Desarme de las Farc y Disidencias: evoluciones actuales y futuras
Después del desarme de las Farc, el último grupo armado ilegal con alcance territorial nacional, la cara del crimen organizado dedicado al narcotráfico en Colombia está cambiando. La tendencia es que sea más mafioso que militar, anónimo, descentralizado, desarticulado y con relaciones más horizontales que jerárquicas entre los agentes. Por eso el Observatorio Colombiano de Crimen Organizado creado recientemente por la Universidad del Rosario e InSight Crime consideran que, contrario a la afirmación del fiscal de que Guacho es el brazo armado del Cartel de Sinaloa, los narcotraficantes mexicanos aunque han aumentado su presencia en el país no pretenden controlar el territorio colombiano.
Estas son algunas de las conclusiones que resaltaron Angela Olaya y James Bargent a la Silla Académica, quienes hacen parte del equipo de investigadores de dicho Observatorio, que arrancó sus actividades con la reciente publicación del informe titulado “La nueva generación de narcotraficantes colombianos post-FARC: “Los Invisibles”.
La Silla Académica:La captura reciente de Santrich por presuntamente seguir en el negocio del narcotráfico, el apoyo que le ha expresado Iván Márquez, el crecimiento de las disidencias y la salida de alias “El Paisa” de la zona de concentración, ¿demuestra la existencia del “Plan B” que tenía la guerrilla de las Farc antes de desmovilizarse a que ustedes hacen referencia en el informe?
Ángela Olaya y James Bargent: No todo el país es un “Plan B” ni todas las disidencias son iguales.
La lectura de los ex guerrilleros sobre su futuro es de muy corto plazo y se actualiza de acuerdo a la forma cómo se va dando la implementación del Acuerdo. Siempre están tantiando el proceso de paz.
El caso de alias “Cadete” quien alcanzó a estar en la Plaza de Bolívar y que hoy hace parte de una de las disidencias de las Farc, ilustra las dificultades que afrontan los ex guerrilleros para mantenerse en su decisión de dejar las armas, pues después de moverse a sus anchas en los Llanos Orientales pasó a tener que pedirle plata a alias “Gentil Duarte” para sobrevivir en Bogotá, según nos contaron nuestras fuentes.
Por su parte alias “El Paisa” siempre fue reacio al proceso de paz. Su acogimiento al mismo se explica o por una alta presión militar o por una decisión estratégica de las Farc de hacerlo parte de la Mesa de Negociación ante el riesgo de convertirse en una disidencia. Por eso mismo, no sería extraño que finalmente hubiera desistido del proceso.
Y son los mandos medios como alias “El Paisa” quienes tienen el perfil para volver a delinquier.
LSA: ¿Por qué no los rasos?
Á.O. & J. B.: Porque no tienen capacidad de organización. Los mandos medios tiene los contactos, saben a quiénes hay qué extorsionar y cuánto vale. Saben “con quién hay que hablar”.
LSA: En el informe se dice que las Autodefensas campesinas -AUC- eran realmente un club de narcotraficantes VIP con una “fachada” ideológica y contrainsurgente ¿Las farc también?
Á.O. & J. B.: No se debe asumir que las Farc con un gran cartel pues eso no es lo que nosotros hemos visto en terreno.
Lo que se acordó muestra que ellos tenían un componente político muy fuerte. En regiones como Los Llanos y Caquetá era una especie de Estado alterno, imponían el orden social: desde resolver temas cotidianos hasta impartir justicia y no sólo a través de la intimidación o de la plata como lo hicieron los paramilitares, había familias conformadas por generaciones de guerrilleros.
LSA: Pronostican que en unos años, las disidencias crecerán hasta el punto de que el Acuerdo de Paz con las Farc haya sido un esfuerzo inútil?
Á.O. & J.B.: Cuándo uno revisa los mapas, son muy pocos los lugares donde no coinciden las rutas del narcotráfico y las disidencias. Y uno podría decir que son la misma cosa, pero sería una conclusión acelerada.
De la misma forma, es un error asimilar todas las disidencias como personas o grupos que no están de acuerdo con el proceso de paz y, por tanto, decidieron apartarse del mismo para continuar con la lucha armada y, no distinguirlos de quienes decidieron no hacer parte del proceso porque querían conformar una estructura criminal para dedicarse al negocio del narcotráfico, por ejemplo.
Entre unos y otros hay diferencias en la forma de actuar. Aún no podemos saber si las disidencias se van a volver como las Farc o como un fenómeno criminal distinto.
Incluso no todas las disidencias funcionan igual. Cuando empezó la lucha directa contra el Bloque Oriental la estrategia que se pensó fue capturar a los grandes cabecillas.
Si se leyera la forma de organización de la disidensias de Los Llanos con la misma lógica se pondría en el organigrama a alias “Gentil Duarte” por encima de alias “Mordisco” pero lo que hemos observado es que igual que pasó después de la desmovilización de los paramilitares las relaciones son mucho más horizontales y las acciones más decentralizadas.
Cada uno de estos jefes ejerce control sobre una parte del territorio diferente y sus acciones son desarticuladas.
Si se captura a Gentil Duarte muy seguramente no se va a acabar con esa disidencia. La estrategia tiene que ser distinta.
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LSA: ¿Eso es mejor o peor para las autoridades?
Á.O. & J.B.: Es mejor en el sentido que ya no hay grupos que pueden desafiar el poder como ocurrió con los paras, los Carteles de Medellín y Cali. No tienen capacidad de acción a gran escala ni tampoco interés en ello.
En términos de desarticularlos, es mucho más difícil. Se piensa que ya se ha acabado con un grupo y un año después sale otro actuando de forma similar.
Eso implica que hay que cambiar el chip en la forma de combatirlos pues hoy las organizaciones de tráfico de drogas tienen un alcance mucho más local.
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LSA: ¿Según el informe, los narcotraficantes de la 4 generación prefieren el anonimato y han descubierto que ‘dar plomo’ no es el verdadero negocio. ¿Cómo es ese ese cambio que ustedes mencionan de “estructuras mafiosas en lugar de ejércitos ilegales”?
Á.O. & J.B.:Se trata de una nueva fase del crimen organizado muy relacionado con el narcotráfico que está a cargo de grupos con una clara distribución territorial y de actividades. Tienen el control sobre una o dos partes de la cadena. Por ejemplo, están en una zona de cultivo y manejan una ruta hacia los laboratorios. Por ello ya no constituyen un cartel sino que brindan servicios a los narcotraficantes.
El control es ahora más mafioso que ejercido con armas.
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LSA: Sí no dan plomo, ¿cómo obtienen el control territorial?
Á.O. & J.B.:Más que control territorial es estratégico.
Ya no hay grupos criminales con alcance nacional o que ejerzan poder sobre todo el Catatumbo o todo el Pacífico sino que lo hacen sobre puntos estratégicos de la cadena. El que entrega la pasta de coca no necesariamente conoce a quién la cristaliza.
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LSA:¿Significa que vamos a transitar a un narcotráfico menos violento?
Á.O. & J.B.: La tendencia en el largo plazo es hacia un desescalamiento de la violencia pues cada vez hay menos grupos con alcance nacional que se enfrenten entre sí.
Ahora estamos en una época de transición donde hay una disputa por los territorios dejados por las Farc y un reacomodamiento a la nueva dinámica. Con las disidencias lo que vamos a experimentar son epicentros de violencia.
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LSA: Respecto al ELN mencionan que se está convirtiendo en el agente más importante de esta etapa del narcotráfico, especialmente, en la costa Pacífico y en la frontera con Venezuela. ¿No contradice esto su teoría de que los nuevos narcos aman el anonimato?
Á.O. & J.B.: El ELN es el único grupo que aún tiene una potencialidad de controlar vastas zonas del país y de ahí la importancia de la negociación que está haciendo el Gobierno.
Pero aparte de esa organización, la tendencia del narcotráfico es hacia la descentralización y el anonimato. En el Bajo Cauca, por ejemplo, observamos el fin de Los Urabeños como organización con alcance nacional.
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LSA: En el informe se dice que el ELN ha ocupado los espacios dejados por las Farc contando con su aquiescencia ¿tiene que ver eso con el “Plan B” que supuestamente tenía las Farc?
Á.O. & J.B.:Hemos encontrado de todo en terreno. En algunas partes nuestras fuentes indican que incluso antes de la salida de las Farc, los elenos entraron sin confrontación, lo que genera la pregunta que nos está haciendo.
En otros lugares sí se ha generado una confrontación del ELN con los disidentes. Lo que observamos es que los acuerdos entre las Farc y el ELN se hicieron a un nivel muy local y no a partir de una negociación entre los líderes, entre el secretariado y el Coce.
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LSA: Frente al anonimato de la nueva generación de narcotraficantes ¿personajes como alias “Guacho” están mandados a recoger?
Á.O. & J.B.: Sí. Claramente, Guacho no representante la nueva cara del narcotráfico pues ha hecho lo opuesto a lo que hoy es más recomendable para el interés del negocio: llamar la atención de las autoridades, en sus términos “les calentó el parche”.
Creemos que Guacho no calculó lo que se le venía encima, tener no solamente el Gobierno colombiano sino el ecuatoriano actuando en su contra.
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LSA: ¿No solamente estarían tras él las autoridades sino los mismos que están metidos en el negocio del narcotráfico?
Á.O. & J.B.: No lo sabemos.
Podemos decir que Tumaco ya tenía la mira de las autoridades por el tema de la sustitución voluntaria de cultivos, el accionar de varias bandas, incluido El ELN, y el asesinato de líderes.
Pero la aparición del nombre de alias “Guacho” es reciente.
La pregunta es qué está pasando, con quién se está enfrentando, por qué está llamando la atención.
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LSA: Se habla mucho de quienes son ahora los protagonistas del boom del narcotráfico en el país pero poco de las redes de complicidad en el Estado que tiene que haber detrás. ¿Son más las autoridades que los están persiguiendo o las que están aliadas con ellos?
Á.O. & J.B.: La corrupción es absolutamente clave ahora.
La evolución de las organizaciones de tráfico de droga es que ya no tienen capacidad de ejercer control militar por lo que la corrupción es algo que vemos en cada nivel de la fuerza pública y de los órganos del Estado. No sólo son los patrulleros ni los generales.
Anteriormente, eran los ilegales quienes se acercaban a los legales con una oferta. Pero lo que vimos, por ejemplo, con el cartel de la Toga fue una red de “legales” operando adentro del Estado ofreciendo servicios al bajo mundo. Una especie de corrupción mano a mano que adquiere una forma distinta dependiendo del nivel jerárquico de los involucrados.
La plata vale aún más en las articulaciones ahora que el plomo llama la atención.
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LSA: Ustedes hablan en el informe de que el Cartel de Cali a diferencia del de Medellín tenía una naturaleza más mafiosa y menos armada ¿Estamos frente a un reencauche de este estilo de hacer narcotráfico?
Á.O. & J.B.: La forma de operar ahora y quienes están haciéndolo, son muy diferentes. Lo que sí podemos decir es que el Cartel de Cali ejercía más poder a través de la plata que del plomo que es hacia donde va la tendencia.
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LSA: ¿Es imposible pensar en qué se acabe la violencia en Colombia si no se legaliza el narcotráfico?
Á.O. & J.B.: Lo que se evidencian los últimos años es que las estrategias actuales no van a terminar con el narcotráfico.
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LSA:En su informe ustedes dicen que no es cierto que los mexicanos se estén apoderando del negocio de narcotráfico en Colombia ¿Por qué se dice lo contrario?
Á.O. & J.B.: Es cierto que hay un aumento de mexicanos en el país pero su propósito no es tener control territorial. Están trabajando directamente en las zonas de cultivo y en los laboratorios.
Este fenómeno empezó con el conflicto entre Los Urabeños, Los Rastrojos y La Oficina que generó contratiempos en el tráfico de la cocaína, por lo que los narcos mexicanos quisieron estar más al frrente del negocio.
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LSA:¿Es cierto lo que dijo el Fiscal que Guacho es el brazo armado del Cartel de Sinaloa?
Á.O. & J.B.: Guacho no sigue las directrices del Cartel de Sinaloa, en parte porque no creemos que éstos tenga interés de disputar los territorios colombianos, lo que les interesa es tener socios más confiables y verificar que el producto salga bien.
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LSA: Ustedes dicen que no se debe hacer una lectura de las disidencias a partir de la misma forma de organización vertical que tenían las Farc y que no es cierto el aumento del poderío de los carteles mexicanos ¿está el Gobierno bien enfocado en su lucha contra el narcotráfico?
Á.O. & J.B.: El Gobierno necesita implementar un plan más integral y con una mirada de largo plazo.
Colombia hace las mismas cosas y tiene los mismos resultados.
Lo vemos con la erradicación que sí bajó pero subió de nuevo porque en muchas zonas se arrancó con los programas de sustitución pero no con las inversiones sociales que realmente es lo que garantiza su éxito
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LSA:¿El Gobierno colombiano debería retomar la aspersión aérea de los cultivos de coca ya?
Á.O. & J.B.: Lo que se evidenció con la fumigación aérea es que tampoco es una política de largo plazo. En el mejor momento puede disminuir los cultivos pero no terminar con ellos. Pasa lo mismo que con la sustitución voluntaria. Se necesita una mirada más integral.
Adicionalmente, la asperción hay que leerla en el contexto del Plan Colombia en el que su financiación estaba garantizada. El escencario ahora son recursos limitados para la implementación del posconflicto.
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LSA:En relación con Putumayo y Caquetá, ustedes dicen que las “Farc ocultas” siguen controlando el negocio del narcotráfico allá ¿A qué se refieren con “Farc ocultas”?
Á.O. & J.B.: Significa que observamos que en esa zona las mismas personas siguen a cargo del negocio del narcotráfico y dado que no ha cambiado el escenario hay indicios que podrían ser personas que estaban con las Farc, pero se tiene muy poca información sobre quiénes son, por eso decimos “Farc ocultas”.
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LSA:Como parte de las “Farc ocultas” en el informe se habla de una especie de “aristocracia” de esa organización. Familias que han dado generaciones de guerrilleros y manejan las finanzas y propiedades de las Farc y que no hicieron parte del proceso de paz ¿Tiene razón el Centro Democrático cuando dice que las Farc tiene mucha plata guardada para comprar elecciones?
Á.O. & J.B.: Es un asunto muy complicado. Nadie sabe con certeza si están escondiendo algo. Las finanzas de las Farc no eran nada sencillo y como operaban a través de testaferros, ellos pueden hacer una lista de sus bienes pero irlos a reclamar no es nada fácil. Además cada frente tenían un manejo independiente de sus finanzas.
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LSA: ¿La transacción que supuestamente estaba haciendo Santrich concuerda con la forma cómo opera el narcotráfico?
Á.O. & J.B.: Se trata de un tema súper sensible. Quedan preguntas muy grandes por resolver sobre la operación que supuestamente Santrich estaba realizando.
Natalia Arbeláez Jaramillo, 27 abril 2018