El medicamento no es solo un bien de mercado, es también un bien social

 

Jorge Rachid

Argentina. La salud es un bien con la cual los seres humanos nacemos, la enfermedad aparece disruptivamente en nuestras vidas como una alteración, una pérdida del equilibrio entre el combate de la salud y el medio. La enfermedad entonces no es el estado natural de los seres humanos.

EL MEDICAMENTO COMO BIEN DE MERCADO, TRITURA EL CONCEPTO DE LA SALUD COMO DERECHO HUMANO

El paradigma sanitario de la prevención y el apuntalamiento de la salud, como valor prioritario, es arrasado frente a la consolidación del concepto paradigmático de la atención de la enfermedad, instalado por la cultura dominante neoliberal.

Sin embargo la ofensiva de la industria farmacéutica y las nuevas tecnologías, ha determinado un cambio profundo en las conductas asistenciales, que fijan como enfermedades, desvíos estándar de análisis o de circunstancias ocasionales, procediendo a medicalizar de por vida a sujetos jóvenes y aún a niños, en donde han focalizado la detección temprana de supuestas enfermedades.

No han dudado en correr los análisis comparativos de “normalidad” hacia abajo, incorporando a miles de millones de personas a la medicalización, apuntalado este escenario para una agresiva campaña publicitaria, que naturaliza el hecho de medicarse para vivir. Si se tiene fatiga, cansancio, no puede dormir o hacer el amor, ahí está la “pócima mágica” que nos apuntala.

Entonces un bien como el medicamento que es un bien social, lo cual determina que el conjunto de la población del mundo debería tener accesibilidad universal al mismo, en especial los enfermos crónicos de enfermedades no trasmisibles, que si necesitan medicarse para seguir viviendo, pero que al ser rehenes del Mercado, ven deterioradas sus calidades de vida, por los precios.

Pero la Industria Farmacéutica además de avanzar en la publicidad y la cooptación mafiosa de médicos con estímulos directos económicos o indirectos, viajes, turismo amparados en Congresos o instrumentos electrónicos, como forma de corrupción, ha colonizado las Cátedras de formación médica, tallando a sus necesidades a los futuros profesionales.

Nada hace más daño a los sistemas solidarios de salud que un médico con su lapicera, ya que la prescripción representa hoy en la Argentina el tercio exacto de la inversión total en salud, cuando ningún país del mundo destina a ese fin más del 14%. Los sistemas solidarios de salud invierten, con salario diferido de trabajadores en los caso de obras sociales sindicales y provinciales, más el PAMI, junto a fondos tributarios el 91% destinados a la salud.

Sin embargo este esfuerzo solidario, se ve comprometido por las políticas oficiales, que al fijar como objetivo estratégico controlar “el déficit fiscal” y “las metas de inflación”, tiende a ahorrar en las prestaciones sociales poniendo en peligro la salud de esas poblaciones, ya que además de ahorrar, bajando presupuesto, agrega la disparada del precios “del Mercado” del medicamento, sumado al ajuste salarial.

La Producción Pública de Medicamentos instrumentada por “la pesada herencia”, en la década ganada promulgó las leyes 26.688 de PPM, la 27.113 de la agencia de laboratorios públicos y la ley de trazabilidad, que servían de empresa testigo de precios del Estado, frente a la prepotencia de la industria farmacéutica. Ha sido congelada esta política de estado, por el neoliberalismo.

Entonces nuestros jubilados deben elegir entre comer o comprar medicamentos, en un doble juego macabro que siempre lleva a la muerte por inanición o por enfermedad no controlada. El neoliberalismo mata, repetimos siempre, porque su esquema de gobierno es macro económico, de índices antes que de personas, de metas antes que de pueblo y de Mercado antes que de Derechos Sociales Humanos básicos, consagrados por la misma Constitución Nacional. Nuestro modelo social solidario sigue siendo nuestra utopía, donde el medicamento es un bien social al servicio del pueblo y donde la salud y su protección es nuestra prioridad sanitaria.

 

Jorge Rachid, 18 abril 2018

 

“SIN MORDAZA”: El Dr. Jorge Rachid es médico, cirujano, sanitarista, destacado profesor universitario y, principalmente, un activo combatiente de lo que se ha dado en llamar la “Batalla Cultural”. Su libro “Sin Mordaza” es un sucinto reflejo de su pensamiento y de su acción militante. VER LIBRO

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De izquierda a derecha: Gollián – Calloni – Rachid – Monoukian

Ver Tambien : http://www.agenciapacourondo.com.ar/opinion/el-medicamento-no-es-un-bien-de-mercado

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