Los dirigentes de la Unión Europea asesinan a los dirigentes africanos con el mismo estilo de siempre
En una sociedad dividida en clases, hay dos tipos de personas, como no podía ser de otra forma. Por un lado, los que nos asombramos de que en 2011 los imperialistas destruyeran un país, como Libia, que desde entonces está en una guerra que no tiene un final cercano, ni mucho menos. Nos asombramos de que los franceses asesinaran a un Jefe de Estado, como Gadafi, de la manera más abominable que cabe imaginar, que los países miembros de la OTAN, como España, fueran sus cómplices y que todo ello estuviera bendecido por la ONU.
Por el otro lado está el punto de vista de los asesinos y criminales en masa, como los imperialistas franceses, que se asombran de que el jefe de la banda de asesinos, el Presidente de la República, Nicolas Sarkozi, aceptara unos sobornos por parte de Libia que falsearon las elecciones.
Los grandes asesinos son así. Se preocupan de que las elecciones y las urnas estén limpias, de que no intervengan terceros países en sus asuntos internos, sobre todo si son africanos, de que los políticos de alto nivel no se corrompan… En fin, sólo les preocupa lo suyo: que no se acabe nunca la rutina de las urnas, las elecciones y las votaciones. La guerra, los muertos, los refugiados, la destrucción… eso no son asuntos propios de una buena campaña electoral donde todo deben ser sonrisas.
Al menos ya no cabe ninguna duda de que la tragedia libia tiene un pie en Francia, en donde a Sarkozi le está ocurriendo como a Al Capone: los jueces no le han procesado por asesinato sino por soborno. La muerte de las personas no importa nada en una sociedad como ésta, que no tiene otra ley que el dinero, sobre todo si los muertos mueren en África.
Pero en Libia el hedor de los cadáveres es cada vez mayor, empezando por el de Gadafi. Todas las pistas del horrendo crimen conducen al mismo lugar, a París y a Sarkozi, por lo que las actuaciones judiciales contra el antiguo Presidente de la República tienen un gusto a cortina de humo: el delito menor (soborno) esconde el delito mayor (asesinato).
Jefe de Estado entre 2007 y 2012, Sarkozi ha cometido un magnicidio y ha matado a otro Jefe de Estado, el coronel Gaddafi, a través un pistolero del servicio secreto francés por orden directa suya, según relata el diario británico Daily Mail.
Sarkozy envió a sus pistoleros (léase “agentes de inteligencia”) a Libia para infiltrarse en las bandas yihadistas que intentaban localizar a Gadafi tras el derrumbe del Estado que siguió a la Primavera Árabe, orquestada por la OTAN.
El asesino le disparó a Gaddafi fríamente, de un tiro a bocajarro que le dio en la cabeza, dice el Daily Mail. El asesinato se llevó a cabo para impedir que Gadafi fuera interrogado y pudiera revelar su relación con Sarkozy y otros dirigentes imperialistas.
“Sarkozy tenía todos los motivos para tratar de silenciar al coronel lo más rápido posible”. Antes de que la OTAN lanzara una campaña de bombardeos aprobada por la ONU para derrocar a Gaddafi en 2011, el coronel libio parecía tener estrechos vínculos con varios dirigentes europeos, entre ellos el italiano Silvio Berlusconi y el británico Tony Blair.
En Europa el cínico escándalo mediático no comenzó en 2011 con los bombardeos de la OTAN, sino un año después, en marzo de 2012 cuando se supo que Gaddafi había entregado 50 millones de euros para la campaña presidencial de Sarkozy.
A los autores del magnicidio se les conoce desde el primer minuto. Mahmoud Jibril, que fue Primer Ministro en funciones después del derrocamiento de Gadafi, dijo a la televisión egipcia en 2012: “Un agente extranjero se mezcló con brigadas revolucionarias para matar a Gaddafi”.
En aquella época los medios de comunicación italianos también dijeron que un espía francés estaba detrás del asesinato del coronel libio: “Desde el comienzo del apoyo de la OTAN a la revolución -fuertemente apoyada por el gobierno de Nicolas Sarkozy- Gaddafi ha amenazado abiertamente con revelar detalles de su relación con el ex presidente de Francia, incluyendo millones de dólares pagados para financiar su candidatura a las elecciones de 2007”, dijo el periódico italiano Corriere della Serra, citando fuentes diplomáticas libias.