La era de Aquarius: La solidaridad siempre es con quien queda mejor la foto – por Ana Pavón

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Nos dicen que un montón de náufragos que huyen de la guerra están a la deriva por el Mediterráneo y corremos al rescate. Porque tal y como lo cuentan en la tele, parece que cientos de mujeres y niños han saltado al mar, a lo loco, escapando de las bombas y los tiros, y han llegado agarrados a una tabla hasta las playas de Benidorm.

Los medios hablan de “refugiados”. Ahora todo el que quiere llegar a España y es más oscuro que nosotros es un refugiado. Hace años, en nuestra ignorancia, usábamos el término “extranjero”. Después nos enseñaron que se decía “inmigrante”. Luego, empezaron a llamarlos “migrantes”, como a los patos y las cigüeñas. Ahora son “refugiados”, que da mucha más pena. Y de seguir así, en breve pasarán a ser llamados “mártires de nuestro egoísmo”. Porque todo lo que les pasa es culpa nuestra. Por ejemplo, si en lugar de intentar llegar a España por mar, lo hacen saltando la valla de Melilla y se cortan los bracitos con las concertinas, es culpa nuestra por ponerlas allí. No suya por saltar ilegalmente. Esto es así.

Resulta que lo que llega no son mujeres ni niños desnutridos, sino tiarrones en edad militar y en perfecta forma física. Vaya. No importa. De algo estarán huyendo, seguro. Tampoco hay conflictos bélicos en sus países de origen. Bueno. Pero en su tierra estará la cosa complicada. Que hay muy mala gente por esa parte del mundo que se dedica a hacer barbaridades ¿Que cómo sabemos que no son ellos los que han estado haciendo salvajadas en África y ahora vienen a Europa porque aquí esto es jauja? Pues porque lo ha dicho Ana Pastor, que ha acogido a muchos y dice que son muy buenos chavales.

En algunos medios han tenido la desfachatez de insinuar que muchos son titulados universitarios (sería de traca que exportáramos a nuestros ingenieros para importar otros “low cost” en patera desde Libia), pero la realidad es que llegan sin formación académica. Lo que vienen siendo futuros manteros. Aquello de que venían a pagarnos las pensiones hace mucho que no cuela. De hecho, gracias a Mónica Oltra, van a ser los valencianos los que paguen para mantener a los ilegales. Fabuloso.

Además, por lo visto han violado a las pocas mujeres que venían en el barco. Que a lo mejor el racismo me ciega, pero da la impresión de que traer violadores para soltarlos por España no es una idea muy sensata. Pero bueno, tampoco parece muy lógico atravesar el Mediterráneo para traer aquí a esa gente, cuando tienen mucho más cerca otros países muy prósperos y con una cultura muy similar a la suya. Porque luego llegan aquí y todo son pegas: que si somos cristianos, que si nos molesta que quemen Lavapiés, que si las mujeres podemos decidir con quién tener sexo… Un rollo todo.

Los que piensen que aquello de la solidaridad es voluntario y empieza por casa son unos fachas. La solidaridad siempre con quien quede mejor la foto. Y de forma obligatoria para todo el país. Faltaría más. Y en este punto, merecen mención especial aquellos separatistas que tan hartos están porque en su imaginación mantienen a todos los españoles, pero luego se pasan la vida con el “refugees welcome” y el “volem acollir”. Un abrazo para ellos.

El tiempo dirá cómo va a terminar esta invasión. Pero no pinta bien. Y no porque esta sea la primera vez que tratan de invadir Europa, sino porque esta vez estamos todos aplaudiendo a nuestros invasores.

Ana Pavón, 16 junio 2018

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