Kuczynski, el “Grupo de Lima”, Venezuela y la VIII Cumbre de las Américas
«El presidente de Venezuela no llegará ni al suelo ni al cielo del Perú», clamaba hace poco el ahora dimitente presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski. Atrapado en la trama de corrupción internacional que lo vincula al ya famoso “Caso Odebrecht”, Kuczynski ya no estará en la Cumbre de las Américas a celebrarse en Perú a mediados de abril.
Para el analista y diplomático panameño Julio Yao, la dimisión del hasta hace horas presidente peruano hace peligrar la maniobra urdida alrededor del llamado Grupo de Lima en contra de la República Bolivariana de Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, preguntaba humorísticamente este jueves, en una comparecencia televisiva: «¿Quién va a recibirme entonces en Lima?»
Con la salida del poder del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski (PPK) se crea una mayor pérdida de legitimidad en el llamado Grupo de Lima, conformado para desconocer la autodeterminación de Venezuela, como parte de una guerra omnímoda que Estados Unidos lleva a cabo para destruir su soberanía.
El Grupo de Lima está integrado por menos de la mitad de los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero la renuncia del presidente de Perú Pedro Pablo Kuczynski, acusado de corrupción, sacude hasta los cimientos la VIII Cumbre de las Américas (a celebrarse los días 13 y 14 abril de 2018) que ahora se desmorona como castillo de arena. Su tema era, paradójicamente, “la gobernabilidad democrática y la corrupción”. Su anfitrión era el defenestrado mandatario peruano.
Si –renuncia aparte– Estados Unidos pretendía en la VIII Cumbre de las Américas ampliar la base de su intervención contra Venezuela –al presidente venezolano Nicolás Maduro le negaron la entrada a la Cumbre–, el fracaso del hegemón es doble porque la ausencia simultánea de PPK de la presidencia de Perú y de la VIII Cumbre pone al desnudo la fragilidad democrática y la orfandad moral y política de varios de sus comensales (Perú, México, Honduras, Colombia, Argentina, Brasil, Chile, Panamá, por sólo mencionar algunos), señalados por igual o peor corrupción que la que sepultó a Kuczynski y calificables como “Estados fallidos”, según el novísimo diccionario del Comando Sur (SouthCom) estadounidense.
Desde su conformación, por sus objetivos ilícitos, el Grupo de Lima violó la Carta de la OEA, la Carta de la ONU y el Derecho Internacional Público –que consagran la obligación de no intervenir, de no amenazar y de no agredir. El Grupo de Lima se integró a sabiendas de las intenciones declaradas y públicas de Estados Unidos de invadir militarmente a Venezuela y es por ello que la complicidad de sus miembros con la agresión es manifiesta.
¿Podrá negarlo Colombia, vasallo favorito de Estados Unidos en Latinoamérica, que ya ha recibido de Washington sumas fabulosas por alquilar su territorio para desestabilizar, agredir y servir como punta de lanza de la invasión contra Venezuela?
por Julio Yao Villalaz, Red Voltaire | 23 de marzo de 2018