Reducir la natalidad: Planned parenthood y el memorándum de Jaffe
Sabemos que Planned Parenthood (IPPF) -que en Argentina se presenta como Casa Fusa, en México como Mexfam, en Brasil como Gestos/Cepia/Anis y cual hidra camaleónica en cada país con un nombre diferente- es la multinacional pro-aborto “sin fines de lucro”.
Lo de “sin fines de lucro” tiene que estar necesariamente entre comillas, ya que en los últimos años activistas pro-vida haciéndose pasar por representantes de una empresa de biotecnología filmaron varias veces a personal de IPPF arreglando la venta de tejidos de bebes abortados.
Muchos también han escuchado de las intenciones eugenésicas de la fundadora de Planned Parenthood, Margaret Sanger, quien abrió la primera clínica anticonceptiva en Nueva York en 1916. La excusa original de Sanger era, básicamente, que había demasiados negros en los EEUU; luego devino más maltusiana ‒hay mucha gente en el planeta y los recursos son limitados; y ahora la propaganda viene de la mano de “derechos de la mujer”, “salud pública” y otros eslóganes orwellianos.
Varios habrán escuchado del reporte de la comisión Rockefeller en 1972 titulado Crecimiento de Población y el Futuro (Norte) Americano (Population Growth and the American Future) que fue preparado como soporte para la implementación de legislación antinatalista. Quizás algunos además hayan escuchado del informe Kissinger de 1974, también conocido como NSSM-200 (National Security Study Memorandum 200), que siguiendo la misma línea del anterior recomendaba controlar la población de los llamados países del tercer mundo (el presidente Gerald Ford autorizó su implementación y, hasta el día, de hoy no hay pruebas de que haya sido cancelado.
De todos modos, los nombres de Bernard Berelson y Frederick Jaffe, dos sujetos involucrados con la comisión Rockefeller, son seguramente desconocidos por casi todos. Jaffe fue el director ejecutivo del Centro para el Desarrollo del Programa de Planeamiento Familiar de Planned Parenthood; Berelson el presdiente del Population Council de Rockefeller.
El llamado memorándum de Jaffe, escrito a Berelson de 1969, no sólo plantea el control de la población por medio de la anticoncepción y el aborto legal, sino también analiza:
- Las esterilizaciones obligatorias
- El fomento de la homosexualidad
- Promoción de la depresión crónica
- Posponer o evitar los matrimonios
- Alterar la imagen de la familia hetero-parental
- Introducir químicos anticonceptivos en el agua potable.
- Educación compulsiva de los niños
- Aliento del trabajo femenino
Viendo todo esto en perspectiva, hoy todo cobra otro sentido.
El informe fue preparado por Planned Parenthood “como “base para la discusión y la acción sobre el problema de la población en Estados Unidos”.
La figura muestra la tabla en la página 9 del memorándum. Los resaltados en rojo son nuestros.
Medidas propuestas en memorándum de Jaffe para reducir la fertilidad.
Una de las recomendaciones de impacto universal es “fertility control agents in water supply”, o sea introducir químicos en el agua para reducir la fertilidad. Esto da que pensar ya que es ahora sabido, pero no tan divulgado ni estudiado, que la calidad y la cantidad de la esperma ha caído muchísimo en los países occidentales en los últimos 40 años, como este artículo del 2017 en Scientific American explica. Las causas son variadas y discutidas, pero incluirían a ciertos plásticos (vgr. ftalato), químicos como el fluoruro, estrógenos y diversos interruptores endocrinos en el agua, en parte causados por el uso indiscriminado de anticonceptivos.
Enrique de Zwart, 9 octubre 2018