El lobby judío (estadounidense-cubano) y las cartas del gobierno cubano para frustrar una tentativa de golpe de Estado – por María Poumier

 

Después de las manifestaciones y contramanifestaciones que han tenido lugar en julio de 2021 en Cuba, ¿hay razones para temer una intervención militar de Estados Unidos, que ya ha sido anunciada? No hay duda de que la CIA está al mando, para teledirigir una posible revolución de colores. Muchos factores demuestran que el lobby israelí está específicamente interesado en reconquistar este país. He aquí algunos datos históricos. (1)

Cuba siempre fue una tierra de emigración, no sólo de inmigración: constituyendo geográficamente la “Llave del Golfo” de México, la isla fue el trampolín de Hernán Cortés para la invasión española de México, y luego de toda América. Y Cuba sigue siendo el trampolín para saltar a la Florida, tanto legalmente como en embarcaciones improvisadas. Así, en junio de 1939, unos 1.100 judíos asquenazíes llegaron a bordo de tres buques transatlánticos, siendo el caso más conocido el del St. Louis. Pero los Estados Unidos, antes de la Segunda Guerra Mundial, practicaban una concertada  discriminación contra el ingreso de judíos europeos. No quisieron recibir a estos refugiados, que sólo querían esperar en Cuba hasta poder cruzar el Estrecho de la Florida; se mostraron reacios a ayudar a los pasajeros del St. Louis a pagar sus tasas de desembarco temporal en Cuba, y la gran mayoría de ellos fueron llevados de vuelta a Bélgica. Desde entonces, algunos hijos de cubanos de origen judío, que se hicieron ciudadanos estadounidenses, pegan gritos por el “holocausto cubano” y exigen venganza contra el Estado cubano.

De hecho, Cuba fue uno de los primeros países que se negó a votar en la ONU a favor de la creación del Estado de Israel en 1947, a pesar de las fuertes presiones, incluso financieras. Los demás países latinoamericanos se dejaron convencer. (2)

No se puede negar que los aspectos más feroces del imperialismo estadounidense en los años 60-80 (a partir de entonces, el bautista-evangélico Carter decidió dejar de apoyar a las dictaduras militares y ayudar a establecer gobiernos democráticos) fueron implementados por judíos de origen cubano, concretamente hijos de refugiados asquenazíes que habían encontrado la manera de establecerse en Cuba durante unos años antes de convertirse en ciudadanos estadounidenses. Otto Reich, ministro de Bush padre, Luis d’Amato, autor de la ley que permite el estrangulamiento bajo sanciones de todos los países que desagradan al imperio (Cuba, Libia, Irán, etc.), el terrorista Orlando Bosch, la representante Ileana Roth-Lehtinen, la Dra. Ruth Behar etc.

La Ley Helms-Burton, promulgada en 1996 bajo el mandato de Bill Clinton, permitió sancionar a cualquier empresa europea establecida en Cuba que hiciera negocios utilizando legalmente bienes inmuebles estadounidenses, expropiados por la Revolución Cubana en 1960. Quedó en suspenso durante veinte años y luego fue reactivada por el presidente Trump en junio de 2019. Contempla específicamente la posibilidad de pedir un rescate al Estado cubano, como compensación por la pérdida de los bienes nacionalizados.

El estadounidense más famoso por la extensión de su imperio inmobiliario fue el gángster judío Meyer Lanski, el genial promotor de casinos y redes de prostitución que una  vez expulsado trasladó su imperio a Las Vegas, fue duramente perseguido por la justicia estadounidense, huyó a Israel y regresó limpio a Estados Unidos, donde sus herederos crearon un museo desbordante de homenajes. Sus restos fueron recibidos en Israel con los más altos honores.(3)

Entre los más empeñados en asfixiar a la población cubana impidiendo que el país burle el embargo decidido en 1962, y mantenido hasta hoy a pesar de las votaciones anuales de la ONU, un embargo al que sólo se oponen ya cada año dos países, EEUU e Israel, se encuentran otras personalidades judías también empeñadas en robar a otros países latinoamericanos, en particular a Argentina, como Paul Singer o Sheldon Adelson, el rey de los casinos y amigo personal de Donald Trump, desaparecido en enero de 2021. El gobierno israelí mantiene sus propias leyes de bloqueo contra Cuba.

La obstinación de estos personajes se explica por el hecho de que la mayor parte de la propiedad inmobiliaria cubana en los años 50 era propiedad de asquenazíes, tras la mencionada oleada migratoria.(4) Es así como dejó la isla el 95% de la comunidad judía, a raíz de las nacionalizaciones de la Reforma urbana y la reforma agraria, en 1960.

Además, la riqueza inmobiliaria de los judíos sefardíes tenía una larga historia en Cuba, ya que fueron los azucareros de Curazao los que desarrollaron las plantaciones a partir del siglo XVII e hicieron rico al país, sobre todo después del boom del café, que terminó hacia 1830. Estos magnates del azúcar y de las consustanciales deportación y esclavitud africana constituyeron una casta que presionó durante mucho tiempo al gobierno español para frenar la abolición de la esclavitud y la autonomía política de la colonia, de forma comparable a la casta de los békés en las Antillas francesas. Nacido en Venezuela, el hombre más rico de Cuba antes de la revolución, Julio Lobo, el “rey del azúcar” en Cuba, Puerto Rico y el mundo entero, hizo construir un museo napoleónico en La Habana, que todavía puede visitarse.

(Lobo es la traducción del apellido alemán Wolf)

Tras la revolución de 1959, Cuba rompió sus relaciones con Israel en 1973. Puede parecer extraño que no lo hiciera antes. En todo caso, esto no impidió que Fidel Castro estableciera vínculos personales con un nuevo terrateniente y monopolístico exportador israelí en el ramo del cítrico: El propio Rafi Eitan, el legendario líder del Mossad para toda América latina. También desarrolló infraestructuras inmobiliarias para el turismo (5) La emigración legal a Israel comenzó en la década de 1990.(6)

Un personaje estuvo preso en Cuba con cargos de espionaje y propaganda contra la seguridad nacional, mediante la distribución de teléfonos móviles a los judíos, Allan Gross, de 2009 a 2014. Estaba condenado a quince años de prisión, pero fue liberado gracias al gobierno del presidente Obama.

Los lazos privilegiados de Cuba con Israel se explican por el apoyo judío a las guerras de independencia de Cuba contra España de 1868 a 1898. Coexistieron dos tendencias: la anexionista, que estaba muy viva en Florida, y otra, independiente e idealista. José Martí organizó un desembarco en la isla Fernandina con un cargamento de armas, que fue un fracaso, pero fue su abogado judío, Horacio Rubens, quien pudo recuperar el cargamento entero en EEUU, lo que permitió el desembarco exitoso, esta vez el 24 de febrero de 1895. Posteriormente, el Partido Comunista de Cuba, fundado en 1925, contó con cuadros de origen asquenazí de reconocido desinterés e idealismo: Fabio Grobart, Jaime Oltuski, además de obreros, artesanos y numerosos intelectuales. Por lo tanto, durante mucho tiempo ha habido un lobby anexionista judío cubano-americano, y otro, más discreto, pro-israelí, defensor de la soberanía cubana. Los dos lobbies suelen unirse para financiar películas de propaganda, acciones culturales, becas, y un diminuto museo del Holocausto (en la rica sinagoga sefardí del Vedado) etc.(7)

 

Conclusión y razones para la esperanza

En la situación actual, en la que el país está siendo asediado con especial crueldad, con un elemento aún poderoso por ser relativamente nuevo, el acceso a facebook y twitter, redes sociales que han sido invadidas por las redes de la CIA, es lógico pensar que si aún no se ha producido un ataque militar estadounidense, es porque falta un hecho desencadenante. En 1898, fue la “providencial” voladura del crucero Maine en la bahía de La Habana, de la que se culpó inmediatamente al ejército español, provocación clásica bajo falsa bandera. Esto desembocó en la destrucción de la flota española, y del Ejército libertador cubano. (8)

Hoy en día el gobierno cubano, carente de ingenuidad, heredero de más de un siglo de lucha por la soberanía nacional, y en negociaciones con el gobierno ruso para obtener ayuda humanitaria, financiera y militar, también varias cartas que jugar, para retrasar y bloquear una intervención militar estadounidense, o un golpe de Estado, y triunfar en la defensa de la soberanía nacional.

De hecho, Canadá siempre ha desafiado las sanciones de EE.UU., y ha aportado a Cuba un flujo constante de inversiones inmobiliarias para el turismo, y oleadas masivas de turistas. Es probable que esta notable autonomía diplomática canadiense se deba al presidente Trudeau, nacido en 1971, que tiene fama de ser hijo natural del propio Fdel Castro; su madre era una figura de la izquierda revolucionaria.

En cuanto a los vínculos con España, Fidel Castro siempre ha mantenido relaciones privilegiadas con los gobiernos españoles, incluso durante el franquismo, ya que el general Franco era gallego, al igual que la familia Castro. Los intereses españoles entrarían en competencia directa con los de EEUU en caso de injerencia militar.

Rusia y China, por su parte, no se dejarían persuadir de la legitimidad de una zona de “no fly” sobre Cuba, como hicieron negligentemente en el caso de Libia en 2011.

Fomentar un golpe de Estado a través de títeres locales podría ser otra opción para los capitalistas empeñados en que les devuelvan lo que consideran su poder por derecho divino y sus propiedades históricas; por supuesto, en este caso, se mantendrían en la sombra, de modo que el precio de su venganza lo paguen unos “gusanos” muy cortos de miras que luego serán despojados por gente mucho más rica y poderosa que ellos; pero en Venezuela, Guaidó no pudo desbancar a Maduro, a pesar de los millones que recibió para ello, y se desacreditó por su codicia personal; en  2020, en Bolivia, Evo Morales, después de una tentativa mediante el fraude electoral, volvió a su país, dirigido por su discípulo Luis Arce…. En Nicaragua, después del fracaso de los Contras, siguen siendo los sandinistas quienes gobiernan el país.

Una suerte para Cuba: las agencias de inteligencia estadounidenses siguen subestimando la capacidad de lucha del pueblo; de hecho, cualquier intervención estadounidense es una torpeza que despierta y actualiza inmediatamente las conciencias. Y si Biden opta por dejar que la situación económica y emocional empeore indefinidamente, si se queda en vituperios retóricos, y financiamiento de redes ocultas, siempre habrá extremistas dispuestos a … un nuevo desastre al estilo Playa Girón.

Lamentablemente, en términos de propaganda, el gobierno cubano no logró contrarrestar a tiempo las tendencias antipatrióticas “woke” en boga en los Estados Unidos. La propia hija de Raúl Castro (hermano de Fidel Castro por adopción, y su segundo al mando) lidera campañas en la televisión estatal a favor de la “educación sexual”, específicamente LGBT, aunque se niega a ser asociada con la quinta columna de los anexionistas. Este tema embriaga a unos cuantos intelectuales y artistas, muy necesitados de viajes al extranjero, becas y tribunas. Y es el caldo de cultivo de la “sexta columna” identificada por Alexander Dugin en el entorno del presidente ruso, que también está presente en Cuba…

Los intelectuales y artistas, siempre a la vanguardia de los quejumbrosos, no son los únicos tentados por el papel de mártires del oscurantismo. La escena del rap, con sus letras llenas de desafíos, concentra la creatividad popular, pero también la bronca popular. La música es la verdadera religión que mantiene unida a la sociedad cubana y tiene una enorme capacidad de movilización.

El movimiento BLM, acusado a veces de estar teleguiado por los judíos de la izquierda estadounidense (pero también padece repetidas acusaciones de antisemitismo), podría tener un atractivo para la juventud negra, que podría ser fácilmente incitada a la acción violenta, lo que llevaría al ciclo de represión – indignación, – la clásica espiral de la guerra civil espoleada por reflejos racistas latentes, y bien monitoreada desde el extranjero. Pero los servicios secretos cubanos ya han desbaratado muchos de estos complots. Y por el momento, en Estados Unidos, BLM está dejando de lado la temática de la discriminación racial en Cuba, para oponerse al embargo estadounidense, con notable vigor.

Ya se sabe que se la ha dado una relevancia muy exagerada a la epidemia del Covid, en el mundo entero (el número de muertos anuales se ha mantenido estable, según las estadísticas nacionales y mundiales), aun si hay sospechas de que el virus se introdujo como arma biológica contra ciertos países como China, Cuba e Irán, especialmente afectados. Ya se sabe también que el virus y las vacunas occidentales capaces de modificar nuestro patrimonio genético se vienen elaborando en secreto y conjuntamente desde hace más de diez años en EEUU, en Francia, en Israel. El proyecto era forzar por el terror a la población mundial a inyectarse productos tóxicos, repetidamente (las propias vacunas suscitan nuevas variantes más dañinas, por lo que nos quieren pinchar a todos dos veces al año, por tiempo indefinido). La conspiración para el Gran Reset, del cual la propagación del virus y el terror era la primera etapa imprescindible, está siendo denunciada, no consigue los resultados esperados. Pero por el momento, la población cubana se encuentra hambreada, por el covidismo mundial, operación organizada, entre otros objetivos, con vistas a la destrucción de cada economía basada en el turismo. El mundialismo es la doctrina del “Gran Reset”, proyecto de endeudamiento masivo que debe extender a cada nación el proyecto de Paul Singer para Argentina, el “canje de deudas por territorios”, mediante la compra de riquezas ya devaluadas por hipotecas, configurando fondos “buitres”. El mundialismo se concibe como gobierno mundial único con sede en Jerusalén. Los gobiernos occidentales son los más propensos a dejarse rebajar a la función de simples criados del ocupante, como los Quisling de Noruega bajo Hitler, o los cipayos en la India ocupada por los ingleses.

Asediado, el gobierno cubano se ha apoyado hasta ahora en el miedo inspirado por el Covid, exaltando con razón el orgullo nacional por las vacuna locales (especialmente la Abdala,  que ya se le está inyectando a los voluntarios) pero a la vez bloqueando al máximo el transporte colectivo y el necesario movimiento de la gente modesta para conseguir alimentos, para luchar contra la propagación del virus. Como era de esperarse, el pueblo acosado se desespera por salir de este callejón sin salida… ¿Qué alternativa le queda al gobierno, mientras la economía del país descanse sobre el turismo, y la prensa dominante en EEUU se felicite abiertamente por la epidemia, que ofrece una oportunidad única de acabar con los gobiernos “fallidos” de Irán, Cuba, etc?

¿Podría la soberanía cubana tener aliados en Estados Unidos o Israel? Obviamente, las maniobras de Donald Trump para endurecer el embargo a Cuba no han dado pie a que los cubanos aprecien sus medidas soberanistas en su propio país; sin embargo, al ser Florida uno de los estados más fieles al proyecto trumpista MAGA, podría haber ciertos puntos de convergencia para la cooperación con algunos sectores de la colonia cubana en Miami. Por otra parte, fue el presidente Obama quien hizo gestiones – infructuosas- para poner fin a las sanciones, inspiradas estas desde el principio por el trato de Israel a los palestinos, un genocidio a fuego lento. Tras el último intento de iniciar una revolución de color local, que no ha tenido éxito, el gobierno cubano puede inspirarse en la experiencia de Siria e Irán, donde la autoridad suprema ha sido capaz de inspirar la confianza del pueblo en la resistencia, hasta la victoria. Los cubanos ¡pueden seguir “alumbrando el mundo“!

Maria Poumier, 31 julio 2021

Originalmente publicado en Red internacional

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Notas

  1. Véase el libro de Richard Pava, Les juifs à Cuba, Nantes, 2001, y también https://fr.wikipedia.org/wiki/Histoire_des_Juifs_%C3%A0_Cuba, asi como https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_los_jud%C3%ADos_en_Cuba; la entrada en inglés es más extensa: https://en.wikipedia.org/wiki/History_of_the_Jews_in_Cuba.
  2. En 1947, el embajador cubano en Washington, Guillermo Belt, habría recibido amenazas del editor del New York Times, tras lo cual desapareció de la historia política cubana.
  3. Otros cubanoamericanos activos en la promoción de una revolución de color en La Habana: Marco Rubio, Mario Díaz-Balart, de familia en parte judía, y un pariente cercano de Fidel Castro, él mismo descendiente de una conocida familia de origen marrano de Galicia.
  4. Algunos datos sobre la inmigración judía a Cuba, en su contexto: 1916, creación de la primera asociación de ayuda mutua comunitaria judía, la Unión Israelita Chevet Haim. 1921: constitución del Comité Judío de Cuba: estas dos instituciones promueven la inmigración judía europea. Para ello se creó un banco. Se desarrolla una industria judía en La Habana (barrio de La Picota): fabricación de muebles, calcetería, confección, corte de diamantes, perfumes, fabricación de espejos, tintorería, restauración. Apertura de tres sinagogas en La Habana. Estimación de la prensa sobre la población judía hacia 1920: 15.000 personas. En 1939, según los documentos oficiales, había 12.000 judíos, es decir, uno por cada 400 habitantes, y el 0,26% de la población. Estos judíos son cubanos y nativos de Cuba. También hay 12.000 “turcos” (procedentes del Oriente próximo), 13.500 norteamericanos y 37.000 chinos en Cuba. Existe una prensa judía diversificada: Vida habanera, semanal, 1 edición en yiddish; Páginas cubanas, mensual literario; Aurora, mensual en yiddish con tendencias sociales y literarias; El estudiante hebreo. Un escritor mestizo, Eliasar Aranovski, escribe “Amaceo”, un poema en alabanza de la independencia de Cuba; otro escritor de origen judío, Oscar Pinis, se sitúa en la línea antiespañola con “Hatuey”, en alabanza de la resistencia indígena a la Conquista. Dubilman escribe “En tierras cubanas”. (Richard Pava, Les juifs à Cuba, cit., p. 21-22).

En el año 2000, la población judía en Cuba se estimaba en 1.500 personas.

  1. Rafi Eitan (1926-2019) fue el jefe del Mossad para toda América Latina, por lo menos desde 1960. Entre muchas hazañas secretas, era el jefe del espía Jonathan Pollard, que saqueó secretos industriales estadounidenses en beneficio del Estado de Israel, el cual vendió algunos de ellos a Rusia. Rafi Eitan era objeto de una orden de detención del FBI. Jonathan Pollard fue condenado a cadena perpetua, en 1985, y cumpló 30 años de prisión antes de regresar triunfalmente a Israel en 2020.

En 1960, Rafi Eitan dirigió la captura de Adolf Eichman en Buenos Aires, y organizó la caza de varias otras figuras nazis, entre ellas Joseph Mengele. Había sido asesor en materia de “contraterrorismo” de Menahim Begin, y luego del Shabak; personaje versátil e imaginativo, fue quien aconsejó disolver el cadáver del dirigente Ben Barka en soda. También desempeñó un papel fundamental en la destrucción de la central nuclear de Ozirak, en Irak, en 1981. En América Latina han salido a la luz sus injerencias en un amplio abanico de gobiernos:

– Rafi Eitan fue asesor del presidente colombiano Virgilio Barco de 1986 a 1990.

– En 2006, dio a conocer en la prensa israelí que era amigo personal de Fidel Castro, y que lo había sido durante mucho tiempo, ya que visitaba regularmente Cuba. Creó enormes estructuras agroindustriales para la producción y exportación de cítricos, y fue un magnate inmobiliario, con hoteles y urbanizaciones reservadas a clientes israelíes.

Rafi Eitan terminó su carrera como Ministro de jubilados de Israel. Véase https://www.jpost.com/jerusalem-report/the-spymasters-tale-415725.

  1. En 1999, se calcula que la comunidad judía de Cuba se redujo a 500 familias, es decir, 1.500 personas. Ese año se supo que los acuerdos secretos con Israel permitían una oleada de emigración a Israel a través de Canadá, a cambio de una gran cuota pagada por Israel; (se rumorea que la cuota es de 5.000 dólares por persona, M. P.). Fue la mexicana Margarita Zapata, hija de Emiliano Zapata, quien inició las negociaciones en 1992 para el trueque llamado “Operación Cigarro”. Un tal Manteber Arno era el jefe de la Agencia Judía en La Habana. La carne kosher se importa de México. En 1995, el presidente israelí Weizmann se reunió con Fidel Castro en Sudáfrica. Según fuentes israelíes, 600 cubanos han salido de su país con destino a Israel, en condiciones que no los convierten en los apestados que son otros candidatos a la emigración desde el punto de vista de las autoridades cubanas, que multiplican los obstáculos legales a la salida, y prohíben el reasentamiento en Cuba de quienes lo desean. Según el propio Richard Pava, “sólo los judíos pueden salir libremente de Cuba, en detrimento de los demás cubanos” (op.cit., p. 123), y ¡algunos judíos sí regresan! Muchos, una vez llegados a Tel Aviv, buscaban llegar a Nueva York, como proyecto de la gran mayoría de los cubanos que consideraban la expatriación a cualquier otro país como un trampolín para llegar a Estados Unidos. En la década de 2000, el tránsito pasaba por París y no por Ottawa. Una personalidad pudo establecerse en Israel en 1995: el cardiólogo Alberto Toroncha.
  2. En Guanabacoa, suburbio de La Habana, hay un cementerio asquenazí con 2.300 tumbas. Data del establecimiento de la primera república cubana en 1902. Hay un monumento con una urna encima, con la siguiente inscripción terrorífica: “En honor a su memoria, en este lugar están enterradas varias pastillas de jabón hechas con la grasa humana de los judíos que formaban parte de los seis millones de víctimas de la barbarie nazi del siglo XX. Paz a sus restos”, texto en hebreo y español.
  3. La llamada guerra hispano-estadounidense de 1898, que puso fin a la soberanía española sobre Cuba y permitió a Estados Unidos establecerse en la isla reconocida por todos como la “llave del nuevo mundo”, fue posible gracias a dos operaciones concomitantes: una intensa campaña de apoyo a los insurgentes cubanos por parte del grupo de prensa Hearst, y la explosión del acorazado Maine en la bahía de La Habana el 15 de febrero de 1898, en la que murieron 260 marineros -la mayoría negros- y 6 oficiales (de una tripulación de 350 hombres y 24 oficiales). Los historiadores cubanos han establecido que esta explosión fue llevada a cabo por el partido intervencionista norteamericano, y que funcionó perfectamente como la provocación que fue: culpando a los españoles, emocionando y movilizando a los lectores de la prensa de Hearst, permitió el voto por el Congreso de una intervención y desembarco militar, la liquidación de la presencia militar española en toda la América hispana, y del ejército cubano de insurgentes que luchaban por la independencia.

 

 

 

 

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