Los Globalistas comen ‘Gelfite’ (que es un antisemita?) – por Israel Shamir
Nuestros abuelos enfrentaban un dilema cuando tenían que describir algunas partes del cuerpo o actividad física. Las “palabras obscenas” siguieron siendo un tabú hasta que D.H. Lawrence terminó con esta prohibición en El amante de Lady Chatterley. Sin embargo, ahora tenemos nuevas palabras prohibidas o palabras que sólo podemos usar a conciencia del peligro que entrañan.
“Judíos” es una de esas palabras. Hablar sobre los judíos tiene muchas consecuencias. No les gusta que los mencionemos a menos que sea en términos extremadamente halagadores. Es probable que te censuren de Facebook o de otras redes sociales si te refieres a los “judíos”. Puedes ser despedido de tu trabajo. Cien años atrás, ya era un paso problemático que podía causarte ostracismo social.
Por lo tanto, existe una permanente exigencia de eufemismos:
- “Semita” es un eufemismo del siglo 19 que todavía funciona, gracias al derivado “antisemitismo”.
- Los “Jázaros” o “Jazares”, término popular en las redes gracias a Arthur Koestler, el autor de La decimotercera tribu. Él afirmaba que los judíos modernos eran descendientes de jázaros turcos que se convirtieron al judaísmo en el siglo 12.
- El apodo “Askenazí” se refería originalmente a los judíos de Europa Central. Los judíos de Europa Oriental de origen lituano y ucraniano aceptaron con entusiasmo este término a pesar de las objeciones de los judíos alemanes. Actualmente se trata de un simple eufemismo para “judío”, con un bono extra: los judíos orientales no muy destacados (fuera de la esfera del comercio y el dinero) con gusto se adherirán a la denuncia del término Askenazí.
- “Sionista” es un término popular de uso y abuso, como en la frase “no tengo problema con los judíos, son los sionistas quienes no me gustan”.
- “Reptilianos” o “Iluminatis” son las palabras que se emplean cuando ninguna de las anteriores sirve.
Hay un gran problema con estas palabras: muestran claramente que tienes miedo de escribir la palabra “judío”. Y ellos saben cómo lidiar con la gente que tiene miedo. Basta con susurrar “es un insulto antisemita” y la persona colapsará en un paroxismo de negación. Hay un segundo problema: tiene muy poco sentido llamar “sionistas” a los judíos bolcheviques.
Los mismos judíos han propuesto algunos eufemismos, siendo los preferidos “hebreos” o “israelitas”, pero estos términos no lograron implantarse en el mundo de habla inglesa. No obstante, “hebreos” fue la designación oficial de los judíos en Rusia, mientras la denominación “judíos” estuvo prohibida, aunque sobrevivió en Polonia y Ucrania.
Ahora, Estados Unidos ha producido una nueva palabra: “globalistas”. El diario Huffington Post tachó de antisemita el tweet de Donald Trump sobre la dimisión del “globalista Gary Cohn”. Resulta que un “globalista” es un judío, sencillamente. Por ejemplo, a los globalistas les encanta comer gelfite. [1]
Este neologismo “globalista” le gustó a Ann Coulter, quien divirtió a sus numerosos lectores con sus tweets, los cuales fueron compartidos miles de veces, con miles de likes, causando la colérica condena… de los globalistas.
Mahmud Abás, el presidente de Palestina, creó un eufemismo accidentalmente. Llamó al embajador estadounidense en Israel un “hijo de puta”, y su Excelencia, el honorable embajador David Friedman, dijo que eso era un “insulto antisemita”.
Por cierto, la creación de eufemismos es una forma muy judía de lidiar con tabús. Primero, los judíos prohibieron el “Nombre de Dios יהוה”, y después el uso del substituto, y el substituto del substituto y luego el substituto del substituto del substituto. Esta actitud judía fue extrapolada a otros grupos, dentro de la cultura de “lo políticamente correcto”, donde por ejemplo la palabra Negro (en inglés) ha sido substituida por Black, luego black, hasta llegar al término “afroamericano”.
Por lo tanto, “lo políticamente correcto” había creado una nueva cerca alrededor de la prohibición, siendo la idea de las cercas otro concepto judío. Así, “lo políticamente correcto” se convierte en una cerca adicional. Si hoy te refieres a una persona negra, mañana podrías referirte a los judíos. Y si te refieres a los judíos, tal vez lo hagas en términos poco halagadores. El concepto de micro-insultos y micro-agresiones completa la cerca.
Y ahora hemos creado una nueva cerca: está prohibido referirse a “banqueros”, “prestamistas”, o incluso “globalistas”, como en el caso de George Soros. Los húngaros se refirieron a él como a un “banquero globalista” y el mundo judío se precipitó a defenderlo: tienen que luchar contra la brecha en la cerca. Ya sabemos la lógica: hoy llamas “globalista” a Soros y mañana llamarás judío a un judío.
Eso mismo hizo el presidente Putin. Durante una entrevista con Megyn Kelly, respondió a su pregunta sobre los trece rusos acusados por el fiscal Mueller de intromisión en las elecciones: “Ellos no representan los intereses del Estado ruso. Quizás no sean rusos sino ucranianos, tártaros, judíos con ciudadanía rusa. Convendría averiguar ese punto.. El presidente fue atacado ferozmente por la organización judía Liga Antidifamación (o ADL, por sus siglas en inglés), invocando los Protocolos de los sabios de Sión, su respuesta estándar donde quiera que se mencione a un judío como tal.
Éste es un tema candente: si hay un país extranjero que interfiere activamente en la política y elecciones de Estados Unidos, ese país es Israel, seguido por sus lacayos. En general, los judíos gastan más dinero en elecciones estadounidenses que en ayudar a judíos que lo necesitan. Los diplomáticos israelís interfieren directamente en las elecciones de EU en todos los niveles, como lo señala el sitio web judío Mondoweiss. Pero solamente puedes mencionar todo esto en publicaciones marginales a punto de ser censuradas por Google y Twitter.
En Israel, la joven Xenia Svetlova, quien es miembro del Parlamento israelí por la Unión Sionista, acusó a Putin de antisemitismo, llamando a Netanyahu a “proteger a los judíos”. A su vez, pide una intervención israelí contra Assad y Putin en Siria.
Ni los tártaros ni los ucranianos se sintieron ofendidos por las palabras de Putin. Los judíos rusos en Rusia tampoco. Y esto debido a que el tabú sobre la palabra “judío” no es universal. No existe tal tabú en Rusia, donde hay unas 150 etnias nativas y cada una es llamada sin miedo por su nombre.
Esta actitud puede sorprender a un francés, para quien primero se es un francés y segundo un nativo de su región. Los estadounidenses tienen a la raza y a la religión como factores de formación de la identidad.
En Rusia, la identidad étnica se mencionaba en la identificación oficial de los ciudadanos en tiempos de Stalin; siendo él un nativo de Georgia, país de Transcaucasia, fue criado en la tradición local de conciencia étnica. Ahora los rusos dan poca importancia al origen étnico y es por eso que el mismo ya no se menciona en los documentos oficiales.
Por supuesto que cuando Megyn Kelly habalba de los “rusos” acusados por Mueller se refería a los “ciudadanos de Rusia” y no a los “étnicamente rusos”. Yo, como la mayoría de los emigrados, también me refiero a “rusos” queriendo decir la gente en Rusia o de Rusia, o incluso los habitantes de la antigua Unión Soviética. En Israel, a cualquier persona cuyos orígenes se encuentran en la URSS se les llama “rusos”. Quisieran ser llamados “judíos” en Israel y “rusos” en Rusia pero desafortunadamente es a la inversa: les dicen “judíos” en Rusia y “rusos” en Israel.
Ahora, por primera vez, los rusos están siendo entrenados a apegarse al uso de palabras americanas y esto debido a Facebook, una plataforma que millones de rusos utilizan. Además de abrir Rusia al mercado estadounidense y de robarle sus bases de datos, Facebook es un poderoso introductor de lo políticamente correcto en las mentes rusas. Si te refieres a los negros, judíos o incluso ucranianos, corres el riesgo de ser censurado por una semana o un mes.
Estos pequeños castigos contribuyen a traer la hegemonía judía a Rusia. Además de proteger a los judíos o negros de micro-insultos, la prohibición de palabras trae consigo un poderoso impacto en la mente. El que te diga lo que puedes decir o no es una persona con autoridad. Esta forma de someter a la gente a tu mando se llama Programación Neurolingüística (PNL) y la CIA está a la vanguardia en el uso de esta magia negra a base de palabras.
Los israelíes, y los judíos en general, no aceptan estos tabús. Es perfectamente correcto para los israelís y judíos referirse a los “judíos” o peor. Hablan en total libertad de los negros, no sólo hablan de ellos sino que también los deportan. Tampoco se avergüenzan de prohibir abiertamente a los no-judíos rentar departamentos. Esta indiferencia a los tabús les otorga a los judíos un poder adicional al tratar con no-judíos, como la indiferencia de Neo a la Matrix le daba poderes sobrenaturales.
Los palestinos también ignoran el tabú. No titubean al gritar “ahí vienen los judíos” cuando irrumpen los soldados israelís en sus pueblos. Por otro lado, los estadounidenses de origen palestino se muestran escrupulosos al respecto, nunca pronuncian la palabra J- prohibida (a menos que quieran decir algo bueno de algún amigo judío), de lo contrario hablan de “sionistas”. Es por eso que los palestinos en Palestina son libres y los palestinos en Estados Unidos no lo son, como tampoco los estadounidenses todos.
Deberíamos poner fin a este tabú. De lo contrario, los judíos seguirán dominando el discurso y la sociedad estadounidense, los palestinos sufrirán, los banqueros seguirán henchidos en su prosperidad, la inmigración legal e ilegal continuará sin cesar. Decir “judío” tendrá un efecto liberador, como articular el nombre de Rumpelstiltskin[2]. Y es mucho más corto.
Israel Shamir, 25 de marzo de 2018
[1] Gelfite es la palabra yiddish para un plato muy popular entre los judíos, la carpa rellena, que se come el viernes por la noche, en shabbat (nota del traductor).
[2] Enano maléfico del cuento de Grimm, que no soporta que pronuncien su nombre.
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Traducción : Jesús Daniel Osuna Aguirre, Revisión: María Poumier
Publicado originalmente en español el 26 de abril 2018 por Red Internacional
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Más artículos de Israel Shamir traducidos al español:
http://pajarorojo.com.ar/?p=37851&cpage=1 (enero 2018)
http://www.israelshamir.com/spanish/ (enero 2015 a diciembre 2017)
http://www.israelshamir.net/spanish/ (2003 a 2014)