Aparición repentina del sentimiento judío de culpabilidad – por Gilad Atzmon

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A algunos judíos no les alegró la referencia de Donald Trump a la ‘Banca internacional”. Trump declaró durante su campana que su rival Hillary Clinton es, de alguna manera, “un instrumento de una vasta conspiración que implica montones de dinero y a los bancos internacionales”.

Es posible observar que Trump no se refirió a los judíos ni tampoco señaló a ninguna etnia o grupo religioso. Sin embargo, Jonathan Greenblatt, el director general de la Liga Anti-Difamación, reaccionó rápidamente usando la plataforma Twitter. “Trump debe evitar la retórica y los tropos que históricamente han sido utilizados contra judíos y todavía estimulan el antisemitismo”, dijo Greenblatt, y luego añadió “Mantengamos el odio fuera de la campaña”.

¿Puede uno preguntarse a estas alturas por qué un líder judío estadounidense ve “odio” en la referencia crítica de Trump a la ‘Banca Internacional’? ¿Es porque Greenblatt sabe que los banqueros internacionales que financian la aventura presidencial de Clinton pertenecen a un grupo étnico en particular? ¿Es posible que Greenblatt crea que los banqueros de Goldman Sachs, junto con personas como Haim Saban y George Soros, pueden tener una o dos cosas en común aparte de ser inmensamente ricos?

La Jewish Telegraphic Agency también estaba alarmada por la observación verdadera de Trump de que “Esta elección determinará si somos una nación libre o si sólo tenemos la ilusión de la democracia, pero de hecho estamos controlados por un pequeño puñado de intereses especiales globales manipulando el sistema”.

Una vez más, Trump no se refirió específicamente a los judíos, sin embargo, la JTA debe haber juntado a los judíos que tenía en mente. La JTA probablemente sabe algo que muchos de nosotros podemos haber recopilado, pero prefieren reprimir.

Supongo que la buena noticia es la aparición repentina de la culpabilidad judía. Greenblatt y la JTA actúan movidos por el sentimiento de culpa. Ellos saben que la banca internacional es un territorio judío y esto les hace sentirse incómodos. Pero la trágica noticia es que la culpabilidad judía difícilmente conduce a la reflexión ética, y con demasiada frecuencia es rápida en transformarse en agresión.

Si Greenblatt estuviera realmente preocupado por la difamación y la seguridad de los judíos norteamericanos debería haber presionado al rebaño de los banqueros internacionales judíos para retirarse por sí mismos de la política estadounidense. Pero para Greenblatt y otros dentro de su entorno tribal, ¡el poder judío es el poder de silenciar el debate sobre el poder judío!

En la práctica, Greenblatt, un líder judío estadounidense, está diciendo al candidato republicano a la presidencia los temas que deben evitarse.

Me gustaría decirle a Greenblatt y a sus acólitos que este desarrollo es muy peligroso para los estadounidenses y para judíos estadounidenses, en particular.

Gilad Atzmon, 16 octubre 2016

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