La guerra de Ucrania y las nuevas armas occidentales de subyugación masiva – por Lucien Cerise
“En la visión rusa, los judíos como Zelensky obedecen al proyecto occidental de destruir Rusia, llevado a cabo en el siglo XX por Hitler y renovado por toda una franja radicalizada de la población ucraniana, con el apoyo masivo del Occidente liberal y democrático. En teoría, dados sus orígenes, estos individuos deberían oponerse al nazismo, pero de hecho han fusionado su propio supremacismo con el de todos los occidentales que consideran a los rusos como inferiores y a Rusia como un territorio a invadir.”
Lucien Cerise desentraña el caos mental en el que los medios occidentales tratan de hundirnos en torno a la guerra de Ucrania, respondiendo preguntas del semanario Rivarol.
- Rivarol: La reedición de su libro sobre EuroMaïdan le da la oportunidad de volver a la situación en Ucrania. ¿Le ha sorprendido la intervención directa de Rusia en Ucrania?
Lucien Cerise: No. Ya sabía en febrero de 2014 que Rusia iba a intervenir. Ya sabía en febrero de 2014 que Ucrania iba a convertirse en el escenario de un enfrentamiento militar entre la OTAN y Rusia. La pregunta no era “si” sino “cuándo”. Fue esta certeza la que me impulsó a escribir una docena de artículos en 2014, que se convirtieron en un libro en 2017, reeditado en una versión revisada y ampliada en 2022. Al rastrear la verdadera causa del inicio de las hostilidades, intento contrarrestar la propaganda de guerra occidental que atribuye a Rusia el papel de agresor.
¿Por qué era posible prever la intervención directa de Rusia en Ucrania? El 22 de febrero de 2014 finalizó el EuroMaidán en Ucrania, la segunda revolución “colorida” en la historia del país después de la Revolución Naranja de 2004-2005. Unas semanas más tarde, comenzó una guerra civil entre las nuevas autoridades antirrusas surgidas del golpe y dos regiones contrarrevolucionarias que habían desaprobado el golpe respaldado por la OTAN. El nuevo gobierno ucraniano, impulsado por una concepción racial de la política, comenzó a planificar una limpieza étnica de la región del Donbass, acusada de estar poblada por rusos, y en una segunda fase, pretendía atacar militarmente a Rusia, siguiendo el modelo de la operación Barbarroja decidida por Hitler en 1941. Desde al menos Napoleón y el auge del imperialismo británico en el siglo XIX, el Estado profundo occidental -lo que Moscú llama el “Occidente colectivo”- ha intentado conquistar Rusia por cualquier medio.
No importa el régimen que esté en el Kremlin, el objetivo es el vasto territorio de Rusia, de ahí la anexión de Ucrania por parte de la OTAN en 2014 y la transformación de ese país en una gigantesca base militar que prepara una invasión terrestre de Rusia directamente en sus fronteras. La intervención defensiva del ejército ruso en Ucrania es un episodio más de la guerra de dos siglos que los geopolitólogos llaman el Gran Juego. Era inevitable y predecible en algún momento. Para mí, la única incógnita era la fecha exacta.
- Nos enfrentamos a una guerra híbrida. ¿En qué consiste este nuevo modo de conflicto?
Este nuevo modo de conflicto dirigido por la OTAN en Ucrania, y en otros lugares, consiste, en definitiva, en abolir todos los límites convencionales de la guerra clásica. Todos los golpes están permitidos y todos los frentes son posibles. Esto implica abolir la diferencia entre civiles y soldados para hacer la guerra, lo que técnicamente significa militarizar a los civiles, a veces sin su conocimiento o en contra de su voluntad; véase a este respecto el actual uso de escudos humanos por parte de las tropas ucranianas. Las operaciones de revolución “coloridas”, con sus numerosas manifestaciones civiles, de las que Ucrania ha sido objetivo dos veces en diez años, forman parte del arsenal no convencional de la guerra híbrida, del mismo modo que las armas biológicas o las operaciones psicológicas, paramilitares y terroristas, con su contrapartida mediática para elaborar el relato, la narración oficial de los hechos, lo que la opinión pública tiene derecho a oír, creer y repetir.
- ¿Cree que también es una guerra ideológica? ¿Cuáles son las visiones del mundo de los dos protagonistas?
Para entenderlo, me baso en la corriente de pensamiento de la geopolítica trascendental, cuyos representantes más conocidos son Jean Parvulesco y Alexander Dugin. Conocí el trabajo de este último en 2011-2012 a través del movimiento Alianza Revolucionaria Global, lo que me acercó a su editor en Francia, que me ofreció trabajar en la traducción al francés del libro de Dugin La cuarta teoría política. Yo sólo había estudiado ruso en el instituto y, por lo tanto, era demasiado flojo para hacer la traducción completa, así que lo hizo otra persona. Sin embargo, era competente para corregir y mejorar la versión francesa con el fin de corregir los errores de traducción residuales sin desvirtuar el pensamiento del autor, al haber recibido una formación universitaria cercana a la suya. También tuve la oportunidad de escribir el pequeño texto de la contraportada del libro.
Este libro tan estimulante, como la obra de Dugin en general, propone una división arquetípica de la geopolítica en dos espacios: el espacio de las potencias talasocráticas y marítimas, más bien angloamericanas y occidentales por contaminación, que se denomina atlantismo; y el espacio de las potencias terrestres y continentales encarnadas por Rusia y China, que se denomina eurasismo. El atlantismo occidental genera un modelo de sociedad abierta, liberal e individualista, llegando a una sociedad líquida y deconstruida (Bauman), que se refleja en patologías mentales como la fluidez de género y la autodeterminación de la identidad. El eurasismo genera un modelo de sociedad cerrado y austero, orientado hacia lo colectivo, pero arraigado y estable, que sin embargo también puede degenerar en patologías sociales, como vemos en China con el crédito social y la política gubernamental de “cero covid”. Como el yin y el yang, los dos opuestos interactúan y se influyen mutuamente, por lo que hay un elemento de atlantismo en el eurasismo, y viceversa.
- Para usted, la OTAN es la punta de lanza de la “sociedad abierta”. Pero ¿tiene aún la organización transatlántica los medios para cumplir sus ambiciones frente a las nuevas potencias (Rusia, pero también China e India)?
Está claro que no. El expansionismo ilimitado de la OTAN, especialmente en las fronteras de Rusia, ya no se cuestiona, pero esta alianza militar se pasa el tiempo disparándose en el pie con su promoción del wokismo, la sociedad abierta y la diversidad inclusiva. El fenómeno de los “soldados LGBT” en Ucrania es un resultado directo de esta agenda. No se puede luchar seriamente en una guerra con tanta interferencia ideológica. La ideología LGBT produce un perfil psicológico individualista, caprichoso, inmaduro y poco realista. Al generalizar este tipo de personalidad en sus cuadros y tropas, la OTAN ¡pierde cualquier capacidad organizativa seria! En cambio, un buen guerrero juega colectivamente, controla sus emociones y es pragmáticamente realista. El resultado es que la OTAN está en estado de muerte cerebral, lo que incluso Macron ha reconocido, al igual que toda la zona occidental a la que ahoga y dirige con sus redes de influencia política, mediática y cultural. El resultado de este colapso de las capacidades cognitivas de los ejecutivos y las tropas a la vez es directamente visible en el caso ucraniano.
La OTAN es omnipresente en el mundo virtual, con su desinformación oficial en la televisión y sus equipos de trolls en las redes sociales, pero en el mundo real sólo es capaz de ganar batallas fáciles, proyectando grupos terroristas (Al-Qaeda, regimiento Azov, etc.) contra civiles desarmados, o utilizando fuerzas convencionales contra pequeños ejércitos, como en Serbia o Libia. Sin embargo, permanece paralizado cuando se enfrenta a un oponente serio como el ejército ruso.
- ¿Hay una nueva red “Gladio” para usted en Ucrania? ¿Hay que temer una nueva “estrategia de la tensión”?
En la comprensión histórica común de la Guerra Fría, las redes Gladio son los “ejércitos secretos de la OTAN” (Daniele Ganser), es decir, las redes paramilitares y terroristas de la OTAN gestionadas por los servicios secretos occidentales, y su apoyo político y mediático. Podemos hablar de un nuevo Gladio, o neo-gladio, especialmente visible en Ucrania y Siria, y que recluta en tres círculos, extrema derecha, extrema izquierda, islamismo. Rusia ha decidido poner fin a esta “estrategia de tensión” en dos etapas: Siria 2015 y Ucrania 2022, y sin duda se verá obligada a tomar el control de toda Ucrania para eliminar todas las metástasis terroristas que inevitablemente volverán a crecer si no se expulsa a la OTAN del país de forma definitiva. Rusia no puede permitirse el lujo de dejar que su vecino sea invadido por extraños hostiles que planean atacarla en una segunda fase, por lo que limpiará Ucrania a fondo. Las redes de activistas ucranianos serán entonces redistribuidas en Europa por los servicios occidentales de acción encubierta, y luego vinculadas a los islamistas y antifascistas, para relanzar una nueva estrategia de tensión que tomará la forma de represión física contra individuos y organizaciones nacionalistas, soberanistas y antiglobalización, que también son simpatizantes de Rusia y Siria. El ataque terrorista contra Daria Dugin es obra de estas redes de neo-gladio, que están elaborando listas de objetivos, de las que yo mismo podría formar parte. Un portavoz del regimiento Azov en Francia tuvo la amabilidad de advertirme que me había convertido en inadmisible en Ucrania (persona non grata) tras la publicación de mi libro en 2017. Así que ya estoy señalado, al igual que todas las personas relacionadas con los Dugin padre e hija. Todos los partidarios de Rusia y de un modelo político conservador deberían ser conscientes de que ahora tienen un contrato mafioso pendiente de activación.
En esta fase, las órdenes les llegan a los terroristas directamente por los medios de comunicación, que mantienen un clima criminógeno desinhibidor y propicio para la acción. Esta escala de acción no requiere un apoyo logístico significativo. En esta nueva estrategia de tensión, más o menos autónoma, la yihad del apuñalamiento callejero se complementará con su equivalente activista ucraniano. Los antifascistas ya conocen bien los Black Blocks [que intervienen en sus manifestaciones para hacer estragos en nombre del antifascismo]. En cuanto a los grandes atentados realizados por los profesionales de los servicios occidentales, se llevarán a cabo bajo una “falsa bandera”, es decir, atribuidos falsamente a los patriotas rusos y a sus simpatizantes en Europa, reclasificados como “supremacistas blancos” para demonizarlos.
- Hemos descubierto el mundo de VUCA por usted. ¿Qué significa este caos conceptual, instrumentado para desorientarnos?
El complejo militar-industrial estadounidense utiliza el acrónimo VUCA para designar las características del mundo contemporáneo: Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad, Ambigüedad. La globalización reduce las distancias y conecta todo con todo, lo que aumenta las contradicciones y disonancias, y desestabiliza las racionalidades y coherencias locales.
En el campo semántico, todas las grandes narrativas entran en conflicto y compiten entre sí en la gran plaza de la “aldea global”. Las cosmovisiones, y por tanto las versiones del mundo, de todo tipo, religiosas, filosóficas y políticas, se multiplican en una cacofonía y una incomunicación creciente. Nadie escapa a este caos mental porque es nuestro entorno global y todos estamos inmersos en él, excepto, quizás, algunas tribus amazónicas. La multiplicación de los códigos de comunicación hace imposible construir un vínculo social. La función lingüística se acerca a sus límites. Las leyes del significado, que son las leyes del lenguaje, lo que algunos llaman la mente, siempre en busca de coherencia, están siendo derrotadas, porque son cada vez más relativas, inestables y ambivalentes. Las palabras pierden su significado y hay que redefinirlas una y otra vez. En la controversia entre Realismo y Nominalismo, ganó el Nominalismo.
El interés pedagógico de la situación es que hay que renunciar al maniqueísmo, al reduccionismo, a las ideas puras y a las sustancias, y ver las cosas en matices de gris y no en blanco y negro. Esto lleva a juzgar a las personas y a las organizaciones por porcentajes, y siempre de forma provisional, aceptando los permanentes retrocesos de las alianzas y los cambios tácticos. Sin embargo, esta nueva situación provoca ansiedad en muchas personas demasiado enteras, lo que las lleva a buscar certezas reconfortantes, con la esperanza de recuperar la seguridad emocional y reducir el estrés.
Por el momento, el sistema se mantiene porque el sistema represivo se mantiene. Es el núcleo duro de todas las sociedades. Pero cuando los policías ya no sepan valerse de sus armas, y las cárceles sean todas como Fresnes [que organiza actividades recreativas espectaculares], nos deslizaremos hacia la anarquía total, una mezcla de sangre y excrementos bajo la dirección de una dictadura informática disfuncional y llena de errores. ¡Los Juegos Olímpicos de París de 2024 van a ser el Stade de France [con los asaltos a los espectadores que tuvieron lugar en junio de 2022] multiplicado por 1000! Anne Hidalgo, la alcaldesa de París, está mostrando el camino, pero todavía de forma imperfecta. La generación que está en el poder todavía sabe leer y contar, pero cuando hereden el país los imbéciles ligeros que están cursando el bachillerato en estos momentos, caeremos en la idiocracia (el gobierno por idiotas) y el infierno en la tierra, porque no habrá nadie capaz de administrar nada. El abuso de las pantallas, las imágenes y las redes sociales está produciendo una sociedad de individuos desquiciados, egocéntricos e impacientes, niños hiperactivos prolongados, incapaces de concentrarse a largo plazo sin una recompensa inmediata, siempre en demanda de una gratificación rápida, por tanto incapaces de soportar la frustración y el trabajo. La ineficacia se convertirá en la norma en todos los ámbitos, tanto entre los policías como entre los ladrones. Colapso a todos los niveles, sobre todo intelectual, luego tercermundización, desamparo, esclavización, genocidio de los pueblos indígenas de Europa pero también substitución de los mismos por el transhumanismo.
¿Qué solución? Nadie escapa a este mundo VUCA. En lugar de intentar escapar de ella, porque eso es imposible, o de contentarse con criticarla, porque eso es inútil, recomiendo la lucha abnegada para subvertir los órganos del VUCA desde adentro, e intentar limitar los daños, desde una perspectiva arqueofuturista, según el concepto de Guillaume Faye, o arqueomoderna, según la reformulación de Alexander Dugin.
- En esta época de caos, uno tiene la impresión de que las dimensiones ocultistas de los clanes del Estado profundo son un cemento para el Nuevo Orden Mundial. ¿Ha encontrado este aspecto en el conflicto ucraniano?
El ocultismo tiene un perfil psicológico transgresor, orientado a superar todos los límites humanos. Este giro mental es, en efecto, el vínculo entre las diversas ramas aparentemente contradictorias del Nuevo Orden Mundial. Se habla mucho del ocultismo en el campo del supremacismo judío y masónico, especialmente entre la B’nai B’rith, pero el supremacismo blanco en sus versiones alemana y ucraniana también está impregnado de esoterismo transgresor. La doctrina de Hitler no era ni socialista ni conservadora, sino expansionista, pues pretendía aumentar el espacio vital ario, y progresista, pues buscaba mejorar científicamente la raza, y se derivaba del pangermanismo neopagano völkisch, a su vez vástago del romanticismo y su estética morbosa [todo ello sin sentido de la medida, o los intereses legítimos de otros grupos o pueblos].
El trasfondo ocultista de esta filiación se expresa hoy en las estructuras mentales del capitalismo decreciente de Davos, esa mezcla de New Age, ecología y transhumanismo que pretende abolir todas las fronteras y suprimir todas las diferencias, de raza, de género, de especie, hasta fusionar lo biológico y lo digital. El denominador común de esta nebulosa globalista occidental antirrusa se puede resumir en una palabra: megalomanía, delirios de grandeza, exceso o hubris en griego.
- ¿Qué opina del tratamiento del conflicto en los medios de comunicación occidentales?
Los medios de comunicación occidentales forman parte del aparato militar occidental. Las organizaciones terroristas neo-gládicas ya mencionadas tienen amigos en la población civil de Occidente, especialmente en el brazo mediático-político de la OTAN, que se encarga de mantener el control de la narrativa y de crear apoyo moral popular para los diversos grupos terroristas ucranianos, invirtiendo sistemáticamente las responsabilidades del agresor y el agredido, y nombrando al enemigo: Rusia y sus simpatizantes. Por lo tanto, el tratamiento del conflicto en estos medios de comunicación está totalmente sesgado, ya que forman parte de las operaciones, hasta el punto de construir una realidad virtual completa, un mundo paralelo que refleja el punto de vista del sistema euro-atlantista, que también se llama globalismo. Cuando los medios de comunicación dicen la verdad, es por error o para aumentar su credibilidad aplicando los principios de la “propaganda gris”, una mezcla de verdad y falsedad para transmitir mejor lo falso, porque demasiada mentira mata la mentira.
Sin embargo, la función última de los medios de comunicación occidentales se pone de manifiesto en tiempos de guerra, cuando BFM TV [la cadena que practica exitosamente las mismas técnicas que CNN] comienza a apoyar a los islamistas moderados o a los nazis ucranianos, cuyos elocuentes tatuajes de esvásticas se ocultan cuidadosamente, y que se presentan como simples patriotas, víctimas de la “amenaza rusa”.
- ¿Cree que este conflicto tendrá un impacto directo en Francia?
La “desnazificación” lanzada por Rusia en Ucrania se extenderá a todo el mundo, incluida Francia. Este es el sentido del artículo de Timofei Sergueïtsev, un asesor del Kremlin que promete que la acción de Rusia tendrá un alcance internacional. ¿Qué significa esto? Para Moscú, la “desnazificación” es sinónimo de desglobalización. Para entender este programa, tenemos que abandonar todos nuestros puntos de referencia occidentales y adoptar la visión rusa, que presenta las cosas en un orden diferente al de la visión occidental. Hay los mismos ingredientes, pero no la misma disposición, ni las mismas prioridades. Es un diálogo de sordos.
En la visión rusa, los judíos como Zelensky obedecen al proyecto occidental de destruir Rusia, llevado a cabo en el siglo XX por Hitler y renovado por toda una franja radicalizada de la población ucraniana, con el apoyo masivo del Occidente liberal y democrático. En esta reconstrucción de los hechos, los judíos son sólo una parte del sistema, y algunos están en el lado occidental, antirruso, mientras que otros están en el lado ruso, pro-ruso, y fueron, en cualquier caso, blanco como los rusos del nazismo. Por lo tanto, la presencia de judíos no es un factor discriminatorio en cuanto al valor explicativo y la posición de la división amigo/enemigo. Los nazis alemanes consideraban a los rusos como una raza inferior. Esta visión no terminó en 1945 y no se limita a los ucranianos nostálgicos del Tercer Reich. Los globalistas liberales occidentales también consideran a los rusos como incivilizados (representantes de la barbarie). Zbigniew Brzezinski escribió en 1997 en El gran tablero de ajedrez que los imperativos geoestratégicos de Estados Unidos en Eurasia eran cultivar la docilidad de los estados vasallos y “evitar que los bárbaros formen alianzas ofensivas”. La “desnazificación” se dirige también, además, a los oligarcas judíos, a los empresarios antirrusos como George Soros y Mijaíl Jodorkovski, pero también a los políticos y estrategas llamados neoconservadores, que han hecho su nido en Washington, los Kagan, Nuland, Wolfowitz, etc. En teoría, dados sus orígenes [judíos todos], estos individuos deberían oponerse al nazismo, pero de hecho han fusionado su propio supremacismo con el de todos los occidentales que consideran a los rusos como inferiores y a Rusia como un territorio a invadir. Este entorno de supremacistas globalistas antirrusos también está en el poder en Francia y tiene sus representantes en los medios de comunicación, en el ministerio de Asuntos extranjeros y entre la población. También se está abriendo camino en los ejércitos convencionales de la OTAN, bajo el nombre de Orden Centuria. Por lo tanto, Francia también es un objetivo potencial de los misiles hipersónicos de Rusia.
Lucien Cerise, 31 agosto 2022
Original en Frances: Rivarol
Traducción original al Espanol: MP para Red Internacional
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https://redinternacional.net/2018/06/04/que-es-la-ingenieria-social-por-lucien-cerise/
