Estados Unidos dispone de una posición geográfica favorable [1] y posee la fuerza naval más poderosa del mundo.
Pero imponer a Rusia un bloqueo naval estadounidense en el Mar Negro y en el Mediterráneo –como dijo en Pittsburgh un ministro estadounidense, Ryan Zinke, en el encuentro Consumer Energy Alliance– en realidad es casi imposible ya que los nuevos misiles hipersónicos rusos Kh-47M2 Kinzhal y 3M22 Zircon son capaces de neutralizar cualquier grupo naval de Estados Unidos en cuanto trate de cruzar el Estrecho de Gibraltar.
El Reino Unido ha anunciado que enviará 800 comandos al norte de Noruega para enfrentar una posible «agresión» rusa.
En medio del despliegue de nuevas tropas adicionales de la OTAN en las Republicas bálticas y en Polonia, la marina de guerra de Estados Unidos ha anunciado la reactivación de su Segunda Flota, que había desactivado hace 7 años. Esa fuerza naval estadounidense debe operar en el norte, el Báltico y el Océano Ártico.
El enclave de Kaliningrado –en el Báltico– y el gasoducto Nord Stream son los principales puntos vulnerables de Rusia en el flanco este de la OTAN. ¿Podría Estados Unidos, con apoyo de la OTAN, imponer un bloqueo naval contra Rusia utilizando su Segunda Flota en el Atlántico, el Báltico y el Ártico? Los portaviones no se arriesgan a operar en aguas del Ártico porque pueden quedar atrapados en el hielo. En las otras dos zonas, parece posible intentarlo, pero sin la menor probabilidad de éxito.
Rusia puede atacar cualquier grupo naval que tratara de implantar ese bloqueo. Puede hacerlo utilizando misiles hipersónicos contra las unidades de superficie de la fuerza naval en cuanto entren en el Estrecho de Skagerrak –que vincula el Mar del Norte con el Báltico.
Además, los submarinos nucleares rusos, armados con misiles hipersónicos, pueden golpear cualquier grupo naval estadounidense en cuanto se encuentre a 1 000 kilómetros de la costa este del Atlántico, al sur de Islandia.
Los rusos también utilizar misiles hipersónicos KH-47M2 desde sus bombarderos de largo alcance Tu-160 y Tu-23M3, si el grupo naval estadounidense lograra llegar al sur de Groenlandia. Para evitar ser interceptados, los bombarderos rusos pasarían por encima del polo norte.
¿Qué posibilidades de sobrevivir tendría el grupo naval de Estados Unidos? El tiempo de reacción del Pentágono ante un ataque con misiles hipersónicos sería extremadamente corto, debido a la elevada velocidad de desplazamiento de esos misiles y al mínimo lapso de tiempo que necesitan para penetrar la zona de reacción de los misiles antiaéreos. El misil ruso Kinzhal tiene un alcance de 2 000 kilómetros, su velocidad es de 12 250 km/h y su altitud máxima de crucero se sitúa entre 40 000 y 50 000 metros. El misil Zirkon tiene 1 000 kilómetros de alcance, su velocidad es de 9 800 km/h y su altitud máxima de crucero es 40 000 metros.
La probabilidad de destruir un portaviones con esos dos tipos de misiles hipersónicos, penetrando con ellos la defensa antiaérea enemiga es de 88%. Eso significa que de 100 misiles hipersónicos lanzados, 88 penetrarían las defensas antiaéreas y destruirían sus objetivos.
En el caso específico de Estados Unidos, si se disparasen 11 misiles hipersónicos rusos contra los 11 portaviones existentes de Estados Unidos, sólo 1,3 misiles no alcanzarían sus blancos. Eso significa que después de la primera salva de misiles hipersónicos rusos sólo le quedarían al Pentágono 2 portaviones –uno de ellos ya averiado–, una gravísima catástrofe para la US Navy.