La Guerra de los Inodoros – por Israel Shamir
Los chicos y las chicas son diferentes. Hubo una época en que se celebraba esta diferencia. ‘Vive la petitedifférence’, exclamaban los franceses, y otras naciones también se les unían. Ahora, esto da lugar a múltiples problemas: en los mares, en las ciudades y hasta en el espacio exterior, como usted descubrirá a continuación.
Para empezar, los hombres y las mujeres orinan de forma distinta. Esto nunca ha constituido un problema en más de seis mil años de historia documentada, pero ahora, para el Occidente ilustrado, se ha vuelto una preocupación real. Esta diferencia molesta a las feministas, quienes quieren hacer todo lo que los hombres hacen. En la década de los 70, los primeros posters del movimiento de liberación femenina presentaban con orgullo a una chica ruda orinando en un mingitorio, ante el gran asombro y la envidia de unos cuantos espectadores variados.Pero eso era antes. Desde entonces, las feministas decidieron que sería más divertido obligar a los hombres a usar las instalaciones femeninas y destruir las de los hombres.
El nuevo portaaviones estadounidense Gerald R. Ford no tiene urinarios[1]. Todo es de género neutro, para que las pocas mujeres a bordo puedan ir a orinar donde se les antoje. Estos nuevos inodoros neutrales ocupan un mayor espacio, no son particularmente limpios porque los hombres muy a menudo no le atinan a la taza y además consumen mucho más tiempo. Pero para lograr el sometimiento del varón y exorcizar el espíritu patriarcal, estos inconvenientes no cuentan.
También Alemania y Suecia eliminaron los urinarios. Sus bañosson aptos tanto para hombres como para mujeres, no tienen género pero sí tarifa. Para orinar en un baño público en Suecia se necesita un Smartphone o una tarjeta de crédito: no sólo se cobra mucho por el uso de sus baños públicos, sino que ni siquiera aceptan monedas ni billetes.
En Alemania, la nación más culpabilizada del mundo, un hombre que usa un urinario es tachado de nazi. Bajo esta lógica, un alemán no-nazi debería de orinar sentado, como mujer. Y lo mismo vale para Suecia.No es de sorprenderse que los alemanes y los suecos tengan el mayor índice de aprobación en Europa (cerca del 80%) a la acogida de migrantes provenientes de países devastados por la guerra en Medio Oriente. Las alemanas y las suecas están a favor de la importación masiva de pashtunes y de kurdos varoniles, puesto que sus propios hombres se han vuelto demasiado afeminados por acomodarse a la agenda feminista. Los hombres nativos simplemente aceptan sin chistar todo lo que deciden sus mujeres y tienen demasiado miedo de contrariarlas; a pesar del carácter voluble de éstas y de su propensión a rechazar lo primero que eligen.
Pues bien, ya unos hombres encontraron una solución. Los berlineses orinan[2] entre los bloques de su monumento al Holocausto. Hay cerca de tres mil bloques de concreto, o estelas, es un lugar muy oscuro, y se desprende un olor que demuestra que los locales han encontrado una solución a la falta de urinarios. Pero no todas las ciudades han sido bendecidas con tan útiles y elegantes sitios conmemorativos.
Las escuelas estadounidenses se han vuelto el anfiteatro de la larga guerra de los inodoros, con niños confundidos con su género como protagonistas. Si Mario se siente María, ¿va por eso a poder orinar en el baño de las niñas? No hay respuesta satisfactoria que valga: sólo queda la eliminación de los baños.
En París, se habían inventado en el siglo XIX los pissoirs (o pissotières), una auténtica pieza de mobiliario urbano que volvió más cómoda la vida en ciudad. Los hombres podían ir y orinar gratuitamente y sin pena. Pero las feministas se opusieron y el espíritu capitalista las respaldó. ¿Instalaciones públicas gratuitas?¡el posible comienzo de un aborrecido socialismo! De forma vertiginosa, el número de urinarios públicos cayó de 1200 a sólo uno. En su lugar, se pusieron inodoros adaptables tanto a hombres como a mujeres, con todo y tarifa. Estas instalaciones conllevan gastos, toman tiempo y son complicadas de usar. Las feministas estaban contentas, las descendientes del emperador Vespasiano (el emperador que dijo que el dinero no tenía olor y que impuso un impuesto sobre la orina) se regocijaban de felicidad, pero los hombres no estaban muy contentos con el hecho de pagar por algo que siempre fue gratis. Así que los hombres prefirieron orinar fuera. Y París se apestó como nunca.
Estrujada la alcaldesa Anne Hidalgo entre sus calles malolientes y la furia feminista, el ayuntamiento de París creó una nueva clase de urinario: al aire libre, sin privacidad, sólo meas y te vas. No es lujoso para nada, nada que las mujeres pudieran envidiar. Y no estaban celosas, sino furiosas. Atacaron estos odiados símbolos del patriarcado con cemento,obstruyeron el desagüe y los volvieron inutilizables. Supongo que los industriales del ‘paga por orinar’las respaldaron, y probablemente hasta les facilitaron cemento a un precio rebajado, pero esa es sólo una sospecha. De cualquier modo, ahora París apesta de nuevo, y las feministas podrán agarrarse de esto como una razón más para odiar a los hombres.
Y ahora esta guerra de los inodoros se ha extendido hasta el espacio exterior. Recientemente ocurrió un extraño incidente[3]en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés)[4].La presión en la estación había disminuido. Al buscar un posible salidero de aire, se encontró un diminutoagujero(de 2 milímetros de diámetro) en uno de los cascos de la nave espacial rusa Soyuz,acoplada desde el 20 de abril de este año a la ISS. El agujero se localizaba cerca del baño y estaba cubierto con tela para decorar.
Los astronautas estadounidenses pidieron que la misión fuera abortada y que regresaran a tierra; mientras que los astronautas rusos simplemente taparon el hueco con un poco de resina epoxi y el vuelo continuó.
Muy pronto se descubrió que el agujero no había sido el resultado de un impacto de meteorito (como se creía inicialmente); sino que alguien lo había perforado. DmitryRogozin, el director general de Roscosmos, la agencia espacial rusa, declaró que probablemente lo había hecho algún astronauta nostálgico de su país. Esta versión fue considerada demasiado bizarra. Todos la descartaron y la tomaron como una nueva prueba de insensatez rusa. La versión más aceptable decía que el orificio fue creado por un trabajador ruso en tierra, justo antes del despegue, algo totalmente previsible viniendo de rusos ineptos.
Sin embargo, existe la posibilidad de que Rogozin haya tenido la razón. He escuchado de la boca de gente de la ciudad rusa de Korolev (la equivalente a Houston en el ámbito espacial) una historia muy singular, todavía por verificar, que encaja perfectamente en el marco del desorden de género por los inodoros norteamericanos. Aquí la organización: La ISS se compone de un compartimento americano, otro ruso y uno colectivo, separados pero interconectados (el segmento ruso constituye el satéliteacoplado a la estación). Hay cuatro astronautas en el sector occidental, y dos astronautas en el sector ruso. Entre los occidentales, hay una mujer.
Aunque se revisa cuidadosamente a los astronautas antes del despegue, en el espacio las cosas pueden moverse hacia lugares no sospechados. Lo que se dice en Korolev es que la mujer no estaba de acuerdo con la organización de los baños, pues se sentía humillada como mujer, así que intentó reajustar el equipo según sus necesidades. Los hombres habían hecho lo mismo, quejándose de la feminista. A cabo de un rato, los delicados inodoros del sector occidental se averiaron sin posibilidad de reparación, porque en el espacio nada es simple, ni siquiera el hecho de ir al baño.
Y los hombres grandulones, ex capitanes y comandantes de la marina y la fuerza aérea estadounidense, fueron obligados a usar pañales durante todo el día. No solamente resulta desagradable, sino que la ISS no tiene el espacio suficiente para almacenar tal cantidad de pañales usados y malolientes. El sector occidental comenzó a apestar como las calles de París, o incluso peor.
Para ese entonces, los astronautas comenzaban a enfurecerse por el comportamiento extravagante de la dama y se quejaron: “Houston, ¡tenemos un problema! ¡Por favor, llévensela a casa!”. Houston, o la NASA, emitió dos objeciones: la primera, mantener la diversidad y la igualdad de género a toda costa. La otra objeción: regresarla a casa costaría demasiado caro.
Ahora sólo los rusos poseen los medios de llevar a los astronautas a la estación orbital y de regreso a casa. A pesar de que los norteamericanos enviaron al hombre a la luna hace muchos años, todavía no poseen un transbordador que transporte gente a la ISS. Los rusos ineptos todavía tienen su nave espacial, aunque su mejor transbordador, el Burán, y su mejor estación espacial, la Mir, fueron desechados durante la etapa pro-occidental de la política rusa, bajo la insistencia de los EUA. Los estadounidenses tienen que pagar una suma considerable a los rusos por cada vuelo, y en este sentido, la evacuación de la irritante astronauta habría hecho un hueco en el presupuesto de la NASA, mucho más grande y doloroso que el hueco en el casco del ISS. Es por eso que desde Houston respondieron despreocupadamente: “¡Ese es su problema, chicos! ¡Traten de llevarse bien con ella!”.
El baño y la regadera de los rusos funcionaban bien, y los estadounidenses intentaron, en primer lugar, utilizarlos. Pero después de una disputa (porque, desafortunadamente, la gente obligada a convivir en espacios contiguos muy a menudo se pelea), los rusos se opusieron e impidieron la entrada de los astronautas occidentales en su Soyuz. La salud mental de la dama se deterioraba, el hedor y el excremento flotante la hacían sentir desdichada y rabiosa; así que sus compañeros decidieron implementar un astuto plan. Cuando los dos rusos salieron al espacio para efectuar el trabajo previsto, los norteamericanos entraron al segmento ruso (los compartimentos no tienen seguros) e hicieron un agujero, lo taparon con un material adhesivo y lo cubrieron con tela para decorar.
Fue una idea muy buena y muy creativa. El parche se mantuvo por un rato y no se abrió de forma inmediata. La presión en la estación es bastante baja, una sola atmósfera, así que el agujero no constituyó un peligro mortal para el equipo. Cuando fuera encontrada la fuga de aire, sería posible insistir en una evacuación de emergencia de la tripulación, lo que permitiría deshacerse de la vieja pesada y liberarse del infierno pestilente, acusando a los torpes rusos por el fracaso. Y aquí viene la mejor parte: el agujero se encuentra en la sección de la cápsula Soyuz que es desechada durante su regreso a la Tierra, eliminando así toda prueba de este juego sucio.
Pero el plan no funcionó. Los rusos taparon el agujero con un pegamento más potente y se negaron a evacuar. ¡Continúen haciéndose en sus pañales, caballeros! El comandante occidental se precipitó hacia el módulo ruso, gritando: “Soy yo, el comandante, el que decide aquí”, y arrancó el pegamento. Los rusos le dijeron: “Puede que seas el comandante de la estación, pero a bordo del Soyuz no eres más que un invitado”, lo sacaron del sector y volvieron a tapar el agujero.
Los astronautas rusos informaron sobre la situación a Korolev (el centro ruso de control aéreo), y éstos a su vez pidieron a Houston mostrarles los videos de las cámaras de vigilanciadel módulo estadounidense para ver quién de los astronautas tomó el taladro dirigiéndose al segmento ruso. El bloque sanitario ruso (donde se hizo el agujero) no tiene cámaras, por razones de privacidad. En Houston se negaron rotundamente.
La situación en la ISS sigue tensa; aparentemente, los rusos usaron la fuerza para expulsar a los estadounidenses que intentaban hacer más agujeros. Estos se sienten tan desgraciados de tener que pasar días y noches con la vieja problemática, y porque su baño todavía no funciona. Ahora esperan a que Washington les envíe pronto un transbordador comercial privado totalmente estadounidense para sacarlos de ahí, puesto que la NASA ya ha dejado claro que no pagará a los rusos por evacuar a sus astronautas, y los rusos obviamenteno quieren hacer este trabajo gratis. Las últimas noticias[5]hablan de una auténtica “serie policiaca en el espacio” y del plan de los astronautas rusos de inspección de los cascos exteriores de la nave.
De esta forma, si usted cree en esta historia, el desorden de género imperante en Occidente, e inducido por la agenda feminista, por poco causa un desastre espacial.
Pero otro desastre en curso, es el intento de las feministas por impedir la nominación del juez BrettKavanaugh a la Corte Suprema de los EUA. A uno puede agradarle o no este juez, se podrá estar de acuerdo o no con sus puntos de vista, uno podría querer que esté o no en la Corte Suprema, pero detenerlo por supuestamente haber querido acostarse con una chica durante la prepa es una idea completamente descabellada. ¡”MeToo, Kavanaugh”! ¡Yo también tuve amoríos con chicas hace muchos años!
Y aunque las acusaciones de la demandante fueran reales (algo que niega Kavanaugh), aun así yo lo declararía inocente y votaría por su candidatura. No hay que olvidar que estamos hablando de cosas que pasaron (o no) hace muchos años. En aquella época, se esperaba que las chicas cedieran con tansólo un acto sutil de fuerza simbólica. “No es no” era en aquel tiempo una idea insólita.
Lo compararé con lanzarse de un paracaídas. Es común que el instructor empuje a un paracaidista indeciso. Si el tipo subió al avión con un paracaídas y continuó avanzando hasta la puerta, hay que empujarlo si su valor le falla. El “no es no” no tiene cabida en este caso. Lo mismo vale con las jovencitas. Estas criaturas maravillosas a menudo se ponían frías en el momento crítico a pesar de estar, ya desvestidas, en la cama con un chico, y, a veces, se les tenía que dar un suave empujoncito. Era el juego clásico de la época.La violación era un delito bien conocido en aquel entonces, pero la definición del término violación no era tan flexible y abierta como lo es hoy en día.
Por supuesto que estamos hablando de la aplicación moderada y simbólica de la fuerza, como en el caso de la denunciante del juez Kavanaugh. Si fue violada, entonces la chica se habría precipitado de inmediato a denunciarlo a la policía. Si no lo hizo es porque no fue violación, así de simple. Los hombres y las mujeres no necesitan de tanta interferencia del Estado en sus relaciones. Si la mujer guardó el secreto por 35 años, pues que lo guarde por otros 35 años más. A un hombre no se le debería impedir perseguir un puesto cualquiera por una razón tan endeble.
La saga “Trump y sus prostitutas” es otro ejemplo de una mezcla dañina de moralidad puritana y de feminismo abocado al odio masculino. Si un hombre de su edad (y de hecho somos de la misma edad) tiene la suficiente energía para su esposa y sus amantes, no me queda más que felicitarlo. No hay ley alguna que prohíba a un hombre de negocios neoyorkino o a un político de Washington solicitar los servicios de las prostitutas. En algunos países ‘más avanzados’ (según el punto de vista feminista) ya está prohibido. En Suecia, todo cliente de una prostituta corre el riesgo de ir a prisión, mientras que ella está blindada de todo castigo. Pero en los Estados Unidos todavía no se llega a ese punto.Y esperemos que no se llegue tan lejos, dado que los votantes de las próximas elecciones legislativas tomarán nota de la posición de cada uno de los candidatos sobre el tema.
Kavanaugh y Trump representan la última oportunidad que tienen los hombres estadounidenses de recuperar su orgullo y de salvar la virilidad de los hombres de los EUA. Las historias de sus aventuras con chicas me harían ponerme de su lado, porque significa que todavía corre sangre caliente por sus venas. Los hombres pueden y deberían recuperar el terreno que han perdido.
P.S. Próximamente, la publicación de mi artículo sobre los bolcheviques rusos, tal como lo había prometido.
Israel Shamir, 22 septiembre 2018
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Traducido por Daniel Osuna
Publicación original en inglés: TheUnzReview
Publicación original en español: Red Internacional
Para contactar a Israel Shamir: adam@israelshamir.net
[1]Disponible en inglés: https://www.navytimes.com/news/your-navy/2017/07/21/no-urinals-on-the-new-navy-aircraft-carrier/
[2]Disponible en inglés: https://www.dw.com/en/holocaust-memorial-urination-trial-reveals-lack-of-historical-awareness/a-37779877
[3] Disponible en inglés: https://www.smithsonianmag.com/smart-news/someone-drilled-hole-international-space-station-180970208/
[4] Estación espacial que funciona a través de la cooperación internacional, puesta en órbita terrestre a más de 400 km de altura, con fines de investigación científica.
[5] Disponible en inglés: https://www.theregister.co.uk/2018/09/14/hole_in_soyuz_caused_by_crew_says_russian_media/