Las FARC, señalados como los mayores narcotraficantes, en realidad constituían un obstáculo para el tráfico de la droga
Cual es el mundo detras de las elecciones en Colombia?
Las recientes elecciones presidenciales en Colombia, en las que el candidato del uribismo, Iván Duque, fue el más votado y logró pasar a la segunda vuelta junto con el representante de centro izquierda, Gustavo Petro, demostraron claramente que la mayoría de los colombianos que participaron en las elecciones tiene miedo a la izquierda.
Yo soy un combatiente por los intereses supremos de esta patria (Álvaro Uribe Vélez, 20 de agosto 2010)
Todos estos siete millones de votantes que decidieron por Iván Duque saben perfectamente sobre ‘falsos positivos’, sobre narcotráfico, sobre paramilitarismo y la corrupción que caracterizó el Gobierno de Álvaro Uribe, sin embargo prefirieron dar su voto al ‘hijo político’ de Uribe.
Resulta que la supuesta izquierda progresista de Petro coincide completamente en su condena a Venezuela chavista con la ultra derecha de Iván Duque, quien declaró recientemente que “Colombia no puede ser cómplice de una dictadura y seguir en la Unasur por considerarla un bloque afín a Caracas”.
En resumidas cuentas, ambos candidatos a la presidencia de Colombia repiten las consignas de Washington sobre la necesidad de poner fin a “la dictadura de Nicolás Maduro”, convirtiendo a Venezuela en un “peligro para la seguridad nacional de EEUU y de todo el continente”. En este aspecto, la candidatura de ‘izquierda’ en Colombia con Gustavo Petro a la cabeza, como lo escribió el periodista venezolano José Sant Roz, “es una fachada muy peligrosa, que en nombre de la lucha popular, sería un Caballo de Troya para intentar desmoralizar, desmontar y atacar a muerte el movimiento chavista en América Latina”.
Duque apuesta también por una rebaja de impuestos a los empresarios para facilitar la creación de nuevos puestos de trabajo sin presentar evidencia contundente sobre la existencia de una relación directa entre una rebaja de impuestos y la creación de empleo y un mayor desarrollo económico.
También el candidato de la derecha sigue apostando por la exportación minera y petrolera al igual que los gobiernos anteriores. Durante su estancia en el 30 aniversario de la Fundación Libertad, Duque señaló al presidente de Argentina, Mauricio Macri, como un “modelo a seguir”.
Por muchas promesas que ofrezcan estos dos candidatos a la Presidencia, finalmente cualquiera de ellos que se instale en la Casa de Nariño será obligado a implementar unas políticas neoliberales impulsadas desde el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y otros organismos financieros internacionales que le dictarán al Gobierno de Petro o Duque las políticas que deben seguir para hacer su economía más “productiva y competitiva”. El proyecto político de Iván Duque será el mismo que acompañó al expresidente Álvaro Uribe desde el 2002 al 2010.
Petro apoya la paz con las FARC, pero se muestra crítico con la aplicación de los acuerdos. Advierte que en Colombia “no hay un proceso de paz. Esto es un simple acuerdo para acabar con la guerra”. Señala que los retrasos en la implementación de Acuerdos de Paz, los impedimentos, la detención de Jesús Santrich y, en especial, la indiferencia de la población han creado una crisis en la implementación de acuerdos.
El verdadero ‘izquierdismo’ de Gustavo Petro se mostró después del anuncio del presidente Juan Manuel Santos de que “el 31 de mayo Colombia se convertirá en la primera nación latinoamericana en ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como Socio Global”.
Este incremento se debió al proceso de paz, resultando que los guerrilleros de las FARC, señalados por la prensa globalizada como los mayores narcotraficantes, en realidad constituían un obstáculo para el tráfico de la droga.
Además de cocaína, Colombia se convirtió en el primer productor en el mundo de la marihuana ‘creepy’ que está superando en popularidad al clorhidrato de cocaína.
También el acercamiento de Colombia a la OTAN les da ciertas ilusiones a los europeos, carentes prácticamente de hidrocarburos propios, sobre un posible acceso al petróleo venezolano. La cuestión es deshacerse del chavismo en Venezuela.
Todo esto lo saben perfectamente tanto el candidato colombiano de extrema derecha, Iván Duque, como su homólogo ‘progresista’ del centro izquierda, Gustavo Petro, pero prefieren no pronunciarse al respecto y mantener un silencio. Decía Martin Luther King que “llega un momento en que uno debe tomar una posición que no es segura, ni política, ni popular, pero debe tomar la que es correcta”.
Hasta ahora ninguno de los candidatos presidenciales colombianos ha dado una señal de que sea capaz y tenga el coraje para tomar una decisión correcta para el bien de su pueblo y su patria.
Vicky Peláez, 2 junio 2018