Se podrá disfrazar de mil formas y podemos hablar de las doce tribus de Judá, de los romanos, de la expulsión de los judíos y del Holocausto, pero el Ente Sionista de Israel no tiene absolutamente nada que ver con todo lo anterior, es un proyecto político autoritario, imperialista, reaccionario, criminal, profundamente racista y profundamente teocrático.
Hoy 15 de mayo el pueblo palestino conmemora el día de la Nakba, “Día de la Catástrofe”, que significó el nacimiento de eso que se llama Israel sobre tierras palestinas y supuso la expulsión de más de 700.000 palestinos y palestinas de sus tierras. Escuchaba esta mañana en el programa de Carlos Herrera en la COPE a un tertuliano de estos que saben de todo y en el fondo no tienen ni idea de nada que claro, que los palestinos llamasen catástrofe a sus vecinos no era nada bueno y no hablaba nada bien de ellos mismos. Lo que el tertuliano de la cadena de los curas se olvida es que los sionistas del Ente de Israel no son vecinos, son más bien “okupas” y parásitos que llegaron allí principalmente desde Europa y usando la violencia expulsaron a sus legítimos habitantes, los palestinos y palestinas. Por cierto, resulta curioso que desde la cadena episcopal se haga este tipo de afirmaciones y una apología al Ente Sionista cuando éste no deja de ser un proyecto racista y teocrático que se lo hace pasar bastante mal a los cristianos que habitan esa zona y que por cierto son palestinos, porque los palestinos y palestinas son los habitantes de Palestina sin importar su credo religioso ya sea musulmán, cristiano o judío.
Es importante dejar claro que Israel no nace por el legítimo derecho de una “nación judía” a su tierra a través del derecho a la autodeterminación de los pueblos. Nace de un proyecto político de mediados del Siglo XIX llamado “el sionismo” y que tiene como objetivo el que unos señores y señoras que profesan la religión judía ocupen un territorio que según ellos les corresponde porque un amigo imaginario del Cielo se lo dejo escrito en no sé qué libro. Y se podrá disfrazar de mil formas y podemos hablar de las doce tribus de Judá, de los romanos, de la expulsión de los judíos y del Holocausto, pero el Ente Sionista de Israel no tiene absolutamente nada que ver con todo lo anterior, es un proyecto político autoritario, imperialista, reaccionario, criminal, profundamente racista y profundamente teocrático.
Hay un hecho histórico ocurrido durante los primeros meses de la Alemania nazi que es poco conocido pero que nos puede ayudar mucho a entender el proyecto imperialista de Israel, el 25 de agosto de 1933 la Federación Sionista de Alemania y las autoridades nazis firmaron un acuerdo llamado el “Acuerdo de Haavara” por el cual se pretendía ayudar a los judíos alemanes a emigrar a Palestina. Pero el pacto iba incluso más allá ya que siempre que las autoridades nazis facilitasen esa emigración de judíos alemanes a Palestina las organizaciones sionistas colaborarían con el III Reich e incluso durante la guerra participarían en los llamados Judenratt, los consejos judíos de los guettos, que decidían quienes debían ser deportados a los campos de exterminio. Eso sí, este acuerdo y las organizaciones sionistas solo ayudarían a los judíos alemanes que tuvieran como destino Palestina, aquellos judíos que querían emigrar a otros países europeos o a EEUU no tuvieron ningún tipo de ayuda o facilidad para ello.
Incluso los judíos acogidos al “Acuerdo de Haavara” podían llevar consigo parte de sus bienes y el resto les sería transferido a través de exportaciones alemanas a Palestina. Solo 60.000 judíos y judías de una población de 505.000 hebreos alemanes se acogieron a este acuerdo, ¿Por qué solo una pequeña parte de los judíos alemanes se fueron a Palestina? Porque los judíos alemanes en los años 30 se sentían profundamente alemanes, los judíos franceses profundamente franceses, los holandeses profundamente holandeses y así sucesivamente. No existía el sentimiento de pueblo judío ni de identidad nacional judía ni mucho menos identidad nacional israelí. Que parece que esto se nos olvida por culpa de todo lo que vino después.
¿En qué cabeza entra que una minoría, la que sea y por muy agredida o víctima que sea, se le puede otorgar un Estado y más sobre una tierra ya habitada por otra gente? ¿Acaso alguien defiende un Estado para los homosexuales? Pues esto y no otra cosa es la única legitimidad que se supone que tiene el engredo sionista ese llamado Israel.
¿Y qué fue lo que vino después?
La locura y genocidio nazi sobre los judíos de toda Europa, unos seis millones de ellos fueron asesinados entre los campos de exterminio y las matanzas en la Unión Soviética por los Einsatzgruppen de las SS. Esto hizo que Europa se conmoviera tanto que dio luces verde a la locura ultranacionalista y racista sionista de robar la tierra a los palestinos para llevar allí a unos judíos europeos que nada tenían que ver con Palestina o la supuesta Tierra Prometida bíblica. ¿En qué cabeza entra que una minoría, la que sea y por muy agredida o víctima que sea, se le puede otorgar un Estado y más sobre una tierra ya habitada por otra gente? ¿Acaso alguien defiende un Estado para los homosexuales? Pues esto y no otra cosa es la única legitimidad que se supone que tiene el engredo sionista ese llamado Israel.
Y no nos olvidemos que una gran parte de los judíos y judías recién llegadas de Europa no dudaron en integrarse en organizaciones terroristas y asesinar vilmente a los palestinos, incluyendo a los palestinos judíos que llevaban siglos viviendo en paz y armonía con otros palestinos musulmanes y cristianos. Porque los sionistas que son expertos en ir de víctimas por la vida siempre han contado la historia a su manera y dicen que ellos fueron los agredidos por los árabes en 1948 cuando los países de alrededor intentaron por la fuerza echar a estos “okupas” criminales y racistas, pero fueron ellos los que durante años pusieron bombas y quemaron las casas de los legítimos dueños de las tierras palestinas.
Y hay que decirlo bien claro, los criminales sionistas que asesinan a miles de palestinos todos los años, que han realizado una limpieza étnica y un genocidio continuado sobre el pueblo palestino, no tienen absolutamente nada que ver con los judíos y judías que fueron masacrados durante años por el racismo fascista europeo. Que son muchos los judíos y judías que levantan su voz, y cada vez más, contra un Ente que no les representa y que es para la comunidad judía una vergüenza y una infamia a su memoria y los millones de víctimas que han sufrido. Y al igual que con la lucha feminista contra el patriarcado en esta lucha contra el sionismo toca deconstruir el relato y empezar a liberar las palabras, yo no soy un antisemita porque decir que Israel es un engendro criminal y racista que hay que destruir, porque semitas son también los palestinos y palestinas que sufren desde hace 70 años la violencia de unos “okupas”. Y también hay que dejar claro para los despistados y despistadas que la lucha del pueblo palestino también es la lucha del pueblo sirio.
Pablo García Varela