De Dioses y Monstruos – por Jose Francisco Fernández Bullón

 

Conforme las protestas contra los horrendos crímenes cometidos por los soldados israelíes se multiplican, uno se percata de que el prestigio de que gozaba injustamente el país que defienden tiene las horas contadas. Israel ha sido siempre la piedra angular del establishment globalista que lentamente se está desmoronando ante nuestros ojos.

Si la devoción general idólatra y supersticiosa por la pseudo ciencia cabalística hizo posible el genocidio covidiano cotidiano, la población mundial en trance de despoblarse no siente la misma devoción por el estado del falso Israel de los jázaros. Las supuestas víctimas han exhibido su condición de verdugos de forma tan horripilante y obscena que hasta los mismos sionistas o muchos de ellos han enmudecido de espanto. Por su parte los representantes de la tiranía global o globalista con capital en la ONU se han visto obligados a poner en marcha medidas represivas a gran escala para intentar contener la indignación popular.

En la universidad de Columbia la presidenta de la misma ha decidido suspender las clases por las protestas de los estudiantes contra la masacre inmunda de Palestinos. Podemos imaginar cuál es su grado de compromiso con la causa del saber y de la ciencia cuando averiguamos que es miembro de la junta directiva de la Fundación Bill y Melinda Gates, vicepresidenta del Banco Mundial y directora general del Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido. Desde 2008 es Directora Gerente Adjunta del FMI y Vicegobernadora del Banco de Inglaterra.

Es en suma la marioneta de los banqueros sabateos sionistas como lo son la mayoría de los políticos y dirigentes mundiales.

Los representantes de otras muchas universidades norteamericanas han reaccionado de forma semejante. Ya no pueden considerarse centros del saber, son escuelas de sofistas dedicadas a promover sofismas.

Dada la tiranía tecnocrática en la que estamos inmersos, sólo los alumnos de disciplinas que tengan algo que ver con la técnica pueden esperar aprender algo de provecho en cualquier universidad del mundo. Los demás se especializan en propagación de bulos y en convertirse en maestros de las técnicas propagandísticas.

Robert Kraft, propietario del equipo de fútbol que exhibe el equívoco nombre de Patriots o Patriotas (¿patriotas de qué patria?) se ha propuesto suspender su financiación a la universidad por permitir que los estudiantes ejerciten su derecho a la libertad de expresión.

¿Pero de dónde proceden los fondos con que financia a dicha universidad? Pues entre otras cosas de los impuestos de los norteamericanos que se envían a Israel y luego Israel los utiliza para financiar universidades que adoctrinen a los estudiantes en el culto a Jazaria.

Existen otras muchas formas de desvalijar a los estados y acabar con su riqueza y su industria como, por ejemplo, las prácticas que llevan a cabo los directivos de los fondos de capital privado  o private equity en las que descuella el mimo Robert Kraft entre otros, son numerosas las empresas expoliadas o arruinadas a través de dichas prácticas que pasaron a ser legales con la desregulación de la banca, o sea cuando la banca pasó a estar al margen de la ley o más bien por encima de ella.

Kraft se donó a sí mismo 100 millones de dólares, es decir que los entregó a su propia fundación para combatir el anti semitismo. Está práctica de auto donarse es algo a lo que recurren constantemente los nuevos filántropos que ejercen la caridad exclusivamente consigo mismos. Serían incapaces de darle una limosna a un pobre a las puertas de una iglesia, en primer lugar porque jamás se les ocurriría acercarse a una iglesia y en segundo lugar porque no sacarían ningún provecho de dicha limosna.

Hay otros billonarios judíos o pseudo judíos que financian o financiaban la Universidad de Columbia y otros centros de la Ivy League que han expresado su alarma ante las protestas y se replantean seguir financiándolos. Uno de ellos es Leon Cooperman director de un hedge fund (otra de las herramientas especulativas con que los nuevos filántropos arruinan a las naciones) que se graduó en Columbia y luego fue a trabajar nada menos que para el banco piraña o pirata Goldman Sachs.

Es raro tropezarse con un billonario que no sea judío o mejor dicho jázaro y si no es judío, es judaizante; esos son los nuevos mecenas de las ciencias y de las artes y los responsables de que no quede más arte en el mundo que el arte de robarte la cartera. En cuanto a la ciencia no queda otra que la ciencia de fabricar venenos; la ciencia en la que se especializa Big Pharma. Fabrican venenos imitando a las serpientes y otros reptiles varios y cuando no te envenenan, te lanzan una descarga eléctrica como las mantas.

En el excelente libro de Peter Winter “6 millones, realidad o ficción” que desmantela de forma exhaustiva el mito del falso holocausto judío se recoge la siguiente y escalofriante afirmación realizada en 1999 por el ministro de Asuntos Exteriores de la Alemania Federal Joschka Fischer.

Según sus propias palabras: “Todas las democracias tienen como base una piedra angular, para Francia fue la Revolución de 1879, para Alemania fue Auschwitz.

¿Cómo puede una democracia o cualquier otra cosa fundarse en una patraña? Ante semejante fundamento, no nos sorprende la deriva totalitaria de las falsas democracias gnósticas o liberales occidentales: era su consecuencia inevitable como el terror fue la consecuencia inevitable y yo diría que prevista por muchos de la revolución francesa.

Sabemos gracias a Nesta Webster que los revolucionarios odiaban las reformas que implantó o se proponía implantar el rey Luis XVI, fue éste probablemente el rey más democrático de la historia y las reformas que aprobó, saboteadas por los revolucionarios habrían convertido a Francia en el país más libre del mundo, pero los revolucionarios lo que pretendían era reemplazar la religión cristiana en Francia por la gnóstica y no mejorar la calidad de vida de los franceses o liberarlos.

El gobierno revolucionario francés fue sin duda el primer totalitarismo moderno y como tal sólo podía ascender en él a la cúpula del poder el más intolerante y el más sanguinario que fue Robespierre hasta que le cortaron la cabeza. Lewis Carroll describió perfectamente al tirano gnóstico moderno en su novela “Alicia en el país de las maravillas” que en nuestro caso es el de los horrores.  Se trata por supuesto de la reina de corazones o de la prensa del corazón.

Luis XVI fue sin duda un hombre sin carácter que no supo defenderse y les sirvió a sus enemigos su cabeza en bandeja de plata. Muchos ignoran, a causa de la propaganda tergiversadora masónica,. que los privilegios señoriales ya habían sido abolidos por el propio rey en Francia antes de que la revolución empezara su sangrienta andadura, pero la abolición de los privilegios de los aristócratas no era más que la excusa que esgrimían los revolucionarios para amotinar al populacho, ellos odiaban al clero, pero no a los aristócratas, a menos que fuera cristianos, ellos se consideraban la nueva aristocracia y representaban la nueva legalidad no estaba basada en las especulaciones de la razón humana o divina, sino en su ciega y despótica voluntad; el curso febril y desbocado de la revolución francesa demuestra que estaba impulsada por pulsiones incontrolables. Sorprende el éxito de la burda conspiración de los revolucionarios, la población de París que se rindió casi de inmediato parecía presa de un extraño encantamiento, las tácticas maquiavélicas que emplearon los conspiradores, todos ellos hombres sin escrúpulos obsesionados por el poder y la gloria, son las mismas que han empleado los globalistas para sojuzgar a la población mundial que parece que hubiera caído presa de un trance hipnótico. La revolución comenzó como una farsa, (y en este sentido es muy significativa la hilarante marcha a Versalles de los revolucionarios disfrazados de mujeres) y acabó con una carnicería. ¿Sucederá lo mismo con la revolución comunista global que estamos viviendo? Yo le auguro un final más rápido y cataclísmico. Además la revolución actual fue sanguinaria desde el primer momento. Si duda los líderes de ambas revoluciones o de todas las revoluciones modernas fueron los célebres y satánicos illuminati, lo cual explica muchas cosas.

Todo es mentira en occidente desde la instauración de la democracias liberales o lo que es lo mismo cabalísticas que sólo tienen de democrático el nombre. La democracia gnóstica moderna o postmoderna es como el festival de Eurovisión, el festival de la OTI o el de Benidorm; unos cuantos embusteros cantan y el pueblo vota al que desafina menos; es decir: al que miente con más gracia para nuestra desgracia. Sabemos que los políticos son actores o títeres del gran guiñol del mundo. Todos tienes las manos manchadas de sangre: la de los vacunados; exceptuando a Bolsonaro y a los tres o cuatro presidentes africanos asesinados por los sicarios de la organización mundial de la salud.

Pero cabe preguntarse cómo han acumulado semejante poder los mafiosos y banqueros jázaros y sus satélites o adláteres gentiles.Esto hay que enfatizarlo mucho: son los nuevos sumos sacerdotes de la nueva religión mundial: la gnosis judaica. La gente entra en los bancos con la reverencia con la que antes entraban a una catedral o a una iglesia en las que ahora se dedican a bailar la jota o la conga. La gnósis cabalística cautivó a la inteligentsia occidental ya en el siglo XVIII; eso podría explicar la parálisis de las fuerzas leales a la monarquía en Francia desmoralizadas ante el prestigio de los filósofos y su nueva doctrina, en realidad tan antigua como los faraones de Egipto, que nos prometían la libertad de conciencia y nos cargaron de cadenas frente a hombres sin conciencia. Todas esas declaraciones altisonantes que recogen documentos como la declaración universal de los derechos del hombre y el ciudadano (¿Y qué pasa con los campesinos?) han quedado en nada, porque son vagas y ambiguas declaraciones de buenas intenciones que no se concretan en mecanismos precisos (porque no se especifican) para hacerlas viables.

Sin duda los adeptos de la cábala roja de Jacob Frank, la “Biblia” de nuestro tiempo, fueron y son así mismo maestros en el arte del disimulo y hábiles a la hora de recurrir a todo tipo de subterfugios y adoptar todo tipo de disfraces, ¿pero a quién engañan sino a aquellos que desean ser engañados?

La mentira canta como en el festival de Eurovisión y si los gentiles no la oyen cantar es quizás porque como suele decirse todos tenemos algo que ocultar. Nos mentimos unos a otros por mor o por amor del qué dirán. Nuestra autoestima está en manos de la vecina o del vecino que trabaja como recolector de basuras. En las kakistocracias, a diferencia de las meritocracias donde se cultiva la excelencia, sólo sobresale el más desaprensivo, el más inútil, el más patán. La gente sabe que no van a ganarse la vida con sus virtudes sino gracias a sus defectos, por eso nadie las cultiva. Todos se esfuerzan en disimular su mérito si lo tienen y en hacer gala de cinismo.

Si los pobres de occidente, y ya somos todos pobres en occidente salvo los banqueros, se resignan a su suerte es porque piensan que el prestigio social de la gente guapa depende de su criterio y para ganarse el favor del pueblo tienen que aparecer en la televisión despellejando al prójimo o en el Hola enseñando su salón comedor o su ultra moderna cocina inteligente, puede que pronto nos enseñen el trasero como lo enseñan en los rituales satánicos que frecuentan. Pero yo creo que se engañan y que todo eso forma ya parte del pasado. Los miembros de la élite carroñera están hartos de tener que ganarse el favor del pueblo enseñándoles la cocina en el Hola y además temen a las masas tan volubles siempre, por eso quieren implantarnos un microchip para que los adoremos hagan lo que hagan y adoremos la mierda como ellos, que reneguemos del amanecer del alba que abominemos de la luz.

No hay nada más nefasto para una sociedad que esa exaltación del igualitarismo que ha acentuado por cierto las diferencias sociales en el aspecto económico, el único que cuenta para los nuevos cínicos. Lo único que nos diferencia ya es el monto de nuestra cuenta corriente digital. Somo iguales en la abyección pero diferentes en cuanto al tamaño de nuestras posesiones. Los más no tienen nada y los menos lo tienen todo sin ser nada. La libertad en cambio nos distingue en cuanto a lo que somos. Es la mayor distinción.  Sólo los objetos fabricados en serie son iguales unos a otros. La fabricación en serie de humanoides ha sido la consecuencia de la declaración de los derechos del hombre.

El sadismo del que hacen gala los soldados israelíes y que ha sorprendido a tantos a mí no me ha sorprendido, aunque desde luego su ferocidad me ha sobrecogido en extremo.  Basta conque un mero mortal se considere un dios para que se convierta automáticamente en un monstruo.  Criticar a los judíos verdaderos o falsos es desde hace tiempo tabú en occidente, lo que demuestra que las autoridades los consideran sagrados-  El culto al falso judío es un culto practicado por todos los dirigentes globalistas, un culto que han intentado inculcar entre las masas.  Todos los falsos dioses de la antigüedad (proyecciones de la monstruosidad del hombre) así como los emperadores divinizados incurrían en prácticas monstruosas, como lo demuestra cualquier examen somero de la mitología pagana.

Sólo la conciencia de su finitud y la amenaza de un juicio ultraterreno puede poner coto a la crueldad del hombre. Si se endiosa, ésta se exacerba hasta el paroxismo.

 

Jose Francisco Fernández Bullón, 23 de mayo de 2024

 

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