Orbán: “Que la Unión funcione como alianza de naciones libres”

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Extracto del Discurso del Viktor Orbán, 10 mayo 2018, primer ministro de Hungría

“Afirmemos claramente que, como lo dijo nuestro rey San Esteban, nada eleva más que la humildad, y nada rebaja más que el orgullo y el odio. Reconozcamos que detrás de los éxitos se esconde siempre la gracia de Dios.

Esto no es una cláusula al estilo, no es solamente una tradición, sino nuestra profunda convicción soli Deo gloria, la gloria pertenece solamente a Dios.

Una nación entera no puede ser refundada a hurtadillas. Pienso que los éxitos que hemos conseguido hasta el presente debe mucho al hecho de que hayamos declarado abiertamente que la era de la democracia liberal ha llegado a su término.

Ella se ha demostrado incapaz de proteger la dignidad del hombre, es incapaz de darle la libertad, ella no le puede garantizar la seguridad física y no puede tampoco defender más la  cultura cristiana.

Algunos en Europa tratan de repararla, pero no comprenden que es la misma estructura la que está dañada, y que el mundo ha cambiado. Nuestra respuesta, la respuesta de los húngaros al cambio del mundo es que en lugar de la democracia liberal que naufragó tenemos la intención de construir la democracia cristiana del siglo XXI, que garantiza la dignidad, la libertad y la seguridad del individuo, protege la igualdad entre los hombres y las mujeres, respeta el modelo familiar tradicional, pone freno al antisemitismo, protege nuestra cultura cristiana y la oportunidad para la perennidad y desarrollo de nuestra nación. Somos demócratas cristianos y queremos una democracia cristiana.

Las bibliotecas desbordan de literatura sobre el espíritu de las naciones. Mi gobierno pertenece a la escuela según la cual los húngaros no han querido ser jamás un pueblo sometido. Como lo ha dicho nuestro gran poeta Petőfi, “ quien ha vivido y ha muerto libre no puede descansar en tierra sometida. Juremos por el Dios de los húngaros que no seremos más esclavos”.

Este juramento lo pronuncia cada niño húngaro. Para mi gobierno, eso no basta para preservar nuestra libertad, para mantener fuera de la Cuenca de los Cárpatos a tres grandes ejércitos: el alemán, el ruso y el turco, sino que debemos crear las condiciones que permitan decidir libremente nuestro destino, ahora en el interior de nuestras fronteras. No solamente juntos, sino también individualmente. En otras palabras, mi gobierno será el gobierno de los húngaros libres y del Estado húngaro soberano. Mi determinación a en favor de la libertad no se reduce a mi lucha contra la dictadura y ocupación soviética; ella tiene también motivaciones económicas. Soy parte de la generación que recuerda todavía lo que condenó a muerte el sistema estatista comunista, lo que ignoró -y aún combatió- una de las leyes fundamentales de la naturaleza humana: el comunismo prohibió al individuo que mejore su situación de manera independiente, por su propia iniciativa, por su propio esfuerzo, en otros términos individualmente. Es la razón por la cual nosotros no condenamos al comunismo solamente como opresor, sino también como contrario a la naturaleza humana. Yo quisiera construir nuestra política sobre esta experiencia. El objetivo es asegurar el máximo de libertad a los individuos, a fin de que se pueda avanzar según sus propios deseos. No podemos comprometernos a resolver el problema de la vida de cualquiera, sino que queremos y podemos crear las condiciones que permitan a cada uno solucionarlas y encontrar su felicidad.

Debo decir también algo sobre nuestro lugar en la Unión Europea. Deseamos una Europa fuerte, capaz y acuerdos mutuamente provechosos. Tenemos necesidad de la Unión y la Unión también nos necesita.

Es por eso que estamos dispuestos a hacer lo que nos corresponda de manera proactiva en cuanto a los cambios que la Unión no podrá hacer en la economía, aunque ella lo quisiera. Defenderemos con todas nuestras fuerzas el principio de que la Unión debe funcionar como alianza de naciones libres, y renunciar a la pesadilla de los Estados Unidos de Europa. La Unión Europea debe volver a la realidad . Como primer paso ella debe revisar su punto de vista sobre la migración de masas y de la inmigración. Se piensa hoy en Bruselas que es injusto que el hombre no nazca donde quisiera vivir y se piensa que es justo que los hombres tengan el derecho de instalarse en donde quieran vivir. Miles de activistas, de burócratas y de políticos trabajan hoy en Bruselas para ser de la migración un derecho humano fundamental. Es la razón por la cual se nos quiere arrebatarle el derecho de decidir por nosotros mismos lo que admitimos y lo que no admitimos.

Estoy convencido de que la migración conduce en fin de cuentas a la desagregación de las naciones y de los Estados. Las lenguas nacionales se debilitan, las fronteras se desdibujan, la cultura nacional se disuelve y lo que queda no es más que una sociedad abierta y única. Y al final, la unificación de las sociedades europeas llega al estadio donde un gobierno europeo único y unificado podrá ver el día. Es la suerte que espera a quienes no se protegen contra la migración. No será mañana, pero si en el futuro que nosotros podemos vislumbrar. De esto se trata, esto es el gran proyecto. Yo no vendo gato por liebre. Afirmo claramente aquí delante de ustedes que mi gobierno es hostil a este proyecto, al proceso que se aproxima y a toda medida que vaya en esta dirección ,un proyecto que es enemigo de la libertad de los húngaros. El multiculturalismo ha sido primer escalón. Lo “políticamente correcto fue el segundo y así está hoy Europa.”

Viktor Orbán, 10 mayo 2018, primer ministro de Hungría

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