Quién es el judío “antisemita” Hajo Meyer?

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El señor Hajo Meyer es un antisionista militante que se atrevió a criticar las prácticas del estado terrorista de Israel despertando así las iras de su arrogante lobby internacional. Se da la circunstancia además de que el octogenario Meyer es no solo judío, sino también superviviente del campo de concentración de Auschwitz. No obstante, los grupos de presión pro-israelíes lo han tachado de (no se lo pierdan…) de antisemita (!) A él, que es judío y superviviente del nazismo! Alucinante.

“Dr Hajo Meyer, 86, who survived 10 months in the Nazi death camp, spoke out as his 10-day tour of the UK and Ireland – taking in three Scottish venues – got under way. His comments sparked a furious reaction from hardline Jewish lobby groups, with Dr Meyer branded an “anti-Semite” and accused of abusing his position as a Holocaust survivor.”

(Extraído del periódico Herald Scotland, 24-1-2010)

Ver noticia entera aquí: http://www.heraldscotland.com/news/politics/auschwitz-survivor-israel-acts-like-nazis-1.1000918

Hajo Meyer no es el único judío decente que se opone a la limpieza étnica cometida por el régimen sionista y a su ramificado lobby financiero-criminal lavacerebros; como él hay más: El profesor Norman Finkelstein (cuyos padres también estuvieron internados en campos nazis), el lingüista Noam Chomsky, el autor Israel Shamir y el músico Gilad Atzmon (ex-israelíes que renunciaron a su nacionalidad y marcharon voluntariamente al exilio), Mordechai Vanunu (físico nuclear israelí que presentó pruebas de la existencia de un arsenal atómico que su país posee escondido en el desierto de Dimoná), los historiadores Ilán Pappe y Shlomo Sand, la activista Naomi Klein, etc.

Pues bien, para Abe Foxman y la AIPAC, para los Wolfowitz y los Perle, para el ínclito “Papa de la Religión del Holocausto” Elie Wiesel, para la ADL, para la logia masónica exclusivista judía B´nai B´rith, para el Jewish American Congress y otras organizaciones discretas pero no secretas (que controlan los principales bancos del mundo, los mayores conglomerados empresariales y los medios de comunicación de masas),  todas esas valientes personas son “antisemitas”, o al menos “self hating Jews”. Ya en la Antigüedad los zelotes perseguían a los judíos “helenizados”, es decir, a aquellos que se “integraban demasiado” en las culturas de los países donde vivían, ya fuera (en aquellos tiempos) Grecia, Siria o Roma; y que no seguían los preceptos fanáticos de puro supremacismo étnico-religioso que postulaban sus sacerdotes (más tarde conocidos como rabinos), los cuales iban componiendo el Talmud (una obra con pasajes que interpretados de manera literal destilan un enfermizo odio atávico contra todos los goyim, particularmente contra los “herejes” cristianos).

Pienso que hay que diferenciar entre tres grupos: Los judíos como pueblo o grupo étnico, unido por unas tradiciones y una herencia común; el judaísmo como religión (de la cual hay muchas variantes) y el sionismo como ideología.

Los judíos no son un grupo étnico homogéneo, y mucho menos una raza en el sentido biológico. Hoy en día la gran mayoría de los judíos son blancos ashkenazim (“alemanes” en hebreo), descendientes de los jázaros, un pueblo eslavo-túrquico de Asia Central (cuyos líderes se convirtieron al judaísmo durante la Edad Media) que se fué desplazando hacia el este y centro de Europa. El segundo grupo más importante es el de los sefardim (“españoles” en hebreo), éstos sí están en cierto modo relacionados con los antiguos israelitas, pero muy mezclados con pueblos bereberes, árabes, etc. También hay incluso judíos de raza negra, los falashá etíopes, y hasta chinos, los de Kaifeng.

Luego está el hecho de que no todos los judíos son religiosos, la mayoría no son practicantes sino agnósticos (o ateos), como sucede hoy con los pueblos oficialmente cristianos de Europa y América. El judaísmo no es una religión monolítica (ninguna lo es), y tiene distintas corrientes. También entre los haredim (ultraortodoxos) hay diferentes formas de interpretar la Torá, unas de ellas literalista, intransigente, exclusivista y supremacista (como la de los Chabad-Lubavitch, los Kahanistas, etc); y otras más simbólicas y místicas, como ciertas formas de la kabalá y varias escuelas del hasidismo. Recordemos también a la organización haredí antisionista Neturei Karta, que ve al sionismo como una blasfemia y una monstruosidad, y que en múltiples actos se solidariza con los palestinos condenando la desposesión de sus tierras por parte del régimen israelí. Y el sionismo, en tanto que secularización del supremacismo judío, es una ideología racista y genocida. Por otro lado no todos los sionistas son judíos: Nos lo demuestran políticos profesionales como los Aznar, Bush, Rumsfeld, Cheney, Blair, Berlusconi; “periodistas” como el despreciable Sostres, y un innumerable etcétera de canallas.

Por todo ello, considero que es una aberración condenar en bloque a un grupo étnico (los judíos) o a una religión (el judaísmo) a causa de las atrocidades de una ideología (el talmudismo fanático y su versión laico-nacionalista moderna, el sionismo). Aún así, no dudo ni por un instante que los lobbys mencionados más arriba me catalogarían de “antisemita” por este artículo. Si hasta lo hacen con un superviviente de Auschwitz!!

Que razón tienen las palabras del sabio Hajo Meyer cuando dice: “Formalmente un antisemita es aquel que odia a los judíos por el simple hecho de ser judíos. Sin embargo, hoy en día un antisemita es aquel a quien odian los judíos”.

Fuente

 

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