Perro ladrador, poco mordedor – por Darío Herchhoren

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Geoestrategia de Arabia Saudita: Del mar rojo al estrecho de Ormuz.

En esta última semana hemos asistido a una esgrima verbal entre el cow boy de la casa blanca y el gobierno iraní. El grado de violencia y las amenazas entre Irán y el gobierno USA, llevó a las agencias de noticias a hablar de un inmediato ataque de los EEUU y dicha esgrima ha llevado a que sonaran las alarmas y que se hablara de un inminente ataque de los EEUU a la nación persa.

Todo lo que ocurre en el Medio Oriente tiene un inconfundible olor a petróleo; y esta vez se confirma esa regla de oro.

¿Cuál es el motivo de esta nueva tensión? Hay que buscarlo en diversas causas. En primer lugar la aversión que todos los gobiernos de los EEU tienen hacia el estado persa desde la caida del sha Mohamed Reza Pahlevi, y la instauración de la República Islámica de Irán. Ello tuvo un momento culminante cuando Sadan Hussein atacó a Irán por mandato de la CIA, sin conseguir tumbar al gobierno de los ayatolla. Ello provocó una guerra cruel que causó un millón de muertos y duró ocho años.

Más adelante cuando la nación iraní comenzó a enriquecer uranio, los EEUU amenazaron a Irán con graves consecuencias y ello culminó con la firma del tratado entre los EEUU, Rusia, Francia, Inglaterra y China más Alemania, donde se limitaba la capacidad nuclear iraní.

Pero el gobierno Trump abandonó dicho tratado hace muy pocos meses y decretó un embargo contra Irán, que le impide vender libremente su petróleo ocasionando graves perjuicios a la economía persa.

Dentro de ese contexto se produce en Yemen una revolución que acaba con el gobierno pro saudí, y el movimiento popular Ansarolá se hace cargo del país.

El presidente destituido de Yemen buscó refugio en Arabia, y la monarquía lo acogió, y atacó militarmente a Yemen, causando ya más de diez mil muertos y una enorme destrucción. Es necesario aclarar que el gobierno iraní provee ayuda militar al gobierno yemení encabezado por el movimiento popular Ansarolá que hasta ahora resiste valientemente la agresión saudí que se revela cada vez más inútil e ineficaz.

Para echar un poco más de leña al fuego el gobierno saudí ha cerrado sus puertos sobre el Mar Rojo, y ya no utiliza el paso de Bab el Mandeb que comunica el Mar Rojo con el Indico, aduciendo falsas razones de seguridad. Lo que pasa en realidad es que frente a Bab El Mandeb está el cuerno de Africa y allí está Djibouti, donde China tiene una enorme base naval, y China no es amiga de los saudíes, y en cambio mantiene excelentes relaciones con Irán.

Los saudíes han trasladado casi todo su comercio de petróleo a la otra costa que está sobre el estrecho de Ormuz, y que comparte con la nación persa. El gobierno persa ha expresado su intención de cerrar el estrecho de Ormuz a toda navegación si sus buques son privados de ese paso. Más del 50 por ciento del comercio mundial de petróleo circula por esa zona, y quien la controle tendrá la llave del petróleo.

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El perro de la Casa Blanca según la prestigiosa revista The National Interest, ha sido advertido por sus generales, y en especial por el Secretario de Defensa James Mattis que no es posible ganar una guerra a Irán, ya que tendría consecuencias catastróficas para todo el Medio Oriente ampliado, y llevaría a una grave confrontación con Rusia y con China.

Esperemos que el cow boy no se atreva a tamaña insensatez.

Y para finalizar debo pedir disculpas a los perros; animales nobles, fieles y cabales.

Darío Herchhoren, 30 julio 2018

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