El conflicto palestino israelí es una guerra religiosa – por Gilad Atzmon

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Hace dos días escribí que el conflicto palestino-israelí se ha convertido en una guerra religiosa y que nuestra comprensión de esta batalla debe evolucionar para adaptarse a la nueva realidad. Mi observación parecío razonable a muchos. En cuanto publiqué mi escrito, llamó Press TV y me pidió que comentara sobre el tema en directo. Muchos palestinos se pusieron en contacto conmigo para darme las gracias por decir lo que ellos también creen que es una descripción exacta de su situación sobre el terreno.

Sin embargo, algunos de mis amigos y seguidores, entre ellos algunos palestinos de la Diáspora, estaban sinceramente ofendidos y molestos por mi lectura de la situación. Su argumento era que el reclamo de los palestinos de su tierra no requiere de una autoridad religiosa para legitimarlo. Otro argumento era que ver el conflicto como una lucha religiosa “no es bueno para el movimiento de solidaridad”.

Desde luego, yo también creo que el derecho de los palestinos a su tierra está ética y universalmente fundamentado y no necesita ninguna justificación ulterior, religiosa o secular. La transformación del conflicto en una guerra religiosa no fue causada por los palestinos en busca de una autoridad para aprobar su causa. Mientras que no me preocupo mucho acerca del “movimiento de solidaridad” y sus “intereses”, me importa profundamente el tema de la solidaridad palestina, es decir, los palestinos y sus perspectivas para vivir en la tierra que les pertenece.

Un conflicto religioso es aquel en el que las acciones y la retórica del conflicto están dominadas por las ideologías, la argumentación y el simbolismo religioso. Esto no significa que todos o la mayoría de las personas involucradas en el conflicto sea religiosa o esté motivada religiosamente. Es probable que la mayoría de los israelíes se oponga a los ataques implacables de los colonos mesiánicos sobre la mezquita de Al Aqsa que condujeron a la reciente escalada. Con todo, estas agresiones por parte del núcleo duro de activistas judíos por motivos religiosos han dado forma al conflicto. Y esto no se aplica sólo a los israelíes. Parece que la mezquita de Al Aqsa se ha convertido en el unificador simbólico para los palestinos. Y esta unificación ha tenido un desarrollo positivo para los palestinos. A pesar de que pareció por un tiempo que Israel había logrado romper a los palestinos y su capacidad para luchar como un solo pueblo, el actual asalto judío sobre Al Aqsa ha unido a los palestinos y árabes, y no sólo a los musulmanes.

Pero ¿qué pasa con este desarrollo que asusta a los activistas de la solidaridad? ¿Por qué nuestros comerciantes de solidaridad de la izquierda tienen miedo del Islam y de la religión en general? ¿Es tan difícil ver que el Shaid que grita Alláh hu Akbar al cometer el martirio está impulsado religiosamente? Un activista devoto me escribió que defender el Islam es totalmente imposible en la Norteamérica judía. “Mala suerte”, fue mi respuesta – los que apoyan a Palestina tienen que reconocer a los palestinos como lo que son en lugar de tratar de encajarlos en las directrices de la ADL o la AIPAC. Pero creo que el problema es mucho más amplio y más profundo.

Si estoy en lo cierto y el conflicto ahora se ha transformado en una guerra religiosa (y estoy siempre en lo cierto), entonces podemos tirar a la basura toda la terminología inútil que nos fue impuesta por los activistas progresistas judíos. ‘Colonialismo’, ‘colonialismo de asentamientos’, ‘apartheid’, ‘Un Estado / Dos Estados’, ‘sionismo,’ etc. pueden ser también totalmente irrelevantes para una comprensión del conflicto. Toda esta terminología transmite la falsa imagen de que el conflicto es de naturaleza política y de una solución política en un punto imaginario en el futuro. Pero a diferencia de las disputas políticas, los conflictos religiosos nunca son resueltos por medios políticos; a lo sumo, son suprimidos por un tiempo.

Si el conflicto palestino israelí es un conflicto religioso, entonces el escrutinio del Antiguo Testamento, el Talmud y otros textos judaicos puede revelarnos lo que el Estado judío es en su forma actual y hacia dónde apunta. El Armagedón es claramente una respuesta válida. Esta es la respuesta ofrecida por los colonos judíos que asaltaron Al Aqsa. Un estado de guerra total es su misión. No es exactamente una visión del mundo ecuménica, pacífica, empática, que ansía tolerancia universal y la reconciliación. Para los judíos fanáticos que atacaron el Monte del Templo, la convivencia no es una opción. Para ellos la celebración de la elección es la verdadera interpretación de la llamada judaica. Yo no diría que esta es la única interpretación del judaísmo, pero es sin duda la interpretación judaica que da forma al conflicto en este momento.

Y si el conflicto palestino israelí es de hecho una guerra religiosa, debemos pensar en cambiar nuestro enfoque. Más que participar en el activismo estético y cortés que hace a algunos judíos sentirse cómodos, debemos llamar abiertamente a la disolución pacífica del Estado judío. Este elemento cancerígeno ha desestabilizado todo el Medio Oriente y es la mayor amenaza para la paz mundial. Este experimento imperial británico debe llegar a su fin inmediatamente.

Gilad Atzmon, 12 de octubre 2015

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