¿Traiciona Netanyahu a Trump, pese al regalo de Jerusalén? – por Alfredo Jalife-Rahme
Pocos presidentes de Estados Unidos han sido tan pro supremacistas israelíes como Trump que, inclusive, tiene un yerno talmúdico, Jared Kushner, a quien otorgó el manejo de tres agendas sensibles: 1. Su intimidad con Arabia Saudita en las buenas y las malas; 2. El traslado ilegal de la embajada de EE.UU. de Tel-Aviv a Jerusalén, financiado por Sheldon Adelson, mafioso dueño de casinos en Las Vegas y a cuya esposa Trump premió en forma estrambótica con la Medalla de la Libertad; y 3. La bizarra relación sadomasoquista con el itamita y aprendiz, canciller mexicano, Videgaray.
Pese a los regalos dadivosos de Trump a Israel, el primer ministro Netanyahu -hoy en serios problemas domésticos exacerbados por el fracaso de la reciente incursión militar en Gaza, que llevó a la renuncia del ex guarura de cabarets (literal) Avigdor Lieberman en el Ministerio de Defensa- traiciona a su supuesto aliado, el presidente de EE.UU., según los periodistas Amir Tibon y Amos Harel, del rotativo Haaretz.
Se podrá aducir, no sin sustento, que Haaretz es muy cercano a los intereses de George Soros quien choca con la tripleta talmúdica de Netanyahu, Adelson y Kushner.
Los periodistas de marras juzgan que Trump estará muy furioso (sic) debido a los proyectos de infraestructura de China en Israel, lo que ha provocado alta tensión con el Pentágono y el vicepresidente Mike Pence, en momentos en que Trump arremete en su guerra comercial contra Pekín.
No pasó desapercibida la presencia del muy poderoso vicepresidente chino Wang Qishan en la Cumbre de Innovación Israelí en Jerusalén a finales de octubre, según The Washington Post (24/10/18), cuya noticia fue borrada extrañamente.
No hay que perder de vista la estrecha relación que ha establecido Henry Kissinger -muy cercano a su pupilo Jared Kushner (http://bit.ly/2OV8zK3) y a Netanyahu– con el vicepresidente chino Wang Qishan a quien visitó en una semana tanto en Singapur como en Pekín con el fin de apaciguar las asperezas de Trump contra China, como indagué en el portal Sputnik.
Hace un poco más de dos meses, Harel analizó en forma cándida las razones por las cuales Israel otorga a China las llaves de su principal puerto (¡mega-sic!), por lo que la marina de EE.UU. podría abandonar Israel: China operará el puerto de Haifa, cerca de los presuntos submarinos de Israel dotados de armas nucleares (¡mega-sic!).
Amos Harel juzga que parece que nadie en Israel pensó sobre las ramificaciones estratégicas. ¿Será?
Es evidente que Israel anhela, mediante la (con)cesión del puerto de Haifa a una empresa china para su operación, formar parte del megaproyecto del siglo XXI de la Ruta de la Seda.
Por demás significativo sea que también Haifa constituya el puerto hogar de la sexta flota estadunidense, lo cual erizó los cabellos del muy influyente Hudson Institute, con sede en Washington, así como de ex almirantes y ex funcionarios del Pentágono.
¿Se adelanta Netanyahu al G-2 que desea repetir Kissinger con China, mientras éste engaña al zar VladyPutin con otro G-2 espurio?
Hace tres años y medio, la empresa china SIPG, que maneja el puerto de Shanghái, obtuvo la licitación para expandir el puerto de Haifa y operarlo durante un cuarto de siglo.
Mas allá de la participación china en “inmensos proyectos de infraestructura en Israel, tales los túneles en el Monte Carmel y el tren ligero en Tel-Aviv, (…) otra empresa china ganó la licitación para construir un nuevo puerto (¡mega-sic!) en Ashdod”: ¡dos de sus tres puertos!
¿Cómo reaccionará Trump cuando llegue a su mesa la aparente, sino coreográfica, traición de su dilecto cuarteto Netanyahu/Kissinger/Jared Kushner/Sheldon Adelson (dueño de un casino en Macao).
¿Qué sabrá que no sepamos el cuarteto Netanyahu/Kissinger/Jared Kushner/Sheldon Adelson sobre la declinante situación doméstica, no se diga foránea, de EE.UU. en la fase del Desorden Global en la Era Post Estados Unidos?
Alfredo Jalife-Rahme, 21noviembre 2018