¿Qué alternativa al mundo burgués? – por Alain Soral

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Burgués… Ayer, digamos hasta el final de los años 70, la palabra burgués era considerada como un insulto, tanto por el prolo [1] como por el artista o el aristócrata venido a menos. Hoy desapareció del vocabulario en beneficio de los ricos, de las celebridades, de la jet set, probando así que el dinero y los valores que lo acompañan ya no son vergonzosos o sospechosos. Ni vergonzosos ni sospechosos para las viejas élites del gotha [2], que podemos ver competir en vulgaridad con los ricos del mundo del espectáculo en Gala [3]. Ni vergonzosos ni sospechosos para las clases populares que sueñan también con el éxito individual meteórico rascando su boleto de lotería y mirando “Saga” o “Nouvelle Star” [4]. Ni vergonzosos ni sospechosos para el subproletariado de inmigrantes que sueña también él con la pasta, los coches y las mujeres fáciles… Antiguos ricos, medio pobres, nuevos pobres… en todos ellos, en todas partes, la ideología liberal ha triunfado, porque cuando hablamos de la burguesía, en primer lugar es de esto de lo que se trata…

Primera parte: ¿Qué es el mundo burgués?

Una comunidad humana, una clase social convertida en mundo con la toma del poder sobre la Tierra y los espíritus, que se hace una con la historia del liberalismo. Comprender la burguesía, lo que ES, lo que podemos reconocerle y reprocharle, es entender primero la épica liberal, su ascendencia, su dominación, sus mentiras, sus contradicciones, su decadencia…

El mundo burgués-liberal se basa, como toda sociedad, como todo grupo humano, en dos pilares: uno espiritual, el otro material. Saber cuál tiene prioridad sobre el otro – la diferencia entre la tesis idealista y la tesis materialista – es menos importante que comprender que, al igual que la cabeza y las piernas, una no va sin las otras… Estos dos pilares son, entonces:

El individualismo, inaugurado y teorizado por el cogito de Descartes (el pienso, luego existo), una afirmación/emancipación del mundo antiguo, donde primaba la comunidad y el fátum, que contiene potencialmente toda la libertad y toda la arrogancia del hombre moderno.

El mercado, que en este mundo del hombre individuo libre y pensante, se convierte en el “nosotros” que gobierna en lo sucesivo, en un mundo en el que Dios está en silencio, las relaciones entre los hombres-individuos.

Doble advenimiento: el de la racionalidad de la ciencia de la naturaleza contra el orden divino, y el del interés individual cuantificable como móvil de la acción, lo que hace de la época burguesa un mundo basado en la Razón, en el individuo libre en derechos si no de hecho, y en el interés individual sincero. Un hombre libre, consciente de sus derechos y a la búsqueda de su sincero interés, que define al “liberal” de ascendencia… Liberal de ascendencia cuya figura más perfeccionada en Francia fue y sigue siendo el irónico Voltaire…

Figura del hombre honrado doblemente especulador… especulador en el plano del espíritu: el cogito de Descartes a partir del dubito: dubito ergo sum cogitens res… Especulador también en el plano de los negocios, este ser tan honesto es también traficante de armas y vendedor de esclavos, un liberal en el sentido anglosajón y thatcheriano del término…

Derecha e izquierda burguesas

Bellas ideas universales y abstractas hechas posibles por sus menos bellas condiciones materiales de posibilidad. Librepensador y burgués, ahí es donde aprieta el zapato… Y es por eso que “liberal” significa a la vez en nuestro imaginario contemporáneo “hombre de espíritu abierto”, pero también “frío especulador”, sea el hombre de derecha como el hombre de izquierda, ya que la epistemología liberal racionalista conduce también tanto a los “Derechos Humanos” de un Rousseau, como al egoísmo transgresor de un marqués de Sade. Marqués de Sade que nunca hizo, por provocación literaria, sino llevar hasta sus últimas consecuencias la amoralidad intrínseca del pensamiento liberal…

La Épica burguesa: el combate Derecha/Izquierda

Essa dualidad constitutiva de la sensibilidad del hombre de razón liberal, detrás del cual se encuentra el hombre del Mercado. Un mercado en sí mismo considerado el único vínculo social razonable – tan natural – entre los hombres, convertidos de repente en Homo economicus.

Esta dualidad va a constituir al mismo tiempo la épica colectiva de la burguesía, según el desarrollo de sus contradicciones, y produce a la vez la historia de la derecha y de la izquierda burguesas, es decir, la lucha de la derecha económica liberal contra la izquierda “derecho-humanista”, en el seno de lo que el pequeño teatro burgués llamará “debate democrático”…

Esta dualidad problemática también va a constituir la “sensibilidad burguesa“, la historia de su sensibilidad cultural que podemos calificar como de “conciencia dolorosa”, dolorosa conciencia en efecto de esta contradicción perfectamente expresada y realizada en esta nueva categoría artística que le es consustancial: la historia de la novela burguesa.

Ascendencia, ideas, Ilustración…

Pero si la ética burguesa de libertad y de igualdad formales, basada en el derecho natural y la Razón, permitió el ascenso de la burguesía, su seducción sobre el mundo de las ideas por la ideología de la Ilustración y, finalmente, su toma del poder sobre el Antiguo Régimen del fátum y el “derecho divino”… Es el beneficio burgués, su dominación por el dinero, el que lo hizo poco a poco la clase totalmente poderosa, hasta el punto de poder pasarse poco a poco sin su ética humanista, conforme a la medida de la exacerbación insostenible de sus contradicciones. Una ética burguesa pronto reducida a una retórica tan reseca como había podido ser la escolástica del Antiguo Régimen, para no guardar de su humanismo racionalista más que su cientifismo … El progreso científico que tiene la gran ventaja de testimoniar al mismo tiempo la superioridad del espíritu burgués por la prueba concreta de su dominio de la Naturaleza, pero sobre todo de constituir – a través del progreso técnico – una de las claves de la renovación y el aumento del beneficio. Así, progresivamente, la clase social del “creador de duda” y de la igualdad en el derecho, se convirtió en la clase de la huida hacia adelante técnica impulsada por el señuelo de la ganancia. La valorización del capital – que es el otro nombre del mercado – y su corolario, la democracia de mercado, convirtiéndose en la nueva religión de los filisteos que, después de dos siglos de plenos poderes ¡acaban por hacernos lamentar el viejo orden y la nobleza del Antiguo Régimen! Pero esta epopeya burguesa, aunque triunfante, sin embargo, no estuvo libre de enfrentamientos, enfrentamientos que no eran sino la evidencia concreta, y aún más la encarnación, de sus contradicciones morales y prácticas…

El proletariado, la prueba de la mentira burguesa

Porque si la clase burguesa ha superado a la aristocracia del Antiguo Régimen, también creó el proletariado, el proletariado y su miseria obrera, es decir, la prueba por la historia y la realidad concreta de que detrás del empresario, creador de riquezas, de empleos y de progreso mediante la valorización capitalista de la técnica, estaba el especulador, el creador de la explotación y de la desigualdad… La historia de la lucha – por sus víctimas – en contra de esta violencia constituye la historia misma del movimiento obrero. De ahí el marxismo… Una miseria material y moral de la clase obrera en flagrante contradicción con la promesa de la Ilustración y su ideología económica de la “mano invisible” – que se supone traerá el bienestar colectivo por el egoísmo individual, que es, no lo olvidemos, al principio de la crítica marxista como del proyecto comunista, una ideología de combate que critica a su vez a la clase dominante, como la burguesía ascendente había hecho con la nobleza, izquierda reformista, izquierda radical… ideología de rechazo de la mentira del igualitarismo formal como de la fatalidad divina, cuya estrategia misma era doble: bien el sindicalismo de compromiso, bien el sindicalismo revolucionario. De un lado, una izquierda cientifista, positivista, intentando superar a la burguesía pero manteniendo los logros. De otro lado, una izquierda más romántica, más radical, convencida de que la ética y la epistemología son una sola cosa, y que para escapar de la una, también hay que cuestionar la otra… Una izquierda radicalmente anti-burguesa, opuesta al compromiso socialdemócrata para el cual el problema se limita al aumento del poder adquisitivo, que tratará, sin lograrlo nunca, de ir más allá de la era burguesa liberal tanto en el plano político como en el epistemológico y ético, ya sea mediante la ideología del “hombre nuevo” que conducirá al comunismo más duro, ya sea recurriendo en parte a los valores del mundo antiguo, como la valorización de la familia en Proudhon, del heroísmo ascético greco romano en Sorel, aun a riesgo de formar alianzas sobre el terreno con las fuerzas anti-burguesas del Antiguo Régimen y de la derecha de las ideas…

Tres vías muy diferentes, la primera culmina en nuestra actual izquierda socialdemócrata del PS, una izquierda para la colaboración con la burguesía que triunfó por todas partes en Europa. La segunda conduce a la epopeya comunista soviética y a la historia del PCF, que terminó como usted sabe. La tercera, al mismo tiempo revolucionaria y conservadora, y que siempre ha sido embrionaria y experimental, pero que hoy es tal vez la más fecunda y la más esperanzadora, con pensadores como Latouche, Michéa y el último de Benoist…

Otras tentativas alternativas al mundo burgués

La epopeya marxista-leninista, la más importante en su duración y su ambición: la creación de un hombre nuevo y de una sociedad sin clases, no debe ocultar que hubo otros intentos de salir de la dominación liberal-burguesa, de su lógica puramente capitalista, donde no se trata más que de, tras el fracaso del sistema soviético y el triunfo de la izquierda de la socialdemocracia, satisfacer al consumidor mediante el aumento constante de un poder adquisitivo permitido por el crecimiento… Otros intentos, no basados en la lucha social, sino en la huida…

Pasadismo, exotismo…

La huida individual, poética, a un pasado mitificado por la idealización de la Edad Media que fue el Romanticismo. Huida igualmente individual, no en el tiempo pero sí en el espacio, mediante el exotismo, que consiste en huir del mundo burgués occidental para ir a vivir en otras sociedades a menudo más tradicionales, sociedades de castas en India, sociedades tribales de África… Un planteamiento de ruptura por la huida que estuvo en el origen, no lo olvidemos, del movimiento hippie. Aunque este intento finalmente se transformó en mercado.

Fascismo, nazismo…

Dos formas de pasadismo que no deben confundirse con las experiencias mixtas, medio retrógradas, medio futuristas que fueron el fascismo y el nazismo. Experiencias políticas y sociales que pretendían mantener la técnica burguesa, pero puesta al servicio de una ética extraída del período pre-burgués, en las antípodas de la ideología de la Ilustración… Tentativa fascista, tentativa nazi, mezclas de racionalismo técnico y de irracionalismo ético, que también han fracasado… Y que la izquierda, para mantener su liderazgo moral, a menudo finge confundir con esas construcciones del espíritu más sutiles que fueron las ideologías de “tercera vía”. Estos proyectos de revolución conservadora que se plantearon seriamente la cuestión, en Rusia, en Alemania y en Francia, de los límites progresistas de la ideología del progreso…

Tercera vía: el círculo Proudhon

Tentativa de tercera vía que se encarnó, en Francia, en el efímero círculo Proudhon, lugar de diálogo entre monárquicos nacionalistas y sindicalistas anti-reformistas, donde los hombres de buena voluntad comprometidos más allá de sus orígenes, a los mismos valores de nobleza de corazón, de honor, de combate y de amor a la patria, intentaron, en los albores de la guerra del 14, una improbable unión sagrada anti-burguesa. Una unión sagrada de hombres de buena voluntad a la que el sistema respondió con la patriotera unión sagrada contra los boches [5]

Boches ayer, beurs [6] hoy…

Al igual que ayer, el mismo sistema tiende hoy a impedir la unión sagrada de las víctimas del mercado: pequeños empresarios, artesanos, empleados, proletarios de todos los orígenes, mediante la unión sagrada contra los beurs… El odio a esos magrebíes que estos burgueses en el poder han traído masivamente a nuestro suelo.

Trampa del conflicto de civilización...

A pesar de los fracasos anteriores de las tentativas transversales, creo que es en el lado de esta “tercera vía”, de esta unión sagrada generosa y subversiva, vilipendiada tanto por la derecha liberal como por la izquierda trotskista, donde se encuentran todavía las pistas más fértiles. Creo que es en el lado de esta unión sagrada, en las antípodas de la actual teoría del “choque de civilizaciones”, donde se encuentra a la vez la salvación de Francia y una alternativa al mundo burgués. Una alternativa a este mundo burgués hoy plenamente encarnado por el imperio estadounidense, sus valores comunitarios y no igualitarios, detrás de los cuales se esconde la voluntad de poder absoluto de un capitalismo financiero globalista, destructor de espiritualidades, de culturas, de diferencias y de identidades… Un mercantilismo generalizado de esencia judeo anglosajona, muy lejos de nuestros valores heleno cristianos, galo romanos, celtas, y de nuestro destino euro mediterráneo…

Del totalitarismo mercantil

Pero después del fracaso, a menudo a fuego y sangre, de todos los regímenes que se han opuesto a ella, hay que admitir que la democracia de Mercado – donde la democracia es, de hecho, el medio para el Mercado – no hace, desde los años 80, más que ganar puntos y extenderse… Extenderse allí donde nació, en Europa Occidental, en todas los dominios de la vida, incluidos los del espíritu, los de lo íntimo, mediante la mercantilización del cuerpo, de la cultura, de la medicina y de la misma religión, reducida ella también, lejos de toda trascendencia, a la ley liberal de los Derechos Humanos… La democracia de Mercado que no hace más que ganar puntos y extenderse geográficamente: India, China – África está escapando solamente por la pobreza… y que se revela, de hecho, contrariamente a las ingenuidades de Hannah Arendt, como el único y verdadero totalitarismo.

Segunda parte: ¿Qué hacer?

Entonces ¿qué hacer? Sin volver de nuevo sobre las experiencias del pasado, trataremos de ver hoy aquí, en función de la realidad y de las fuerzas presentes, cuáles son las posibles alternativas al mundo burgués, a esta marcha adelante de un totalitarismo mercantil que no cesa de mutar para fortalecerse y sobrevivirse a sí mismo…

Del moralismo a la pornografía

Impulsada por la ley del beneficio, coaccionada a encontrar sin cesar nuevos mercados, la burguesía, para permanecer como dueña de la situación, no deja de cambiar, de cambiar hasta negar los valores que le permitieron ganar… Empresaria y eficiente en el período del despegue, hoy funciona, por el contrario, con la especulación financiera – que paraliza toda voluntad de emprender – y el mercado del deseo, en las antípodas del moralismo burgués del siglo XX, demostrando con ello que el primer principio, el principio último del mundo burgués, al cual es capaz de sacrificar todos los demás, es el santo beneficio.

Del liberalismo libertario al liberalismo de la seguridad pública

Un liberalismo que fue puritano para devenir libertario, después y gracias a mayo del 68, y que todavía ha evolucionado y mutado desde la elección de Sarkozy en liberalismo de la seguridad pública. Liberalismo de la seguridad pública… es decir, un régimen liberal hacia la burguesía globalista y cualquier cosa que promueva el debilitamiento de la nación, pero un régimen de seguridad pública, no hacia los delincuentes o los clandestinos que plantean un problema al pueblo, sino hacia los asalariados y las clases medias que podrían tener ganas de rebelarse contra la élite liberal. Un régimen liberal de seguridad pública que podemos definir también, lejos de todo restablecimiento del orden, como un liberal-libertarismo que, sintiéndose pasado de moda, finge resolver los problemas que él mismo creó y que continúa agravando, con dos, tres aparatos de leyes que penalizan siempre, en última instancia, a la pequeña burguesía y al petit blanc [7]. Régimen de seguridad pública hacia el pueblo trabajador, sin tocar jamás, en realidad, la delincuencia de los depredadores del subproletariado o los depredadores de élite… Una sociedad liberal de seguridad pública que podemos calificar también como “sociedad de consumismo policial”, al mismo tiempo permisiva con el consumidor imbécil y represiva con el ciudadano productor, al modelo americano…

El mundo anglosajón… contra Europa y Francia

Este totalitarismo al cual debemos resistir, a pesar de la desproporción de fuerzas, nos viene primero, como ya he dicho, del mundo anglosajón. Hoy en día encarnado por el imperio estadounidense, como lo fue en el siglo pasado por el imperio británico, este poder, de esencia judeo-protestante, desigualitario y talasocrático, siempre ha sido hostil a la Francia cristiana y católica, a su destino euro mediterráneo, y siempre ha ofrecido la colaboración como una relación de subordinación. Una sumisión, incluso, que por desgracia a menudo se logra con la complicidad de las élites francesas, ya sea la de Felipe Igualdad durante la Revolución Francesa, la de Pascal Lamy [8] a través de la comunidad europea y, por supuesto, la de un cierto presidente Sarkozy hoy…

El ultra-liberalismo místico de los neoconservadores

Un liberalismo brutal que ha dado la espalda a la moral de la Ilustración y que, no pudiendo justificar sus abusos guerreros y de dominio por la razón, se refugió hoy en la mística, el Dios de la elección del Antiguo Testamento. Un ultra liberalismo místico que trata, desde determinado 11 de septiembre, de arrastrarnos a un pseudo “choque de civilizaciones”, que intenta, especialmente para nosotros, oponer Europa y Occidente, impedir una Europa de los pueblos y de las naciones, que es nuestro interés, en favor de un Occidente que es sólo el falso nombre de la dominación estadounidense anglosajona…

Escapar de la dominación anglosajona, como modelo económico, cultural y geopolítico para la nación salida de 1789

Esta reciente ofensiva del imperio capitalista anglosajón pasa hoy, además de por la ideología místico-liberal de los neoconservadores, por la globalización liberal. Una hegemonía global del mercado, y de los que lo pilotan, que necesariamente pasa por la destrucción de las naciones y en particular de la nación francesa. Una nación francesa sistemáticamente asimilada al período patriotero y belicista del Barrès de la segunda época para liquidar, en realidad, este modelo francés progresista, igualitario, laico y asimilacionista, que protege al mismo tiempo nuestra soberanía, la libertad de conciencia y los logros sociales del pueblo… Una nación que la derecha liberal – en nombre de la lucha contra lo arcaico, apoyada por la izquierda trotskista – y en nombre de la lucha contra el nacionalismo guerrero, se empeña hoy en liquidar. Una colaboración a hurtadillas que explica, sin duda, la popularidad del pequeño elemento de Neuilly [9] entre los medios de comunicación y los responsables liberales, ellos también, ¡originarios de Neuilly!

La defensa de la Nación francesa…

Es por eso que, para resistir a esta dictadura política imperial y a su totalitarismo místico mercantil debemos, en primer lugar, preservar la Nación. Defender, frente a las críticas de la derecha y de la izquierda, no un nacionalismo obsoleto y vengativo, sino un neo-nacionalismo protector de las conquistas sociales nacidas del CNR [10], protector de nuestra industria, de nuestros empleos y de nuestra independencia política. Un alter nacionalismo, capaz de pensar en una sana cooperación de las naciones y de los pueblos. Un nacionalismo francés asimilacionista pero no mestizador, sobre la base de un Estado fuerte capaz de marcar las prioridades en materia económica a fin de proteger nuestra industria, los salarios, las pymes… Un estado fuerte dotado también de una visión estratégica conforme a nuestros intereses. Intereses que, obviamente, no son el sometimiento a un imperio anglosajón que siempre nos ha despreciado en términos de valores, y que siempre ha jugado en contra de nosotros: haya sido en tiempos de la pérfida Albión, en Canadá, en India… O, más recientemente, con los Estados Unidos, cuando conocemos el juego perverso que jugaron en Indochina, en Argelia, para debilitar nuestra influencia…

Unión Sagrada de los no alineados: Chávez, Putin, Nasrallah…

En resumen, defender una Francia social y no alineada. Trabajar, para este fin, colaborando con todos los regímenes que resisten al “Nuevo Orden Mundial”, de la Venezuela de Chávez a la Rusia de Putin… Sin olvidar el prestigio y el lugar aun nuestros en el Mediterráneo, allí donde todavía se habla francés y donde se respeta el pasado de Francia – si no su actual gobierno – en el Magreb, Líbano… Unión Sagrada de todas las sociedades donde la relación con el tiempo, la utilidad, el cálculo, se sitúa del lado de un cierto heroísmo, de una cierta poesía de la existencia… El mundo eslavo, el mundo árabe, que nos hacen recordar la visión de nuestro catolicismo medieval, del socialismo romanizante nacido de un Sorel, de un Proudhon…

Reaccionarios y progresistas contra liberales…

Teniendo en cuenta el fracaso del socialismo soviético rechazado por los pueblos, como el del reformismo socialdemócrata totalmente sumiso a los dictados del capital, diría, para concluir, que la única alternativa al mundo burgués no puede pasar más que por la unión sagrada de reaccionarios y progresistas. Unión de los reaccionarios, ya sean monárquicos, católicos, helenistas, musulmanes, pero todos comprometidos con un cierto orden clásico, con los progresistas, todos enemigos del mundo burgués, ya sean del PCF de Marchais [11], del actual Partido de los trabajadores [12], de la resistencia serbia, o del chavismo venezolano. Unión de los reaccionarios que a menudo tuvieron razón y de los progresistas que a menudo se han hecho besar, contra los liberales que hoy dominan el mundo y que siempre han dividido para reinar. Contra este imperio de la huida hacia adelante dedicado a la destrucción de nuestras sociedades humanas y de la naturaleza. Contra este mundo consagrado a la sola adoración del dios Mammon, que plantea cada vez más problemas de sobreproducción, contaminación, desigualdad, que nos lleva al desastre… ¿Qué proyecto?, ¿qué esperanza?

¿Qué proyecto?, ¿qué esperanza?

Por supuesto, no la revolución del Gran Soir [13] mañana por la mañana. Pero, en espera de un equilibrio de fuerzas más favorable, no sufrir de lleno, demasiado dolorosamente, esta dictadura mundialista de mercado, reagrupándonos, siendo solidarios. Sin llegar al punto del campamento de los santos [14], organizarnos en red, continuar produciendo la crítica pertinente y necesaria de un mundo basado en el cambio permanente. Desarrollar una doctrina de lucha y de resistencia sin caer en la escolástica, la nostalgia estéril, con el fin de escapar, al menos en la conciencia y en lo íntimo, del sistema que, cuando no domina en nuestras cabezas, nos reduce a la inseguridad, la soledad, la depresión. En resumen, participar en un proyecto de grupo, definir una esperanza, tratar a pesar de todo de estar vivos y de ser felices.

¡Razón por la cual estamos todos reunidos aquí!

 

Alain Soral, 8 de septiembre 2007

 

Fuente Traducción Página Transversal

Fuente original: Égalité & Réconciliation

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Notas de la traducción

[1] Prolo: Proletario.

[2] El Almanaque de Gotha (en alemán: Gothaischer Hofkalender, en francés: Almanach de Gotha) era una publicación anual de Europa, que compendiaba con todo detalle datos de las casas reales, la alta nobleza y la aristocracia europeas, así como datos del mundo diplomático.

[3] Revista Gala, similar a la española Hola.

[4] Programas de televisión.

[5] Boches: término despectivo con el que los franceses y belgas se referían a los alemanes durante la IGM.

[6] Beur: joven de origen magrebí nacido en Francia de padres emigrantes.

[7] Originalmente, y en contraposición a los grands blancs (grandes blancos) que constituían una suerte de pequeña nobleza, los petits blancs (pequeños blancos) eran la capa inferior y mayoritaria de la población colonial blanca – compuesta de pequeños propietarios, artesanos, tenderos, taberneros, trabajadores manuales, desempleados, comerciantes de esclavos, capataces, jornaleros, marginales, delincuentes, etc. – normalmente sin propiedades y sin ninguna educación formal, y cuyo único valor social se reducía a no ser de color. En la actualidad, referido a la población blanca de clase social más baja.

[8] Felipe Igualdad: Louis-Philippe d’Orléans, duque de Chartres, después duque de Orleans (1785-1793), que cambió su nombre por el de Felipe Igualdad después de 1792, es un príncipe francés nacido en 1747 y que murió guillotinado en París el 06 de noviembre de 1793. Pascal Lamy: político francés (Wikipedia).

[9] Se refiere a Nicolas Sarkozy, que fue alcalde de Neuilly-sur-Seine de 1983 a 2002, ciudad del Área Metropolitana de París donde residen numerosas personas conocidas, como periodistas, cantantes, actores o políticos.

[10] Conseil National de la Résistance (CNR), órgano que dirigió y coordinó los distintos movimientos de la Resistencia francesa, de la prensa, de los sindicatos y de los miembros de partidos políticos hostiles al gobierno de Vichy a partir de mediados de 1943. Su programa político estaba muy marcado por la renovación social y por la influencia de los grupos comunistas, y buscaba instaurar una “democracia social” bajo un régimen de economía planificada. Entre las medidas a adoptar se encuentraba la nacionalización de la energía, de los seguros y de la banca, la creación de la Seguridad Social, etc. (Fuente: Wikipedia).

[11] Partido Comunista Francés de Georges Marchais (Wikipedia).

[12] El Partido de los Trabajadores (PT) fue un partido político francés creado en noviembre de 1991 y disuelto el 1 de junio de 2008 en el Partido Obrero Independiente (POI). De fuerte carácter trostkista, contaba con corrientes internas de tipo internacionalista, socialista, comunista y anarcosindicalista (Fuente: Wikipedia).

[13] Grand Soir o Le Grand Soir es una noción comunista y teleologista que designa y/o anuncia un gran acontecimiento social principalmente orientado a la eliminación del sistema capitalista, aunque igualmente orientado a impactar sobre las propias estructuras sociales y político-institucionales, con la finalidad última de obtener una nueva y mejorada sociedad. Esta noción (en algún sentido sinónima de momento de quiebre o punto de inflexión y con similitudes con la noción de gran día o gran acontecimiento) es compartida tanto por los comunistas marxistas como por los anarquistas, y ha sido utilizada por la mayoría de las organizaciones revolucionarias. (Fuente: Wikipedia)

[14] Le Camp des saints (El Campamento de los santos) es una novela escrita en el año 1973 por el escritor y explorador francés Jean Raspail. En la novela se describen las consecuencias de la inmigración masiva en Occidente, en Francia en particular, como resultado de la incapacidad del gobierno y de la población de una civilización en decadencia para reaccionar ante una invasión pacífica -pero de graves consecuencias- de gentes provenientes del “tercer mundo”. El autor ha manifestado en alguna ocasión que su intención era la de señalar la pérdida de los valores y de la identidad de Occidente. En España ha sido publicada por la Editorial Ojeda.

 

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