Mr. MAGA* y el fin de la civilización occidental – por El Saker

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*”Make America Great Again”, el lema característico de Trump (ndt)

A la gente en Occidente se le enseña que su civilización tiene sus raíces en la antigua Roma y/o la antigua Grecia. Este es más un caso de auto-engrandecimiento que una investigación histórica seria. Si bien es cierto que la ciudad de Roma fue saqueada en 410 D.C., la civilización romana cristiana continuó en el Este durante otros 1.000 años, hasta 1.453. Las raíces reales de lo que hoy llamamos civilización occidental se remontan a los siguientes períodos de tiempo:

  1. Las raíces más antiguas (teóricas): el temprano Reino Franco Merovingio (481–751) y el Imperio Carolingio (751–843).
  2. Raíces formativas: el así llamado “Sacro Imperio Romano” (800-1806) que era “Romano” solo de nombre (este término apareció solo en el siglo XIII; en francés se denomina, con más precisión, “Saint-Empire Romain Germanique”, pero realmente debería llamarse el “Imperio germánico”, ya que no era ni “romano” ni “sacro”).
  3. Raíces modernas (ideológicas): Renacimiento, Revolución Francesa, Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial, Guerra Fría.

Pero en términos prácticos, podemos decir que la civilización occidental surgió de la Edad Media (siglos 5 al 15) o, mejor aún, de los tiempos de Las Cruzadas (1095-1410). Lejos de ser el heredero del Imperio Romano, el Imperio Anglosionista es un descendiente directo de los Francos y de la civilización que construyeron en Occidente sobre las ruinas del Imperio Romano Cristiano. Cuando los musulmanes hoy en día hablan de “cruzados de Occidente”, están absolutamente en lo cierto. La única diferencia entre los cruzados originales y sus descendientes modernos es que los primeros al menos pretendían ser cristianos. Los últimos portan su crasa ambición materialista como una medalla de honor.

Esta civilización se puede caracterizar por tremendos logros intelectuales, tecnológicos y científicos, posiblemente la música más bella que se haya compuesto (especialmente J. S. Bach) y muchas otras obras maestras artísticas y arquitectónicas. Por desgracia, tiene también un lado más oscuro: imperialismo, racismo, genocidio, esclavitud, persecuciones religiosas y políticas y, por supuesto, dos guerras mundiales. Así que ese registro está cuestionado, por decirlo suavemente, pero no se puede negar que a pesar de sus pecados y fallas, la civilización occidental también trajo al mundo un inmenso legado intelectual que inspiró a gente en todo el mundo. Si le pregunta a la mayoría de los occidentales con qué asocian con la civilización occidental, probablemente nombrarían cosas como el método científico, la democracia, los derechos humanos, los derechos civiles, la separación de poderes, la igualdad ante la ley, etc. Las personas de otras civilizaciones pueden ver la civilización occidental de una manera muy diferente, pero para nuestros propósitos podemos ignorar eso. Pero lo que el así llamado “Occidente colectivo” (también conocido como el Imperio Anglosionista) está mostrando hoy, es exactamente lo contrario de lo que se supone que Occidente representa. Aquí hay algunos ejemplos:

  1. Derecho internacional: con la agresión de Estados Unidos/OTAN contra la nación serbia, una de las principales características de la civilización occidental murió: el derecho internacional. Lo que comenzó entonces con bombas sobre civiles serbios en la Krajina serbia y en Bosnia, continúa hoy con la “alineación”, absolutamente vergonzosa, con la potencia occidental clave y el dictado de la anglosfera, ya sea en torno de la operación de falsa bandera de Skripal, las muchas banderas falsas sobre ataques con armas químicas en Siria o, más recientemente, el golpe de Estado anglosionista contra el gobierno legítimo de Venezuela. La verdad es que hoy en día en la clase dominante del imperio anglosionista a nadie le importa un comino el derecho internacional y lo que “podría estar bien”.
  2. Derechos humanos: la triste y escandalosa verdad es que Occidente hoy está respaldando un régimen nazi (completamente ilegal) en Ucrania, un régimen takfirí en el Reino de Arabia Saudita y un régimen sionista (y abiertamente racista) en la Palestina ocupada. Todos estos regímenes son violadores masivos de los derechos humanos y normas básicas de comportamiento civilizado. No hace falta decir que los Estados Unidos violan una gran cantidad de normas y convenciones internacionales sobre derechos humanos, derechos laborales, debido proceso, derechos civiles, etc. Y todos sabemos que la infame Ley Patriota se redactó incluso antes de la operación de bandera falsa del 9 de septiembre de 2001.
  3. Leyes de guerra y Convenciones de Ginebra: aquí es lo mismo, los Estados Unidos están ignorando alegremente muchas de las disposiciones más sagradas de las leyes de guerra y las Convenciones de Ginebra, ya sea al no ratificar partes de estos instrumentos o al encontrar formas de eludirlas (piensa GITMO -Base Naval de Guantánamo. Nota del traductor-, Abu Ghraib, Bagram o incluso las muchas prisiones “negras” de la CIA ubicadas en varios países del mundo; por supuesto, piense también en una “entrega extraordinaria”, por supuesto). Del mismo modo, los EEUU apoyan total e incondicionalmente al ultra violador de todas las obligaciones legales imaginables: Israel.
  4. Debido proceso: especialmente las normas probatorias se han convertido en una farsa. Cualquiera que dude sobre esto debería buscar los siguientes nombres: “Sami al-Arian”, “Sibel Edmonds”, “Victor Bout”, “Anwar al-Awlaki” o incluso “Julian Assange”. Aunque figuran como nominalmente independientes de las otras ramas del gobierno, parece que al menos los principales tribunales de los EEUU están totalmente controlados por los neoconservadores y su estado profundo.
  5. Respeto por el proceso político: está absolutamente claro que la banda Clinton nunca aceptó la elección de Trump como POTUS y al rechazar este resultado, o al tratar de etiquetar a Trump como un “agente ruso”, los líderes anglosionistas nunca aceptarán su derrota contra Trump. El famoso comentario de “cesta de deplorables” de Hillary es una ilustración perfecta del inmenso desprecio en que los anglosionistas tienen a la gente común de los EEUU.
  6. Mercados abiertos, competitivos: está bastante claro que los Estados Unidos no tienen predisposición para mercados abiertos y competitivos, y que los líderes del Imperio usarán todos y cada uno de los métodos para evitar una competencia honesta con los demás países, de ahí todas las interminables listas de sanciones, de amenazas contra países que podrían atreverse a comprar sistemas no estadounidenses (todo el caso de los S-400 vs. F-35 con Turquía es un perfecto ejemplo). Cuando miramos a los países occidentales, especialmente a los Estados Unidos, vemos lo que algunos llaman “capitalismo de amigos” con niveles absolutamente fantásticos de corrupción, enormes mega corporaciones con el control de segmentos enteros de la economía, exportaciones impuestas por sanciones y amenazas de sanciones en lugar de ventajas competitivas, leyes laborales feudales, una implacable política imperialista/colonial de robar sistemáticamente a quienes se atreven a vivir por encima de los recursos que el imperio necesita o desea.
  7. Respeto por las alianzas y socios: el Imperio anglosionista no tiene aliados, solo estados vasallos, regímenes títeres y quinta-columnistas importadores. Estados Unidos siempre ha tratado con absoluto desprecio a sus así llamados “aliados”, pero hasta Trump, este desprecio se ocultó detrás de una delgada capa de lenguaje diplomático. Con Trump, incluso eso se ha ido.

La lista sigue y sigue, realmente.

El 18 de enero del año pasado escribí un artículo titulado “Buenas noticias sobre la Presidencia de Trump: ¡la estupidez puede ser buena!” en el que traté de mostrar que con sus acciones analfabetas, Donald Trump tal vez no estaba haciendo que “América” (debería ser “Estados Unidos de América” pero no importa esa megalomanía) fuera grandiosa, sino que estaba debilitando el Imperio Anglosionista. Pero esto es mucho más grande que solo una persona narcisista. Lo que estamos presenciando hoy es la agonía de una civilización que se ha superado a sí misma y ahora que el Imperio está en su agonía, quiero mencionar otra cosa buena que hizo Trump: ¡se convirtió en el emperador que grita “el rey está desnudo”!! (En la historia original, un niño hace eso, pero en este caso, tenemos un “niño-emperador” “fusionado” que lo hace él mismo).

¿Cuáles son las “ropas” a las que me refiero? Principalmente, lo que yo llamaría el “manto de la guerra fría de la benevolencia imperial”.

 

¿Recuerdas la guerra fría?

Estaba el “Imperio del mal”, cuyos agentes comunistas estaban a punto de apoderarse del planeta y confinar a todos en un campo de trabajo, versus el “Occidente” (colectivo), que encarnaba las ideas de libertad, democracia, derechos humanos, igualdad ante la ley, equidad, justicia, prosperidad económica, imparcialidad, tolerancia, pluralismo, etc., etc., etc.

Luego, cuando Clinton se convirtió en presidente y los neocons finalmente tomaron el poder abiertamente y con descaro, un buen amigo mío habló de un “gran advenimiento” que sería imposible revertir. Él estaba en lo correcto. Los neocons no solo están ahora en control total del Imperio, sino que han renunciado completamente a cualquier pretensión de respetabilidad. No me refiero solo a Gitmo y la tortura, o al apoyo obsceno e incondicional para el último país abiertamente racista en el planeta (también conocido como “la única democracia en Medio Oriente”) o, para el caso, una larga cadena de completamente ilegales guerras que van desde las guerras contra la nación serbia en Croacia, Bosnia y Kosovo. Tampoco me refiero a la creciente lista de tratados, acuerdos e incluso a organizaciones de los que los Estados Unidos han abrogado, denunciado o de los que se han retirado. De hecho, ni siquiera me refiero solo a los EEUU, sino también a los llamados “amigos y aliados” del Imperio, que pueden describirse como “el Occidente colectivo” o, quizás, menos caritativamente, las colonias de los EEUU en ultramar.

Cuando los neocons finalmente aparecieron y mostraron su verdadero rostro, hicieron más que solo afectar la imagen de los EEUU en el extranjero, también dieron una señal a sus capataces coloniales de que toda pretensión de decencia podría ahora ser eliminada. La fuerza, la fuerza bruta, estaba ahora a la orden del día. Esta es la razón por la que Theresa May pudo escupir las mentiras más ridículas y evidentemente estúpidas sobre los Skripals (o sobre Siria, para el caso es lo mismo) o Macron podría prohibir a RT desde el Eliseo y nadie piaría. Esta es también la razón por la que Poroshenko puede declarar con seguridad que las fuerzas armadas rusas han invadido el Donbass o la UE puede declarar que los rusos son los culpables del reciente incidente del puente de Kerch.

La Guerra Fría obligó a los amos del Imperio a mostrar una especie de “capitalismo con rostro humano”. Esa Guerra Fría ha terminado ahora, y ya no hay necesidad de fingir.

 

¿Se unirá el todopoderoso Estados Unidos a la URSS en los basureros de la historia?

Muchos rusos que viven en Occidente (como Dmitri Orlov) han notado las numerosas similitudes entre la Unión Soviética tardía (especialmente los así llamados “años de estancamiento”) y los Estados Unidos modernos. Yo mismo hice esa lista de similitudes ya desde 2014 cuando enumeré lo siguiente:

  1. Un presupuesto militar inflado que resulta en un ejército ineficiente.
  2. Una comunidad de inteligencia enorme e ineficaz.
  3. Una infraestructura pública derruida.
  4. Un récord mundial en la proporción per cápita de personas encarceladas (US GULag).
  5. Una máquina de propaganda en la que nadie ya más confía.
  6. Un movimiento interno disidente que el régimen intenta mantener en silencio.
  7. Un uso sistemático de la violencia contra los ciudadanos.
  8. Un aumento de las tensiones entre las autoridades federales y locales.
  9. Una industria cuyas principales exportaciones son armas y energía.
  10. Una población temerosa de ser espiada por los servicios de seguridad interna.
  11. Una asimilación sistemática de la disidencia con el espionaje y el terrorismo.
  12. Una predominante paranoia sobre los enemigos internos y externos.
  13. Una excesiva extensión, financieramente catastrófica, del imperio por todo el planeta.
  14. La conciencia de que todo el planeta te odia.
  15. Un cuerpo de periodistas subordinados que no se atreven a hacer las verdaderas preguntas.
  16. Un alto índice de abuso de sustancias.
  17. Una generación joven que no cree en nada.
  18. Un sistema educativo en caída libre, (el soviético era mucho mejor, por cierto) cerrado y prejuicioso blanco racista.
  19. Un disgusto con la política por parte del público en general.
  20. Una cantidad masiva y predominante de corrupción en todos los niveles de poder.

Pero incluso más crucial para el destino final de la URSS, diría yo, es el inmenso abismo entre lo que proclama la ideología oficial y lo que realmente hacen las elites gobernantes. Hablando sobre Ucrania, escribí en 2014 que “lo que los anglosionistas defienden abiertamente y públicamente en Ucrania, es el polo opuesto de lo que se supone que deben defender. Eso es algo extremadamente peligroso para cualquier régimen, y el Imperio anglosionista no es una excepción a esa regla. El Imperio a menudo se desmorona cuando su propia gente se desilusiona y disgusta con la enorme discrepancia entre lo que dicen las elites gobernantes y lo que hacen y, como resultado, no es tanto que el Imperio se enfrente a enemigos formidables, sino el hecho de que nadie está dispuesto a ponerse de pie -mucho menos morir- en defensa de ello”.

La inmensa, alucinante, obscena hipocresía del Imperio, no solo se revela en sus acciones en el ámbito internacional o por el hecho de que el Imperio no deja de aliarse con sionistas, nazis, takfiríes y cualquier otra moralmente repugnante banda de rufianes (ver en Kosovo, por ejemplo), siempre y cuando estos matones estén dispuestos a actuar como la carne de cañón del Imperio. Exactamente la misma mentalidad impregna todas las acciones políticas de los neoconservadores en la política interna también.

El Partido Demócrata, en particular, alcanzó un nuevo nivel moral y ético cuando invitó a Michael Cohen a declarar ante el Congreso, a pesar de que el hombre es un delincuente y mentiroso convicto y cada palabra que hablaría estaría en total violación del derecho fundamental de Donald Trump a mantener sus comunicaciones con su abogado protegidas por la relación cliente-abogado. Lo que es absolutamente asombroso es que es el Congreso el que está violando los derechos civiles de un presidente estadounidense en ejercicio, y sin embargo, muy pocos observadores parecen indignados por tales acciones.

Este atropello fue solo el último de una larga serie de acciones del Congreso que muestran que el Congreso considera a Donald Trump como un traidor y un matón, y podemos estar seguros de que los demócratas no se detendrán hasta que Trump sea encarcelado. El hecho de que él sea la persona elegida por el pueblo de los Estados Unidos para ser su presidente no parece importar en absoluto a la mafia de linchamientos en el Congreso.

Nuevamente, lo que es tan sorprendente aquí es no solo cómo las elites de Estados Unidos se están enfrentando entre sí (lo que es un síntoma seguro de una crisis profunda), sino también el hecho de que la persecución abierta de Trump por parte del Congreso y la Siomedia ni siquiera intenta llegar a una explicación semi-creíble o una apariencia de respetabilidad. Lo que vemos es un grupo de linchadores que está decidido a ahorcar al hombre que han designado como el mal supremo.

En cuanto al propio MAGA respecta, ahora está ocupado llamando a Ann Coulter una “chiflada a la que le falta un tornillo” a lo que ella respondió llamando a Trump un “idiota” y que tenerlo como presidente es una “emergencia nacional”Rex Tillerson estaría de acuerdo con ella en eso!).

Nadie puede predecir cómo se desarrollará esta lucha entre los neocons y la banda Clinton por un lado y Trump por el otro, pero mi opinión personal es que Trump es un Presidente desechable: los neocons lo usarán para hacer toda la mierda loca por la que suelen son conocidos, y cuando ocurra el inevitable desastre, lo culparán a él, solo a él, mientras ocultan su propio papel en lo que ocurrió. De esta manera, Trump primero estará para jugar como shabbos-goy para los neocons por un tiempo, hasta que deciden destruirlo como Haman o Amalek (los destinos de Saddam Hussein o Muammar Gaddafi vienen inmediatamente a la mente). A Mr. MAGA nunca se le dijo claramente que Tob Shebe Goyyim Harog.

 

¿Una dictadura de minorías a continuación?

A menudo se nos dice que, en una democracia real, las minorías deben ser protegidas contra el abuso de la mayoría y, hasta cierto punto, esto es cierto. Sin embargo, la función principal de cualquier tipo de poder real del pueblo es proteger a la mayoría, a las masas, del abuso que típicamente sufren de la mano de varias minorías (y con frecuencia federadas). Ya sea que los Padres Fundadores intentaran esto o no, la triste realidad de hoy es que el sistema político de los Estados Unidos está estructurado de manera que beneficie principalmente a las minorías, financieras o de otro tipo. De ahí el meme del 1%, popularizado por Occupy Wall Street. Las siguientes son algunas de las características de las minorías más típicas encontradas en los Estados Unidos (y en otros lugares):

  1. Por lo general, son mucho más conscientes de su identidad/estatus minoritario que la mayoría. Es decir, si la mayoría es de color de piel A y la minoría de color de piel B, esta minoría será mucho más consciente de su color de piel.
  2. Normalmente están mucho más motivados y activos que la mayoría. Esto se debe probablemente a su percepción más aguda de ser una minoría. Las minorías mismas presentan su éxito social como un signo de inteligencia, por supuesto, aunque en realidad este es el resultado directo de un impulso que los representantes de la mayoría normalmente no exhiben.
  3. Solo les preocupa la política de un solo tema, ese tema único es, por supuesto, su propio estatus de minoría.
  4. Dado que las minorías a menudo están descontentas con su condición de minoría, a menudo también están resentidas con la mayoría.
  5. Dado que las minorías están mayormente preocupadas por sus problemas vinculados a su estatus de minoría, rara vez prestan atención al “cuadro general” y eso, a su vez, significa que la agenda política de las minorías no suele amenazar a los poderes existentes.
  6. Las minorías a menudo tienen un complejo de inferioridad profundamente arraigado hacia la mayoría supuestamente más exitosa.
  7. Las minorías a menudo buscan identificar otras minorías con las que pueden aliarse contra la mayoría.

La razón por la que los neoconservadores y su Estado profundo aman apoyar a todos los tipos de minorías es muy clara: las minorías y su agenda política (híper estrecha) no representan absolutamente ninguna amenaza para los poderes reales y ocultos que gobiernan el Imperio. Además, las minorías son extremadamente fáciles de manipular. Así, estas diversas minorías representan la base de poder ideal para un partido como el Partido Demócrata, que luego puede usar su control sobre la política de minorías (identidad) en su lucha contra el Partido Republicano.

Además, si nos fijamos en la lista de características de arriba, reconoceremos de inmediato el tipo de causas que provocan el Síndrome de Trastorno Trump, que parece asaltar, de manera crónica, a los que odian a Trump.

Lo que hace que esta situación sea particularmente peligrosa es que la máquina de propaganda de Clinton (a través del testimonio del señor Cohen) ahora sugiere que Trump podría no estar dispuesto a aceptar una derrota en las próximas elecciones. Afirmo que hay muchas más posibilidades de ver a Trump ganar de nuevo y la pandilla de Clinton intentando jugar un truco estilo “Guaidó” hacia Trump. La criatura que grita en esta foto no me parece que esté dispuesta a aceptar que cualquiera que no sea su propio candidato preferido ocupe la Casa Blanca.

No me malinterpretes: las lesbianas gritonas son divertidas, especialmente cuando usan estos “sombreros de vagina” rosados, pero también hay un aspecto mucho más inquietante en sus excentricidades. Todos se basan en un rechazo categórico del resultado del proceso electoral y, lo que es aún peor, en el rechazo del “otro”, en este caso el “deplorable” que se atrevió a votar con su conciencia y no simplemente a obedecer las instrucciones de la siomedia.

La verdad es que el nivel de intolerancia ideológica entre los opositores de Trump es mucho, mucho más alto que entre los partidarios de Trump. Por lo tanto, es lógico suponer que el potencial de violencia es mucho mayor entre los que odian a Trump que entre lo que sería en otros lugares. En este momento, todas estas personas se contentan con gritar, protestar y beber cada gota de “Cool-Aid” que la Caja Boba les entrega diariamente. Pero una vez en el poder, esta “coalición de minorías” arruinará a los EEUU incluso más rápido que Trump y cualquiera sea el régimen (a diferencia de un gobierno o Administración) que pongan en el poder será mucho más deplorable que el Imperio mundial que intentaron construir después de la Segunda Guerra Mundial.

 

Conclusión: Quos Deus vult perdere prius dementat

Lo que está ocurriendo ante nuestros ojos es un espectáculo asombroso: un Imperio que se derrumba tanto interna como externamente a un ritmo acelerado y, cuanto peor es la situación objetiva del Imperio, más delirantes y fuera de contacto parecen estar los neocons y su Estado Profundo.

Independientemente de todos sus defectos, errores y pecados, es triste ver cómo una civilización que dio al mundo maravillas como Newton o Bach ahora se pudre mientras es dirigida por una pandilla de payasos malvados y arrogantes. Ha habido muchos villanos en la historia de Europa, pero nunca una pandilla de gobernantes despistados y fantásticamente arrogantes. Basta con mirar a Trump, Macron o May; estas son no-entidades que palidecen en comparación con líderes como Reagan, Mitterrand o incluso Margaret Thatcher (de ninguna manera una heroína para mi, pero la dama era inteligente, no hay duda de eso).

Ahora, con gente como Pompeo a cargo, solo podemos rezar para que los perdedores que manejan este imperio agonizante no desencadenen un holocausto nuclear, ya sea por diseño o por pura estupidez.

El Saker, 15 marzo 2019

Fuente original

Fuente traduccion (por Leonardo del Grosso)

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