que se les alabe por tal hazaña.

¿Por qué los judíos norteamericanos apoyan la inmigración, mientras que los judíos israelíes no permiten a los gentiles inmigrar al Estado judío? Doble moral, diría usted. Nos hacen lo que no quieren que se les haga a ellos: no precisamente. Los judíos se consideran una comunidad extraterritorial única, mientras que las otras naciones son territoriales. Durante su muy preciada oración de Año Nuevo (el RoshHashaná), los judíos dan las gracias al Todopoderoso “porque no nos hizo parecidos a las naciones territoriales, a las familias de la Tierra” (עלינולשבחשלאעשנוכגוייהארצותולאשמנוכמשפחותהאדמה).

Según el punto de vista judío, la diferencia entre naciones territoriales [no judías] es de poca importancia en comparación con la distinción existencial entre judíos y las naciones que se identifican con un territorio. Por esta razón, los judíos no son ‘racistas’: no piensan que una raza sea preferible a otra. Exceptuando a los judíos, claro, quienes sonharina de otro costal. Como todos los gentiles son iguales para los judíos, las preferencias (o dicho de otra forma, el racismo) acerca de tal o cual gentil son absurdas e insignificantes, a los ojos de los judíos.

Que los iroqueses se consideren a sí mismos completamente diferentes de los hurones o de los pies negros, para los europeos todos ellos son pieles rojas. De igual manera, para los judíos todos los gentiles son básicamente iguales.

Este espléndido no-racismo judío que se sitúa por encima de todas las razas tiene fundamentos teológicos, pero también tiene consecuencias económicas. La economía judía es una milagrosa varita mágica que transforma en oro la sangre y el sudor de cualquiera, y esta magia opera sin distinción con los blancos, los negros y los latinos. Los judíos siempre estuvieron interesados en el dinero, y el dinero de un negro es del mismo color que el dinero de un blanco. Los negros y los blancos pagan la misma renta por un departamento que un judío les alquila. Los mexicanos y los alemanes pagan la misma comisión a un banco judío.

Los judíos son extraterritoriales, en contraste con el resto de la humanidad, las naciones con un territorio definido. Israel es un valiente experimento [¿británico?] para ‘poner en orden a los judíos’ (en palabras de HalfordMackinder), y efectivamente los judíos territoriales de Israel se comportan como toda nación establecida: entienden la diferencia entre las tribus y se oponen a la inmigración. Los judíos estadounidenses todavía actúan como judíos extraterritoriales: están a favor de la inmigración porque incrementa el abanico de clientes potenciales. Está bien, es un punto de vista legítimo, los judíos siempre se adhieren al mismo. Lo que no está bien es que tiendan a deslegitimar el punto de vista común de las naciones ancladas en un territorio.

Si hay una lección que los judíos deberían aprender de la masacre de Pittsburgh es: “aprendan a ser responsables de sus actos”. Los judíos tomaron el control de un recurso público valioso, los medios de comunicación de los EUA, y hacen uso de ellos a su beneficio con un desenfreno infantil. Esto es irresponsable. Deberían de permitir la publicación y la discusión de otros puntos de vista sin marginarlos ni deslegitimarlos.

Cada vez que alguien se queja del comportamiento judío, los judíos suelen contestar con la acusación del antisemitismo, ese misterioso y eterno odio de los gentiles hacia los judíos.Es una táctica demasiado fácil. La segunda lección es: “sean más críticos con ustedes mismos”. Si su hijo regresa a casa y se queja de que le hicieron pagar una novatada, debería preguntarle en qué forma su comportamiento contribuyó al mismo. Está muy mal molestar a alguien, pero el aporte proveniente de la víctima debería ser tomado en consideración y discutirse.

Desafortunadamente, el paradigma moderno no fomenta esta visión. Existe un verdadero tabú sobre cómo lidiar con la contribución del comportamiento de la víctima, trátese de una conducta sexual inapropiada o de un debate sobre la inmigración. A la vez que debemos condenar sin reservas la acción criminal, también deberíamos ayudar a la víctima discutiendo su grado de responsabilidad.

SiUd quiere eliminar los sentimientos negativos hacia los judíos, debería escuchar los reproches que se les hacen. Si la gente se queja de los propietarios judíos o de los banqueros judíos, es muy fácil para los judíos replicar “es una vieja cantaleta antisemita”, pero también existe una respuesta más difícil: no sea arrendador, ni banquero, cómase el pan que se gane con el sudor de su frente, compórtese con sus vecinos no-judíos de la misma manera que quiera que se comporten con usted. Tome posición a favor de la regulación de los bancos y de los arrendadores. No les permita desollar a la gente, porque culparán a los judíos.

No se sirva de su condición de judío como pala de excavar. Si quiere ayudar a los refugiados, o promover el libre comercio o el matrimonio homosexual, no diga: “lo hago de acuerdo a mis principios judíos”, porque es estúpido. Si quiere que Trump sea destituido o reelegido, no lo haga desde su “condición de judío”, hágalo desde su condición de estadounidense. Guarde su condición de judío para su Shabat.

Las víctimas de Pittsburgh no tenían nada que ver con el tema de la inmigración. No hay justificación posible para la masacre. Pero la mente enferma del asesino aceptó como una verdad positiva las estúpidas reivindicaciones de los activistas de la inmigración que aseguran actuar en calidad de judíos o para la causa judía. Deberían ser más precavidos y responsables antes de afirmar que actúan en nombre de toda la comunidad de judíos estadounidenses.

Sea honesto y evite las hipocresías. Si apoya la discriminación positiva para negros y latinos, exija que los judíos también sean contados como un grupo aparte. Actualmente, la discriminación positiva se ejerce exclusivamente a expensas de los no-judíos blancos, mientras que los estudiantes judíos todavía tienen sus lugares asegurados en la Ivy League, la liga de universidades más prestigiosas de los EUA, tal como Ron Unz lo demostró[2].

Si está a favor de la inmigración de trabajadores, exija el reconocimiento de sus diplomas. Si usted es un médico, exija la aceptación inmediata y la entrada ilimitada de médicos extranjeros. Lo mismo si usted es abogado. Es injusto que los inmigrantes que usted invita y bendice no puedan competir con usted.

Si no lo hace, muestre entonces comprensión con la gente que ha sufrido a causa de la inmigración y de la discriminación positiva, en vez de llamarles ‘racistas’. La ley judía promuevetal actitud al decir ענייעירךקודמים, “los pobres de tu ciudad deben ser atendidos antes que los pobres de otras ciudades”. Generalmente, los judíos piensan que esto se aplica solo a los judíos pobres, pero uno lo puede interpretar en un sentido más general.

Algunos judíos enlutados en Pittsburgh se envolvieron en la bandera israelí. Esto no es adecuado. Los judíos del barrio de Squirrel Hill no fueron baleados a causa de Israel, aunque los ministros del gobierno israelí hayan aprovechado con ganas la ocasión para hacer su numerito y llamar a la aliyá y al eterno odio hacia árabes y musulmanes (a menos que se llamen Mohammed bin Salmán, vivan en Riad y quieran combatir a los iraníes). Los judíos israelíes tienen sus propias cuentas por pagar: su tratamiento de Gaza les costará caro. Los judíos estadounidenses actuarán sensatamente si no suscriben esta enorme y creciente deuda.

Deberían de reflexionar sobre su propia deuda causada por su comportamiento irresponsable. Y esto solo puede suceder si prestan atención a las reclamaciones de sus conciudadanos.

Israel Shamir, 2 de noviembre de 2018

Traducción: Daniel Osuna

Artículo original, en inglés: adam@israelshamir.net

Contacto de Israel Shamir: TheUnzReview

Fuente original al espanol: Red Internacional

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REFERENCIAS

[1] Ver video, en inglés: https://www.youtube.com/watch?v=yeJwdbZS7GA&feature=youtu.be

[2] Disponible en inglés: http://www.unz.com/runz/american-pravda-racial-discrimination-at-harvard/

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