‘Comercio reemplaza guerra’: Los perdedores, por ahora, son los del Estado Profundo y los Bilderbergs
En efecto, es histórico, y cualquiera que sea lo que uno piense de Trump, o de Kim, y cualesquiera que sean sus “verdaderas intenciones”, el hecho mismo de abrirse ante el mundo de esta manera hace que el fuego, la furia y los ataques con misiles sean mucho menos probables.
No se incluyó en el documento, pero Trump dijo después, que EE.UU. “dejaría de jugar a juegos de guerra”. Una vez más, las acciones deben ser coherentes con las palabras, pero está claro que tienen un significado tangible para Trump al revelar que otra vez está pensando en el meollo del asunto:
“Los juegos de guerra son muy caros, y la mayor parte los pagamos nosotros.”
Por cierto, el acuerdo básico entre Trump y Kim para suspender los juegos de guerra de EE.UU. en y alrededor de la península a cambio de que se suspendan las pruebas nucleares y de misiles es exactamente lo que China y Rusia pidieron antes de que la “histeria de los cohetes” del año pasado condujera a “sanciones como nunca antes”.
¿Qué pasará con esas sanciones ahora? Las sanciones acordadas por las Naciones Unidas contra Corea del Norte fueron una herramienta útil sólo porque China y Rusia también las apoyaron. Ambos países ya han pedido el fin de las sanciones, argumentando que han hecho su trabajo de “poner a Kim a raya”. Si EE.UU. continúa sancionando unilateralmente a Corea del Norte durante demasiado tiempo después de este punto, las perspectivas de inversión de EE.UU. se evaporarán, ya que Corea del Norte negociará directamente con sus vecinos y EE.UU. se verá como el único participante irrazonable; como es el caso actualmente respecto al acuerdo con Irán.
Los perdedores, por ahora, son los del Estado Profundo y los Bilderbergs de Japón, Corea del Sur y Washington. No conocen otra cosa que la Pax Americana posterior a la Segunda Guerra Mundial y se resistirán a entrar en territorio inexplorado sin que el Tío Sam tome la iniciativa. Ellos hicieron todo lo posible (con sus amenazas del “modelo libio”) por impedir que se celebrara esta reunión. Los ganadores son los pueblos de Corea, China y Rusia. Trump también recibe elogios, aunque queda por ver por qué. Los premios especiales de la paz son para el Presidente Xi Jinping de China y Moon Jae-in de Corea del Sur. También nos preguntamos qué le dijo Putin (a través de Lavrov) a Kim durante la visita estatal rusa al Reino Ermitaño, sólo 10 días antes de esta cumbre.
Como hemos dicho antes, las armas nucleares de Corea del Norte no son realmente el problema. De hecho, Corea del Norte tampoco es el problema. Se trata de la posición de Estados Unidos en Asia Oriental (en Corea del Sur, Japón y otros lugares) y de lo que ocurre con esa posición en una situación en la que la estrella de China está ascendiendo y la de Estados Unidos está desapareciendo. Trump ve lo que la integración euroasiática (BRICS, el Cinturón y la Ruta, OCS, etc.) significa para el dominio estadounidense de (en este caso) “nuestro lago en el Pacífico”. Él quiere aprovechar las ventajas militares de EE.UU. (mientras que todavía existen) con el fin de reemplazar gradualmente la presencia militar de EE.UU. en la región con una presencia más constructiva, rentable y duradera: “Retiraremos nuestras tropas y armas, si nos dan acceso a sus recursos de mercado. De ningún modo abandonaremos la región entera a la dominación económica y luego militar de China”.
Irónicamente, mientras que China y Rusia han respondido positivamente a los movimientos de Trump para transformar (en lugar de eliminar) la presencia de EE.UU. en el este asiático, es una apuesta bastante difícil para Trump en el frente doméstico, porque esa presencia militar fue diseñada para “contener” a China, no para “hacer tratos comerciales” con ella. Así que Trump, de alguna manear, tiene que convencer a las élites de EE.UU. para que se unan a su plan de sustituir los rifles por iPhones y canalizar sus impulsos belicistas hacia algo parecido a una guerra comercial razonablemente justa contra China.
Creo que puede lograrlo. Nadie hace negocios como El Donald. ¿Sabían que escribió un libro sobre el Arte de las Negociaciones?
Niall Bradley, 13 junio 2018