A Lula le proponen libertad a cambio de renunciar
Lula cuenta siempre que tenía unas ganas enormes de comer una de esas manzanas argentinas que nos llegaban desde Mendoza, con un lindo envoltorio azul. Que sus amigos comían, que no le costaría nada agarrar una y salir corriendo, porque no tenía plata para comprar. Pero que no lo hacía...