{"id":9335,"date":"2021-07-17T20:46:26","date_gmt":"2021-07-17T20:46:26","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=9335"},"modified":"2021-09-12T16:30:16","modified_gmt":"2021-09-12T16:30:16","slug":"me-pertenece-mi-cuerpo-en-francia-por-constance-prazel","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2021\/07\/17\/me-pertenece-mi-cuerpo-en-francia-por-constance-prazel\/","title":{"rendered":"\u00bfMe pertenece mi cuerpo, en Francia? – por Constance Prazel"},"content":{"rendered":"

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Emmanuel Macron tiene una forma muy curiosa de celebrar la fiesta nacional del 14 de julio este a\u00f1o, eligiendo dar un violento golpe a todo el pa\u00eds, con el dr\u00e1stico endurecimiento de las restricciones vinculadas a la pandemia, y la introducci\u00f3n de un pase sanitario que ya tiene toda la apariencia de una obligaci\u00f3n de vacunaci\u00f3n. Desde su discurso del lunes, una verdadera guerra se est\u00e1 desatando: en las familias, en las empresas y administraciones, en las redes sociales. En cuanto a la unidad nacional… podr\u00edamos haberlo hecho mejor.<\/p>\n

El presidente franc\u00e9s, que se apresura a cantar las alabanzas de Europa y a mirar a sus vecinos, ha optado por una estrategia de l\u00ednea dura que s\u00f3lo \u00e9l promueve. Reclama la vacunaci\u00f3n obligatoria del personal sanitario y el refuerzo de los controles, en un momento en el que Angela Merkel en Alemania, por ejemplo, declara p\u00fablicamente lo inadecuado de tal rigor. Los suizos cuestionan la dimensi\u00f3n dictatorial del r\u00e9gimen franc\u00e9s, y los espa\u00f1oles, a trav\u00e9s de su Tribunal Supremo, acaban de declarar que el encierro de la gente es inconstitucional.<\/p>\n

Teniendo en cuenta las decisiones de nuestros dirigentes, la cuesti\u00f3n de la pertinencia o irrelevancia m\u00e9dica de la vacuna ha quedado atr\u00e1s. Por supuesto, podemos seguir esgrimiendo argumentos en el sentido de que no parece justificada la vacunaci\u00f3n masiva y obligatoria (todav\u00eda, oficialmente, no es obligatoria, pero eso es jugar con las palabras), incluso para poblaciones que no corren riesgo, para una enfermedad cuya letalidad es todav\u00eda extremadamente baja, pero eso ya no es el tema prioritario.<\/p>\n

Actualmente hay once vacunas obligatorias en Francia<\/strong>. Cada a\u00f1o, cientos de miles de madres vacunan a sus hijos sin ning\u00fan tipo de reticencia. Pero ninguna de estas once vacunas implica la recogida de datos digitales personales<\/strong>; ninguna va acompa\u00f1ada de un control a la entrada de un centro comercial o un tren<\/strong>. Por lo tanto, el problema ya no es s\u00f3lo la administraci\u00f3n de la vacuna, sino la existencia de nuestras libertades p\u00fablicas, y la proporcionalidad entre los medios y el fin: se promete prisi\u00f3n, multas de decenas de miles de euros y despidos para los recalcitrantes. El sentido com\u00fan deber\u00eda hacernos reaccionar ante tales excesos.<\/p>\n

El discurso del Presidente -que por el momento, conviene recordar, no tiene todav\u00eda fuerza de ley- preconiza la instauraci\u00f3n de un mundo de control universal<\/strong>, en el que los gestos cotidianos m\u00e1s aparentemente triviales tendr\u00e1n que ser a partir de ahora planificados. En un pa\u00eds que siempre se ha enorgullecido de celebrar la convivencia de una copa de vino en la terraza de un caf\u00e9 soleado, ya no ser\u00e1 posible contemplar un momento de dulzura y amistad de forma improvisada. Nos dicen:”Vac\u00fanate para recuperar esta libertad”; pero es ilusorio, porque el modo “improvisado” as\u00ed reconfigurado implicar\u00e1, a cada paso, sacar el famoso pasaporte de vacunaci\u00f3n. No habr\u00e1 vuelta atr\u00e1s: hoy, una voz en el tren te recuerda que incluso los vacunados deben mantener la mascarilla<\/strong> puesta<\/strong> y actuar como si nada hubiera pasado. Ma\u00f1ana tendr\u00e1n que justificar cada movimiento que hagan. Una libertad con alas truncadas por un mortificante automatismo policial, gracias a una misi\u00f3n delegada en restauradores, comerciantes y controladores de transporte<\/strong> que no tienen ni el deseo, ni el poder, ni el derecho de ejercerla.<\/p>\n

Es interesante observar que los lemas “mi cuerpo me pertenece”, “mi cuerpo, mi derecho, mi elecci\u00f3n”, utilizados como mantras por toda una clase pol\u00edtica y medi\u00e1tica desde mayo del 68 para justificar lo injustificable [en primer lugar el aborto masivo] se vac\u00edan aqu\u00ed de toda sustancia. En este caso, mi cuerpo ya no me pertenece y mi capacidad para elegir lo que me conviene ya no existe<\/strong>. Podemos sentirnos ofendidos por ello, pero no es de extra\u00f1ar en un gobierno que ha hecho aprobar en junio de 2021 el proyecto de ley de bio\u00e9tica, que autoriza todo tipo de manipulaciones y que, abriendo el camino a la GPA [industria de la procreaci\u00f3n artificial y las madres-valija], se dispone a acabar con el principio de indisponibilidad del cuerpo humano<\/strong>. Un hilo conductor une esta terrible ley con el discurso presidencial del 12 de julio.<\/p>\n

La pol\u00edtica no es s\u00f3lo una cuesti\u00f3n de columnas presupuestarias, de cuestiones contables y administrativas. Es sobre todo un medio al servicio de una visi\u00f3n del hombre, de los valores, de una civilizaci\u00f3n. Est\u00e1 claro que nuestros gobiernos han elegido lo peor. Cuando el estado de excepci\u00f3n se convierte en la norma, la sumisi\u00f3n se convierte en una falta tanto pol\u00edtica como moral.<\/p>\n

Constance Prazel, 17 julio 2021<\/p>\n

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Traducci\u00f3n: MP<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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