‘Islamofobia’: “una palabra creada por los fascistas y utilizada por los cobardes para manipular a los imbéciles” (Jordan Peterson)

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SON LOS HECHOS, Y NO LA IDEOLOGÍA, QUIENES DETERMINAN LA REALIDAD

Entrevista a Jordan Peterson

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“El feminismo no igualitario, la ideología de género y sus consecuencias”

El psicólogo canadiense Jordan Peterson tiene algunas teorías polémicas pero su popularidad es indiscutible.

Ha sido tanto elogiado como criticado por su mensaje central sobre el valor de la responsabilidad individual y de rendir cuentas, y también por las opiniones controvertidas de Peterson sobre temas como los movimientos populares de protesta, que él califica como ‘cultos’.

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Un ejército de “langostas”

La obrade Peterson, los videos enormemente populares que publica Peterson en YouTube (tienen más de 50 millones de visitas), una entrevista que le hizo Channel 4 de Reino Unido que se hizo viral, y una disputa pública sobre el uso de pronombres de género neutros, lo han impulsado espectacularmente al estrellato.

Los seguidores de Peterson suelen identificarse como “langostas“. El término es una referencia irónica al primer capítulo del libro, en el que presenta sus ideas sobre las jerarquías sociales.

Allí explica que los humanos y las langostas tienen en común ciertas partes del sistema nervioso que tienen cientos de millones de años.

Peterson cita un estudio que muestra que cuando los crustáceos luchan entre sí sus cerebros experimentan cambios duraderos que varían según ganen o pierdan, haciéndolos más dominantes o más sumisos, respectivamente. De esta manera surge una jerarquía social entre las langostas.

“Hace un tercio de mil millones de años, los cerebros y los sistemas nerviosos eran comparativamente simples”, escribe Peterson. “Sin embargo, ya tenían la estructura y la neuroquímica necesarias para procesar la información sobre el estado y la sociedad”.

 

Las jerarquías sociales son naturales.

Él plantea que todo el mundo mide su posición en una sociedad. Si perteneces al estatus más alto, entonces “eres una langosta exitosa y las hembras más deseables se ponen en fila y compiten por tu atención”.

Peterson está aprovechando algo que parece estar ausente de la vida de muchas personas en estos días, por ejemplo un sentido de responsabilidad y de deber hacia ti mismo y hacia quienes te rodean.

Escuchamos demasiado sobre los derechos y cómo necesitamos más derechos. Siento que Peterson está hablando de responsabilidades, de no ser una víctima. La idea de enfrentar el sufrimiento inevitable de la existencia está casi completamente ausente en la cultura occidental.

Pero no todos suscriben a la analogía de la langosta. Una académica de la University College de Londres argumentó que el razonamiento de Peterson es peligrosamente reduccionista.

“Creer que es ‘natural’ que algunas personas sean ‘perdedoras’ porque eso es lo que hacen las langostas puede tener consecuencias nefastas“, escribió Leonor Gonçalves, investigadora asociada en neurociencia, fisiología y farmacología. No es difícil ver cómo creer que algunas personas tienen un estatus “naturalmente bajo” podría dañar la salud mental de las víctimas de abuso, por ejemplo, o podría alentar el bullying o algo peor.

“Me han escrito muchas, muchas personas desde la derecha o desde los márgenes de la derecha radical, diciendo precisamente que escuchar mis conferencias los frenó de ser más extremistas”, se defiende Peterson.

Peterson sostiene que las langostas establecen su jerarquía social según si ganan o pierden en peleas y que los humanos somos similares.

 

Ingenieras sociales modernas

Pero algunas de las propias declaraciones de Peterson han provocado una intensa crítica. “Creo que la idea que el hombre blanco es privilegiado es absolutamente reprensible”, dijo.

También considera la islamofobia como “una palabra creada por los fascistas y utilizada por los cobardes para manipular a los imbéciles”.

Peterson afirma que se opone a ambos extremos del espectro político: el fascismo y el comunismo. Tiende a identificarse políticamente como un “liberal británico clásico”.

Su consejo es que todos los humanos -ya sean “perdedores” o no- “se paren firmes con los hombros hacia atrás“, como una langosta dominante.

Su consejo no está específicamente dirigido a los hombres. Recientemente afirmó que el 55% de su audiencia en internet es femenina.

Pero esto no le ha impedido enfrentar acusaciones de misoginia gracias, en parte, a su impaciencia con el feminismo y a declaraciones como: “La idea de que las mujeres fueron oprimidas a lo largo de la historia es una teoría espantosa”.

 

El hombre-niño

Peterson no solo aconseja a las personas simular comportamiento dominante (parándose derechos y demás). También ha emitido algunas fuertes críticas.

“Los hombres necesitan madurar de una buena vez”, dijo en la entrevista con Cathy Newman de Channel 4 el año pasado. “No hay nada bueno de las personas que no maduran”.

El hombre-niño irresponsable y mal comportado ha estado en el centro de la cultura pop occidental durante varias décadas.

El ejemplo más típico son las películas de Judd Apatow: Will Ferrell en “Elf”, “Stepbrothers” o “Anchorman”; Adam Sandler en casi todo; Jeff Daniels en “Tonto y retonto” y Steve Carrell en “Virgen a los 40”. La mayoría de los personajes que representa Adam Sandler son ejemplos del “hombre-niño” que repudia Peterson.

 

Buscar significado en la vida

Peterson cree que buscar significado en la vida es más importante que buscar la felicidad. En la entrevista con Newman, dice: “Las personas que no encuentran un significado en sus vidas que los sostenga en los momentos difíciles -y con seguridad se encontrarán con tiempos difíciles-, se quedan amargados, resentidos y a la deriva”.

En uno de sus videos, aconseja: “Si tener hijos no te hace feliz, la respuesta no es: ‘No tengas hijos’. Es: ‘No seas estúpido acerca de ser feliz’. Esa es la respuesta”.

Tal vez sea extraño ver a Peterson, un profesor canadiense prolijamente vestido, generar un movimiento juvenil en torno a la responsabilidad personal, el matrimonio y los niños. Sin embargo, no es totalmente ilógico.

A diferencia de la de hace una generación, cuya cultura juvenil era tribal y ampliamente contracultural, la de hoy parece mucho más fragmentada.

Una de las tendencias unificadoras más importantes es, probablemente, el rechazo al desapego emocional simbolizado en ser cool y el surgimiento, en su lugar, de una nueva conciencia.

Estar “consciente” y “despierto” es conocer tus propios privilegios y los de otros y preocuparte por la justicia social.

Peterson también promociona la autoconciencia, pero con el objetivo de mejorarse a uno mismo, no para cambiar el mundo.

De hecho, ha dicho que preferiría que los jóvenes realizaran menos protestas y pasaran más tiempo trabajando en sí mismos. La regla número seis de su libro dice: “Pon tu casa en perfecto orden antes de criticar al mundo”.

Queda por ver si las langostas pasarán a la corriente cultural dominante o si se hundirán y retrocederán.

Pero desde el punto de vista de ellos, el camino sin rumbo, cool y emocionalmente distante del hipster es algo que quedó totalmente en el pasado.

 

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