{"id":9618,"date":"2021-10-29T18:28:56","date_gmt":"2021-10-29T18:28:56","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=9618"},"modified":"2021-10-29T18:33:28","modified_gmt":"2021-10-29T18:33:28","slug":"saca-a-tus-muertos-de-vuelta-al-altar-familiar-por-laurent-guyenot","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2021\/10\/29\/saca-a-tus-muertos-de-vuelta-al-altar-familiar-por-laurent-guyenot\/","title":{"rendered":"De vuelta al altar familiar – por Laurent Guyenot"},"content":{"rendered":"

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‘Saca a tus muertos!’, una lecci\u00f3n de Asia…<\/h4>\n

Los asi\u00e1ticos no muestran ning\u00fan signo de desear un muerte colectiva. Suelen estar orgullosos de su etnia y nacionalidad. Esto, argumentar\u00e9, tiene mucho que ver con su actitud general hacia sus antepasados. El culto a los ancestros es una parte esencial de las tradiciones asi\u00e1ticas y, aunque ha disminuido en las grandes ciudades, todav\u00eda se practica ampliamente. Los antrop\u00f3logos prefieren hablar de “veneraci\u00f3n de los antepasados”; no se deifica a los muertos, sino que se les muestra respeto y gratitud, y se espera que gu\u00eden y protejan a los vivos, o que los reprendan cuando hacen el mal. Honrar a los antepasados se considera no s\u00f3lo una costumbre religiosa, sino un deber moral, porque es una extensi\u00f3n de la piedad filial, que se considera un\u00e1nimemente en Oriente como el fundamento de la moralidad: tu piedad filial significa que heredas la piedad filial de tus padres, etc.<\/p>\n

En China, a pesar de d\u00e9cadas de adoctrinamiento comunista, la veneraci\u00f3n de los antepasados sigue siendo muy com\u00fan. Encuentra apoyo en el confucianismo, que hace hincapi\u00e9 en la piedad filial y el respeto a los antepasados (aunque Confucio ten\u00eda poco que decir sobre la existencia de los esp\u00edritus). La gente participa en ofrendas rituales a los muertos independientemente de su otra afiliaci\u00f3n religiosa. Los cat\u00f3licos siguen siendo reacios, a pesar de que en 1939 la Iglesia se retract\u00f3 de su prohibici\u00f3n oficial pronunciada en 1707, pretendiendo que la veneraci\u00f3n de los antepasados no era religiosa despu\u00e9s de todo y, por tanto, se toleraba sin m\u00e1s.<\/p>\n

La veneraci\u00f3n de los antepasados es “uno de los elementos que conforman la identidad cultural de Vietnam”. No importa si se identifican como budistas, cristianos o cualquier otra cosa, casi todas las familias vietnamitas, ricas o pobres, tienen un altar a los antepasados en casa. En todo Oriente, pero en Vietnam m\u00e1s que en ning\u00fan otro lugar, el amor a los antepasados y el amor a la naci\u00f3n est\u00e1n org\u00e1nicamente unidos, porque los antepasados son los que construyeron la naci\u00f3n y protegieron su integridad territorial a lo largo de los siglos.<\/p>\n

“Los servicios rituales para los antepasados tienen una larga y rica historia en Corea, y siguen siendo una parte importante de la vida tradicional del pueblo”. Estos rituales, a veces denominados Jesa, se practican durante todo el a\u00f1o, para los antepasados hasta la quinta generaci\u00f3n. Algunos cat\u00f3licos se unen a los ritos ancestrales, pero los protestantes evang\u00e9licos no lo hacen. Muchos coreanos se involucran ocasionalmente en el chamanismo, que trata sobre todo de los conflictos entre los vivos y los muertos (buenos y malos). Incluso en Corea del Norte, seg\u00fan estimaciones recientes, el 16% de la poblaci\u00f3n total cree en el chamanismo.<\/p>\n

En Jap\u00f3n, a pesar de la criminalizaci\u00f3n de las tradiciones nacionales despu\u00e9s de la Segunda Guerra Mundial, la mayor\u00eda de la gente mantiene cierto grado de veneraci\u00f3n hacia sus muertos, aunque afirme no tener ninguna religi\u00f3n. Nobushige Hozumi, que escribi\u00f3 para los occidentales un libro titulado Ancestor-Worship and Japanese Law (El culto a los antepasados y la ley japonesa) en 1901, disipa el prejuicio occidental de que se venera a los antepasados por miedo. El amor, no el miedo, es el fundamento antropol\u00f3gico del culto a los antepasados. Es simplemente una continuaci\u00f3n de los lazos familiares.<\/p>\n

Hasta finales del siglo XIX, hab\u00eda tres niveles de culto a los antepasados en Jap\u00f3n, explica Hozumi: familia, clan y naci\u00f3n. Cada familia honra a sus propios antepasados, a los que se recuerda directa o indirectamente, a lo largo de tres, cuatro generaciones o a veces m\u00e1s. Los muertos son honrados individualmente en los cumplea\u00f1os de su muerte, pero tambi\u00e9n colectivamente en ciertas fechas festivas, que son ocasiones de reuni\u00f3n familiar. Los monjes budistas o los sacerdotes sinto\u00edstas pueden intervenir en algunos ritos, seg\u00fan la familia.<\/p>\n

Tradicionalmente, “cada clan tiene un dios-clan o “Uji-gami” que es el ep\u00f3nimo de esa comunidad en particular”. Debido a que cada clan ocupaba un determinado territorio, los ancestros del clan tend\u00edan a fusionarse con las deidades tutelares. El santuario principal del clan era tambi\u00e9n el santuario de la deidad tutelar del territorio. El culto a los ancestros del clan fue el m\u00e1s importante hasta el siglo XIX, porque la unidad original de la sociedad japonesa no era la familia sino el clan, estando cada clan representado legalmente por su jefe. “El culto a los antepasados comunes, y las ceremonias relacionadas con \u00e9l, manten\u00edan la apariencia de una descendencia com\u00fan entre un gran n\u00famero de parientes muy dispersos que estaban tan alejados unos de otros que, sin este v\u00ednculo, se habr\u00edan desvinculado de las relaciones familiares”.<\/p>\n

A nivel nacional exist\u00eda el culto al linaje imperial. No se trataba de un culto al emperador, sino de la participaci\u00f3n de la naci\u00f3n en el culto a los antepasados del propio emperador, sobre el supuesto m\u00edtico de que los antepasados imperiales son los antepasados de toda la naci\u00f3n. Este culto nacional tambi\u00e9n estaba asociado a una forma de monote\u00edsmo, ya que Amaterasu O-Mikami, “la Gran Diosa de la Luz Suprema”, era considerada la antepasada primordial, la madre del primer emperador. Est\u00e1 representada por el sol que anta\u00f1o irradiaba la bandera japonesa.<\/p>\n

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\nVietnam<\/em><\/p>\n

No soy un experto en antropolog\u00eda asi\u00e1tica, pero creo que no hay discusi\u00f3n sobre el hecho de que la veneraci\u00f3n de los antepasados es una tradici\u00f3n que ha persistido hasta nuestros d\u00edas en todo Oriente, a pesar del asalto de la modernidad y la influencia cultural del individualismo occidental. Habiendo conocido \u00edntimamente a una familia japonesa durante veinticinco a\u00f1os, he tenido la oportunidad de observar que incluso los japoneses urbanos occidentalizados mantienen un sentido de lealtad y endeudamiento hacia sus padres y antepasados, algo mucho m\u00e1s fuerte que el europeo medio. Me parece que forma parte de su estructura mental. Que esto afecte a las normas \u00e9ticas que generalmente viven dentro de su familia, su comunidad y su naci\u00f3n, esto es algo que apenas necesita ser demostrado.<\/p>\n

\u00bfSomos nosotros, los europeos, fundamentalmente diferentes? Por alguna raz\u00f3n evolutiva, \u00bfnuestro cerebro est\u00e1 programado de forma diferente y es incapaz de funcionar de forma hol\u00edstica y transgeneracional? La historia nos informa claramente de que no es as\u00ed.<\/p>\n

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\u00bfD\u00f3nde han ido todos nuestros antepasados?<\/h4>\n

Un gran libro de antropolog\u00eda hist\u00f3rica sobre los arios -indoeuropeos, si se prefiere- es The Aryan Household, its Structure and its Development, de William Hearn (1879). “En el mundo arcaico”, escribe, “la sociedad implicaba la uni\u00f3n religiosa. . . . La comunidad de culto era, de hecho, el \u00fanico modo por el cual, en los primeros tiempos, los hombres se reun\u00edan y se manten\u00edan unidos. . . . La comida com\u00fan preparada en el altar era el signo visible externo de la comuni\u00f3n espiritual entre la divinidad y sus adoradores”[1] La asociaci\u00f3n religiosa m\u00e1s fundamental para los arios siempre fue la familia, que abarca a los vivos y a los muertos. El culto a los muertos estructur\u00f3 la sociedad desde el nivel familiar. Ha persistido durante mucho tiempo despu\u00e9s de la cristianizaci\u00f3n. Triin Laidoner escribe en Ancestor Worship and the Elite in Late Iron Age Scandinavia:<\/p>\n

El hecho de que las leyes de los siglos XIII y XIV mencionen a menudo los sacrificios y las ofrendas a los t\u00famulos funerarios y que los antepasados fueran claramente la columna vertebral del orden social y de las normas econ\u00f3micas y legales demuestra que las tradiciones relativas a los antepasados estaban tan profundamente establecidas en la Escandinavia primitiva que sobrevivieron mucho despu\u00e9s de la conversi\u00f3n al cristianismo, e incluso en la era moderna[2].<\/p>\n

El culto a los antepasados no era s\u00f3lo una religi\u00f3n dom\u00e9stica, ya que se extend\u00eda a los cultos p\u00fablicos de los pr\u00f3ceres, aquellos que los griegos llamaban h\u00e9roes. Lewis Richard Farnell defini\u00f3 al h\u00e9roe como “una persona cuya virtud, influencia o personalidad era tan poderosa en vida o por las peculiares circunstancias de su muerte que su esp\u00edritu despu\u00e9s de la muerte es considerado como dotado de poder sobrenatural, reclamando ser reverenciado y propiciado”[3] No hab\u00eda una separaci\u00f3n clara entre los muertos dom\u00e9sticos y los h\u00e9roes venerados a un nivel m\u00e1s p\u00fablico[4].<\/p>\n

De hecho, no exist\u00eda ninguna frontera entre el reino de los dioses y el de los muertos. Seg\u00fan el gran historiador island\u00e9s Snorri Sturluson (1179-1241), el dios n\u00f3rdico Freyr era originalmente un rey sueco al que se rend\u00eda culto tras su muerte por los beneficios que segu\u00eda otorgando a su pueblo. Cuando Freyr mor\u00eda, se le colocaba en su t\u00famulo, pero se afirmaba que segu\u00eda vivo, por lo que los suecos cuidaban de \u00e9l llev\u00e1ndole ofrendas. Como las cosechas fueron buenas durante los tres a\u00f1os que siguieron a su muerte, los suecos lo convirtieron en el dios del mundo y lo adoraron para obtener buenas cosechas y paz (Sturluson, Historia de los reyes de Noruega, I, 10). La escuela decimon\u00f3nica de mitolog\u00eda comparada sol\u00eda interpretar estas historias como casos de hombres que inventaban un origen humano para sus dioses (un proceso que llamaban euhemerismo, aunque es exactamente lo contrario de lo que suger\u00eda Euhemerus en el siglo IV a.C.). Pero la antropolog\u00eda hist\u00f3rica adopta ahora la primera teor\u00eda, que ve la conversi\u00f3n de los “grandes muertos” en dioses como una tendencia general entre todos los pueblos.<\/p>\n

Incluso existe un amplio espectro de argumentos a favor de la teor\u00eda generalizada de que la cultura evolucion\u00f3 a partir de los ritos funerarios[5]. Para sus muertos, los hombres construyeron las primeras viviendas de piedra[6]. Para inmortalizar a sus muertos fue que dieron forma a sus primeras im\u00e1genes[7], contaron sus primeras historias \u00e9picas y sus mitos del otro mundo[8] o representaron su primer drama[9].<\/p>\n

La teor\u00eda de que la veneraci\u00f3n de los antepasados es la ra\u00edz primaria de la religi\u00f3n hab\u00eda sido defendida por Numa Denis Fustel de Coulanges en su magistral obra La ciudad antigua: Un estudio de la religi\u00f3n, las leyes y las instituciones de Grecia y Roma, publicada en 1864: “Esta religi\u00f3n de los muertos parece ser la m\u00e1s antigua que ha existido entre esta raza de hombres. Antes de que los hombres tuvieran noci\u00f3n de Indra o de Zeus, adoraban a sus muertos”. Entre los antiguos griegos y romanos, la familia era la principal instituci\u00f3n religiosa:<\/p>\n

La generaci\u00f3n establec\u00eda un misterioso v\u00ednculo entre el ni\u00f1o, que nac\u00eda a la vida, y todos los dioses de la familia. De hecho, estos dioses eran su familia: eran de su sangre. El ni\u00f1o, por lo tanto, recib\u00eda al nacer el derecho de adorarlos, y de ofrecerles sacrificios; y m\u00e1s tarde, cuando la muerte lo hubiera deificado, tambi\u00e9n se contar\u00eda, a su vez, entre estos dioses de la familia. Pero debemos notar esta peculiaridad: que la religi\u00f3n dom\u00e9stica se transmit\u00eda s\u00f3lo de var\u00f3n a var\u00f3n. . . .<\/p>\n

Fuera de la casa, muy cerca, en un campo vecino, hay una tumba – el segundo hogar de esta familia. All\u00ed reposan juntas varias generaciones de antepasados; la muerte no los ha separado. Permanecen agrupados en esta segunda existencia, y siguen formando una familia indisoluble. Entre la parte viva y la parte muerta de la familia s\u00f3lo hay esta distancia de unos pocos pasos que separa la casa de la tumba. En ciertos d\u00edas, determinados para cada uno por su religi\u00f3n dom\u00e9stica, los vivos se re\u00fanen en torno a sus antepasados; les ofrecen la comida f\u00fanebre, les derraman leche y vino, les ponen pasteles y frutas, o les queman la carne de una v\u00edctima. A cambio de estas ofrendas piden protecci\u00f3n; llaman a estos antepasados sus dioses y les piden que hagan f\u00e9rtiles los campos, pr\u00f3spera la casa y virtuosos sus corazones.<\/p>\n

Hay una conexi\u00f3n evidente entre el cuidado de los antepasados y la esperanza de una vida feliz despu\u00e9s de la muerte, ya que todo el mundo espera ser acogido por sus antepasados al dejar este mundo. Esto se representaba en las procesiones funerarias romanas, en las que era costumbre llevar la imagen del reci\u00e9n fallecido; desde el mausoleo familiar, las im\u00e1genes de los miembros de la familia fallecidos sal\u00edan a su encuentro para darle la bienvenida y acompa\u00f1arle a la tumba familiar.<\/p>\n

Porque todo hombre esperaba que sus descendientes varones aseguraran a sus manes la paz y la felicidad, pues “toda familia debe perpetuarse para siempre”. Era necesario para el muerto que los descendientes no se extinguieran. . . . Cada uno, por tanto, ten\u00eda inter\u00e9s en dejar un hijo despu\u00e9s de \u00e9l, convencido de que su felicidad inmortal depend\u00eda de ello. Era incluso un deber hacia aquellos antepasados cuya felicidad no pod\u00eda durar m\u00e1s que la familia”. Otra consecuencia fue el aborrecimiento del adulterio. “Porque la primera regla del culto era que el fuego sagrado se transmitiera de padre a hijo, y el adulterio perturbaba el orden del nacimiento. . . el hijo nacido del adulterio era un extra\u00f1o. Si era enterrado en la tumba, se violaban todos los principios de la religi\u00f3n, el culto se contaminaba, el fuego sagrado se volv\u00eda impuro; toda ofrenda en la tumba se convert\u00eda en un acto de impiedad. . . y ya no hab\u00eda felicidad divina para los antepasados”.<\/p>\n

Por otra parte, dado que “la familia antigua era una asociaci\u00f3n religiosa y no natural”, era posible integrarse en ella mediante el ritual religioso. Por eso “la esposa s\u00f3lo se contaba en la familia despu\u00e9s de que la ceremonia sagrada del matrimonio la iniciara en el culto”. Asimismo, “un hijo adoptivo era contado como un verdadero hijo, porque, aunque no ten\u00eda los lazos de sangre, ten\u00eda algo mejor: una comunidad de culto”. Incluso el esclavo pasaba a formar parte de la familia mediante una ceremonia que “guardaba cierta analog\u00eda con las del matrimonio y la adopci\u00f3n. Sin duda significaba que el reci\u00e9n llegado, un extra\u00f1o el d\u00eda anterior, deb\u00eda ser en adelante un miembro de la familia y compartir su religi\u00f3n. . . . Por eso se enterraba al esclavo en el lugar de enterramiento de la familia”.<\/p>\n

\"\"Ridley Scott hizo un digno esfuerzo por incorporar el culto a los antepasados romanos en su pel\u00edcula \u00e9pica Gladiator (2000).<\/em><\/p>\n

En conclusi\u00f3n, el culto a los antepasados era fundamental en las tradiciones griega, romana, as\u00ed como alemana y celta. \u00bfPor qu\u00e9 entonces el culto a los muertos nos resulta tan extra\u00f1o a nosotros, su posteridad? \u00bfPor qu\u00e9 nuestra sacralizaci\u00f3n del individuo parece una imagen invertida de los valores sangu\u00edneos hol\u00edsticos de nuestros lejanos antepasados? Una vez establecido que los indoeuropeos fueron una vez adoradores de los ancestros, al igual que los asi\u00e1ticos, tenemos que entender por qu\u00e9 y c\u00f3mo, a diferencia de los asi\u00e1ticos, abandonamos por completo lo que una vez constituy\u00f3 la sustancia de nuestro tejido social. \u00bfQu\u00e9 pas\u00f3?<\/p>\n

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El Dios parlante contra los muertos vivientes<\/h4>\n

Redbad (o Radbod) fue el rey de Frisia desde alrededor del a\u00f1o 680 hasta su muerte en el 719. Se le considera el \u00faltimo gobernante independiente de Frisia antes de la dominaci\u00f3n franca. Seg\u00fan una leyenda recogida por primera vez en la Vida del misionero franco Wulfram, a Redbad le hab\u00edan persuadido de aceptar el bautismo y ya hab\u00eda puesto un pie en la pila bautismal, cuando se lo pens\u00f3 mejor y le pregunt\u00f3 a Wulfram: “\u00bfMe unir\u00e9 a mis antepasados en el m\u00e1s all\u00e1?” Wulfram le dijo sin rodeos que eso estaba descartado, ya que sus antepasados, al no haber sido bautizados, estaban todos en el infierno, mientras que Redbad se unir\u00eda a las filas de los bienaventurados en el cielo. Redbad retir\u00f3 entonces su pie y declar\u00f3 que prefer\u00eda estar con sus antepasados en el Infierno que pasar la eternidad en el Cielo con una pandilla de santos mendigos. Sin embargo, poco despu\u00e9s de la muerte de Redbad, los frisones fueron golpeados y bautizados a la fuerza; y no se supo m\u00e1s de su independencia nacional.<\/p>\n

Esta historia ilustra el choque cultural que supuso el cristianismo para nuestros antepasados paganos. El problema no era la introducci\u00f3n de un nuevo culto, sobre todo porque el ritual de compartir el pan y el vino en honor a un h\u00e9roe divinizado no era especialmente ex\u00f3tico. Habr\u00eda estado bien si los misioneros se hubieran ce\u00f1ido al principio de Jes\u00fas de que “en la casa de mi Padre hay muchas habitaciones”, una de ellas especialmente preparada por Jes\u00fas para los que le aman (Juan 14:2-4). Pero un redactor hizo que Jes\u00fas se contradijera a s\u00ed mismo a\u00f1adiendo: “Nadie puede venir al Padre si no es a trav\u00e9s de m\u00ed” (14:6), y el cristianismo se atuvo a esa regla. Es el culto de un dios celoso, la misma divinidad “teocl\u00e1stica” que hablaba en la Tor\u00e1[10]. La conversi\u00f3n al cristianismo signific\u00f3 la destrucci\u00f3n de todos los dem\u00e1s cultos, y en particular la ruptura del v\u00ednculo que un\u00eda a los indoeuropeos con sus antepasados.<\/p>\n

\"\"La versi\u00f3n de Hollywood (no la he visto)<\/em><\/p>\n

La conmoci\u00f3n lleg\u00f3 a los romanos a principios del a\u00f1o 390, cuando Teodosio, nacido en Fenicia,[11] tras tomar el control de Occidente despu\u00e9s de su misteriosa ascensi\u00f3n en Oriente, promulg\u00f3 una amplia ley que prohib\u00eda todos los cultos no cristianos, excepto los de los jud\u00edos. A los funcionarios y magistrados del palacio imperial se les prohibi\u00f3 honrar a sus Lares con fuego, a sus Genios con vino o a sus Penates con incienso. Es dif\u00edcil imaginar una pol\u00edtica m\u00e1s agresiva contra la vida org\u00e1nica de los gentiles, y es dif\u00edcil entender c\u00f3mo la \u00e9lite romana se someti\u00f3 a ella, antes de imponerla al pueblo. La sociedad romana deb\u00eda estar muy corrompida y muy degenerada para haber sucumbido a este golpe criptojud\u00edo – algo as\u00ed como si los franceses de hoy se sometieran al bautismo forzado de la vacuna trinitaria (las tres dosis de Pfizer).<\/p>\n

Por supuesto, la gente corriente sigui\u00f3 rezando durante mucho tiempo a sus antepasados en casa: se les llamaba pagani, es decir, “gente del campo”, campesinos.<\/p>\n

Pero el asalto continu\u00f3. En particular, “el cristianismo supuso una ruptura muy clara con las creencias y costumbres que hab\u00edan prevalecido en la sociedad antigua respecto a los difuntos”, explica el medievalista Michel Lauwers. Agust\u00edn, otro cartagenero, compuso hacia el a\u00f1o 422 un tratado “sobre el cuidado de los muertos” para afirmar que los ritos funerarios tradicionales eran in\u00fatiles, y que incluso el lugar y la forma de enterrar a los muertos eran irrelevantes: “Los fieles no pierden nada por privarse de la sepultura, as\u00ed como los infieles no ganan nada por recibirla”. En otro tratado, el Enchiridion, lamentaba que los cristianos persistieran en venerar a sus muertos, a veces con ostentosos banquetes, pero conced\u00eda que los funerales cristianos son un “consuelo” para los vivos[12].<\/p>\n

As\u00ed, en lugar de intentar erradicar el culto a los antepasados, la Iglesia se esforz\u00f3 por establecer su propio monopolio como \u00fanica mediadora de las ofrendas de la gente a sus muertos: A los cristianos se les dijo que pod\u00edan contribuir a la salvaci\u00f3n de los difuntos pagando misas o dando limosnas que la Iglesia har\u00eda llegar a los necesitados. La idea de que los vivos pod\u00edan ayudar a aliviar los sufrimientos de los muertos comunes dio origen a la doctrina del purgatorio y a una importante fuente de ingresos para la Iglesia[13].<\/p>\n

Aunque los vivos pod\u00edan, mediante la intercesi\u00f3n exclusiva de la Iglesia, ayudar a los muertos que sufr\u00edan, lo contrario no era cierto. S\u00f3lo los santos, los “muertos muy especiales” que hab\u00edan sido admitidos oficialmente en el Cielo, pod\u00edan conceder bendiciones a los vivos, pero no a sus descendientes, ya que, al ser castos, no ten\u00edan ninguna[14] Los muertos ordinarios, consumados por el dolor, no pod\u00edan hacer nada por sus parientes mortales, y cualquier signo que alguien pudiera recibir de ellos era en realidad un truco del diablo. Todos los ritos, historias o creencias que no formaban parte del libro de texto clerical fueron proscritos y poco a poco se retiraron al folclore de las criaturas de tipo hada, de la forma que he documentado en mi libro La Mort f\u00e9erique (basado en mi tesis doctoral en antropolog\u00eda medieval)[15] Al erosionar considerablemente los lazos de solidaridad entre los muertos y los vivos, el catolicismo fue transformando la “muerte solidaria” en “muerte solitaria”, en palabras de Philippe Ari\u00e8s[16].<\/p>\n

Por otra parte, la doctrina del pecado original, piedra angular del cristianismo establecida por Pablo, implica que nuestra genealog\u00eda biol\u00f3gica est\u00e1 infectada, y que necesitamos ser limpiados de ella, naciendo de nuevo “por la sangre de Cristo”, mediante el bautismo (Efesios 2:11-13). De este modo, nuestros antepasados fueron declarados nuestros enemigos, de los que Jes\u00fas nos salv\u00f3. El propio \u00e9nfasis de Jes\u00fas en la salvaci\u00f3n personal viene de hecho asociado con una fuerte hostilidad hacia los lazos de sangre: “El que venga a m\u00ed sin odiar a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas, y tambi\u00e9n a su propia vida, no puede ser mi disc\u00edpulo” (Lucas 14:26)[17].<\/p>\n

Aplicando este mandato al pie de la letra, los santos (o la hagiograf\u00eda cristiana) cortaron los v\u00ednculos familiares y renunciaron a toda responsabilidad y posesi\u00f3n mundana. Una de las obras m\u00e1s conocidas de la literatura de la Edad Media fue la Vida de san Antonio, padre del monacato. Antonio naci\u00f3 de padres ricos. Despu\u00e9s de escuchar durante la misa Mateo 19:21 (“Si quieres ser perfecto, vete, vende lo que tienes y d\u00e1selo a los pobres; ven en pos de m\u00ed y tendr\u00e1s un tesoro en el cielo”), “sali\u00f3 inmediatamente de la iglesia y dio las posesiones de sus antepasados a los aldeanos”, vendi\u00f3 el resto y dio el dinero a los pobres, y recluy\u00f3 a su hermana en un convento. Luego se fue al desierto y vivi\u00f3 solo el resto de su vida.<\/p>\n

Por supuesto, existen hombres santos que llevan una vida asc\u00e9tica solitaria en pa\u00edses no cristianos, siendo la India un buen ejemplo. Pero Louis Dumont, un indianista, ha demostrado que el cristianismo difiere de las tradiciones indias en un aspecto fundamental. Los indios admiten y aprueban que algunos individuos abandonen su existencia social para buscar la iluminaci\u00f3n, siempre y cuando estos individuos no desaf\u00eden el orden social y su din\u00e1mica hol\u00edstica, sino que sigan siendo las excepciones que confirman la regla. El cristianismo, seg\u00fan Dumont, ha alterado ese equilibrio civilizatorio al declarar que la santidad es la \u00fanica vida perfecta, el \u00fanico camino recto hacia el cielo, y que la salvaci\u00f3n de este mundo es la vocaci\u00f3n de todo cristiano. Al considerar la salvaci\u00f3n como una b\u00fasqueda individual, la purificaci\u00f3n de los pecados personales, el cristianismo sent\u00f3 las bases del individualismo occidental moderno[18].<\/p>\n

Los santos que murieron pasivamente por su credo sustituyeron a los h\u00e9roes que murieron luchando por sus comunidades. El poder debilitador del cristianismo no se les escapaba a los romanos paganos que, tras el saqueo de Roma por los visigodos de Alarico en el a\u00f1o 410, culparon a los cristianos de haber tra\u00eddo una maldici\u00f3n a Roma al prohibir el antiguo culto a los dioses penates. Agust\u00edn escribi\u00f3 La Ciudad de Dios como respuesta a esta acusaci\u00f3n. Su primer punto es que la miseria sufrida por los romanos era una bendici\u00f3n que los acercaba a Dios. En cuanto a las v\u00edrgenes violadas, su alma no se contaminaba, a no ser que experimentaran alg\u00fan placer, por lo que no se les hac\u00eda ning\u00fan da\u00f1o (Libro I, cap\u00edtulo 10). Edward Gibbon se ha hecho eco de la opini\u00f3n de los romanos paganos de que los cristianos, con sus ojos puestos en la Ciudad de Dios, fueron quienes causaron la ca\u00edda del Imperio Romano:<\/p>\n

Esta indolente, o incluso criminal, despreocupaci\u00f3n por el bienestar p\u00fablico, los expuso al desprecio y a los reproches de los paganos, que muy a menudo preguntaban cu\u00e1l ser\u00eda el destino del imperio, atacado por todas partes por los b\u00e1rbaros, si toda la humanidad adoptara los pusil\u00e1nimes sentimientos de la nueva secta. A esta insultante pregunta los apologistas cristianos devolv\u00edan respuestas oscuras y ambiguas, ya que no quer\u00edan revelar la causa secreta de su seguridad; la expectativa de que, antes de que se lograra la conversi\u00f3n de la humanidad, la guerra, el gobierno, el imperio romano y el mundo mismo, ya no existir\u00edan[19].<\/p>\n

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El fin del paganismo cat\u00f3lico<\/h4>\n

Puede que la historia de Redbad sea hoy irrelevante, ya que el cristianismo es ahora la religi\u00f3n de nuestros antepasados europeos hasta veinte generaciones atr\u00e1s o m\u00e1s. Es cierto que la Iglesia cat\u00f3lica hab\u00eda encarnado la identidad europea durante m\u00e1s de un milenio, y en 1920, Hilaire Belloc todav\u00eda pod\u00eda proclamar “La Iglesia es Europa: y Europa es la Iglesia” (Europa y la fe, 1920). Pero el catolicismo de mis abuelos ten\u00eda poco en com\u00fan con el catolicismo actual. El primero se diferenciaba del segundo como un cuerpo vivo de carne y hueso se diferencia de un esqueleto.<\/p>\n

La carne era, en realidad, en gran medida pagana[20]. De hecho, la tesis de que el exclusivismo cristiano destruy\u00f3 las tradiciones cultuales europeas debe ser matizada por una ant\u00edtesis: este mismo exclusivismo fue, en la pr\u00e1ctica, un inclusivismo hasta cierto punto. La Iglesia abraz\u00f3 las tradiciones que no pudo sofocar. As\u00ed, James Russel escribe sobre La germanizaci\u00f3n del cristianismo altomedieval[21], y tambi\u00e9n podemos hablar de “celtizaci\u00f3n” en Irlanda y Breta\u00f1a. El culto a la Virgen Madre es una apropiaci\u00f3n cristiana de cultos m\u00e1s antiguos. Parece que el culto a los antepasados no se vio muy afectado por la cristianizaci\u00f3n antes de la reforma gregoriana: la arqueolog\u00eda mortuoria en la Galia muestra que, desde el siglo V hasta el VIII, se enterraba a los muertos con ropa, joyas, restos de animales, cer\u00e1mica, monedas y armas[22].<\/p>\n

Este paganismo disfrazado, que era sin duda la mejor parte del catolicismo, sobrevivi\u00f3 hasta los a\u00f1os 1950, cuando el 80% de la poblaci\u00f3n de Francia segu\u00eda viviendo en comunidades aldeanas. El Concilio Vaticano II declar\u00f3 la guerra al paganismo cat\u00f3lico, como hab\u00eda hecho antes la Reforma. A partir de entonces comenz\u00f3 el colapso de la pr\u00e1ctica religiosa, y con ella la disoluci\u00f3n de la parroquia aldeana. Por supuesto, el Vaticano II no fue el \u00fanico factor; los tractores hicieron que la ayuda mutua fuera menos esencial, y los pesticidas resultaron m\u00e1s eficaces que el agua bendita. Pero fue el concilio Vaticano II el que priv\u00f3 a los campesinos de defensas espirituales contra los estragos de la modernidad.<\/p>\n

Una nueva generaci\u00f3n de sacerdotes ilustrados, de procedencia peque\u00f1oburguesa, se\u00f1al\u00f3 las costumbres populares rurales como “vestigios de paganismo”. Se acabaron los ritos agrarios de bendici\u00f3n de semillas y cosechas. El catolicismo dej\u00f3 de ser “la religi\u00f3n de los santos”, celebrada en oraciones, peregrinaciones y fiestas. Muchas estatuas fueron retiradas de los \u00e1bsides donde anidaban. Los santos, sin duda, eran una p\u00e1lida imitaci\u00f3n de los h\u00e9roes paganos, pero el culto a sus reliquias difer\u00eda poco y cumpl\u00eda el mismo prop\u00f3sito[23].<\/p>\n

Lo milagroso estaba mal visto. Mar\u00eda, destinataria predilecta de las oraciones populares, cuyo culto estaba tan arraigado que nunca se confund\u00eda Notre-Dame de aqu\u00ed con Notre-Dame de all\u00e1, se encontr\u00f3 minimizada, y la piedad mariana sospechosa de impureza. “Recuerden los fieles -imparti\u00f3 Pablo VI en noviembre de 1964- que la verdadera devoci\u00f3n no consiste en un movimiento est\u00e9ril y ef\u00edmero de sentimentalismo, como tampoco en una vana credulidad”. Durante siglos, el icono de la Madre de Dios hab\u00eda sido la figura hipostasiada de la maternidad, y las pol\u00edticas natalistas siempre hab\u00edan podido contar con Mar\u00eda como aliada segura. La tasa de natalidad descendi\u00f3 junto con la asistencia a la iglesia despu\u00e9s del Vaticano II (aclaremos de nuevo que no es el \u00fanico factor).<\/p>\n

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El peregrinaje (“Pardon”) de Kergoat (1891) de Jules Breton (Wikipedia)<\/em><\/p>\n

El sentimiento religioso se racionaliza. El catolicismo popular festivo de anta\u00f1o ten\u00eda poco contenido dogm\u00e1tico. Pero ahora que la misteriosa bruma del lat\u00edn se hab\u00eda disipado, las personas que hab\u00edan sido educadas en escuelas laicas deb\u00edan declarar cada domingo que cre\u00edan literalmente que Jes\u00fas hab\u00eda nacido de una virgen y hab\u00eda resucitado despu\u00e9s de la muerte. La recitaci\u00f3n del credo en lengua vern\u00e1cula fue, en mi opini\u00f3n, uno de los peores golpes para el catolicismo: a los hombres de honor no les gusta que les pidan que mientan, sobre todo ante Dios[24].<\/p>\n

Sin embargo, es il\u00f3gico ver al concilio Vaticano II como una traici\u00f3n al cristianismo. Los cl\u00e9rigos que dirigieron el Concilio eran los dignos herederos de los padres de la Iglesia, aquellos intelectuales urbanos encaprichados con la \u00faltima moda jud\u00eda y con la intenci\u00f3n de destruir, al estilo b\u00edblico, todos los falsos dioses de los gentiles. Vaticano II fue simplemente el \u00faltimo asalto contra las tradiciones religiosas europeas. La Iglesia limpi\u00f3 lo que hasta entonces hab\u00eda mantenido en el \u00e1mbito de la “veneraci\u00f3n de los muertos”, que no era mucho pero era mejor que nada.<\/p>\n

Ahora que los europeos ya no rinden homenaje a sus muertos, la propia piedad filial est\u00e1 desfasada -incluso ridiculizada-, las uniones matrimoniales ya no son asunto de los padres, la procreaci\u00f3n es algo que s\u00f3lo tiene que ver con “mi cuerpo, lo que yo elija”, y los mayores, al no tener nada que esperar m\u00e1s all\u00e1 de la tumba, ya no quieren morir, prefiriendo prolongar su soledad con una peri\u00f3dica inyecci\u00f3n de sangre joven. Los ni\u00f1os s\u00f3lo tienen el D\u00eda de la Madre para expresar ritualmente la piedad filial. Para colmo de males, Halloween, esa burla sat\u00e1nica de la antigua fiesta celta de los muertos, est\u00e1 profanando ahora incluso nuestro D\u00eda de los Muertos cat\u00f3lico.<\/p>\n

Nuestro instinto sincr\u00f3nico, y de hecho toda nuestra sustancia antropol\u00f3gica, ha sido erosionada por dos mil a\u00f1os de “salvaci\u00f3n” cristiana, con su c\u00f3ctel mortal de individualismo y universalismo. S\u00f3lo las personas cuya mente ha sido adoctrinada por el cristianismo durante muchas generaciones pueden ser tan vulnerables como nosotros a la acusaci\u00f3n de racismo, hasta el punto de acoger a invasores hostiles en nombre de principios morales universalistas, y no atreverse a denunciarlos cuando violan a nuestros hijos. Se supone que debemos perdonar siempre…<\/p>\n

Si, como cre\u00edan nuestros lejanos antepasados y como siguen creyendo los asi\u00e1ticos, el recuerdo ritual de las generaciones pasadas es la clave para construir familias, comunidades y naciones con alma, entonces es muy significativo que nosotros, los europeos occidentales, tengamos ahora el v\u00ednculo ancestral m\u00e1s d\u00e9bil del mundo, mientras que nuestros mortales enemigos tienen uno incomparablemente fuerte, que se remonta a cien generaciones.<\/p>\n

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La cultura del clan sem\u00edtico<\/h4>\n

En el juda\u00edsmo, a diferencia del cristianismo, la exclusividad del culto significa pureza racial. Como se\u00f1ala Kevin MacDonald, “adorar a otros dioses es como tener relaciones sexuales con un extranjero, un punto de vista que tiene un excelente sentido en el supuesto de que el dios israelita representa el acervo gen\u00e9tico israelita racialmente puro”[25] Incluso para los jud\u00edos comprometidos en pol\u00edtica y alejados de lo religioso, no hay un mandato m\u00e1s alto que la endogamia. El matrimonio mixto es, “desde un punto de vista biol\u00f3gico, un acto suicida”, escribi\u00f3 Benzion Netanyahu, padre del primer ministro israel\u00ed[26]. Martin Buber escribi\u00f3 que los jud\u00edos hacen de la sangre “el estrato m\u00e1s profundo y potente de [su] ser”. El jud\u00edo percibe “qu\u00e9 confluencia de sangre le ha dado la vida al nacer. . . . Percibe en esta inmortalidad de las generaciones una comunidad de sangre”[27].Parad\u00f3jicamente, el culto a los antepasados en sentido estricto siempre ha estado prohibido en el juda\u00edsmo. La prohibici\u00f3n se remonta a la Biblia[28] y es coherente con la negaci\u00f3n de la inmortalidad individual en la antropolog\u00eda b\u00edblica. Esa negaci\u00f3n, bien conocida por los estudiosos, llev\u00f3 a Schopenhauer a escribir: “La verdadera religi\u00f3n de los jud\u00edos, tal como se presenta y ense\u00f1a en el G\u00e9nesis y en todos los libros hist\u00f3ricos hasta el final de las Cr\u00f3nicas, es la m\u00e1s cruda de todas las religiones porque es la \u00fanica que no tiene absolutamente ninguna doctrina de la inmortalidad, ni siquiera un rastro de ella”[29] Pero desde otro punto de vista, la negaci\u00f3n de la inmortalidad individual se compensa ventajosamente con la creencia en la inmortalidad nacional. “Los jud\u00edos que tienen una comprensi\u00f3n m\u00e1s profunda del juda\u00edsmo”, escribi\u00f3 Harry Waton, “saben que la \u00fanica inmortalidad que existe para el jud\u00edo es la inmortalidad dentro del pueblo jud\u00edo. Cada jud\u00edo sigue viviendo como miembro org\u00e1nico del pueblo jud\u00edo, y seguir\u00e1 viviendo mientras el pueblo jud\u00edo viva”[30] As\u00ed, Moses Hess protest\u00f3 contra la tentativa del juda\u00edsmo reformado de imitar el concepto cristiano del alma individual: “Nada es m\u00e1s extra\u00f1o al esp\u00edritu del juda\u00edsmo que la idea de la salvaci\u00f3n del individuo”. Para Hess y muchos sionistas despu\u00e9s de \u00e9l, la esencia del juda\u00edsmo, y la fuente de la fuerza del pueblo jud\u00edo, es la creencia en el destino de Israel como un ser colectivo con una vida y un alma. Como escrib\u00ed en “Israel como un solo hombre”:<\/p>\n

Un individuo s\u00f3lo tiene unas d\u00e9cadas para cumplir su destino, mientras que una naci\u00f3n tiene siglos, incluso milenios. Jerem\u00edas puede asegurar a los exiliados de Babilonia que en siete generaciones volver\u00e1n a Jerusal\u00e9n (“Carta de Jerem\u00edas”, en Baruc 6:2). Siete generaciones en la historia de un pueblo no es diferente a siete a\u00f1os en la vida de un hombre. Mientras el goy espera su hora en la escala de un siglo, el pueblo elegido ve mucho m\u00e1s all\u00e1. La orientaci\u00f3n nacional del alma jud\u00eda inyecta a cualquier proyecto colectivo una fuerza espiritual y una resistencia con las que ninguna otra comunidad nacional puede competir.<\/p>\n

Esto se aplica al proyecto jud\u00edo de destruir a Esa\u00fa, tambi\u00e9n conocido como Roma o la raza blanca. Quien quiera destruir una raza s\u00f3lo tiene que destruir la piedad filial en una generaci\u00f3n, y esa generaci\u00f3n terminar\u00e1 el trabajo desde dentro. Esto se logr\u00f3 en los a\u00f1os 60, pero hab\u00eda comenzado mediante la reeducaci\u00f3n de los ni\u00f1os alemanes para que odiaran a sus padres y abuelos por haber apoyado a Adolf Hitler. Como argument\u00e9 en “\u00bfTerminar\u00e1 alguna vez la des-nazificaci\u00f3n?”, romper esa maldici\u00f3n es una batalla importante. Los alemanes pueden tomar ejemplo de Monika Schaefer.<\/p>\n

Nuestros se\u00f1ores jud\u00edos, que siempre han cre\u00eddo que “Todo es raza – no hay otra verdad”[31], nos est\u00e1n lavando el cerebro con el dogma de que la raza no existe; y la Iglesia cat\u00f3lica, por supuesto, est\u00e1 de acuerdo. Estamos totalmente desarmados contra el poder jud\u00edo, pero tambi\u00e9n contra el empuje invasor de \u00e1rabes y africanos altamente cl\u00e1nicos. A diferencia del cristianismo, el islam nunca ha hecho la guerra a las solidaridades \u00e9tnicas y de clanes, y el ejemplo de Mahoma es significativo en ese sentido. En el siglo XIV, el historiador Ibn Khaldoun hizo un v\u00edvido retrato de la cultura de la sangre \u00e1rabe, que “hace que las tropas compuestas por \u00e1rabes (del desierto) sean tan fuertes y formidables; cada combatiente s\u00f3lo tiene un pensamiento, el de proteger a su tribu y a su familia. . . . El da\u00f1o causado a uno de nuestros padres, los ultrajes que sufren, nos parecen otros tantos ataques a nosotros mismos”. Para los \u00e1rabes, insiste Ibn Khaldoun, el liderazgo pertenece siempre a un clan, nunca a un individuo:<\/p>\n

Una familia que se hace respetar y temer por su unidad y su esp\u00edritu de cuerpo, y que se compone de individuos pertenecientes a una raza cuya sangre es pura y cuya reputaci\u00f3n est\u00e1 intacta, se coloca por esta hermandad de sentimientos, en una posici\u00f3n muy ventajosa y alcanza grandes \u00e9xitos. Si, adem\u00e1s, esta familia cuenta con varios personajes ilustres entre sus antepasados, su influencia es a\u00fan mayor[32].<\/p>\n

No estoy diciendo que ser cristiano hoy en d\u00eda sea perjudicial para su sentido del parentesco. No lo es, evidentemente, pues el cristianismo se ha convertido desde hace tiempo en un baluarte del conservadurismo. Pero no hay nada en la fe cristiana que sea intr\u00ednsecamente favorable a la solidaridad racial – o a las diferencias de g\u00e9nero, por cierto. El Dios cristiano, que s\u00f3lo conoce a los individuos -a diferencia del Dios jud\u00edo, que s\u00f3lo conoce a las tribus y las naciones-, ser\u00e1 de poca ayuda en las luchas que se avecinan….<\/p>\n

Por otra parte, Darwin tampoco nos salvar\u00e1. Los “realistas de la raza” darwiniana se equivocan gravemente si piensan que su teor\u00eda puede inculcar en las masas el amor a su raza – o dar cualquier tipo de sentido a su vida. He explicado en “El alma y la sangre, un ensayo de metagen\u00e9tica” por qu\u00e9 considero que el darwinismo no s\u00f3lo es una ciencia anticuada, sino un desastre cultural. Ser un darwinista consecuente significa creer que los humanos son seres puramente materiales, conjuntos aleatorios de mol\u00e9culas autorreplicantes, evolucionados a partir de las bacterias unicelulares por una serie indefinida de accidentes qu\u00edmicos. Adem\u00e1s, otra “verdad” indiscutible del darwinismo, y su principal mensaje a las masas, es que nuestros antepasados eran simios africanos. \u00bfC\u00f3mo puede entonces el paradigma darwiniano ayudarnos a reconstruir una relaci\u00f3n vertical con nuestros antepasados? Venerar a los antepasados significa hablar con ellos para expresarles gratitud y pedirles protecci\u00f3n y gu\u00eda, pero un darwiniano tiene la mente llena de la certeza absoluta de que sus antepasados muertos no existen. Al igual que el cristianismo no puede ser una soluci\u00f3n al problema que ha creado, el darwinismo no puede ser una soluci\u00f3n a la mentalidad materialista e individualista que contribuye en gran medida a ampliar. S\u00f3lo puedo repetir aqu\u00ed la profec\u00eda de Nietzsche de que, si las ideas de Darwin fueran “empujadas sobre el pueblo de la manera loca habitual durante otra generaci\u00f3n m\u00e1s, nadie deber\u00e1 sorprenderse si ese pueblo se ahoga en sus peque\u00f1os y miserables islotes de ego\u00edsmo, y se petrifica en su ego\u00edsmo”. N\u00f3tese que Nietzsche no conden\u00f3 la teor\u00eda de la evoluci\u00f3n, sino s\u00f3lo su reducci\u00f3n darwiniana a las mutaciones aleatorias. Era m\u00e1s o menos un vitalista, como Schopenhauer, que denunciaba la estupidez de reducir “la naturaleza org\u00e1nica… a un mero juego de fuerzas qu\u00edmicas”[33].<\/p>\n

En conclusi\u00f3n, espero haber mostrado que una visi\u00f3n hist\u00f3rica y antropol\u00f3gica muy b\u00e1sica es suficiente para llegar a las conclusiones objetivas de que, primero, la veneraci\u00f3n de los antepasados ha sido, y sigue siendo en Asia, un fundamento espiritual vital para las sociedades org\u00e1nicas, y segundo, que la destrucci\u00f3n de la religi\u00f3n de los antepasados romano-germana por el cristianismo deja ahora a la raza blanca totalmente indefensa en la guerra antropol\u00f3gica que se libra contra ella.<\/p>\n

No estoy sugiriendo que si suficientes familias invitaran a sus ancestros a comer, podr\u00edan salvar nuestra civilizaci\u00f3n. La Danza de los Fantasmas no salv\u00f3 a los sioux en 1890[34]. Y en 1854, el jefe Seattle de los Suquamishs, adoradores de los ancestros, tuvo que rendirse, diciendo:<\/p>\n

Unas cuantas lunas m\u00e1s, unos cuantos inviernos m\u00e1s, y ni uno solo de los descendientes de las poderosas huestes que una vez se movieron por esta amplia tierra o vivieron en hogares felices, protegidos por el Gran Esp\u00edritu, quedar\u00e1 para llorar sobre las tumbas de un pueblo que una vez fue m\u00e1s poderoso y esperanzador que el vuestro. . . . Y cuando el \u00faltimo Hombre Rojo haya perecido, y la memoria de mi tribu se haya convertido en un mito entre los Hombres Blancos, estas costas se llenar\u00e1n de los muertos invisibles de mi tribu. . . El Hombre Blanco nunca estar\u00e1 solo. Que sea justo y trate con amabilidad a mi pueblo, porque los muertos no son impotentes. \u00bfMuertos, he dicho? No hay muerte, s\u00f3lo un cambio de mundos.<\/p>\n

Pero me imagino el mundo occidental por venir como un caos social y moral en el que la supervivencia, la cordura y la felicidad depender\u00e1n de la capacidad de construir clanes sanos y fuertes, lo que supone una base religiosa que defienda la sacralidad de la sangre y el parentesco, y la lealtad hacia los antepasados, con o sin cristianismo.<\/p>\n

En caso de que se me pregunte si yo mismo practico la veneraci\u00f3n de los antepasados, la respuesta es: s\u00ed, de alguna manera. Me gustar\u00eda compartir con ustedes c\u00f3mo el hecho de verme a m\u00ed mismo -y a mis padres- como miembros de una comunidad de almas luchadoras, ha dado a mi vida una dimensi\u00f3n adicional. Pero es una historia demasiado personal. S\u00f3lo puedo recomendar el experimento.<\/p>\n

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LAURENT GUY\u00c9NOT – 22 OCTUBRE 2021<\/p>\n

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Originalmente traducido al espanol por MP para Red Internacional<\/a><\/p>\n

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Notas<\/h4>\n

[1] William Hearn, The Aryan Household, its Structure and its Development, 1879, pp. 26-29.<\/p>\n

[2] Triin Laidoner, Ancestor Worship and the Elite in Late Iron Age Scandinavia: A Grave Matter, Routledge, 2020.<\/p>\n

[3] Lewis Richard Farnell, Greek Hero Cults and Ideas of Immortality (1921) Adamant Media Co., 2005, p. 343. Otra obra cl\u00e1sica importante sobre el tema es Erwin Rohde, Psyche: El culto de las almas y la creencia en la inmortalidad entre los griegos, 1925.<\/p>\n

[4] Martin P. Nilsson, Greek Popular Religion, Columbia UP, 1940. Nilsson muestra que los h\u00e9roes eran objeto de historias de fantasmas, como otros muertos. M\u00e1s recientemente, Carla Antonaccio, en An Archaeology of Ancestors: Tomb Cult and Hero Cult in Early Greece (Rowman and Littlefield, 1995), ha demostrado que en la \u00e9poca en que se escribieron los Evangelios, Grecia estaba “saturada de h\u00e9roes” (p. 1).<\/p>\n

[5] Jan Assmann, Mort et Au-del\u00e0 dans l’\u00c9gypte ancienne, Rocher, 2003.<\/p>\n

[6] Pierre Deffontaines, G\u00e9ographie et religions, Gallimard, 1948.<\/p>\n

[7] Hans Belting, Pour une anthropologie des images, Gallimard, 2004.<\/p>\n

[8] Frands Herschend, “Material Metaphors – some Late Iron Age and Viking Examples”, en Margaret Clunies Ross, ed., Old Norse Myths, Literature and Society, University Press of Southern Denmark, 2003, pp. 40-65.<\/p>\n

[9] Las m\u00e1scaras mortuorias se utilizaban para hacer hablar a los muertos, como todav\u00eda relata Appiano de Alejandr\u00eda sobre los funerales de C\u00e9sar (2.146-147).<\/p>\n

[10] La expresi\u00f3n procede de Jan Assmann, Of God and Gods: Egypt, Israel, and the Rise of Monotheism, University of Wisconsin Press, 2008.<\/p>\n

[11] Teodosio naci\u00f3 y creci\u00f3 en Hispania Carthaginensis, donde su padre (que muri\u00f3 en Cartago) era un poderoso terrateniente. Los fenicios ib\u00e9ricos son los probables ancestros de los jud\u00edos sefard\u00edes.<\/p>\n

[12] Michel Lauwers, La M\u00e9moire des anc\u00eatres. Le souci des morts. Morts, rites et soci\u00e9t\u00e9 au Moyen \u00c2ge (Dioc\u00e8se de Li\u00e8ge, XIe-XIIIe si\u00e8cles), Beauchesne, 1997, p. 79.<\/p>\n

[13] Dominique Iogna-Prat, Ordonner et exclure. Cluny et la soci\u00e9t\u00e9 chr\u00e9tienne face \u00e0 l’h\u00e9r\u00e9sie, au juda\u00efsme et \u00e0 l’islam, 1000-1150, Aubier, 1998.<\/p>\n

[14] Peter Brown, The Cult of the Saints: Its Rise and Function in Latin Christianity, University of Chicago Press, 1981.<\/p>\n

[15] Laurent Guy\u00e9not, La Mort f\u00e9erique. Anthropologie du merveilleux (XIIe – XVe si\u00e8cle), Gallimard, 2011.<\/p>\n

[16] Philippe Ari\u00e8s, L’Homme devant la mort, tome 1: Le Temps des gisants, Seuil, 1977.<\/p>\n

[17] Se trata de una radicalizaci\u00f3n de Mateo 10:37: “Nadie que prefiera a su hijo o a su hija es digno de m\u00ed.”<\/p>\n

[18] Louis Dumont, Ensayos sobre el individualismo: Modern Ideology in Anthropological Perspective, University of Chicago Press, 1992, pp. 23-59.<\/p>\n

[19] Edward Gibbon, Historia de la decadencia y ca\u00edda del Imperio Romano, vol. I, cap\u00edtulo XV, parte 5, en ccel.org.<\/p>\n

[20] Bernadette Filotas, Pagan Survivals: Superstitions and Popular Cultures in Early Medieval Pastoral Literature, Toronto, Pontifical Institute of Mediaeval Studies, 2005.<\/p>\n

[21] James C. Russel, The Germanization of Early Medieval Christianity: a Sociohistoric Approach to Religious Transformation, Oxford University Press, 1994, p. vi.<\/p>\n

[22] Bonnie Effros, Merovingian Mortuary Archaeology and the Making of the Early Middle Ages, University of California Press, 2003.<\/p>\n

[23] A pesar de lo que afirmaba Peter Brown en The Cult of the Saints, muchos santos locales en Europa eran h\u00e9roes o deidades precristianas con una nueva biograf\u00eda.<\/p>\n

[24] Esta secci\u00f3n sobre el Vaticano II se basa en Patrick Buisson, La Fin d’un monde Albin Michel, 2001. Buisson escribe, p. 228 “la elecci\u00f3n de la Iglesia a favor de una lucha implacable contra las supersticiones foment\u00f3 en \u00faltima instancia la descristianizaci\u00f3n al desencarnar la vida religiosa, al privarla de aquello que la convert\u00eda en expresi\u00f3n de lo sensible y lo sentimental, una persistencia de estructuras mentales arcaicas.”<\/p>\n

[25] Kevin MacDonald, A People That Shall Dwell Alone: Judaism as a Group Evolutionary Strategy, Praeger, 1994, kindle 2013, e. 2557-58.<\/p>\n

[26] Benzion Netanyahu, The Founding Fathers of Zionism (1938), Balfour Books, 2012, kindle ed, e. 2203-7.<\/p>\n

[27] Citado por Brendon Sanderson en su rese\u00f1a de Jewish Tradition and the Challenge of Darwinism, de Geoffrey Cantor y Mark Swetlitz, en The Occidental Observer.<\/p>\n

[28] El Deuteronomio proh\u00edbe la actividad de “adivino, augur o hechicero, tejedor de hechizos, consultor de fantasmas o m\u00e9diums, o nigromante. Porque cualquiera que haga estas cosas es detestable para Yahv\u00e9, tu Dios” (18:11-12). El Lev\u00edtico lo confirma: “No recurras a los esp\u00edritus de los muertos ni a los magos; te contaminar\u00e1n. Yo, Yahv\u00e9, soy tu Dios” (19:31). Quien infrinja esta regla debe ser condenado a muerte (20:6-7 y 27). Isa\u00edas condena a quienes consultan a “fantasmas y magos que susurran y murmuran” o a “los muertos en nombre de los vivos” (8,19). Yahv\u00e9 reprende a su pueblo por “provocarme constantemente en mi cara sacrificando en jardines, quemando incienso en ladrillos, viviendo en tumbas, pasando la noche en rincones oscuros” (65:3-4). Leer Susan Niditch, Ancient Israelite Religion, Oxford University Press, 1997.<\/p>\n

[29] Arthur Schopenhauer, Parerga y Paralipomena (1851), Oxford UP, 1974, vol. 1, pp. 125-126. Repiti\u00f3, en el vol. 2, p. 301: “Y as\u00ed, a este respecto, vemos que la religi\u00f3n de los jud\u00edos ocupa el lugar m\u00e1s bajo entre los dogmas del mundo civilizado, lo que est\u00e1 totalmente en consonancia con el hecho de que tambi\u00e9n es la \u00fanica religi\u00f3n que no tiene absolutamente ninguna doctrina de la inmortalidad, ni siquiera tiene rastro de ella.”<\/p>\n

[30] Harry Waton, Un programa para los jud\u00edos y una respuesta a todos los antisemitas: A Program for Humanity, 1939 (archive.org), p. 133.<\/p>\n

[31] Sidonia, el alter ego de Disraeli, en Coningsby (1844).<\/p>\n

[32] Ibn Khaldoun, Les Prol\u00e9gom\u00e8nes, traduits en fran\u00e7ais et comment\u00e9s par William MacGuckin, 1863, parte I, pp. 281-283, le\u00eddo en http:\/\/classiques.uqac.ca\/classiques\/Ibn_Khaldoun\/Ibn_Khaldoun.html<\/p>\n

[33] Las citas completas est\u00e1n en mi art\u00edculo “El alma y la sangre, un ensayo de metagen\u00e9tica”.<\/p>\n

[34] Curiosamente, el antrop\u00f3logo Weston La Barre utiliz\u00f3 la Danza de los Fantasmas como s\u00edmbolo de la teor\u00eda de que la relaci\u00f3n con los antepasados muertos es la base de las sociedades tradicionales (The Ghost Dance: The Origins of Religion, 1970).<\/p>\n

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Art\u00edculos relacionados:<\/h4>\n

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‘Saca a tus muertos!’, una lecci\u00f3n de Asia… Los asi\u00e1ticos no muestran ning\u00fan signo de desear un muerte colectiva. Suelen estar orgullosos de su etnia y nacionalidad. Esto, argumentar\u00e9, tiene mucho que ver con su actitud general hacia sus antepasados. El culto a los ancestros es una parte esencial de...<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":9619,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[1376,2689,1385,1366],"tags":[6035,6036,6031,6028,6033,6029,6030,1848,6032,1767,6034],"class_list":["post-9618","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-analisis","category-guyenot-laurent","category-religion-etica-filosofia-cultura","category-all","tag-altar","tag-altar-familiar","tag-ancestros","tag-antepasados","tag-antropologia","tag-culto","tag-culto-a-los-ancestros","tag-individualismo","tag-linaje","tag-muertos","tag-veneracion"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9618","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9618"}],"version-history":[{"count":5,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9618\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":9628,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9618\/revisions\/9628"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/media\/9619"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9618"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9618"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/redinternacional.net\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9618"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}