La ‘desmexicanización’ de California: entre el ‘Calexit’ y la balcanización – por Alfredo Jalife-Rahme
En forma extraña, en EEUU abundan los proyectos secesionistas y/o balcanizadores de California: desde el ‘Calexit’ (su salida de EEUU) pasando por una propuesta de picarla en seis o tres pedazos, hasta la ‘Nueva California’, de corte más rural y que proclamó su ‘independencia’ y su ‘desmexicanización’.
Detrás de los proyectos secesionistas y/o balcanizadores se encuentra la lucha sin cuartel entre Demócratas y Republicanos —extensiva a otra batalla paralela entre globalistas y nacionalistas bipartidistas—, por su alma electoral demográfica.
El ‘Estado dorado’ de California, con 424.000 km2 y 40 millones de habitantes, cuya mayoría son latinos y de ellos el 80% son mexicanos, ocupa ya el quinto lugar del ranking global del PIB nominal con 2,7 billones de dólares (2700 000 000 000 US$).
En 2014, el extravagante empresario Timothy Draper —de 60 años, graduado de Stanford y Harvard, quien realizó su fortuna en Hotmail, Tesla y Skype— propuso una iniciativa fallida para dividir California en seis microestados por ser ‘ingobernable’ con el fin avieso de diluir a la mayoría mexicana. Sin embargo, este fracasó.
Ahora Draper vuelve a la carga para separar al estado y tener ‘tres Californias’: Cal 3, proyecto que incluso cuenta con su propio sitio web.
El rotativo británico Daily Mail, vinculado a los servicios de espionaje del MI6 y con un nuevo director más rusófobo aún, expone con lujo de detalles los mapas del proyecto balcanizador de Cal 3 —California del Norte (NorCal), California del Sur (SoCal) y California—, que ya ha recibido más de 600.000 firmas para su votación el primer martes de noviembre.
NorCal se quedaría con San Francisco, los parques State y Redwood National, parte del Parque Nacional Yosemite (que atrae a cinco millones de visitantes al año), el condado de Napa con sus prestigiosos vinos y que en un devastador incendio reciente tuvo pérdidas por 40.000 millones de dólares. También “incluiría 40 condados, Sacramento y San José, además de las granjas de marihuana de los condados de Trinity y Mendocino, y las áreas rurales norteñas”.
Más allá del célebre puente Golden Gate de San Francisco, NorCal se llevaría la joya de la Corona tecnológica: el Silicon Valley, asiento de GAFAT (Google, Amazon, Facebook, Apple, Twitter), en donde vive Draper. Además de la montaña Shasta y el lago Tahoe, NorCal tiene también en su seno a la montaña Sierra Nevada, que suple de agua a esa región, a diferencia de la grave sequia y carencia acuífera que impera en el resto de California.
SoCal se quedaría con el restante del Parque Nacional Yosemite e incluiría el Valle de la Muerte, Disneyland (con más de 18 millones de visitantes al año) y San Diego, donde EEUU posee su mayor base naval de la flota del Pacífico.
A nivel territorial, Cal sería considerablemente menor que NorCal y SoCal. A nivel poblacional los tres nuevos Estados tendrían prácticamente el mismo número de habitantes: Cal (12,3 millones); NorCal (13,3); y SoCal (13,9 millones). A nivel económico, NorCal tendría 63.000 dólares per cápita, mientras Cal ostentaría 53.000 y SoCal, 45.000.
Aquí surge una desconexión y/o encapsulamiento tipo gueto de los mexicanos, primordialmente de Los Ángeles con sus hermanos de Tijuana.
Pareciera que Draper se basa en los planes demográficos racistas de ‘reservas’ de las etnias bantúes, el Apartheid aplicado en Bantustán (Sudáfrica), y en los territorios palestinos ocupados en Jerusalén y Cisjordania por el supremacismo étnico-teológico de Israel.
Zach Wolf, director político de la cadena CNN, muy cercana a los Demócratas, juzga que “otra razón para dividir California y de lo que nadie habla” es que “todavía se encuentra con una baja representación en el Senado comparado con la mayoría de EEUU”.
Amy Lieu, de Fox News, medio cercano a Trump, da mucho vuelo a la iniciativa Cal 3 y cita una encuesta de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional que señala que el 62% de los votantes registrados en toda California se oponen a la iniciativa y con solo el 17% de apoyo.
Analistas del Centro de Política de la Universidad de Virginia predicen que NorCal y Cal serian proclives a los Demócratas, mientras que SoCal sería un Estado ‘intercambiable’ ya que incluye áreas tradicionalmente Republicanas como el Condado de Orange.
Según The Hill, la balcanización daría a los Demócratas una mayor ventaja para el control del Senado, donde los Republicanos, con una California unida, no ganan un asiento senatorial desde 1988 con Pete Wilson.
El caso hipotético de que triunfe el Cal3 obligaría a que el gobernador solicite al Congreso su aprobación final.
¿Se recrudece(rá) en California, convertida en un laboratorio demográfico de experimentación bipartidista, la confrontación entre los WASP y los mexicanos católico-guadalupanos?
No hay que perder de vista que en fechas recientes a los Republicanos les ha dado mucho por citar a la Biblia para justificar su represión contra los migrantes y la inhumana separación de sus familias: desde el fiscal general, Jeff Sessions hasta Sarah Huckabee Sanders, secretaria de Prensa de Trump.
Tampoco se debe pasar por alto que Trump formuló su reingeniería racista durante la fracasada Cumbre del G7 en Canadá para ‘trasladar’ a 25 millones de mexicanos a Japón, de lo que cierta manera evoqué en mi libro ‘Trump y el supremacismo blanco: la palestinización de los mexicanos’. El grave problema es que los japoneses son tan racistas como los WASP.
¿Adviene una ‘limpieza étnica’ en California, con o sin balcanizaciones?
La triple escisión de Cal 3 no sería sorprendente ya que el decano de los diplomáticos de Rusia, Ígor Panarin, había vaticinado la balcanización de EEUU en seis pedazos.
Por cierto, la propuesta del Calexit, el divorcio de California de EEUU en similitud al Brexit, es probable que sea votada en 2020.
En mi libro publicado hace 18 años, ‘El lado oscuro de la globalización: postglobalización y balcanización’, enuncié al binomio de la desglobalización/postglobalización como probable catalizador de las balcanizaciones por venir. Parece que nos alcanzó el futuro.
Alfredo Jalife-Rahme, 16 junio 2018