Libro: El fabuloso negocio de los recién paridos, capítulo VIII: La fabricación de niños artificiales en cada país – por María Poumier
El ultimo capitulo del nuevo libro de la Doctora Poumier. Analisis de la situacion actual en cada pais.
¿Por dónde andábamos?
En el mundo entero, el objetivo del lobby de la procreación artificial procura modificar las leyes vigentes según un esquema único, y una agenda idéntica en todos los países: en una primera etapa, implantar sus actividades y atraer a la clientela; después, partir del hecho consumado para convencer al legislador, y subrayar la ganancia para la economía de la región o el país, y al final legalizar el fraude sistemático, practicado desde varios años atrás, que involucra las mafias de la prostitución y el tráfico de órganos, la policía de fronteras, las compañías de seguro y enjambres de abogados en los países productores de niños industriales y en los países clientes. Este progresivo envenenamiento del derecho, que requiere una propaganda intensa y constante, se llama “soft law”, la “ley suave”; es el paso previo antes de imponer la “hard law”, la ley dura, o sea la erradicación del derecho vigente en el mundo cristiano heredado del modelo romano que distingue tajantemente lo justo de lo injusto.
En realidad, la nueva ley no es nada nueva, es la ley… del más fuerte, que es la ley del mercado, llamada también ley de la jungla. Aquí no queda más remedio que abrir un paréntesis que de grieta, se vuelve precipicio: el derecho en materia de comercio, el derecho contractual, es el que rige en Inglaterra y su ex-colonia americana, contaminando legalmente el derecho civil y el derecho penal; el axioma de fondo es el siguiente: todos los arreglos con la ley “moral” son posibles, si los contrincantes se ponen de acuerdo. El lobby de la procreación artificial quiere extender los razonamientos comerciales a todas las relaciones humanas, en todos los países. Como ya se ha dicho en el capítulo 6 de esta investigación, Israel es el país pionero en este terreno. Los religiosos judíos oponen cierta resistencia dentro de las normas del judaísmo, para uso de los judíos, pero se destacan por su indiferencia, en cuanto a la evolución de las normas para el resto de la humanidad. Fin del paréntesis, mas no de las angustias.
País por país, en orden alfabético
En la lista siguiente, se procura destacar lo excepcional, tanto en el sentido de la permisividad y los escándalos, como en el otro extremo, el de la defensa de la ley natural y tradicional. Es un cuadro incompleto, y en constante evolución. Véase aquí el mapa del estatuto legal de la maternidad subrogada en el mundo:
(Máxima permisividad: azul oscuro; gradación intermedia : del azul al violeta y al gris; prohibición : marrón. Este mapa no tiene en cuenta las prácticas ilegales, que dominaban el mercado hasta hace poco).
La crisis alemana
Alemania es un país muy afectado por la desnatalidad; como en el caso de Japón, esto se origina en una terrible derrota nacional, el arrasamiento entero de ciudades como Dresde, la imposibilidad para los alemanes de volver a levantar cabeza propia sin que se les eche en cara el nazismo, como si los nietos tuvieran la culpa de los pecados de sus antepasados. El gobierno de Angela Merkel decidió abrirle las puertas a una gran ola migratoria originada en la devastación de Medio Oriente, para subsanar la falta de mano de obra y el vacío demográfico que se le viene encima al país. En 2015 entraron de golpe más de un millón de inmigrantes, y se mantiene un ritmo de 400 000 al año, según algunas estadísticas, pero podrían ser muchos más. Como es lógico, la población lo ve como una traición a la patria, se sienten invadidos, sumergidos por candidatos a la vivienda, a los cuidados sanitarios, al trabajo negro, o pagados por debajo de las normas sindicales alemanas, y sin ganas ni intenciones de asumir la historia alemana. El gobierno turco alienta a las familias turcas, primera ciudadanía extranjera en Alemania, a tener hijos: “no se limiten a tres, tengan cinco hijos”, recomienda el presidente Erdogan, porque el país será de sus hijos en la próxima generación. En toda Europa, este razonamiento, más o menos callado, es el de la mayoría de las familias musulmanas.
Frente a esta situación, los nativos tienden a compartir la idea de que los poderes globalistas tienen un plan de sustitución de los nativos por los extranjeros, como se hizo de forma sistemáticamente, con migraciones forzosas en todos las colonias desde la conquista de América por los europeos. No sólo económicamente, sino políticamente, la oligarquía lo necesita, pues así debilitan la oposición patriótica tradicional, y pueden desvirtuar las constituciones democráticas con el desarrollo del clientelismo (los inmigrantes, cuando votan, tienden a votar por unanimidad a favor del que les promete subsidios, sin considerar otros aspectos del programa de tal o cual candidato). Otro factor de desintegración de la nación es que, a diferencia de lo que pasó en las migraciones del pasado; la hiperconexión crea una angustia general, y provoca una búsqueda de refugio interior, un cierre comunitario en la amargura, como resguardo espiritual en el destierro.
Y se comprende que la indignación busque el camino del viejo nacionalismo, en Alemania como en cada país de Europa, como único camino al alcance del pueblo para expresarse y buscar un equilibrio en el vacío total de la educación sesgada que reciben, donde el consumismo, el culto a la juventud desarraigada, y el abuso del sexo conforman la trinidad ideológica con la que se pretende sustituir la virtud, la patria y la dignidad. Pero conviene destacar también que Alemania, junto con Francia e Italia, es el país donde las élites reaccionan con más fuerza contra las ambiciones del baby business. Alemania no deja que les modifiquen sus leyes, y prohíbe la maternidad sustitutiva. A duras penas, de soslayo, Angela Merkel impuso la legalización del matrimonio gay, en 2017. Con esto va a aumentar la tasa de matrimonios “grises” que permitirá una inmigración mayor: ni blancos, es decir matrimonios de papel, ni cabales, los matrimonios reales entre hombre y mujer.
En Argentina tuvo su esplendor el activo proselitismo del doctor Fernando Ackerman, quien tiene una clínica bilingüe en Miami, con sus agentes rastreando las villas de Buenos Aires en busca de mujeres que acepten parir hijos ajenos por dinero. Argentina fue uno de los primerísimos países en legalizr el matrimonio gay, en 2010. Y las agencias del mundo entero daban por sentado que “en el país más avanzado de América latina” la cosa ya estaba aceptada, se veía normal y legal; hasta que el nuevo Código civil promulgado en 2014 las defraudó, pues la comisión redactora se negó a reconocer el nuevo supuesto « derecho » a vender y comprar recién nacidos, dicen que « por intervención del poder ejecutivo », es decir de la entonces presidenta Cristina Fernández. Se espera que Cristina vuelva a tener mucha presencia en el gobierno de Alberto Fernández, tras su victoria aplastante en las elecciones del 27 de octubre de 2019. Pero conviene subrayar que para ganarse el voto de las minorías, aceptó, contra su conciencia, y a pesar de sus buenas relaciones con el papa Francisco, la legalización del aborto: es la puerta abierta a todos los desmanes supuestamente justificados por “la ciencia”, en realidad por el maltusianismo despótico.
En Brasil, se da el caso de un presidente popular en la medida en que hace lo posible por limitar el desastre ideológico: como Putin en Rusia, el “Trump tropical” prohíbe la propaganda homosexualista en las escuelas, y reafirma la prioridad de la familia: algo a la vez sensato y popular.
En Colombia, que fue gran exportadora de niños para la adopción, el alquiler de vientres se practica ampliamente, el legislador mira para otro lado.
En Cuba, la hija de Raúl Castro, Mariela, es ministra informal de la movida LGBT desde hace veinte años, y actualiza a la juventud, en su programa televisivo, en todos los progresos « ho-le-bi-trans » del primerísimo mundo; pero no consiguió que la nueva constitución cubana reconozca el matrimonio gay, la resistencia popular es fuerte, el pueblo sabe que esto forma parte del plan de debilitamiento mental y moral del llamado Nuevo Orden Mundial, que también, concretamente, busca hambrear al pueblo por el bloqueo imperialista.
En Chile, hay una fuerte presión para la legalización del alquiler de vientres.
Dinamarca se distingue por ser un país pionero en el comercio del semen. Mientras los demás países que se pretenden civilizados exigen el respeto a la integridad corporal de la persona, prohibiendo especialmente la venta de órganos, los daneses compran y venden semen en el mundo entero. Es un negocio floreciente, pues ya hay escasez de donantes de su semen. Con los avances en la identificación del ADN, temen verse extorsionados por hijos casuales y desperdigados, una vez llegados a la edad adulta, o enjuiciados. ¿Por qué se especializa Dinamarca en este comercio? Hay una explicación: los compradores pertenecen en su mayoría a las castas pudientes del mundo occidental; todos aspiran a una descendencia de aspecto nórdico, y cociente intelectual muy elevado; y están dispuestos a pagar por ello. Esto es lo que garantizan los laboratorios daneses. Shakespeare lo veía claro: hay algo podrido en el reino de Dinamarca.
España fue el país europeo pionero en el fraude, con el doctor Antonio Pellicer, y su red de más de treinta « clínicas de fertilidad », que nace en Barcelona, pero llega hasta Brasil, y practica la inseminación artificial de mujeres aunque no tengan problemas de salud para justificar su pedido. España es el santuario de las lesbianas francesas, se maravillan al ver que en las clínicas todos las atiendan en francés. Los socialistas y el popular partido “Podemos” se oponen a la legalización de los vientres de alquiler, pero la ley actual les da la nacionalidad española a los hijos comprados en el extranjero por parejas de españoles, incluyendo a los gay. Ya las parejas gay consiguen licencia de maternidad para uno, y paternidad para el otro. Pero España es el país de todos los extremismos. La página Stop vientres de alquiler https://stopvientresdealquiler.wordpress.com/) menciona una lista de organizaciones gay que rechazan la explotación reproductiva de las mujeres (es la voz fuerte de las lesbianas, lógicamente), y el retroceso hacia el “modelo de la familia patriarcal “(es la voz de los gays, que quisieran seguir siendo los héroes y mártires de cierta disidencia, cosa imposible de combinar con los privilegios que supone la normalización reivindicada de las parodias de matrimonio). Toda esta franja homosexual disidente se declara en guerra contra el partido Ciudadanos, que quiere legalizar los vientres de alquiler para cualquiera. España también es un país que ha sabido expulsar a la agencia Subrogalia, a fuerza de pleitos y quejas por extorsión de fondos, llevadas a los tribunales por los clientes. Por fin, el cardenal y arzobispo de Valencia, Mons. Antonio Canizares Llovera se expresa con fuerza contra la teoría de género que permite la nueva esclavización de todos y todas por la dictadura del mercado diciendo que es “la mayor amenaza para la humanidad”.
Estados Unidos encabeza las operaciones de propaganda, pues si sólo California y Florida autorizan cualquier operación comercial, son los lugares más míticos y caros del mundo, y por lo tanto a ellos acuden las grandes fortunas, del showbiz y del deporte. De más está decir que las agencias y lo médicos dedicados a fabricar niños artificiales son judíos íntimamente vinculados a Israel. Pero curiosamente, es un católico hijo de irlandeses el primero que se entusiasmó con un proyecto de codificación jurídica y legalización de la maternidad de sustitución: en 1976, el abogado Noel Keane negoció el primer contrato al respecto. Dicen que Michael Jackson tuvo varios hijos mediante vientres de alquiler; en todo caso, lo reconocen oficialmente muchos más: Ricky Martin, Sofía Vergara, Miguel Bosé, Nicole Kidman, Jessica Parker, Cristiano Ronaldo, Elton John, etc. Hombres casados entre sí, mujeres casadas entre sí, mujeres que no quieren quedar deformadas por un embarazo, y buscan adoptar críos excepcionales, comprándoselos a familias pobres, todo es posible allí. También se practica legalmente la selección de los genitores, por catálogo, para optimizar el encargo, es decir el recién nacido. Así se valora mucho la elección del color de los ojos del crío, criterio muy especial ya que se ve como garantía de que el producto comprado se destaque por su inteligencia, no sólo por cierto tipo de belleza, que puede gustar o no. Quien dice elevado cociente intelectual supone aptitudes natas para el poder y los privilegios…
En Francia, el país que más teatral y masivamente rechazó el matrimonio gay en 2013, se acaba de vivir una movilización masiva, con 600 000 manifestantes en las calles de París, el domingo 6 de octubre de 2019, protestando pacíficamente porque aquí se pretende legalizar la inseminación artificial para cualquier mujer, sin criterio médico alguno; es de señalar la importancia del curioso movimiento católico y a la vez protector de los gays Avenir de la Culture: reconoce la realidad de uniones estables entre homosexuales, reconoce que puedan criar niños, pero quiere que los niños conserven sus lazos con la verdadera madre, que de una forma u otra se los vendió: una utopía típicamente femenil y amable; pero si lograra convencer a los gays con un resto de conciencia entre las élites, esta pequeña minoría podría bloquear la dinámica lgbt, que ejerce un verdadero terrorismo ideológico sobre cualquier persona pública, con la amenaza de desatar escándalos revelando detalles de su vida privada en contradicción con sus posiciones oficiales. El chantaje del lobby LGBT pesa especialmente sobre los eclesiásticos del mundo entero, en estos tiempos en que de forma sistemática se procura encausar y condenar a obispos y cardenales por “encubrimiento de curas pedófilos”. Todos sabemos que el 90% de los casos de pedofilia en la Iglesia son desmanes de homosexuales (¡y lo reconocen los LGBT!). Pero los militantes de dicho lobby, muy mayoritariamente afiliados a sectas masonas, desvían nuestra mirada de esta convergencia y de su hipocresía cínica: el objetivo es terminar derrocando al papa electo, al Vaticano como institución, a la Iglesia como la sede última de la resistencia espiritual. Es este mismo lobby LGBT el que exige el derecho para cualquier hombre a encargar hijos privados de protección materna. Ya se han denunciado casos de recién nacidos comprados para ser criados como esclavos sexuales para deleite de pedófilos.
El tema de la pendiente al despotismo agresivo del movimiento LGBT no es objeto de debate en Francia, como tampoco lo es el problema de las ineludibles enfermedades en los nuevos seres humanos artificiales que van a surgir ya que desde antes de su concepción, padecen violencias enormes: violación de ovocitos y espermatozoides arrancados a personas singulares para encuentros forzados in vitro, violación del embrión por los exámenes pre-implantatorios que van a determinar si merece vivir o no, violación de la conciencia de toda la parentela, incluyendo el personal médico, todos presionados para cegarse a sí mismos ante sus iniciativas transgresoras. La Iglesia no se siente con fuerzas suficientes para ir más allá de movilizaciones inofensivas de familias bien educadas, de clase media o alta. Ojalá el frente unido de resistencia que se manifiesta en el pueblo ayude también a la jerarquía eclesial a mostrar un frente unido y atrevido.
Grecia es el paraíso del “turismo procreativo”, sin limitaciones justificadas por motivos de salud, e incluso para los compradores gays. La miseria hace ver el alquiler de su vientre como una oportunidad única para mujeres que antes estaban en el servicio doméstico, o ya vendieron todos sus ovocitos negociables de jovencitas, o no quieren seguir condenadas a la prostitución tradicional. La ley mantiene que no puede haber remuneración para la prostitución uterina, pues de esto se trata, pero todos se las arreglan, basta mantener la discreción. Y acuden a Grecia muchas inmigrantes ilegales que se ofrecen, de toda Europa oriental, manejadas como manadas de mansas ovejas, porque en Grecia hay buenas clínicas. En 2014, la presión popular hizo retroceder el negocio, se intentó prohibir vender hijos a los gay. Pero ahora han vuelto, de toda Europa, a Grecia, estos compradores. Como es un país que padece mucha inmigración no deseada, hay observadores que subrayan la regla, generalmente silenciada: son traficantes rumanos los que organizan el negocio, capitaneados por israelíes; los circuitos son los mismos que para el tráfico de órganos, manejado por kosovares, con destino a las agencias israelíes.
En Guatemala, Perú y otros países, hay intensas campañas de propaganda a favor del alquiler de vientres por televisión, con testimonios entusiastas, para reclutar mujeres paridoras. Siempre se muestran gestantes de clase media, haciéndoles el favor a otras de su misma categoría, apiadándose de su desgracia al no poder parir personalmente.
La India, desde 2002 llegó a tener 3000 fábricas de bebés; después entró Tailandia en el boom, con unas 100; fueron los mayores centros de producción sin reglamentación, pero ya se han puesto trabas legales, más o menos aplicadas. Para los traficantes, los traslados de grupos de mujeres gestantes para que no caigan bajo la ley de su propio país es la solución. Nepal, hasta 2016, y Camboya hasta enero de 2018, son países que sirvieron para esto; ahora los sustituye Laos. En cada país, la resistencia popular se centra en un motivo de indignación candente, la idea de que parejas de extranjeros homosexuales se compren hijos del país, para educarlos en la pornografía y la pedofilia.
Un australiano dio lugar a una toma de conciencia importante: había encargado un hijo en Tailandia, pero le nacieron dos, uno con síndrome de Down, Gammy; él no se lo quiso llevar bajo ningún pretexto. Fue un escándalo mundial, y la joven que había gestado y parido al infeliz Gammy, una muchacha con cara de Virgen María asiática y corazón de madre normal, se quedó con él. En 2015, ganó una batalla judicial en Australia: ¡ya el niño tiene documentos australianos!
Japón, un caso extremo
El maltusianismo de las grandes instituciones internacionales ha desembocado en resultados contraproducentes: ya la mitad de los países es incapaz de asegurar el remplazo de su población. Los países más afectados son Japón y Alemania. Japón espera poder sustituir a sus vástagos faltantes con la robotización frenética, pero está padeciendo un proceso de profunda depresión colectiva, de falta de perspectivas e impulso. Los sicólogos insisten en que es el trauma resultante de la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, al que no pudieron nunca responder militarmente ni políticamente los japoneses, íntimamente violentados y derrotados. Allí los jóvenes ya no se enamoran, prefieren el sexo solitario o la abstinencia, el video lo sustituye todo. Japón, como todas las islas, tiende a replegarse sobre sí mismo, y rechaza enérgicamente la inmigración. Es un país que podría desaparecer en dos generaciones, calculan los demógrafos, por falta de habitantes.
Pero también Japón es el país donde se dio el escándalo más interesante, porque aclara el trasfondo que inspira a los promotores de la producción masiva de hijos artificiales: Mitsutogi Shigeta, de 22 años, multimillonario, hijo de un magnate de las telecomunicaciones, homosexual, tuvo el proyecto de mandar a que le pariesen unos mil hijos, incluso después de muerto, con mujeres cuidadosamente encerradas para el tiempo de la gestación. Algunas se escaparon y lo denunciaron, el escándalo estalló en 2014; ya le habían nacido unos quince hijos artificiales. Obviamente, este es el modelo que va a prosperar en la oligarquía, si no se ponen frenos al delirio de omnipotencia eugenista a partir de la high-tech.
Cualquier “entidad moral” puede ya, con testaferros, mandarse a fabricar “hijos” programados para tal o cual función, especialmente la de objeto sexual y la de yacimiento de órganos para la venta.
En el islam, es decir el mundo musulmán, no se considera el nonato como persona en los primeros meses del embarazo, hasta que no se mueve; no existe el tabú religioso sobre el aborto como en los países cristianos. Pero sí se insiste en que la inseminación artificial de una desconocida (lo mismo que la inseminación artificial de una mujer casada con el semen de un desconocido) es una forma de adulterio, y esto no se puede admitir. El freno cultural tiene hondas raíces, pues en la lengua árabe, parten de la misma raíz etimológica rahim, la noción de entrañas femeninas (matriz) y misericordia divina, sentida y conceptuada como “amor matricial”.
Irán, con alto nivel tecnológico en sus hospitales, autoriza la maternidad de sustitución entre mujeres de una misma familia, por motivos médicos serios, exclusivamente.
Kenya, el país de la familia paterna del ex presidente Obama, opone una firme resistencia a la legalización del aborto; prohibió las actividades de Mary Stopes International, “el gigante británico del aborto” en noviembre de 2018. La resistencia de los obispos es ejemplar, denuncian con fuerza las prácticas ilegales de esterilización desde más de veinte años. La ONU, con vistas a imponer el derecho al aborto, organiza en noviembre de 2019 una conferencia internacional sobre población y desarrollo. Es un lugar estratégico para bloquear todo el negocio de la esterilización masiva y procreación artificial reservada a los ricos.
En México, el Estado de Jalisco fue considerado “Eldorado del alquiler de vientres”, de alto rendimiento. En 2016, se ha reconocido la legalización en Tabasco y Sinaloa, pero excluyendo a los compradores extranjeros. No obstante, hasta ahora los españoles han acudido masivamente a México para ello, especialmente parejas gay. Sus peleas para legalizar a los niños, contra dictámenes de jueces mexicanos y españoles, se pregonan mucho en la prensa, son activos propagandistas de la legalización para todos.
Perú es un país estelar por sur resistencia activa, con un clero a la vanguardia.
En Polonia, la resistencia a la intoxicación por la ideología lgbt la promueve un colectivo de abogados que orienta a las familias para impedir la propaganda gay en las escuelas: en muchos países las escuelas reciben activistas lgbt, a espaldas de los padres, de forma ilegal. Con esto también retrocederá el negocio de los recién nacidos a disposición de cualquiera.
En Portugal, desde agosto de 2016, la maternidad subrogada ya se aprobó, pero con estrictas condiciones para que no se convierta en negocio lucrativo. Otros países permisivos son Gran Bretaña (con limitaciones también) y Grecia, abierta como Portugal a los extranjeros, Ucrania y Canadá.
Rusia padece un grave déficit de población, y procura estimular y proteger a las familias naturales; en el marco del combate contra la desnatalidad, parece haber encontrado una solución mediana, inspirada por la Iglesia ortodoxa: la maternidad subrogada y remunerada es legal desde 2009, pero la gestante mantiene el derecho a quedarse con el niño, mientras que en todos los países donde se está implantando una legislación al respeto, todos los derechos sobre el niño les corresponden a los “padres de intención”. De manera coherente, Rusia castiga cualquier propaganda homosexualista dirigida a la juventud, y ha vuelto a una política natalista.
En cada país en crisis, hay más mujeres que se ofrecen para satisfacer la demanda, y esta no deja de crecer. Internet permite a cualquiera poner su anuncio, por muy prohibido que esté el negocio en un lugar determinado. Y las agencias son las primeras en evadir cualquier demanda judicial, haciéndose volátiles y ubicuas a la vez. La globalización permite y favorece los desarraigos físicos y morales. La medicina, antes dedicada a mejorar la salud, se pone al servicio del consumidor, y se busca que la gente financie con sus impuestos o cotizaciones a obras de seguro social privadas los inventos más azarosos. Ya las operaciones de los transgéneros las pagan los impuestos de la gente común, en nuestros países.
Están en camino también el clonaje para la fabricación de niños como simples bancos ambulantes de órganos para suplir a otros, y el proyecto de útero artificial que permita prescindir totalmente de las mujeres. Aumenta el desmadre, en su sentido original, impensable hace apenas unos años…
Maria Poumier, noviembre 2019
*
Publicado originalmente en espanol en Red Internacional
*
Ver también: LOS OTROS CAPITULOS
I El fabuloso negocio de los recién paridosI: cunde la esterilidad
II Hacia el exterminio de la raza humana por la contaminación: aquí hay gato encerrado
III Maltusianismo y eugenismo:
IV La responsabilidad israelí
V El bioterrorismo https://redinternacional.net/2019/06/14/el-fabuloso-negocio-de-los-recien-paridos-quinto-capitulo-el-bioterrorismo-de-estado-por-maria-poumier/
VI Africa, raíz universal https://redinternacional.net/2019/09/09/el-fabuloso-negocio-de-los-recien-paridos-capitulo-vi-por-maria-poumier/
VII Daños colaterales de la industria de los vientres de alquiler https://redinternacional.net/2019/10/16/el-fabuloso-negocio-de-los-recien-paridos-capitulo-vii-por-maria-