A los Bolsillos Profundos les encanta el confinamiento – por Israel Shamir

Hay gente que disfruta con el aislamiento y la auto-exclusión. El multimillonario judío David Geffen es uno de ellos. Publicó la foto de su yate en los medios sociales diciendo: “Aislados en las Granadinas para evitar el virus, espero que todos estén a salvo”. Lo más probable es que esto tenga poco que ver con el confinamiento que vives tú, lector, y seguramente sea bastante diferente de la reclusión impuesta a una familia de cinco miembros que viven en un barrio bajo en su vivienda de dos habitaciones. Pero los tipos muy ricos están acostumbrados a ello. Nunca van a Walmart. Todo lo que compran se les lleva a casa. Vuelan en jets privados. Nunca han estrechado la mano de un extraño. Viven en recintos cerrados. Están naturalmente auto-aislados.

Para ellos el encierro trae una nueva prosperidad. Si estás con tu último dólar, probablemente te alegrará saber que los multimillonarios americanos añadieron 280 mil millones de dólares a sus cuentas gracias al encierro, y ahora valen 3,3 billones de dólares. Les gusta tanto el confinamiento que consideran a los objetores como supremacistas blancos y “nazis”, y esa es la peor categoría que se les ocurre.

La situación de emergencia es óptima para la gente que está a cargo. Se apresuran a aprobar nuevas regulaciones; se apoderan de las tierras; forman gobiernos; crean la “nueva normalidad”, eliminan nuestros derechos, todo ello usando el virus como justificación. A pesar de que la mortalidad estacional de muchos países se ha reducido este año por debajo de las cifras del año pasado, ya nos amenazan con una segunda ola. ¡Basta ya! escribía yo hace quince días, pero todavía no es suficiente para algunos. El mundo sale lentamente, demasiado lentamente, de la Edad de Hielo del bloqueo, porque hay fuerzas que quieren que siga la diversión para siempre. No valen ni las indicaciones médicas ni las contraindicaciones, los objetivos son políticos.

La parte médica de la crisis del Coronavirus no es especialmente impresionante. Ahora sabemos que el virus está con nosotros para quedarse; ningún país puede escapársele para siempre. Con o sin encierro, algunas personas morirán, pero al menos podrían morir libres. Considérese el Reino Unido. Se precipitaron en el encierro por consejo del Dr. Ferguson. Ahora tienen más muertes que Suecia, que no tenía ningún tipo de bloqueo (Reino Unido – 384 muertes por millón, Suecia – 244 muertes por millón). Además, Gran Bretaña está ahora en medio de una severa recesión, la peor en 300 años, según el Banco de Inglaterra, como resultado directo del confinamiento.

El gobierno británico no tenía que escuchar al infame Dr. Ferguson. Se equivocó muchas veces antes, y se equivoca ahora. He aquí la lista de sus recomendaciones anteriores:

En 2002, Ferguson predijo 150.000 muertes por la enfermedad de las vacas locas, pero sólo ha habido 177 muertes.

En 2005, Ferguson afirmó que hasta 200 millones de personas podrían morir por la gripe aviar, pero sólo 282 personas murieron en todo el mundo por la enfermedad entre 2003 y 2009.

En 2009, Ferguson y su equipo imperial predijeron que la gripe porcina llevaría a 65.000 muertes en el Reino Unido. Al final, la gripe porcina mató a 457 personas en el Reino Unido.

¿Por qué los británicos eligieron a este maldito profeta equivocado como su luz guía? Por la misma razón que otros países europeos entraron en la vorágine de los cierres, destruyendo sus propias industrias y causando angustia a millones de personas: fueron convencidos o presionados por el consorcio global de medios liberales, la herramienta de los Bolsillos Profundos.

¿Por qué Suecia se negó a someterse? Tuvieron suerte los suecos. Los medios de comunicación liberales de Suecia se concentran principalmente en las manos de la familia Bonnier. Son extremadamente ricos y poderosos. Les gusta subrayar su origen judío, al menos desde 1944, cuando necesitaron borrar el hedor de su colaboración con la Alemania nazi. Ahora les ayuda: cuando se les condena por controlar el 80 por ciento de todos los medios impresos suecos gritan que es por antisemitismo, y los críticos se dispersan avergonzados. Ustedes pueden estar seguros de que los periódicos y revistas de Bonnier pidieron el máximo cierre nacional.

Pero los medios impresos no son tan influyentes hoy en día en Suecia comparados con la televisión. Hace unos años (2005-2007) los astutos Bonnier compraron TV4 por centavos de dólar, según el esquema habitual de privatización corrupta. El año pasado se dejaron vencer por la codicia y se la vendieron de nuevo al Estado (a través de una empresa estatal) para obtener un enorme beneficio. El acuerdo se cerró en diciembre de 2019. De modo que la crisis del coronavirus  atrapó fortuitamente a los medios de comunicación liberales sin disponer de ningún canal de televisión; y el estado derrotó a los medios de comunicación impresos utilizando el poder de su propia TV4. Esta fue la principal razón por la que Suecia logró mantener su modelo libre de lucha contra la enfermedad sin bloqueo.

No fue fácil; la presión sobre Suecia fue excepcionalmente fuerte. Los medios main stream publicaron miles de artículos con predicciones espeluznantes sobre suecos que morían a montones por el virus. Se vituperó contra los suecos por sacrificar a sus ancianos. Nada de esto era cierto, pero ¿desde cuándo la verdad interfiere con la máquina de propaganda? Ahora, cuando los vecinos de Suecia comienzan, tardíamente, a abrir sus escuelas, se puede decir que Suecia tomó la decisión correcta. Incluso la estricta OMS admitió: “Suecia representa un modelo futuro… si queremos volver a una sociedad en la que no tengamos confinamientos”. Incluso el principal periódico liberal israelí Haaretz publicó un largo reportaje del prominente virólogo Eyal Shahar, titulado “Suecia demuestra que el mundo se equivocó”. Tengan en cuenta que Israel experimentó un cierre muy estricto. Incluso el NY Times publicó un artículo de Tom Friedman sugiriendo que deberíamos haber seguido el modelo sueco.

Los expertos suecos piensan que no hay manera de derrotar al virus; la única solución es acostumbrarnos a vivir con él durante mucho tiempo, como convivimos con otros virus. El encierro es inaceptable, cualquiera sea la duración; sólo puede posponer el choque con el virus, a menos que uno pueda retirarse de la sociedad como lo hizo Howard Hughes. Así que debemos seguir viviendo sin recurrir a tales extremos como los encierros.

Mientras tanto, en el Reino Unido, como en los EE.UU., los medios de comunicación liberales son todopoderosos. Pertenecen a los Bolsillos Profundos que son tan poderosos como el Estado Profundo. La destrucción de las economías, el desempleo y la recesión, todo esto vale para los Bolsillos Profundos. Los gobiernos se verán obligados a pedir prestado o vender activos, y los Bolsillos Profundos son rápidos en prestar dinero y comprar activos. En todo el mundo, esta recesión artificialmente inducida llevará a los estados y a los ciudadanos a endeudarse más profundamente, y en los años venideros nuestros países tendrán que devolver el dinero prestado con intereses e interés compuesto además a los Bolsillos Profundos angloamericanos.

Había un hombre que podría haber derrotado este plan en el Reino Unido; su nombre era Jeremy Corbyn, pero, como saben, perdió el liderazgo de su partido laborista por cargos de antisemitismo. Y el actual Primer ministro Boris Johnson aceptó el cierre como lo exigieron los Bolsillos Profundos.

Ahora el pico del virus está superado, prácticamente, como es habitual en las enfermedades estacionales. Sin embargo, nos siguen imponiendo los tests, que tienen por resultado el autocumplimiento de los pronósticos más tétricos. Cuanto más pruebas se hagan, más portadores del virus se irán descubriendo. No es muy importante, no es para nada relevante, de hecho, Suecia se ahorró las pruebas masivas por completo. Al confundir los términos “infectado”, “portador” y “enfermo”, los adeptos al bloqueo pueden afirmar que la pandemia sigue extendiéndose. Para mejorar sus resultados, suministran pruebas pre-infectadas. Pues sí, para empezar, se encontró que muchos kits de prueba estaban infectados con el coronavirus.

En Tanzania, decidieron probar los tests aplicándolos a una cabra, un cordero y  una papaya. Resultó que la cabra y la papaya sufrían del corona según las pruebas! Esta historia anecdótica muestra que, apoyándose en los tests, los encierros pueden extenderse indefinidamente.

En los EE.UU., los Bolsillos Profundos y el Estado Profundo están unidos en su sueño de desbancar al Presidente Trump. Fracasaron con su RussiaGate, fracasaron con su impugnación, y el COVID es su última esperanza. Afirman que Trump fracasó en salvar a los EE.UU. del virus, y tiene la culpa por todas las muertes en Nueva York. Un editorial del Boston Globe dijo que Trump tiene “sangre en las manos” por el coronavirus. Dado que estas campañas mediáticas no es probable que influyan en el electorado, en realidad pretenden dañar la economía de tal manera que hasta los Deplorables se nieguen a votar por Trump en las próximas elecciones de noviembre.

En los EE.UU., la batalla para levantar los cierres o mantenerlos es básicamente la batalla a favor o en contra de Trump, aunque ambos lados usan argumentos cuasi médicos. Un observador de la política de la Tierra desde Marte podría suponer que a los liberales les convendría la abertura, mientras que los conservadores preferirían mantener el bloqueo. En la práctica, es al revés. Los liberales quieren que el bloqueo dure para siempre. Es lógico: los liberales representan a la élite rica y a los trabajadores de cuello blanco de la nueva economía; pueden trabajar desde casa, no pierden ni dinero ni empleo mientras dure la cuarentena. Mientras que para los Deplorables, lo más probable es que al final se encuentren con los bolsillos vacíos.

Una salida podría ser disolver la Unión. Ya no hay razón para que Nueva York y Dakota del Norte, Kansas y Washington permanezcan unidos, ya que tienen tendencias y aspiraciones muy diferentes y antagónicas. Algunos estados liberales quisieran permanecer en su sueño de confinamiento para siempre; otros estados preferirían liberarse del yugo federal. Esta solución se ha venido  contemplando desde hace mucho tiempo: El New York Times preguntó una vez a sus lectores: “¿Qué le parecería vivir en la nación de Nueva Inglaterra?”, mientras que los californianos y los tejanos juegan periódicamente con la idea de la independencia. Si Trump gana en noviembre, es probable que los liberales se dividan; si Trump pierde, los Estados rojos pueden separarse. Tal ruptura sería una buena solución para los americanos de ambos lados de la división, y sería una muy buena solución para la humanidad en general ya que haría patente el colapso de la Torre de Babel soñada por los globalistas.

En la antigua URSS, una fuerte muestra de independencia la dio Bielorrusia y su desafiante presidente, el Sr. Lukashenko. Este país bastante pequeño de diez millones de habitantes siguió el modelo sueco con muy buenos resultados: 13 muertes por millón frente a 21 por millón en la nación vecina, la bloqueada Polonia. Bielorrusia celebró la Pascua con sus iglesias abiertas, y tuvieron el único desfile del día de la Victoria, el 9 de mayo, en todo el espacio post-soviético. El cauteloso Sr. Putin permitió que las iglesias quedaran cerradas el domingo de Pascuas y canceló el desfile militar, su evento favorito en los últimos veinte años. La prudencia es una buena cualidad en un líder, pero el desafío es más excitante y alentador.

En Rusia, la campaña de cierre ha sido liderada por el alcalde de Moscú, Sergey Sobyanin. Sus estrictas medidas no han sido igualadas en otras partes de Rusia, a pesar de sus advertencias. En Moscú se necesita un pase con código QR para salir de casa y usar el sistema de transporte público. No se permite caminar por el bosque “para prevenir incendios forestales”. A una persona mayor de 65 años no se le permite salir en absoluto “para prevenir infecciones” como si no fuera más probable que se muera por falta de aire fresco y ejercicio en sus diminutos apartamentos de los años soviéticos. A las familias no se les permite dar un paseo con sus hijos, aunque a los trabajadores invitados de Asia Central se les permite trabajar en la construcción y en otros lugares. (Afortunadamente, el rigor de las leyes rusas se ve mitigado por una debilidad crónica en su aplicación, costumbre sobre la que el autor ruso Shchedrin meditaba hace 150 años).

Sobyanin también está utilizando el encierro para su propio beneficio: saltándose las consultas con los ciudadanos, aceleró una vasta expropiación y privatización de las tierras comunales que antes se utilizaban para fines recreativos. Es tan activo en extender las restricciones que muchos rusos sospechan que espera reemplazar a Putin al mando del Estado. (Putin permitió que los alcaldes y gobernadores decidieran por sí mismos cómo y cuándo levantar las restricciones). Los rusos conspiracionistas piensan que Putin ya ha perdido su poder, lo que podría estar todavía lejos de la verdad. Tal vez los moscovitas podrían haber empezado a protestar, pero el bloqueo lo hace imposible, para mayor satisfacción de los hombres a cargo del rebaño.

Eso también es cierto en otros países. Como indios y vaqueros hemos estando enfrentándonos ferozmente, chillando y arañando hasta que llegó la niñera e impuso la paz en las naciones en guerra de nuestro jardín de infantes. ¿Notaron ustedes que con la crisis del Coronavirus, el brote de revoluciones cesó como por obra de una varita mágica? Los Chalecos amarillos ya no marchan en París, ni los revolucionarios de Hong Kong destrozan los cajeros automáticos. En Beirut la fuerte ola revolucionaria se extinguió. En Sudáfrica, el gobierno prohibió el alcohol y el tabaco, pero gracias al bloqueo no hay protestas. En Inglaterra, la policía impidió una manifestación pacífica a favor de Julian Assange alegando que iba  en contra de las normas de la cuarentena. Este es un estimulo adicional para los gobernantes para mantener vigente la crisis del Coronavirus.

Más allá de estas consideraciones prácticas y políticas, el encierro lleva a un nuevo estilo de vida, una “nueva normalidad”. Cuanto más tiempo duren los cierres, más probable se irá haciendo esta solución final.

Ahora podemos ver el camino que tenemos por delante, tal y como está trazado por los Bolsillos Profundos. Parece que quieren tenernos encerrados en celdas individuales, comunicándonos a través de la electrónica. Juntos y solos. Sin matrimonio, sin familia, sin religión. Sólo TV, chat online y porno gratis. Todo envuelto en plástico. El racionamiento, la privatización y los permisos evitarán que las calles y los parques se llenen de gente. Cada conductor será rastreado, se comprobará la asignación de raciones, los permisos, la situación laboral, las opiniones políticas de cada cual, los antecedentes penales, el uso del tiempo libre, y se actualizarán los datos en tiempo real. Los abusos serán anotados y las multas repetidas afectarán el presupuesto mensual de racionamiento del conductor. La presencia de la policía será típicamente invisible, porque bastará con los impuestos y las multas para mantener el orden. Incluso una bicicleta requerirá un dueño legal, un seguro, un permiso y un dispositivo de rastreo.

Se acabaron los viajes para nosotros. La gente muy rica recuperará su solitaria posesión de Venecia, la Costa Azul, y todos los demás destinos de élite tan recientemente arrasados por el turismo de masas. Nuevamente, lo pasarán tan bien como lo pasaban en el siglo XIX. Viajar es un lujo, y la gente común no merece el lujo. Trataron de mantenernos alejados haciendo los viajes lo más desagradables posible con los registros corporales, pero no sirvió de nada. Si esta pandemia global no se detiene, simplemente nos van a cortar el paso. ¿Quieres que hordas de alemanes borrachos, indios prepotentes y chinos inescrutables se amontonen en tus playas favoritas y en los retiros ocultos de tus montañas? Tampoco desean nada de eso los ricos, y son ellos los que dictan las reglas. Necesitaremos un visado y un permiso para ir a cualquier parte, y nuestras declaraciones de impuestos deberán justificar plenamente el gasto pensado. Si no eres lo suficientemente rico se te negará el visado, por mucho que hayas ahorrado para unas vacaciones en el extranjero como hace la élite.

Esta tendencia existe también en Rusia. Los rusos dejaron de emitir pasaportes y cerraron las fronteras. Un ciudadano ruso no puede ir al extranjero en absoluto; los ciudadanos con doble nacionalidad y los extranjeros pueden salir pero no pueden volver. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, la Sra. Zakharova, dijo en una entrevista que los viajes al extranjero son para los ricos y bien conectados, no para la gente común con hipotecas pendientes (más adelante afirmó que la habían entendido mal). No es muy relevante ahora ya que la mayoría de los destinos están cerrados al tráfico. No se permite ni siquiera cruzar el puente de Suecia a Dinamarca. Veremos si esto continúa.

Estamos ahora en una encrucijada histórica. La elección está a la vista de todos; y se puede ir en muchas direcciones, dependiendo de los esfuerzos que hagamos hoy. Podemos terminar como entidades controladas digitalmente, y recubiertas de plástico; podemos convertirnos en conejillos de India para los experimentos de Bill Gates con vacunas; podemos arder en un holocausto nuclear, pero también podemos convertirnos en personas libres. Hay muchas maneras de ser libres, y posiblemente lo más importante para nosotros sea preservar una pluralidad de opciones. No sucumbir al Imperio, seguir siendo libres. Muchos Estados, muchas culturas son importantes y necesarias para el Planeta Tierra, así como hacen falta varios  compartimentos en un submarino. Mientras se conserve esta variedad, seguiremos libres de comparar y decidir qué es mejor para nosotros. No pongas todos tus huevos en una sola cesta, dice el refrán…

La cuestión de la fe – no lo leas si la religión te molesta.

Más allá de los hechos y las afirmaciones científicas, está el punto de vista religioso. La primera víctima del encierro fue la Iglesia. Dondequiera que el país estuvo bajo llave, también lo estuvieron las iglesias. Incluso cuando se abrieron tiendas y fábricas, las iglesias permanecieron cerradas. Los príncipes de la iglesia colaboraron con el cierre. El Papa de Roma celebró la Pascua solo en San Pedro, los Patriarcas de Moscú, Constantinopla y Jerusalén celebraron su Pascua sin creyentes. Los musulmanes hicieron lo mismo: se clausuró La Meca, así como Medina y al Aqsa de Jerusalén. La Pascua y el Ramadán se celebraron sin la gente, como si el servicio divino fuera tan importante como el béisbol.

Este es probablemente el mayor éxito de Satanás desde la Crucifixión. Es la gran apostasía, como fue profetizado. No podemos hacer una estimación todavía del resultado de este mega-evento, pero no cabe duda que algunos de los que están detrás del encierro son conscientes de ello. No es una coincidencia que Bill Gates eligiera el número que contiene el 666 para su patente, que llamara a sellar (tatuar) a todos los hombres con un sello invisible, tal y como sugería la profecía.

No somos impotentes. El Presidente Trump movilizó al Departamento de justicia  para apoyar la apertura de las iglesias. Las iglesias y sus adoradores son mansos, mientras que sus enemigos son descarados. Los fieles deberían ser más insistentes, a menos que aceptemos que nuestra fe desaparezca o tome un lugar muy modesto junto a otros entretenimientos. Los ejemplos de la Iglesia de Suecia y la Iglesia de Bielorrusia demuestran que era posible observar la Pascua. Por culpa nuestra no se hizo lo mismo en todas partes.

La promoción de PornHub es una aspecto claramente satánico del confinamiento. El amor entre el hombre y la mujer, tal como lo iniciaron Adán y Eva, es el primer gran misterio. La cábala judía lo considera el más importante. Las relaciones entre personas del mismo sexo no sólo son pecaminosas, sino que dañan la estructura misma de nuestro mundo y su relación con el Todopoderoso. Los cabalistas dicen que la unión sexual del hombre y la mujer, del marido y la mujer, es una imagen especular del amor divino. Encerrar a la gente en sus casas, la prohibición del acercamiento, la promoción de la pornografía, valen como un ataque intencional a un pilar muy importante de la humanidad y su relación con Dios. Estos ataques deben ser detenidos lo antes posible para que nuestros hijos e hijas puedan volver al encuentro con sus amados.

Abrir las iglesias y permitir que la gente se reúna y se junte no sólo es importante, es primordial para salvar a la humanidad de la segunda Caída.

Israel Shamir, 10 mayo 2020

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Traducción: María Poumier

Contactar a Israel Shamir: adam@israelshamir.net

Articulo Original : https://www.unz.com/ishamir/deep-pockets-love-lockdown/

Articulo Original en espanol: Red Internacional

 

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