Escenarios de la geopolítica mundial 9 – por Luis Alvarez Primo
La semana que acaba de concluir ha puesto de manifiesto la desesperación del fanatismo mesiánico criminal del gobierno del Estado de Israel frente al colapso internacional de su narrativa falaz, cínica y sistemáticamente mentirosa en torno a Gaza. Vociferante, Benjamín Netanyahu, el genocida judío primer ministro de Israel se quedó solo en el recinto donde se celebraba la 80° sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas, mostrando ridículos cartelitos y resoplando como un demonio su cinismo explícito, mientras la casi totalidad de las delegaciones de los países miembros se retiraba. Fue un repudio contundente. En sendos discursos, tardíamente, la casi totalidad de los representantes de los diversos estados (148 de 193) declararon su repudio al genocidio y la limpieza étnica del pueblo palestino (668.000 hombres, mujeres y niños, asesinados según Francesca Albanese, la relatora de la ONU) y dieron reconocimiento internacional al Estado palestino, desde el rey de España al presidente de Colombia, cuyo discurso de condena a Israel fue absolutamente demoledor, y vale la pena escuchar. Gran Bretaña y Francia (miembros del Consejo de Seguridad de la ONU junto con EE.UU., China y Rusia) y Portugal, no obstante su situación de vasallaje ante el poder judeo masónico sionista estadounidense, declararon su reconocimiento. Sergei Lavrov, el gran diplomático Ministro de Exteriores de la Federación de Rusia, recordando que la ex URSS ya en 1988 reconoció al Estado Palestino, dio a entender que, a pesar de la mora internacional frente al genocidio en curso, nunca es tarde cuando la dicha es buena, y que se ha dado un paso adelante.
Sin embargo, la afiebrada “hybris” sionista continúa. El espíritu revolucionario judío, ensoberbecido en su creencia de pueblo elegido de Dios, pretende estar por encima de toda ley y se arroga privilegios e impunidad sin límites para asesinar, humillar, explotar y destruir a quien le venga en gana. La demoníaca osadía de los judíos (chutzpah) ha quedado expuesta ante toda la humanidad, de la que, como dijo San Pablo, son enemigos. La narrativa del holocausto y la sempiterna victimización judía ya no les sirve para disimular u ocultar sus operaciones de falsa bandera ni sus asesinatos y la promoción del terrorismo. En el reciente homenaje a Charlie Kirk, sorprendentemente, Tucker Carlson trazó un paralelo entre la situación que hace dos mil años atrás llevó a los judíos a dar muerte a Cristo por proclamar la Verdad, y la incomodidad imperdonable que el famoso “influencer” generó entre los millonarios judíos patrocinadores de la impresionante red de filiales de su organización Turning Point USA, cuando tomó distancia del relato oficial sionista israelí, se rehusó a seguir recibiendo dinero sionista y se negó a ir a Israel a sacarse una foto con Netanyahu. Por lo cual debía desaparecer y su desaparición servir de escarmiento.
La sociopatía sionista no termina ahí. Como sabemos Israel y EE.UU. se preparan para atacar nuevamente a Irán para cercar a Rusia.
Trump y el Congreso de los EE.UU. están controlados por el poder judío. Comprometer a EE.UU. en una guerra en el frente euroasiático es el objetivo del “estado profundo”. En reiteradas ocasiones y desde hace décadas Benjamín Netanyahu se ha referido sin ambages al control judeo-sionista de la política exterior estadounidense. El designio táctico y estratégico del poder judeo-sionista es el caos. Desde el caos cultural al caos de las guerras de agresión. Con él medra y cree poder imponerse. Por eso lo promueven por doquier. En particular contra quienes buscan genuinamente la paz, tal como hoy lo hace el mundo multipolar con el liderazgo de Rusia y China en los BRICS y la OCS.
Así las cosas, el imperialismo judeo-masónico anglo-estadounidense pretende abrir un nuevo frente bélico contra Rusia, para lo cual está promoviendo operaciones de falsa bandera en el espacio aéreo de Polonia, Estonia, Finlandia, Suecia y otros países de la OTAN mediante incursiones de drones presuntamente rusos pero lanzados por Ucrania. El coronel Douglas Mac Gregor ha afirmado que “Rusia es escrupulosamente cuidadosa para no dar a Occidente la menor excusa para comenzar una guerra”. Al mismo tiempo, Lavrov ha advertido que el ataque otanista a una aeronave rusa podría encender la chispa de una tercera guerra mundial.
Como es habitual, el infatigable Vladimir Putin se ocupa de su cargada agenda con su conocida eficacia. Hace unos días inauguró en Moscú una ronda mundial de una semana de conversaciones sobre la industria nuclear. Rusia es la única nación que tiene la tecnología más completa y avanzada en toda la cadena de la industria nuclear, y el diseño de sus plantas es el más requerido por sus altos niveles de seguridad y protección. Putin ha destacado que, por principio, la Federación de Rusia no genera ningún tipo de dependencia a sus socios comerciales en materia de soluciones técnicas y que cumple rigurosamente con sus obligaciones contractuales. Así mismo, destacó que la energía nuclear con fines pacíficos es una base fundamental para la cooperación internacional. Rusia, a través de los BRICS, está promoviendo nuevos mecanismos de financiación para la construcción de plantas nucleares que, como se sabe, requiere ingentes fondos para su financiación. Putin anunció que para el 2030 Rusia lanzará el primer sistema mundial de energía nuclear limpia con un ciclo de combustible cerrado, mecanismo que permitirá abordar casi por completo el problema de la acumulación de residuos radiactivos y la cuestión de garantizar el suministro de uranio. Desde el punto de vista energético todo ello comporta el advenimiento de una nueva era.
Luis Alvarez Primo, 28 de septiembre de 2025
Bella vista, Bs.As., Argentina