Morir de rodillas? – por Jose Francisco Fernández Bullón

 

El éxito de los partidos conservadores o de extrema derecha en las últimas elecciones europeas ha sido recibido con algazara por muchos antisistema, pero ninguno de esos partidos que yo sepa ha puesto en su punto de mira a la causante de todos nuestros males: la banca globalista. No tiene nada de extraño que todas las operaciones terroristas o terroríficas que nos afligen se hayan visto coronadas por el éxito en gran medida: están todas financiadas por un sistema bancario secuestrado por satanistas. Los banqueros tienen todo el dinero del mundo y pueden comprar a quien quieran. Les basta con apretar el botón de un ordenador para crear billones de la nada, con ese dinero que no vale nada compran a los que no valen nada; en realidad ya nada vale nada aunque cueste millones y sólo los que no traicionan sus principios ni sus valores, los que no se dejan comprar de ninguna manera, los que no se venden tienen un valor incalculable. Pero la supuesta ultra derecha de hoy en día no ataca la banca, tiene miedo, son cobardes, no quieren morir, prefieren vivir de rodillas, a cuatro patas frente a la bandera de la nueva Jazaria, o en el mejor de los casos en cuclillas para que no les vuelen la cabeza.

Hay que precisar de todas formas que todo aquel que hace gala de un poco de sentido común en estos tiempos es tildado ya de ultraderechista. Todos los que están contra el abuso y la sexualización de los niños, contra las campañas de vacunación obligatoria, contra la inmigración masiva descontrolada que acaba con la identidad de los países, contra el control y la supervisión constante de justos e inocentes son considerados de ultra derecha por el estado global o globalista. Nuestro mundo que ha pasado a ser propiedad exclusiva de la banca necesita suicidas, necesita héroes, necesita mártires, necesita kamikaces como los necesitaban los japoneses que los ejércitos aliados habían decidido exterminar a toda costa. De nada les servía a los soldados nipones izar la bandera blanca que los norteamericanos se habían propuesto enrojecer con su sangre. Se enfrentaban en muchos casos al terrible dilema de ser asesinados sin piedad al rendirse o inmolarse en ataques suicidas por el bien de una nación condenada. Su horizonte como el nuestro era de todas formas la muerte. Si no me creen, tómense la molestia de leer este esclarecedor artículo:

http://www.wearswar.com/2022/06/17/dirty-japs-dehumanizing-the-enemy-vital-part-of-propaganda/

Mejor morir de pie que vivir de rodilla cantaban los revolucionarios gnósticos o comunistas de antaño. Ese debería ser el lema de los conservadores de hogaño que deseen conservar la libertad y la cordura frente a la locura corporativa.

Es preciso afirmar que el nuevo dios de todos los izquierdistas siempre fue el estado. Dejaron de creer en Dios y pasaron a creer en el estado, su dios era una superestructura totalitaria, opresiva, la articulación de un concepto, de una idea neo platónica o neoplotínica, un concepto que encarnaba en un tirano con la cara picada de viruela como Stalin, un enano de miembros desproporcionados y sediento de sangre como Marat, o un alfeñique con una peluca cuidadosamente empolvada. Un ogro cuya sombra desmesurada encubría al verdadero tirano en la sombra: un miembro sin la menor duda de la familia Rothschild, porque los Rotschild prodrían afirmar con más razón que Luis XIV que el estado eran ellos. El estado es la familia Munster.

Las masas no entienden de conceptos y sólo pueden seguir ciegamente a una persona aunque sea un desalmado. El estado en la sombra que nos sigue como si fuera la nuestra es por supuesto un estado comunista, donde todos somos iguales, pero unos más iguales que otros. Ya el sionista Nahun Goldman dejó entrever que el comunismo no era sino la primera y efímera fase del nuevo orden mundial que hace aguas por todas partes. El barco se hunde, y las ratas, es decir los billonarios, ya están pensando en abandonarlo y refugiarse en sus búnqueres, un negocio que está en alza, por cierto. En realidad es el único que están en alza: los búnqueres y las viviendas concebidas como búnqueres. Todos quieren comprarse una casa o una isla donde aislarse y esconderse bajo la cama cuando venga el apocalipsis que preparan los sionistas. Todos prefieren meter la cabeza en un agujero como hacen los avestruces. Vivimos por así decirlo boca abajo porque la tierra está patas arriba, patas de cabra por supuesto.

Examinen con atención estas reveladoras declaraciones del Nahun Goldman que desarrolla su programa de creación de un nuevo orden mundial en dos fases: destrucción del viejo orden y creación a partir de sus ruinas del nuevo.

Si inicialmente todos fueron declarados iguales al resolver la primera tarea, ahora es necesario volver a dividir a las personas y diferenciarlas: es necesario establecer un nuevo sistema piramidal y jerárquico

Así pues el igualitarismo comunista no era para el sionista Goldman sino una fase momentánea que debía de ser seguida por la imposición de una estructura sumamente jerárquica compuesta por siervos que carecen de todo y no pintan nada y amos que son dueños de todo y lo deciden todo.

La fase inicial, efímera, transitoria del nuevo ordo, es decir: el comunismo, se parece un tanto a los carnavales o a las Saturnalias romanas: una celebraciones caóticas donde los siervos o los esclavos asumían el papel de los amos por unos días, sólo que en éstas últimas no acababan asesinados por la canalla como sí sucedía durante las revoluciones que fueron y son unos carnavales sangrientos o unas Saturnalias letales donde todos morían al cabo: los amos y los esclavos, o acababan en el gulag donde sólo sobrevivían los que se aferraban a la vida como a un clavo ardiendo que es lo que es para muchos ahora. No diremos que un mismo espíritu preside a unas y otras porque el primero era el benévolo y el segundo maligno o del maligno. El comunismo es siempre o casi siempre la fiesta sangrienta de la canalla que precede al nuevo orden férreo del gran hermano o más bien hermanastro.

Merece la pena reproducir el siguiente pasaje de la obra “El Espíritu del Militarismo” del mencionado Nahum Goldman, un sionista nacido en Polonia que fue durante mucho tiempo presidente del Congreso Mundial Judío y de la Organización Sionista Mundial, porque es esencial a la hora de desenmascarar la verdadera naturaleza del sionismo y de desvelar sus verdaderos objetivos. Si la traducción les parece poco elegante es porque el texto original está muy lejos de serlo. Puede que Nahum Goldman fueran un gran conspirador pero desde luego no era un gran escritor:

La misión histórica de nuestra revolución mundial es reorganizar una nueva cultura de la humanidad para reemplazar el sistema social anterior. Esta conversión y reorganización de la sociedad global requiere dos pasos esenciales: en primer lugar, la destrucción del antiguo orden establecido, en segundo lugar, el diseño e imposición del nuevo orden. Los primeros pasos requieren la eliminación de todas las fronteras, nacionalidades y culturas, políticas públicas, barreras éticas y definiciones sociales; sólo entonces los elementos del viejo sistema destruidos podrán ser reemplazados por los elementos del sistema impuestos por nuestro nuevo orden. La primera tarea de nuestra revolución mundial es la destrucción. Todas las estratificaciones y formaciones sociales que creó el antiguo sistema deben ser destruidas, los individuos deben ser arrancados de su medio ancestral; ninguna tradición puede considerarse sagrada ya; esa era sólo puede concebirse como signo de enfermedad; el lema es: lo que fue, debe extinguirse. Sin embargo, una vez terminada por completo la obra del espíritu militarista, su principio de uniformidad completará la tarea negativa de la época: una vez que todos los miembros de nuestro círculo cultural estén uniformados como soldados de nuestro sistema cultural, esa única tarea estará resuelta. Pero sólo entonces surge la otra tarea, más grande y más difícil: la construcción del nuevo orden. Los miembros, que ahora han sido arrancados de sus antiguas raíces y estratificaciones y yacen desordenadamente, anárquicamente, deben ser encerrados en nuevas formaciones y categorías; Si inicialmente todos fueron declarados iguales al resolver la primera tarea, ahora es necesario volver a dividir a las personas y diferenciarlas: es necesario establecer un nuevo sistema piramidal y jerárquico. Sólo el espíritu militarista podrá resolver esta segunda tarea en virtud de su otro gran principio rector: la subordinación. El verdadero principio aristocrático se hará con el poder: el que puede gobernar, gobernará“.

¿Qué tiene que ver todo esto con la creación de un hogar nacional para los judíos? Absolutamente nada. En cambio sí que tiene mucho que ver con la creación de un imperio global regido con mano de hierro por los sionistas.

Este texto lo podría haber escrito perfectamente el falso mesías Jacob Frank, lleva definitivamente su impronta, como la llevan todas las revoluciones modernas.

En cualquier caso, es imposible no ver en estas declaraciones el programa de los globalistas illuminati que está siendo llevado a la práctica en la actualidad en todas partes. Pero a los organizadores del nuevo circo romano les van a crecer los enanos como Marat y la resistencia anti globalista está creciendo a pasos agigantados.

Pueden acceder al texto completo de Nahum Goldman por medio del siguiente enlace. Les aseguro que no tiene desperdicio.

https://archive.org/details/spiritofmilitarism-bilingual/page/n69/mode/2up

Está muy claro que las organizaciones encargadas de establecer el nuevo orden mundial totalitario son las grandes corporaciones, acerca de las cuales es imposible encontrar una definición acertada en ninguna parte, los académicos de la neo lengua no hacen más que marear la pérdiz y dar palos al agua para que no nos enteremos de nada. Las corporaciones no son otra cosa que las mega empresas transnacionales subvencionadas por el estado en la sombra, o sea: la banca decidida a acabar con las pequeñas y medianas empresas independientes. Todas son extremadamente jerárquicas como la masonería y los sistemas comunistas y tienen a sus ordenes una inmensa masa de empleados sin voz ni voto y con sueldos de miseria. El objetivo final sería sin duda fusionarlas a todas en una inmensa corporación o monopolio global sin competencia alguna. Esto ya es así en gran medida. Resulta muy difícil distinguir unas grandes corporaciones de otras, pues los nuevos amos del mundo que se esconden bajo nombres ficticios como hacen los oligarcas que gobiernan en Ucrania y en Rusia, tienen intereses en todas.

El nuevo orden mundial es como una inmensa y nueva torre de Babel que pretende desafiar a los cielos y que acabará como la primera con todo el mundo poniendo los pies en polvorosa y refunfuñando en su propia lengua o en su propio idiolecto.

Brandon Smith nos revela la razón de por qué a las grandes corporaciones subvencionadas por el estado es decir por los Rothschild y sus satélites no le importan un bledo lo que piensen de ellas sus clientes o los consumidores que están dejando de consumir sus productos adoctrinadores y que apestan a movimiento woke. Saben o confían ciegamente en que dentro de poco serán las únicas empresas existentes, las únicas permitidas por el estado transnacional globalista. ¿Qué les puede importar a sus ejecutivos que a sus clientes no les gusten sus productos cuando sean los únicos disponibles en el mercado o en el supermercado.

The Woke Movement Is Actually Corporate Enslavement – The Culture War Is A Fight To Stop It

Como sucede con todos los términos ideados por los abanderados que portan la bandera pirata de la banca su significado es el opuesto del que se afirma. Woke no quiere decir alerta o despierto, sino profundamente dormido o soñando despierto un sueño vegetativo. El movimiento woke es la coartada ideológica que les permite a los sicópatas presentarse como filántropos humanistas o más bien transhumanistas. Los transhumanistas carecen de humanidad completamente, son simplemente trans. Son por así decirlo filántropos inhumanos preocupados exclusivamente por el bienestar de los reptiles.

Si queremos sobrevivir es preciso acabar con la banca globalista y su monopolio de creación de dinero con el que pagan a sus mafiosos y sus asesinos a sueldo. Se debe prohibir la creación de dinero de la nada si no queremos acabar en nada o ninguneados. Los don nadie convertidos en políticos y los mafiosos se multiplican como las setas cada vez que la banca imprime un billón de dólares o de yuanes o de euros; todas las monedas son en realidad la misma falsa moneda.

Es posible que existan algunos banqueros nacionalistas o patriotas agazapados en alguna parte esperando que cambie el signo de los tiempos. Puede que a eso se deban los rumores según los cuales algunos bancos nacionales están atesorando oro. Pero desde luego la banca globalista no pretende crear monedas respaldas por oro, quiere acabar con el dinero en efectivo y crear una sola monedad digital global por medio de la cual pueda controlar completamente en qué emplea la gente su dinero y confiscarlo si lo desean. En Rusia, por cierto, los nuevos siervos o esclavos pueden ya realizar sus compras mostrando la cara a los que nunca la muestran: los verdugos. Se trata del pago biométrico con el que los delincuentes que nos gobiernan “fichan” a los ciudadanos inocentes.

Hay que acabar en suma con el estado en la sombra de los que no dan la cara a riesgo de lo que sea, porque vale más morir de pie que vivir de rodillas frente al banquero globalista que financió por cierto a los revolucionarios que idearon ese lema. Estamos inmersos en una guerra de religiones: la del satanismo masónico contra todas las otras. Contra todas las religiones que no han hecho un ídolo del dinero, que no lo adoran como ellos. Es decir que no adoran las heces o la nada.

¿Donde están los abanderados dispuesto a acabar con los monederos falsos? Da la impresión que la mayoría de partidos conservadores o nacionalistas quieren acabar con los síntomas del mal sin acabar con la causa como hacen los matasanos, pero a todos aquellos que prefieren vivir de rodillas a morir de pie hay que decirles que morirán al cabo de todas formas de la misma manera que han vivido. De rodillas frente a un tirano endiosado.

Jose Francisco Fernández Bullón, 25 de Julio de 2024

 

Publicado originalmente en Red Internacional

 

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