{"id":8793,"date":"2020-10-11T22:22:08","date_gmt":"2020-10-11T22:22:08","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=8793"},"modified":"2021-10-05T11:25:12","modified_gmt":"2021-10-05T11:25:12","slug":"cuanto-duro-el-primer-milenio-la-cronologia-de-gunnar-heinsohn-basada-en-la-estratigrafia","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2020\/10\/11\/cuanto-duro-el-primer-milenio-la-cronologia-de-gunnar-heinsohn-basada-en-la-estratigrafia\/","title":{"rendered":"Cu\u00e1nto dur\u00f3 el primer milenio? La cronolog\u00eda de Gunnar Heinsohn\u2019, basada en la estratigraf\u00eda – por Laurent Guyenot"},"content":{"rendered":"
\u00bfCu\u00e1nto dur\u00f3 el primer milenio?\u00a0 Abogamos por un revisionismo radical acerca primer milenio [a partir del “Anno Domini” (AD)]. En la primera<\/a> y segunda<\/a> parte, examin\u00e9 una serie de problemas fundamentales en nuestra historia est\u00e1ndar de la mayor parte del primer milenio “AD”. Aqu\u00ed presento lo que creo que ofrece la mejor soluci\u00f3n a dichos problemas.<\/p>\n <\/p>\n Estamos tan acostumbrados a confiar en una cronolog\u00eda global universalmente aceptada que cubre toda la historia de la humanidad que tomamos esta cronolog\u00eda como un hecho, una simple representaci\u00f3n del tiempo mismo, tan evidente como el aire que respiramos. En realidad, esta cronolog\u00eda, que nos permite situar con relativa precisi\u00f3n en una sola escala de tiempo todos los acontecimientos importantes de la historia de todos los pueblos, es una sofisticada construcci\u00f3n cultural que no se logr\u00f3 antes de finales del siglo XVI. Los jesuitas desempe\u00f1aron un papel destacado en ese c\u00f3mputo, pero el principal arquitecto de la cronolog\u00eda tal como la manejamos hoy en d\u00eda fue un hugonote franc\u00e9s llamado Joseph Scaliger (1540-1609), quien se propuso armonizar todas las cr\u00f3nicas y calendarios disponibles (hebreo, griego, romano, persa, babilonio, egipcio). Sus principales obras de cronolog\u00eda, escritas en lat\u00edn, son De emendatione temporum<\/em> (1583) y Thesaurus temporum<\/em> (1606). El jesuita Denys P\u00e9tau (1583-1652) se bas\u00f3 en lo dise\u00f1ado por Scaliger para publicar su Tabulae chronologicae<\/em>, de 1628 a 1657.<\/p>\n As\u00ed que nuestra cronolog\u00eda global, la columna vertebral de la historia de los libros de texto, es una construcci\u00f3n cient\u00edfica de la Europa moderna. Como otras normas europeas, fue aceptada por el resto del mundo durante el per\u00edodo de dominaci\u00f3n cultural europea. Los chinos, por ejemplo, ya hab\u00edan compilado, durante la dinast\u00eda Song (960-1279), una larga narraci\u00f3n hist\u00f3rica, pero fueron los misioneros jesuitas quienes la reformaron para que encajara en su calendario ordenado entre “Antes de Cristo” (BC en ingl\u00e9s) y Despu\u00e9s de Cristo (AC en ingl\u00e9s, traducci\u00f3n habitual aunque discutible, como veremos m\u00e1s adelante de AD, “Anno Domini” en lat\u00edn), dando como resultado los trece vol\u00famenes de la Histoire G\u00e9n\u00e9rale de la Chine<\/em> de Joseph-Anne-Marie de Moyriac de Mailla, publicada entre 1777 y 1785[1]. Una vez que la historia china qued\u00f3 firmemente ensartada en la cronolog\u00eda escaleriana, el resto sigui\u00f3. Pero algunos pueblos tuvieron que esperar hasta el siglo XIX para encontrar su lugar en ese marco; los indios ten\u00edan registros muy antiguos, pero ninguna cronolog\u00eda coherente con la nuestra hasta que los brit\u00e1nicos les dieron una.<\/p>\n La verdad es que la cronolog\u00eda de los antiguos imperios nunca fue completamente establecida. En La Cronolog\u00eda enmendada de los Antiguos Reinos<\/em>, Isaac Newton (1642-1727) hab\u00eda sugerido reducir dr\u00e1sticamente la antig\u00fcedad entonces aceptada de Grecia, Egipto, Asiria, Babilonia y Persia. Hoy en d\u00eda, la cronolog\u00eda antigua sigue siendo objeto de debate en la comunidad acad\u00e9mica (l\u00e9ase, por ejemplo, la “Nueva cronolog\u00eda” de David Rohl). Pero a medida que nos acercamos a la Era Com\u00fan, la cronolog\u00eda se considera intocable, excepto en cuanto a peque\u00f1os ajustes, debido a la abundancia de fuentes escritas. Sin embargo, hasta el siglo IX D.C., ninguna fuente primaria proporciona fechas absolutas. Los eventos se fechan en relaci\u00f3n con alg\u00fan otro evento de importancia local, como la fundaci\u00f3n de una ciudad o la llegada de un gobernante. La dataci\u00f3n de eventos recientes a partir del anno domini<\/em> (AD) s\u00f3lo se hizo com\u00fan en el siglo XI. As\u00ed que la l\u00ednea de tiempo general del primer milenio todav\u00eda depende de una gran cantidad de interpretaciones, sin mencionar el hecho de que hay fuentes dudosas de por s\u00ed. Como en las cr\u00f3nicas de tiempos y contextos remotos, nuestra cronolog\u00eda oficial se fij\u00f3 varios siglos antes del comienzo de las excavaciones cient\u00edficas (siglo XIX, y principalmente el XX) y, como veremos, su autoridad es tal que los arque\u00f3logos se rinden ante ella, renuncian a discutirla aun cuando sus descubrimientos estratigr\u00e1ficos la contradicen. La dendrocronolog\u00eda (dataci\u00f3n por anillos en el tronco de los \u00e1rboles) y la dataci\u00f3n por radiocarbono (para materiales org\u00e1nicos) son de poca ayuda, y de todos modos no son fiables porque son relativas, interdependientes y est\u00e1n calibradas en la l\u00ednea de tiempo est\u00e1ndar de una manera u otra.<\/p>\n Por las razones expuestas en la Parte 1<\/a>, la Parte 2<\/a> y m\u00e1s abajo, algunos investigadores piensan que ya ha llegado la hora de un cambio de paradigma en la cronolog\u00eda del primer milenio.<\/p>\n <\/p>\n El m\u00e1s conocido de estos revisionistas es el matem\u00e1tico ruso Anatoly Fomenko (nacido en 1945). Con su socio Gleb Nosovsky, ha producido decenas de miles de p\u00e1ginas en apoyo de su “Nueva Cronolog\u00eda” (ver su p\u00e1gina en Amazon). En mi opini\u00f3n, Fomenko y Nosovsky han se\u00f1alado un gran n\u00famero de problemas importantes en la cronolog\u00eda convencional, y han proporcionado soluciones plausibles a muchos de ellos, pero su reconstrucci\u00f3n global es extravagante, por excesivamente ruso-c\u00e9ntrica. Su confianza en su m\u00e9todo estad\u00edstico (una buena presentaci\u00f3n en este v\u00eddeo<\/a>) tambi\u00e9n es exagerada. No obstante, hay que dar cr\u00e9dito a Fomenko y Nosovsky por haber proporcionado est\u00edmulo y pistas novedosas a muchos m\u00e1s. Para un primer acercamiento a su trabajo, recomiendo el volumen 1 de su serie Historia: Ficci\u00f3n o Ciencia<\/em> (aqu\u00ed en archive.org<\/a>), especialmente el cap\u00edtulo 7, ” La llamada Edad Media en la Historia Medieval”, pp. 373-415.<\/p>\n Uno de los principales descubrimientos de Fomenko y Nosovsky es que nuestra historia convencional est\u00e1 llena de dobletes, o sea, duplicados producidos por la arbitraria alineaci\u00f3n de extremo a extremo de unas cr\u00f3nicas que cuentan los mismos eventos, pero que est\u00e1n “escritas por diferentes personas, desde diferentes puntos de vista, en diferentes idiomas, con los mismos personajes bajo diferentes nombres y apodos”[2]. Por ejemplo, a partir de la obra anterior del ruso Nikolai Mozorov (1854-1946), Fomenko y Nosovsky muestran un sorprendente paralelismo entre las secuencias Pompeyo\/C\u00e9sar\/Octavo y Diocleciano\/Constancio\/Constantino, lo que lleva a la conclusi\u00f3n de que el Imperio Romano de Occidente es, en cierta medida, un duplicado fantasmag\u00f3rico del Imperio Romano de Oriente. [3] Seg\u00fan Fomenko y Nosovsky, la capital del \u00fanico Imperio Romano fue fundada en el B\u00f3sforo unos 330 a\u00f1os antes de la fundaci\u00f3n de su colonia en el Lacio. A partir de la \u00e9poca de las cruzadas, los cl\u00e9rigos romanos, seguidos por los humanistas italianos, produjeron una secuencia cronol\u00f3gica invertida, usando la historia real de Constantinopla como modelo para su falsa historia anterior de la Roma italiana. Se produjo una gran confusi\u00f3n, ya que “muchos documentos medievales confunden las dos Romas: la de Italia y la del B\u00f3sforo”, siendo ambas com\u00fanmente llamadas Roma o “la Ciudad”[4]. Un esquema probable es que el prototipo de la Historia<\/em> de Tito Livio trataba de Constantinopla, la capital original de los “romanos”. El original de Livio, conjetura Fomenko, se fue escribiendo alrededor del siglo X, y trataba de Constantinopla, por lo que no estaba muy lejos de la verdad cuando coloc\u00f3 la fundaci\u00f3n de la Ciudad (urbs condita<\/em>) unos siete siglos atr\u00e1s. Pero como fue reescrito por Petrarca y reinterpretado por humanistas posteriores (l\u00e9ase “\u00bfCu\u00e1n falsa es la antig\u00fcedad romana?<\/a>“), se introdujo un abismo cronol\u00f3gico de aproximadamente mil a\u00f1os entre la fundaci\u00f3n de las dos “Romas” (desde el 753 a.C. hasta el 330 d.C.).<\/p>\n Sin embargo, incluso las fechas de Constantinopla son err\u00f3neas, seg\u00fan Fomenko y Nosovky, y toda la secuencia ocurri\u00f3 mucho m\u00e1s recientemente: Constantinopla fue fundada alrededor del siglo X u XI AD, y Roma, 330 \u00f3 360 a\u00f1os despu\u00e9s, es decir, alrededor del siglo XV o XVI AD. Aqu\u00ed, como a menudo, Fomenko y Nosovsky pueden estar echando a perder sus mejores ideas por exageraci\u00f3n.<\/p>\n <\/p>\n A mediados de la d\u00e9cada de 1990, independientemente de la escuela rusa, los acad\u00e9micos alemanes Heribert Illig, Hans-Ulrich Niemitz, Uwe Topper, Manfred Zeller y otros tambi\u00e9n se convencieron de que algo anda mal en la cronolog\u00eda aceptada de la Edad Media. Llam\u00e1ndose a s\u00ed mismos los “Zeitenspringer<\/em>” (saltadores de tiempo), sugirieron que aproximadamente 300 a\u00f1os – del 600 al 900 dC – nunca existieron. Res\u00famenes en ingl\u00e9s de su enfoque han sido producidos por Niemitz (“Did the Early Middle Ages Really Exist?” 2000), y en Illig (“Anomalous Eras – Best Evidence: Best Theory” 2005).<\/p>\n La discusi\u00f3n alemana se centr\u00f3 originalmente en Carlomagno (el libro de Illig). Las fuentes sobre Carlomagno son a menudo contradictorias y poco fiables. Su biograf\u00eda principal, Vita Karoli<\/em> de Eginhard, supuestamente escrita “para beneficio de la posteridad en lugar de permitir que los matices del olvido fueran borrando la vida de este Rey, el m\u00e1s noble y grande de su \u00e9poca, y sus hechos famosos, que los hombres de tiempos posteriores dif\u00edcilmente podr\u00e1n imitar” (del pr\u00f3logo de Eginhard), est\u00e1 modelada de manera reconocible sobre la vida, por Suetonio, del primer emperador romano Augusto en su Vida de los Doce C\u00e9sares<\/em>.<\/p>\n El propio “imperio” de Carlomagno, que dur\u00f3 s\u00f3lo 45 a\u00f1os, desde el a\u00f1o 800 hasta su dislocaci\u00f3n en tres reinos, desaf\u00eda a la raz\u00f3n. Ferdinand Gregorovius, en su Historia de la Ciudad de Roma en la Edad Media<\/em> en 8 vol\u00famenes (1872), escribe: “La figura del Gran Carlos puede compararse con un rel\u00e1mpago que sali\u00f3 de la noche, ilumin\u00f3 la tierra por un tiempo, y luego dej\u00f3 la noche atr\u00e1s” (citado por Illig). \u00bfEs esta estrella fugaz s\u00f3lo una ilusi\u00f3n, y las leyendas sobre \u00e9l podr\u00edan virtualmente carecer de relaci\u00f3n alguna con la historia?<\/p>\n El principal problema con Carlomagno es la arquitectura. Su Capilla Palatina en Aquisgr\u00e1n exhibe un avance tecnol\u00f3gico de 200 a\u00f1os, con naves arqueadas no vistas antes del siglo XI. Por el contrario, la residencia de Carlomagno en Ingelheim fue construida en el estilo romano del siglo II, con materiales supuestamente reciclados del siglo II. Illig y Niemitz desaf\u00edan tales absurdos y concluyen que Carlomagno es un predecesor m\u00edtico inventado por los emperadores otomanos para legitimar sus pretensiones imperiales. Todos los carolingios del 8\u00ba y 9\u00ba y sus guerras son tambi\u00e9n ficticios, y el per\u00edodo de tiempo de aproximadamente 600-900 CE, es una era fantasma.<\/p>\n Gunnar Heinsohn objeta esta teor\u00eda con un argumento numism\u00e1tico: se han encontrado unas 15.000 monedas con el nombre de Karlus (alternativamente Karolus o Carlus) Magnus.<\/p>\n <\/p>\n Gunnar Heinsohn, de la Universidad de Bremen, es, en mi opini\u00f3n, el m\u00e1s interesante y convincente erudito en el campo del revisionismo cronol\u00f3gico. Sus recientes art\u00edculos en ingl\u00e9s se publican en este<\/a> sitio web, y su conferencia de 2016 en Toronto es una buena introducci\u00f3n. Heinsohn se centra en las pruebas arqueol\u00f3gicas duras, e insiste en que la estratigraf\u00eda es el criterio m\u00e1s importante para la dataci\u00f3n de los hallazgos arqueol\u00f3gicos. Demuestra que, una y otra vez, la estratigraf\u00eda contradice la historia, y que los arque\u00f3logos deber\u00edan haber forzado l\u00f3gicamente a los historiadores a un cambio de paradigma. Desafortunadamente, “Para ser coherentes con una cronolog\u00eda prefabricada, los arque\u00f3logos -sin saberlo- traicionan su propio oficio”[5]. Cuando desentierran unos mismos artefactos o estructuras de construcci\u00f3n en diferentes partes del mundo, los asignan a diferentes per\u00edodos para satisfacer a los historiadores. Y cuando encuentran, en el mismo lugar y en la misma capa, mezclas de artefactos que ya han atribuido a diferentes per\u00edodos, lo explican con la absurda “teor\u00eda de la herencia”, o los llaman “colecciones de arte”.<\/p>\n “Los arque\u00f3logos est\u00e1n particularmente confiados en fechar correctamente los hallazgos de las excavaciones del primer milenio cuando encuentran monedas asociadas a ellos. Una capa fechada con monedas se considera de m\u00e1xima precisi\u00f3n cient\u00edfica. \u00bfPero c\u00f3mo saben los eruditos las fechas de las monedas? Por los cat\u00e1logos de monedas. \u00bfC\u00f3mo saben los autores de estos cat\u00e1logos c\u00f3mo datar las monedas? No seg\u00fan los estratos arqueol\u00f3gicos, sino a partir de las listas de emperadores romanos. \u00bfPero c\u00f3mo se fechan los emperadores y luego se clasifican en estas listas? Nadie lo sabe con seguridad.”[6]<\/p>\n Muy a menudo, los arque\u00f3logos desentierran monedas de fechas supuestamente muy diferentes en los mismos estratos de asentamientos o en las mismas tumbas. Un ejemplo es el famoso bolso de cuero de Childeric, un pr\u00edncipe franco que rein\u00f3 desde el 458 al 481 d.C. Para Heinsohn, estas monedas no son una “colecci\u00f3n de monedas” sino que “indican la simultaneidad de Emperadores Romanos dispersos artificialmente en dos \u00e9pocas – la Antig\u00fcedad Imperial y la Antig\u00fcedad Tard\u00eda”[7].<\/p>\n La labor de Heinsohn no es f\u00e1cil de resumir, porque es un trabajo en curso, porque abarca pr\u00e1cticamente todas las regiones del mundo y porque est\u00e1 abundantemente ilustrado y referenciado con estudios hist\u00f3ricos y arqueol\u00f3gicos. Nada puede reemplazar un estudio minucioso de sus art\u00edculos, completado con una investigaci\u00f3n personal. Todo lo que puedo hacer aqu\u00ed es tratar de reflejar el alcance y la profundidad de su investigaci\u00f3n y el significado de sus conclusiones. En lugar de parafrasearlo, citar\u00e9 extensamente sus art\u00edculos. De ahora en adelante, s\u00f3lo se mencionar\u00e1n como tales las citas de otros autores. Todas las ilustraciones, excepto la siguiente y la \u00faltima, est\u00e1n tomadas o adaptadas de sus art\u00edculos.<\/p>\n El mejor punto de partida es su propio resumen (“Heinsohn en pocas palabras”): “De acuerdo con la cronolog\u00eda dominante, las principales ciudades europeas deber\u00edan exhibir – separadas por rastros de crisis y destrucci\u00f3n – distintos grupos de estratos de edificios para los tres per\u00edodos urbanos de unos 230 a\u00f1os que est\u00e1n incuestionablemente construidos en estilos romanos con materiales y tecnolog\u00edas romanas (Antig\u00fcedad\/A >Antig\u00fcedad Tard\u00eda\/LA >Edad media temprana\/EMA). Pero \u00a1ninguna de las cerca de 2500 ciudades romanas conocidas hasta ahora tiene los tres grupos de estratos esperados superpuestos! … Cualquier ciudad (que cubra, al menos, los per\u00edodos desde la Antig\u00fcedad hasta la Alta Edad Media [HMA; siglos X – XI]) tiene s\u00f3lo un (A o LA o EMA) grupo distinto de estratos de construcci\u00f3n con un formato romano (con evoluci\u00f3n interna, reparaciones, etc.). Por lo tanto, los tres reinos urbanos etiquetados como A o LA o EMA exist\u00edan simult\u00e1neamente, uno al lado del otro en el Imperium Romanum. Ninguno puede ser eliminado. Los tres reinos (si es que sus ciudades mantuvieron una continuidad absoluta) entran en HMA en t\u00e1ndem, es decir, todos pertenecen al per\u00edodo de 700-930s que termin\u00f3 en una cat\u00e1strofe global. Este paralelismo no s\u00f3lo explica la alucinante ausencia de evoluci\u00f3n tecnol\u00f3gica y arqueol\u00f3gica durante 700 a\u00f1os, sino que tambi\u00e9n resuelve el enigma de la petrificaci\u00f3n ling\u00fc\u00edstica del lat\u00edn entre el siglo I-II y el siglo VIII-IX. Ambos grupos de textos son contempor\u00e1neos”[8].<\/p>\n En otras palabras, de otros art\u00edculos: “La Alta Edad Media, comenzando despu\u00e9s del 930 D.C., no s\u00f3lo se encuentra – como se esperar\u00eda – inmediatamente por encima de la Edad media temprana terminando en el 930). Tambi\u00e9n se encuentran los vestigios – lo que es cronol\u00f3gicamente desconcertante – directamente por encima de la Antig\u00fcedad Imperial o la Antig\u00fcedad Tard\u00eda en lugares donde continuaron los asentamientos despu\u00e9s del cataclismo de los a\u00f1os 930.”[9] “Hay – en cualquier sitio individual – s\u00f3lo un per\u00edodo de unos 230 a\u00f1os (todos ellos con caracter\u00edsticas romanas, como las monedas imperiales, las f\u00edbulas, las cuentas de vidrio millefiori, las villas rusticas, etc.) que termina con una conflagraci\u00f3n catastr\u00f3fica. Dado que el cataclismo de la d\u00e9cada de los 230 comparte la misma profundidad estratigr\u00e1fica que los cataclismos de la d\u00e9cada de los 530 o 930, unos 700 a\u00f1os de la historia del primer milenio son a\u00f1os fantasma”[10] El primer milenio, en otras palabras, dur\u00f3 s\u00f3lo unos 300 a\u00f1os. “Siguiendo la estratigraf\u00eda, todas las fechas anteriores tienen que acercarse unos 700 a\u00f1os m\u00e1s al presente, tambi\u00e9n. As\u00ed, el \u00faltimo siglo de lo descubierto en Lat\u00e8ne<\/a> (100 a 1 a.C.), se desplaza hasta alrededor del 600 al 700 d.C.”[11]<\/p>\n En todo el mundo mediterr\u00e1neo “tres bloques de tiempo han dejado – en cualquier sitio singular – s\u00f3lo un bloque de estratos que cubre unos 230 a\u00f1os”. Dondequiera que se encuentren, los estratos de la Antig\u00fcedad Imperial y la Antig\u00fcedad Tard\u00eda se encuentran justo debajo del siglo X y por lo tanto pertenecen realmente a la Edad Media Temprana, es decir, entre el 700 y el 930 d.C. La distinci\u00f3n entre la Antig\u00fcedad, la Baja Antig\u00fcedad y la Alta Edad Media es una representaci\u00f3n cultural que no tiene base en la realidad. Heinsohn propone la contemporaneidad de los tres per\u00edodos, porque “se encuentran todos en la misma profundidad estratigr\u00e1fica y, por lo tanto, deben terminar simult\u00e1neamente en la d\u00e9cada de 230 d.C. (siendo tambi\u00e9n las llamadas d\u00e9cadas de 520 y 930). “As\u00ed, los tres bloques de tiempo paralelos que ahora se encuentran en nuestros libros de historia en una secuencia cronol\u00f3gica deben ser devueltos a su posici\u00f3n estratigr\u00e1fica”[13]. De esta manera, “el per\u00edodo temprano medieval (aprox. 700-930 d.C.) se convierte en la \u00e9poca a partir de la cual la historia puede escribirse, al fin y al cabo, ya que contiene tambi\u00e9n la Antig\u00fcedad Imperial y la Antig\u00fcedad Tard\u00eda”[14].<\/p>\n Como resultado de haberse estirado de 230 a\u00f1os a 930 a\u00f1os, la historia est\u00e1 ahora distribuida de manera desigual, teniendo cada bloque de tiempo la mayor\u00eda de sus eventos registrados localizados en una de las tres zonas geogr\u00e1ficas: Sudoeste romano, sudeste bizantino y norte germanoeslavo. Si miramos las fuentes escritas, “tenemos [para el siglo I-3] un foco de atenci\u00f3n en Roma, pero sabemos poco sobre el siglo I-III en Constantinopla o Aquisgr\u00e1n. Luego tenemos un foco en Ravena y Constantinopla, pero sabemos poco sobre el siglo IV-VII en Roma o Aquisgr\u00e1n. Finalmente, tenemos un foco en Aquisgr\u00e1n en el siglo VIII-X, pero apenas conocemos detalles de Roma o Constantinopla. Enciendo todas las luces al mismo tiempo y as\u00ed puedo ver conexiones que antes se consideraban oscuras o completamente inconcebibles.”[15]<\/p>\n Cada per\u00edodo, dicen los historiadores habituales, termin\u00f3 con un colapso demogr\u00e1fico, arquitect\u00f3nico, t\u00e9cnico y cultural, causado por una cat\u00e1strofe c\u00f3smica y acompa\u00f1ado de una plaga. Los historiadores “han identificado grandes mega-cat\u00e1strofes que sacuden la tierra en tres regiones de Europa (Suroeste [230s]; Sureste [530s], y Norte Eslavo [940s]) dentro del 1er milenio.”[16] Ahora bien, “los catastr\u00f3ficos finales de (1) la Antig\u00fcedad Imperial, (2) la Antig\u00fcedad Tard\u00eda, y (3) la Temprana Edad Media se encuentran en el mismo plano estratigr\u00e1fico inmediatamente antes de la Alta Edad Media (comenzando alrededor del 930 DC)”[17] Por lo tanto estos tres devastadores colapsos de la civilizaci\u00f3n son uno solo, al que Heinsohn se refiere como “el Colapso del Siglo X”.<\/p>\n La identificaci\u00f3n por Heinsohn de tres bloques de tiempo que deben ser sincronizados no debe ser tomada como un paralelismo exacto: “Esta suposici\u00f3n no reclama un estricto paralelismo 1:1 en el cual los eventos reportados para el a\u00f1o 100 DC podr\u00edan simplemente ser complementados con la informaci\u00f3n que tenemos para el a\u00f1o 800 DC”[18] La identidad estratigr\u00e1fica s\u00f3lo significa que todos los eventos reales que est\u00e1n fechados en la Antig\u00fcedad Imperial o la Antig\u00fcedad Tard\u00eda ocurrieron de hecho durante la Alta Edad Media (desde el punto de vista estratigr\u00e1fico).<\/p>\n Adem\u00e1s, los tres bloques de tiempo no tienen la misma duraci\u00f3n. Esto se debe a que la Antig\u00fcedad Tard\u00eda (desde el comienzo del reinado de Diocleciano en 284 hasta la muerte de Heraclio en 641) es unos 120 a\u00f1os demasiado larga, seg\u00fan Heinsohn. El segmento bizantino desde el ascenso de Justiniano (527) hasta la muerte de Heraclio (641) fue en realidad m\u00e1s corto y se superpuso al per\u00edodo de Anastasio (491-518). En otras palabras, no s\u00f3lo el primer milenio en su conjunto, sino la propia Antig\u00fcedad tard\u00eda tiene que ser acortada. Los duplicados dan cuenta de unos a\u00f1os fantasmales. As\u00ed, el emperador persa Khosrow I (531-579) combatido por Justiniano es id\u00e9ntico al Khosrow II (591-628) combatido por sus sucesores inmediatos – independientemente del hecho de que los arque\u00f3logos decidieron atribuir las dracmas de plata a Khosrow I y los dinares de oro a Khosrow II[19].<\/p>\n Otras duplicaciones dentro de la Antig\u00fcedad tard\u00eda incluyen al emperador romano Flavio Teodosio (379-395), siendo este id\u00e9ntico al gobernante g\u00f3tico de Ravena y a Flavio Teodorico de Italia (471-526), que lleva el mismo nombre, s\u00f3lo que con el sufijo adicional riks, que significa rey. “En alg\u00fan momento del medio milenio, con manipulaciones de los textos originales que ya no se pueden contar ni reconstruir, dos nombres de una persona se han convertido en dos personas con nombres diferentes colocados uno detr\u00e1s del otro”. Las guerras g\u00f3ticas tambi\u00e9n se han duplicado: con la guerra de Odoacro y su hijo Thela en el 470, y la de ToTila en el 540, “no se trata de dos guerras italianas diferentes, sino de dos narraciones diferentes sobre la misma guerra, que se conectaron cronol\u00f3gicamente una tras otra”[20].<\/p>\n <\/p>\n La visi\u00f3n del autor acerca de los tres bloques de tiempo simult\u00e1neos de 230 a\u00f1os<\/em><\/p>\n La fuerza del enfoque de Heinsohn, comparado con el de Illig y Niemtiz, es que no borra la historia: “Si se elimina el lapso de tiempo que se ha creado artificialmente al colocar err\u00f3neamente per\u00edodos paralelos en secuencia, s\u00f3lo se pierde el vac\u00edo, no la historia. Al reunir textos y artefactos que hasta ahora han sido troceados y dispersos a lo largo de siete siglos, se hace posible por primera vez una historiograf\u00eda significativa”[21]. De hecho, “surge una imagen mucho m\u00e1s rica de la historia romana. Los numerosos actores desde Islandia (con monedas romanas: ver Heinsohn 2013d) hasta Bagdad (cuyas monedas del siglo IX se encuentran en el mismo estrato que las del siglo II: ver Heinsohn 2013b) pueden unirse por fin para tejer el rico y colorido tejido de ese vasto espacio con 2.500 ciudades y 85.000 km de carreteras”[22].<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Aplicada a Roma, la teor\u00eda de Heinsohn resuelve un enigma que siempre ha desconcertado a los historiadores: la ausencia de cualquier vestigio que se pueda fechar desde finales del siglo III hasta el siglo X (mencionado en la Parte 1<\/a>): “La Roma del primer milenio d.C. construye barrios residenciales, letrinas, tuber\u00edas de agua, sistemas de alcantarillado, calles, puertos, panader\u00edas, etc. s\u00f3lo durante la Antig\u00fcedad Imperial (s. I-3) pero no en la Antig\u00fcedad Tard\u00eda (s. IV-6) ni en la Alta Edad Media (s. VIII-X). Dado que las ruinas del siglo III se encuentran directamente debajo de las primitivas nuevas construcciones del siglo X, la Antig\u00fcedad Imperial pertenece estratigr\u00e1ficamente al per\u00edodo comprendido entre los siglos 700 y 930 d.C.”[23] “El coraz\u00f3n del Imperium Romanum no tiene ninguna nueva construcci\u00f3n en los siete siglos comprendidos entre los siglos III y X d.C. El material urbano del siglo III es estratigr\u00e1ficamente contingente con los primeros a\u00f1os del siglo X en los que fue eliminado”[24] En la siguiente ilustraci\u00f3n, el suelo del Foro de Trajano (Piano Antico 2\/3 d.C.) est\u00e1 directamente cubierto por la capa de barro oscuro (fango) del cataclismo que sell\u00f3 la civilizaci\u00f3n romana (m\u00e1s sobre esto m\u00e1s adelante).<\/p>\n <\/p>\n Para llenar su milenio artificialmente estirado, los historiadores modernos a menudo tienen que violentar sus fuentes primarias. Como ya se\u00f1al\u00f3 Fomenko, los Getae y los godos eran considerados el mismo pueblo por Jordanes – siendo \u00e9l mismo un g\u00f3tico – en su Getica<\/em><\/a> escrita a mediados del siglo VI. Otros historiadores antes y despu\u00e9s de \u00e9l, como Claudio, Isidoro de Sevilla y Procopio de Cesarea tambi\u00e9n usaron el nombre de Getae para designar a los godos. Pero Theodor Mommsen rechazaba la identificaci\u00f3n: “Los Getae eran tracios, los godos alemanes, y aparte de la coincidencia de sus nombres no ten\u00edan nada en com\u00fan”[25] Sin embargo, los arque\u00f3logos est\u00e1n desconcertados por el hecho de que los Getae y los godos habitan la misma zona a 300 a\u00f1os de distancia, y no hay ninguna explicaci\u00f3n de c\u00f3mo los Getae desaparecieron antes de la aparici\u00f3n de los godos, y por la falta de demograf\u00eda durante el intervalo de 300 a\u00f1os. Adem\u00e1s, hay pruebas, contrariamente a lo que afirman los textos de Mommsen, de gran semejanza entre su cultura, incluso en la vestimenta, como se\u00f1ala Gunnar Heinsohn: Los godos del siglo III y IV “hicieron grandes esfuerzos para vestirse, de pies a cabeza, como sus predecesores misteriosamente desaparecidos” (los Getae del siglo I y III), y continuaron “fabricando cer\u00e1micas 300 a\u00f1os m\u00e1s antiguas, retrocediendo en la evoluci\u00f3n tecnol\u00f3gica hasta la cer\u00e1mica precristiana de La T\u00e8ne”. “[26] Seg\u00fan Heinsohn, “La identidad entre Getae y los godos puede ayudar a resolver algunos de los enigmas m\u00e1s obstinados de la historia del g\u00f3tico”, como el fuerte paralelismo entre las guerras g\u00f3tico-dac\u00edacas de Roma en el siglo I d.C. y las guerras g\u00f3ticas de Roma unos 300 a\u00f1os despu\u00e9s. El l\u00edder daciano Decebalus (que significa “El poderoso”) puede ser id\u00e9ntico al g\u00f3tico Alarico (que significa “Rey de todo”). Por tales procesos, “diferentes fuentes que tratan con los mismos eventos han sido divididas (y alteradas) de manera tal que el mismo evento figura dos veces, aunque desde diferentes \u00e1ngulos, creando as\u00ed una cronolog\u00eda que es la duplicaci\u00f3n del curso real de la historia que puede ser corroborada por la arqueolog\u00eda”[27].<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Prisionero getiano y guerrero g\u00f3tico, ambos con la misma ropa, incluyendo el sombrero frigio<\/em><\/p>\n <\/p>\n “Aunque no se construyeron nuevas zonas residenciales con letrinas, sistemas de agua y calles en Roma durante la Antig\u00fcedad tard\u00eda y la Alta Edad Media, en Constantinopla vemos que faltan por igual durante la Antig\u00fcedad Imperial y la Alta Edad Media. […] Ambas ciudades tienen estos componentes b\u00e1sicos de la urbanidad en s\u00f3lo una de las tres \u00e9pocas del primer milenio. Aunque en Roma se datan en la Antig\u00fcedad Imperial, mientras que en Constantinopla se datan en la Antig\u00fcedad Tard\u00eda, desde el punto de vista de la arquitectura y la tecnolog\u00eda de la construcci\u00f3n son casi indistinguibles”[28], porque en realidad “comparten el mismo horizonte estratigr\u00e1fico”[29].<\/p>\n Sin embargo, hay construcciones no residenciales en Bizancio que datan de la Antig\u00fcedad Imperial. La m\u00e1s importante es su primer acueducto registrado, construido bajo Adriano (117-138 d.C.). “Esto se considera un misterio porque el verdadero fundador de Bizancio, Constantino el Grande (305-337 d.C.), no ampli\u00f3 la ciudad hasta 200 a\u00f1os despu\u00e9s”. En realidad, “El acueducto de Adriano lleva agua a una ciudad floreciente 100 a\u00f1os despu\u00e9s de Constantino, y no a un supuesto p\u00e1ramo siglos antes. S\u00ed aceptamos esta rectificaci\u00f3n de la historia oficial, el misterio desaparece. Cuando Justiniano renueva la gran Bas\u00edlica Cisterna, que recoge el agua del acueducto de Adriano, lo hace no 400 a\u00f1os, sino menos de 100 a\u00f1os despu\u00e9s de su construcci\u00f3n.”[30]<\/p>\n La Alta Edad Media es conocida como la Edad Oscura de Bizancio, que comenz\u00f3 en 641 despu\u00e9s del reinado de Heraclio y termin\u00f3 con el Renacimiento Macedonio bajo Basilio II (976-1022 d.C.)[31]. En palabras del historiador John O’Neill, “Unos cuarenta a\u00f1os despu\u00e9s de la muerte de Justiniano el Grande, a partir del primer cuarto del siglo VII, [durante] tres siglos, las ciudades fueron abandonadas y la vida urbana lleg\u00f3 a su fin”. No hay signos de resurgimiento hasta mediados del siglo X.”[32] Para Heinsohn, este per\u00edodo, como la mayor\u00eda de las otras “edades oscuras”, es una edad fantasma. La dinast\u00eda Justiniana que comienza con Justino I (518-527 d.C.) es id\u00e9ntica a la dinast\u00eda macedonia, que podemos contar desde Constantino VII (913-959), iniciador del renacimiento macedonio. El per\u00edodo de 400 a\u00f1os entre Justiniano (527-565 d.C.) y Basilio II dur\u00f3 en realidad s\u00f3lo 70 a\u00f1os, correspondientes al colapso del siglo X.<\/p>\n Adem\u00e1s de la arqueolog\u00eda, tambi\u00e9n hay “anacronismos y rompecabezas en el desarrollo de las leyes de Justiniano (527-535 DC)”, escritas en lat\u00edn del siglo II. “Ni un solo jurista de los 300 a\u00f1os entre la dinast\u00eda severa<\/a> de principios del siglo III y la fecha del libro de texto de Justiniano del siglo VI est\u00e1 incluido en el Digestae<\/em>. Adem\u00e1s, ning\u00fan jurista posterior a los a\u00f1os 550 de nuestra era cristianapuso su mano en el Digestae<\/em>.” As\u00ed que “hay, desde los Severos hasta el final de la Alta Edad Media, unos 700 a\u00f1os sin comentarios de los juristas romanos.” Adem\u00e1s: “Es un misterio por qu\u00e9 los s\u00fabditos griegos de Justiniano tuvieron que esperar 370 a\u00f1os [hasta el 900 d.C.], s\u00f3lo para recibir una versi\u00f3n de las leyes en griego koin\u00e9 del 2\u00ba c. fuera de uso desde hace 700 a\u00f1os.” Todo esto “parece extra\u00f1o s\u00f3lo mientras se niegue la simultaneidad estratigr\u00e1fica de la Antig\u00fcedad Imperial, la Antig\u00fcedad Tard\u00eda y la Alta Edad Media”[33] Que las dinast\u00edas severas y Justiniano sean contempor\u00e1neas explica el hecho de que ambas lucharon contra un emperador persa llamado Khosrow.<\/p>\n Seg\u00fan Heinsohn, la fundaci\u00f3n de la Roma Imperial y la Constantinopla Imperial son aproximadamente contempor\u00e1neas. Se trata de “una secuencia geogr\u00e1fica de oeste a este [que] se convirti\u00f3 en una secuencia cronol\u00f3gica de antes a despu\u00e9s”[34]. “Diocleciano no resid\u00eda en ruinas, sino que viv\u00eda al mismo tiempo que Augusto. Su capital no era Roma. Ten\u00eda residencias en Antioqu\u00eda, Nicomedia y Esmirna. Desde all\u00ed trabaj\u00f3 incansablemente para la protecci\u00f3n del imperio de Augusto”[35] La hip\u00f3tesis de Heinsohn sobre la contemporaneidad de Diocleciano en el Este y Octavio Augusto en el Oeste (gobernando y concert\u00e1ndose) lo distingue de Fomenko, quien cree que Augusto es un duplicado ficticio del Emperador Romano que reside en Constantinopla. Heinsohn tambi\u00e9n se diferencia de Fomenko en la forma en que ve la relaci\u00f3n entre las dos capitales romanas: acepta la precedencia de Roma y asume que Diocleciano era un subordinado de Octavio Augusto. Fomenko, por otro lado, considera que Constantinopla fue el centro original del imperio. Esto es coherente con la posici\u00f3n de Diocleciano como superior de su contraparte occidental Maximiano. Diocleciano fue un emperador oriental desde el principio. Naci\u00f3 en la actual Croacia, donde construy\u00f3 su palacio (Split), y casi nunca puso un pie en Roma. Maximiano, enviado a gobernar en Roma, era \u00e9l mismo de los Balcanes.<\/p>\n <\/p>\n Ravena es un caso especial, porque se encuentra entre Roma y Constantinopla: estuvo durante mucho tiempo bajo control bizantino, y sin embargo fue la “capital de Occidente en la Antig\u00fcedad tard\u00eda” (Friedrich Wilhelm Deichmann). Ravena ha sido llamada “palimpsesto” por la raz\u00f3n explicada por la historiadora Deborah Mauskoppf Deliyannis (Ravenna in Late Antiquity<\/em>, Cambridge UP, 2014), citada por Heinsohn:<\/p>\n “Los muros e iglesias de R\u00e1vena se constru\u00edan generalmente con ladrillos reutilizados. Los eruditos discrepan sobre si el uso de estos espolios era simb\u00f3lico (triunfo sobre el paganismo romano, por ejemplo) o si su uso simplemente ten\u00eda que ver con la disponibilidad y el gasto de materiales. En otras palabras, \u00bfera su uso significativo, o pr\u00e1ctico, o ambos? \u00bfDemostr\u00f3 el poder de los emperadores para controlar la construcci\u00f3n de edificios preexistentes, o el poder de la iglesia para demolerlos? O, para cuando se construyeron los edificios de Ravena, \u00bfse consideraba la spolia romana<\/em> simplemente imprescindible para darle nobleza a los impresionantes edificios p\u00fablicos? Una caracter\u00edstica sorprendente de todos estos edificios [siglo V; GH] es que, al igual que las murallas de la ciudad, estaban hechos de ladrillos reutilizados de estructuras romanas anteriores [siglo II \/ III; GH]. […] Se supon\u00eda que una iglesia noble deb\u00eda edificarse con spolia<\/em>“[36]<\/p>\n Uno siente aqu\u00ed un esfuerzo desesperado por forzar dentro del marco cronol\u00f3gico aceptado una situaci\u00f3n que no encaja en \u00e9l. El revisionismo de Heinsohn resuelve este problema: los edificios y sus materiales son, dice \u00e9l, obviamente contempor\u00e1neos, en lugar de estar separados por 300 a\u00f1os.<\/p>\n Tambi\u00e9n hay un problema con el puerto civil y militar de Ravena, que podr\u00eda albergar 240 barcos seg\u00fan Jordanes, con su faro alabado por Plinio el Viejo como rival de los faraones de Alejandr\u00eda. “Sin embargo, lo que se considera extra\u00f1o es que despu\u00e9s de que todas las actividades portuarias cesaron alrededor del a\u00f1o 300 d.C. todav\u00eda se celebra con mosaicos supuestamente creados en el siglo V\/6. Incluso Agnelio en el siglo IX conoce el faro, aunque la ciudad supuestamente hab\u00eda ca\u00eddo en ruinas a finales del siglo VI.”[37]<\/p>\n Andrea Agnellus (ca. 800-850) fue un cl\u00e9rigo de Ravena que escribi\u00f3 la historia de Ravena desde el comienzo del Imperio hasta su \u00e9poca. Despu\u00e9s de Vespasiano (69-79 d.C.), el emperador del martirio de san Pedro, Agnelo no reporta nada antes de los eventos fechados 500 a\u00f1os despu\u00e9s. Escribe sobre el env\u00edo de San Pedro a Ravena para fundar la iglesia de Ravena, y luego sobre la construcci\u00f3n de la primera iglesia de Ravena (Sant’Apollinare fechada en el 549 d.C.), \u00a0aparentemente sin darse cuenta de que medio milenio los separaba. De nuevo, vemos aqu\u00ed c\u00f3mo los historiadores violentan sus fuentes al insertar tiempos fantasmas en sus cr\u00f3nicas. Seg\u00fan Heinsohn, s\u00f3lo pasaron aproximadamente 130 a\u00f1os entre Vespasiano y Agnelo.<\/p>\n <\/p>\n El mosaico de la Bas\u00edlica de Sant’Apollonare Nuove (fechado alrededor de 500 d.C.)<\/p>\n <\/p>\n Siguiendo los pasos de Illig y Niemitz, Heinsohn se\u00f1ala que la residencia de Carlomagno en Ingelheim est\u00e1 construida como una villa romana del siglo II y no del IX. Como se nota en un sitio web dedicado al edificio, “no estaba fortificada”. Tampoco este edificio fue construido en un sitio naturalmente protegido, lo cual era generalmente necesario y acostumbrado cuando se constru\u00edan castillos” (Fortificaciones 2009). Comenta Heinsohn: “Era como si Carlomagno no entendiera los caprichos de su propia \u00e9poca, y se comportara como un senador que a\u00fan viv\u00eda en el Imperio Romano. Insisti\u00f3 en tener tejas romanas pero se olvidaba de las defensas. \u00bfNo era s\u00f3lo grande sino tambi\u00e9n loco?”[38] No se ha encontrado ninguna fortificaci\u00f3n medieval que pueda ser atribuida a Carlomagno o a cualquiera de los carolingios.<\/p>\n Los arque\u00f3logos que excavaron Ingelheim estaban “asombrados por un complejo de edificios que – desde el abastecimiento de agua, y hasta el tejado – estaba ‘basado en dise\u00f1os antiguos’ (Investigaci\u00f3n 2009), y, por lo tanto, parece ser una reencarnaci\u00f3n de esquemas romanos de 700 a\u00f1os de antig\u00fcedad del siglo I al III d.C.”[39] Lo mismo ocurre con su residencia de Aquisgr\u00e1n (capilla excluida): “Los excavadores se est\u00e1n dando cuenta de que la Antig\u00fcedad Imperial de Aquisgr\u00e1n y la Alta Edad Media de Aquisgr\u00e1n no pueden haberse sucedido a una distancia de 700 a\u00f1os, sino que deben haber existido simult\u00e1neamente. Esto parece incre\u00edble, pero los hallazgos materiales, hasta las baldosas del suelo, hablan con una claridad inconfundible: El sistema de alcantarillado romano de Aquisgr\u00e1n est\u00e1 tan intacto que incluso los primeros medievalistas de Aquisgr\u00e1n “se aten\u00edan al sistema de alcantarillado romano”. Lo mismo se aplica a las rutas de transporte: “El uso continuo desde la \u00e9poca romana tambi\u00e9n se aplica a grandes partes de la red de carreteras y caminos del centro de la ciudad. […] La calzada romana, que ya ha sido documentada en el Dome-Quadrum [conjunto del Palatinado] de orientaci\u00f3n noreste-suroeste, fue utilizada hasta finales de la Edad Media”[40].<\/p>\n Como se mencion\u00f3 anteriormente, Heinsohn rechaza la conclusi\u00f3n de Illig y Niemitz sobre la inexistencia de Karlus Magnus, por el gran n\u00famero de monedas que llevan su nombre. Sin embargo, a\u00f1ade, “Estas monedas son a veces sorprendentes porque pueden ser encontradas amontonadas con monedas romanas que son 700 a\u00f1os m\u00e1s antiguas”[41] Si se borran aquellos 700 a\u00f1os se resuelve este problema, y al mismo tiempo se hace coincidir los palacios de Carlomagno con la arquitectura romana del siglo II\/III. La era carolingia que precede inmediatamente al colapso del siglo X es la era del Imperio Romano. “Los investigadores de hoy ven a Carlomagno como el promotor de una restauraci\u00f3n del Imperio Romano (restitutio imperii<\/em>). Ven su \u00e9poca como un ingenioso y consciente renacimiento de una civilizaci\u00f3n perecida. Sin embargo, el propio Carlomagno no sab\u00eda nada de tales nociones. […] En ninguna parte proclama que vive muchos siglos despu\u00e9s de las glorias de la Roma imperial”[42].<\/p>\n As\u00ed como “los arquitectos carolingios erigieron edificios y tuber\u00edas de agua en la temprana Edad Media que eran similares en forma y tecnolog\u00eda a los de la Antig\u00fcedad Imperial”, as\u00ed “los autores carolingios escribieron en la temprana Edad Media en el estilo latino de la Antig\u00fcedad Imperial”. As\u00ed, Alcuin de York (Flaccus Albinus Alcuinus, 735-804 d.C.) le devolvi\u00f3 vigencia en la corte de Carlomagno al lat\u00edn cl\u00e1sico de la Antig\u00fcedad Imperial (siglos I a III) despu\u00e9s de muchos siglos oscuros[43] Alcuin tambi\u00e9n escribi\u00f3 Propositiones ad acuendos iuvenes<\/em>, un texto que se considera como el primer estudio general de los problemas matem\u00e1ticos en lat\u00edn. “No entendemos c\u00f3mo Alcuin pudo aprender matem\u00e1ticas y escribirlas en lat\u00edn ciceroniano despu\u00e9s de las crisis de los siglos III y VI, cuando ya no hab\u00eda m\u00e1s maestros de Atenas, Constantinopla y Roma para instruirlo”[44].<\/p>\n Heinsohn muestra que Carlos el Grande, Carlos el Calvo, Carlos el Gordo y Carlos el Simple parecen tener la misma firma y podr\u00edan haber sido una sola persona, aunque Heinsohn “no ha llegado a una opini\u00f3n definitiva sobre cu\u00e1ntos gobernantes Carolinginan Carolus<\/em> deben ser retenidos”[45]. Debe notarse que Karlus es la forma latina de Karl, un sustantivo eslavo que significa “rey”, dif\u00edcilmente un nombre de pila personal. Heinsohn comenta: “Se nos dice que ha habido dos se\u00f1ores francos llamados Pepin en el territorio de Civitas Tungrorum (aproximadamente la di\u00f3cesis de Lieja). Cada uno ten\u00eda un hijo llamado Charles (o Carlos). Uno era Charles Martel, el otro Carlomagno. Cada uno de ellos libr\u00f3 una guerra contra los sarracenos en la frontera franco-espa\u00f1ola, y diez guerras contra los sajones. […] Este autor ve a ambos Pepines, as\u00ed como a ambos Carlos, como alter egos.”[46] Adem\u00e1s, Heinsohn recientemente sugiri\u00f3 que: “Estratigr\u00e1ficamente […], Carlomagno y Luis [el P\u00edo] no pertenecen al siglo VIII\/9, sino al IX\/10. Vivieron en la zozobra de los tiempos de Marco Aurelio y C\u00f3modo de finales del siglo II.”[47]<\/p>\n El hecho de que Karlus se llame Imperator Augustus<\/em> no impide que sea contempor\u00e1neo de otros que reclaman el mismo t\u00edtulo en Italia. Heinsohn menciona que las monedas de oro encontradas en Ingelheim “causaron sorpresa por la diadema imperial que llevaba Carlos haci\u00e9ndole parecer un socio menor de Roma”.[48]<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Se supone que los sajones comenzaron a tomar el control de Inglaterra en el 410 D.C., pero los arque\u00f3logos no pueden encontrar ning\u00fan rastro de ellos en ese per\u00edodo. Las casas y edificios sagrados sajones han desaparecido, no hay rastro de su agricultura, ni siquiera de su cer\u00e1mica.[49] Heinsohn resuelve este problema sugiriendo que los primeros anglosajones de la Alta Edad Media (siglo VIII-X) fueron contempor\u00e1neos de la Antig\u00fcedad Imperial Romana (siglo I-3); “eso significar\u00eda que romanos y anglosajones hab\u00edan luchado simult\u00e1neamente y en competencia entre s\u00ed por el control de la Gran Breta\u00f1a Celta”[50].<\/p>\n En Winchester, la ciudad de Alfredo el Grande (871-899 d.C.), no se ha encontrado ning\u00fan resto arqueol\u00f3gico que coincida con su reinado. “Nadie sabe d\u00f3nde el rey anglosaj\u00f3n pudo reunir su corte. Aunque algunos estudiosos intentan recurrir a la idea de una corte m\u00f3vil sin capital fija en cualquier lugar de las Islas Brit\u00e1nicas en el per\u00edodo comprendido entre el siglo VIII y principios del X, las fuentes no dan ning\u00fan indicio de tales gobernantes sin hogar. Describen a Venta Belgarum\/Winchester como la capital indiscutible de Wessex. Como no hay estratos de construcci\u00f3n en el siglo IX en Venta Belgarum\/Winchester, la teor\u00eda de la corte m\u00f3vil tendr\u00eda que extenderse a la teor\u00eda de la naci\u00f3n m\u00f3vil porque los bur\u00f3cratas de Alfred y sus s\u00fabditos no ten\u00edan casas fijas. Sin embargo, \u00bfes posible que hayan existido naciones enteras siempre en movimiento, y sin dejar rastros?”[51]<\/p>\n Los arque\u00f3logos encuentran una abundancia de edificios en Winchester, pero son del t\u00edpico estilo romano del siglo II y, a diferencia del caso de Carlomagno, los arque\u00f3logos los ven como genuinos del siglo II en vez de considerarlos imitaciones del siglo II. “Sin embargo, el estrato de construcci\u00f3n del per\u00edodo romano del siglo II y III con casas de ciudades romanas (domus<\/em>), templos y edificios p\u00fablicos en un foro con columna de J\u00fapiter […] coincide con el estrato de construcci\u00f3n del siglo X y XI de Winchester.” “No hay ning\u00fan estrato entre los siglos III y XI para albergar el palacio del rey del siglo IX. Sin embargo, hay un palacio del periodo romano del siglo II\/III en Winchester del que nadie reclama la propiedad.”[52] Por lo tanto, seg\u00fan Heinsohn, el estrato de construcci\u00f3n del siglo II\/III pertenece al periodo de Alfred. Esto tambi\u00e9n se compagina con el estilo romano de las monedas de Alfred (como es el caso de Carlomagno).<\/p>\n La teor\u00eda de Heinsohn sobre la contemporaneidad de la Alta Edad Media y la Antig\u00fcedad Romana resuelve el enigma del legendario Rey Arturo: “El gobernante celta Arturo de Camelot, activo en una \u00e9poca en que sajones y romanos est\u00e1n simult\u00e1nea y competitivamente en guerra para conquistar Inglaterra, encuentra su alter ego en Aththe-Domaros de Camulodunum, el mejor l\u00edder militar celta del per\u00edodo del emperador Augusto, cuyas huellas arqueol\u00f3gicas se trasladan a una fecha basada en la estratigraf\u00eda del c. 670-710 d.C.” “Camelot, el nombre que le da Chr\u00e9tien de Troyes [c. 1140-1190 d.C.] a la Corte de Arturo, se deriva directamente de Camelod-unum, el nombre romano de Colchester”[53]. As\u00ed, tanto Arturo de Camelot como Athth\u00e9 de Camulodunum, al reunirse, salen del olvido. Esta es una buena ilustraci\u00f3n de la forma en que Heinsohn, en lugar de declarar canceladas algunas partes de la historia, las lleva a la luz de la historia.<\/p>\n Los vikingos del siglo VIII fueron contempor\u00e1neos de los invasores francos y sajones: “Los escandinavos de los siglos I a III y IV a VI fueron los mismos que hoy llamamos vikingos. La evidencia estratigr\u00e1fica nos dice que s\u00f3lo pertenecen al per\u00edodo del siglo VIII al X, pero se ha querido estirar esa etapa \u00a0a lo largo de todo el primer milenio para llenar un lapso de tiempo de 1.000 a\u00f1os; se trata de una construcci\u00f3n mental que no se entiende ni se cuestiona”[54] “Las lanchas vikingas del siglo IX con velas cuadradas se encuentran de hecho a la misma profundidad estratigr\u00e1fica que las lanchas romanas con velas cuadradas. A estas les ponen err\u00f3neamente fecha 700 a\u00f1os despu\u00e9s del siglo II d.C. Por lo tanto, el supuesto retraso de 700 a\u00f1os de los escandinavos en todos los principales campos de desarrollo, como ciudades, puertos, rompeolas, reinado, acu\u00f1aci\u00f3n de moneda, monote\u00edsmo y barcos de vela, se deriva de las ideas cronol\u00f3gicas que hacen que el per\u00edodo romano sea unos 700 a\u00f1os m\u00e1s antiguo de lo que autentifica la estratigraf\u00eda”[55].<\/p>\n <\/p>\n Se encuentran problemas similares en todas las tierras de francos, sajones y eslavos, es decir, en las regiones donde los hallazgos arqueol\u00f3gicos se atribuyen generalmente a la Alta Edad Media. As\u00ed, las ciudades de Pliska y Preslav en Bulgaria, supuestamente construidas en el siglo IX, coinciden totalmente con la arquitectura y la tecnolog\u00eda romanas de los siglos I a III. “Las eternas controversias entre las diferentes escuelas de arqueolog\u00eda b\u00falgaras sobre si Pliska y Preslav pertenecen a la Antig\u00fcedad, a la Baja Edad Media o a la Alta Edad Media nunca pudieron llegar a una conclusi\u00f3n porque todas ellas tienen raz\u00f3n a la vez”[56].<\/p>\n <\/p>\n La cronolog\u00eda abreviada de Heinsohn del primer milenio resuelve incoherencias fundamentales en la historia de muchas regiones del globo. Explica, por ejemplo, “por qu\u00e9 la invenci\u00f3n del papel hecho a mano tarda unos 700 a\u00f1os en extenderse desde China hacia el este y el oeste”. “La enigm\u00e1tica ausencia de papel en Jap\u00f3n, tan cerca de China, hasta el siglo VIII d.C., cuando de repente se produce en 40 provincias, puede explicarse tambi\u00e9n teniendo en cuenta que los Han estratigr\u00e1ficamente son unos 700 a\u00f1os m\u00e1s j\u00f3venes que en la cronolog\u00eda de los libros de texto”[57]:<\/p>\n <\/p>\n Las incoherencias en la historia de los \u00e1rabes tambi\u00e9n se resuelven. “Nadie entiende c\u00f3mo los herederos de los nabateos y su lengua aramea, los que dominan el comercio a larga distancia entre Asia en Oriente y el Imperio Romano en Occidente, pudieron sobrevivir unos 700 a\u00f1os sin poder acu\u00f1ar monedas o firmar contratos. Este supuesto primitivismo \u00e1rabe extremo contrasta con los \u00e1rabes que prosperaron desde el siglo VIII hasta el principio del siglo X. Sus monedas no s\u00f3lo se encuentran en Polonia, sino tambi\u00e9n en Noruega, hasta la India y m\u00e1s all\u00e1, en una \u00e9poca en la que el resto del mundo conocido intentaba salir de la oscuridad de la Alta Edad Media, y la civilizaci\u00f3n podr\u00eda haberse perdido para siempre si los \u00e1rabes no la hubieran mantenido viva. “[58] Por otra parte, “Los hallazgos de monedas de Raqqa, por ejemplo, que estratigr\u00e1ficamente pertenecen a la Alta Edad Media (siglo VIII-X), tambi\u00e9n contienen monedas romanas imperiales de la Antig\u00fcedad Imperial (siglo I-3) y de la Antig\u00fcedad Tard\u00eda (siglo IV-7).”[59]<\/p>\n “Los \u00e1rabes no se mantuvieron en la ignorancia sin monedas ni escritos durante unos 700 a\u00f1os. Esos 700 a\u00f1os representan siglos fantasmas. Por lo tanto, no es cierto que los \u00e1rabes estuvieran atrasados en comparaci\u00f3n con sus vecinos romanos y griegos inmediatos que, curiosamente, no est\u00e1n registrados por haber reclamado alguna vez un atraso \u00e1rabe. En la estratigraf\u00eda de los sitios antiguos, las monedas \u00e1rabes se encuentran a la misma profundidad estratigr\u00e1fica que las monedas romanas imperiales desde el siglo I hasta principios del III d.C. As\u00ed, los califas que ahora situamos entre los a\u00f1os 690 y 930 son en realidad los califas del per\u00edodo de Augusto, hasta los a\u00f1os 230. Los romanos desde Augusto hasta la d\u00e9cada de 230 los conoc\u00edan como los gobernantes de Arabia Felix<\/em>. Los romanos (del mismo per\u00edodo de 1 a 230) en su duplicaci\u00f3n con salto al per\u00edodo de 290-530s (“Antig\u00fcedad tard\u00eda”) los conoc\u00edan como califas hasanidas con la misma reputaci\u00f3n de monote\u00edsmo antitrinitario que los califas abas\u00edes ahora fechados en los siglos 8\/9.”[60]<\/p>\n Los art\u00edculos de Heinsohn contienen una abundancia de citas de arque\u00f3logos desconcertados por las contradicciones entre sus pruebas fehacientes y la cronolog\u00eda recibida, que eligen traicionar su oficio y ceder ante la cronolog\u00eda oficial. As\u00ed es como el arque\u00f3logo israel\u00ed Moshe Hartal es citado en un art\u00edculo de Haaretz<\/em>:<\/p>\n “Durante el curso de una excavaci\u00f3n dise\u00f1ada para facilitar la expansi\u00f3n del Galei Kinneret Hotel, Hartal not\u00f3 un misterioso fen\u00f3meno: Junto a una capa de tierra de la \u00e9poca de los omeyas (638-750[CE]), y a la misma profundidad, los arque\u00f3logos encontraron una capa de tierra de la antigua \u00e9poca romana (37 AEC-132[CE]). Se encontr\u00f3 con una situaci\u00f3n para la que no ten\u00eda explicaci\u00f3n – dos capas de tierra separadas por cientos de a\u00f1os yaciendo a la misma profundiada, una al lado de la otra,” dice Hartal. “Simplemente me qued\u00e9 at\u00f3nito”.”[61]<\/p>\n <\/p>\n Tazones millefiori romanos y abas\u00edes que son id\u00e9nticos, pero supuestamente con siete siglos de distancia.<\/em><\/p>\n <\/p>\n Aunque Heinsohn a\u00fan no ha escrito espec\u00edficamente sobre el Israel del primer milenio, ha observado las mismas lagunas en el registro hist\u00f3rico. Como dice el siguiente letrero fotografiado en el Museo Israel\u00ed de Jerusal\u00e9n:[62]<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Heinsohn se vincula con el paradigma catacl\u00edsmico del que fue pionero Immanuel Velikovsky, un cient\u00edfico nacido en Rusia, autor en 1950 de Mundos en Colisi\u00f3n<\/em> (Macmillan), libro al que sigui\u00f3 Las edades en el caos<\/em> y La Tierra en la agitaci\u00f3n<\/em> (Doubleday, 1952 y 1956). Aunque los libros de Velikovsky fueron entonces severamente atacados por la comunidad cient\u00edfica, su hip\u00f3tesis de un cataclismo mayor causado por la cola de un cometa gigante hace unos diez mil a\u00f1os ha sido retomada[63]. Existe un creciente consenso en torno a la hip\u00f3tesis de que el repentino descenso de las temperaturas globales que marc\u00f3 el comienzo de la era geol\u00f3gica del Dryas reciente<\/a> hace 12.000 a\u00f1os comenz\u00f3 con el impacto de un cometa que sopl\u00f3 grandes cantidades de polvo y cenizas a la atm\u00f3sfera, eclipsando al sol durante a\u00f1os. Este catastr\u00f3fico cometa y otros posteriores pueden haber formado la base de los mitos mundiales sobre los dragones voladores con aliento de fuego (l\u00e9ase \u00a0aqu\u00ed<\/a>).<\/p>\n Para el primer milenio d.C., Heinsohn re\u00fane pruebas acerca de tres grandes colapsos de civilizaci\u00f3n causados por cat\u00e1strofes c\u00f3smicas seguidas de plagas, en los a\u00f1os 230, 530 y 930, y argumenta que son uno y el mismo, descritos de manera diferente en las fuentes romanas, bizantinas y medievales[64].<\/p>\n El primero de estos cataclismos caus\u00f3 la “Crisis del Tercer Siglo” que comenz\u00f3 en el a\u00f1o 230. La historia de los libros de texto lo define principalmente como “un per\u00edodo en el que el Imperio Romano casi se derrumb\u00f3 bajo las presiones combinadas de las invasiones b\u00e1rbaras y las migraciones al territorio romano, las guerras civiles, las rebeliones campesinas, la inestabilidad pol\u00edtica” (Wikipedia). La enfermedad desempe\u00f1\u00f3 un papel importante, sobre todo con la plaga de Cipriano (c. 249-262), originada en Pelusio en Egipto. En el punto \u00e1lgido del brote, se dec\u00eda que 5.000 personas mor\u00edan cada d\u00eda en Roma (Kyle Harper, The Fate of Rome: Climate, Disease, and the End of an Empire<\/em>, Princeton UP, 2017). Aunque las fuentes latinas no lo mencionan, los enormes da\u00f1os observados por los arque\u00f3logos en varias ciudades sugieren que la crisis fue desencadenada por un cataclismo c\u00f3smico. En Roma, “el mercado de Trajano -el coraz\u00f3n comercial del mundo conocido- fue masivamente da\u00f1ado y nunca m\u00e1s fue reparado. Los once acueductos fueron destruidos. El primero no fue reparado hasta 1453.”[65] Como se ilustra arriba, hay gruesas capas de una llamada “tierra oscura” se encuentran inmediatamente encima de la que corresponde al siglo III, sin ninguna nueva construcci\u00f3n encima antes del siglo X. Esta situaci\u00f3n, que se repite en muchas otras ciudades occidentales como Londres, se interpreta generalmente como prueba de que la tierra fue convertida para uso agr\u00edcola y pastoral o abandonada por completo durante siete siglos. Pero es m\u00e1s probable que el barro fuera principalmente el resultado de un cataclismo c\u00f3smico.<\/p>\n Trescientos a\u00f1os despu\u00e9s de la crisis del siglo III en Italia, el Imperio Oriental se vio afectado por fen\u00f3menos id\u00e9nticos, cuyo efecto, se\u00f1ala el historiador de la Antig\u00fcedad tard\u00eda Wolf Liebeschuetz, “fue como la crisis del siglo III”[66]. Un desastre clim\u00e1tico est\u00e1 documentado por antiguos historiadores de ese per\u00edodo, como Procopio de Ces\u00e1rea, Casiodoro o Juan de \u00c9feso, que escribe: “el sol se oscureci\u00f3 y su oscuridad dur\u00f3 dieciocho meses. […] Como resultado de esta inexplicable oscuridad, las cosechas fueron pobres y hubo hambruna.” Para explicar esta “edad de hielo en miniatura”, confirmada relativamente por los datos de anillos en los \u00e1rboles y n\u00facleos de hielo, algunos cient\u00edficos como David Keys hipotetizan masivas erupciones volc\u00e1nicas (Cat\u00e1strofe: An Investigation into the Origins of the Modern World<\/em>, Balanine, 1999, y retoma esta hip\u00f3tesis el documental<\/a> de Channel 4 basado en \u00e9l; v\u00e9ase tambi\u00e9n este art\u00edculo<\/a>). Otros ven “un impacto de cometa en el a\u00f1o 536 d.C.” causando un descenso de las temperaturas de hasta 5,4 grados Fahrenheit durante varios a\u00f1os, lo que provoc\u00f3 las p\u00e9rdidas de las cosechas que trajeron la hambruna al Imperio Romano. Sus debilitados habitantes pronto se volvieron vulnerables a las enfermedades. En 541, la peste bub\u00f3nica golpe\u00f3 el puerto romano de Pelusium, exactamente como la peste de Cipriano 300 a\u00f1os antes, esta vez extendi\u00e9ndose a Constantinopla, con unas 10.000 personas muriendo diariamente s\u00f3lo en la capital de Justiniano, seg\u00fan Procopio. En palabras de John Loeffler, “C\u00f3mo los cometas cambiaron<\/a> el curso de la historia humana”: “Los ciudadanos y comerciantes aterrorizados huyeron de la ciudad de Constantinopla, regando la enfermedad m\u00e1s all\u00e1 de Europa, donde arras\u00f3 con comunidades de europeos hambrientos tan lejos como Alemania, matando a entre un tercio y la mitad de la poblaci\u00f3n”[67] (ver tambi\u00e9n el documental de la BBC de Michael Lachmann “The Comet’s Tale<\/a>“).<\/p>\n <\/p>\n El cometa de Justiniano sobre Constantinopla<\/em><\/p>\n <\/p>\n Seg\u00fan Heinsohn, el colapso occidental del siglo III y el colapso oriental del siglo VI son ambos id\u00e9nticos al “Colapso del siglo X” que comenz\u00f3 en la d\u00e9cada de 930[68]. Este colapso civilizacional est\u00e1 documentado por la arqueolog\u00eda en las partes perif\u00e9ricas del Imperio: “Las destrucciones generalizadas desde Escandinavia hasta Europa Oriental y el Mar Negro est\u00e1n fechadas a finales de la Alta Edad Media (930 d.C.). El desastre se produjo en territorios donde no parece haber habido devastaciones durante la ‘Crisis del siglo III’ o la ‘Crisis del siglo VI'”[69] La arqueolog\u00eda muestra que Austria, Polonia, Hungr\u00eda y Bulgaria tambi\u00e9n fueron afectadas a principios del siglo X, as\u00ed como los territorios eslovacos y checos. La metr\u00f3poli b\u00falgara Pliska b\u00e1sicamente desapareci\u00f3, estrangulada por una considerable cantidad de material de erosi\u00f3n (coluvio), tambi\u00e9n conocido como “tierra negra”. Todos los puertos del B\u00e1ltico repentina y misteriosamente “sufren discontinuidad”.[70]<\/p>\n Lo que Heinsohn llama el “Colapso del Siglo X” es bien conocido por los historiadores de la Edad Media, pero generalmente se atribuye a las invasiones. Mark Bloch escribi\u00f3 sobre ello en su obra cl\u00e1sica La Sociedad Feudal<\/em> (1940):<\/p>\n “Del tumulto de las \u00faltimas invasiones, Occidente emergi\u00f3 cubierto de innumerables cicatrices. Las ciudades en s\u00ed no se hab\u00edan salvado – en todo caso no se salvaron de los escandinavos – y si muchas de ellas, despu\u00e9s del pillaje o la evacuaci\u00f3n, volvieron a levantarse de sus ruinas, esta ruptura en el curso regular de su vida las dej\u00f3 debilitadas durante largos a\u00f1os. A lo largo de las rutas fluviales los centros de comercio hab\u00edan perdido toda seguridad […] Por encima de todo, las tierras cultivadas sufr\u00edan desastrosamente, quedando a menudo des\u00e9rticas. Naturalmente, los campesinos, m\u00e1s que cualquier otra clase, se desesperaban por estas condiciones. Los se\u00f1ores, que obten\u00edan sus ingresos de la tierra, se empobrecieron”[71].<\/p>\n Esta agitaci\u00f3n marc\u00f3 el fin del mundo antiguo y ser\u00eda seguida por el surgimiento del mundo feudal. Guy Blois, en “La transformaci\u00f3n del a\u00f1o mil”, describe la transici\u00f3n como global y repentina. En alguna regi\u00f3n como el M\u00e2connais, que estudi\u00f3 en detalle, “de veinte a veinticinco a\u00f1os bastaron para transformar el paisaje social de arriba a abajo”.<\/p>\n “No hubo un progreso suave por transiciones imperceptibles de una situaci\u00f3n a otra. Se produjo una agitaci\u00f3n dr\u00e1stica que afect\u00f3 a todos los aspectos de la vida social: una nueva distribuci\u00f3n del poder, una nueva relaci\u00f3n de explotaci\u00f3n (la seigneurie<\/em>), nuevos mecanismos econ\u00f3micos (la irrupci\u00f3n del mercado) y una nueva ideolog\u00eda social y pol\u00edtica. Si la palabra revoluci\u00f3n significa algo, dif\u00edcilmente podr\u00eda encontrar una mejor aplicaci\u00f3n”.<\/p>\n Al mismo tiempo, los factores y procesos reales de transformaci\u00f3n siguen siendo en gran medida misteriosos, porque el siglo X es “un per\u00edodo que se encuentra entre los m\u00e1s misteriosos de nuestra historia” y “ha dejado pocas huellas en nuestra memoria colectiva”[72]. Los habitantes de principios del siglo XI vivieron con la sensaci\u00f3n de una convulsi\u00f3n radical entre el siglo pasado, un tiempo de destrucci\u00f3n, desintegraci\u00f3n y confusi\u00f3n, y su presente, un tiempo lleno de promesas que pronto dar\u00eda lugar a lo que los historiadores llaman el “Renacimiento del siglo XII”.<\/p>\n Heinsohn comenta: “El colapso del siglo X sigui\u00f3 su curso letal, y sucedi\u00f3 m\u00e1s cerca del presente que cualquier otro acontecimiento que sacudiera el mundo en la historia de la humanidad. Sin embargo, tambi\u00e9n es el menos investigado. … A\u00fan no sabemos qu\u00e9 podr\u00eda haber sido lo suficientemente poderoso para provocar una transformaci\u00f3n tan alucinante de nuestro planeta. Aunque debe haber sido enorme, todav\u00eda no podemos reconstruir el escenario c\u00f3smico”[73]. Esto es porque la mayor\u00eda de las fuentes que tratan de la cat\u00e1strofe han sido desplazadas hacia atr\u00e1s. Sin embargo, las pocas cr\u00f3nicas occidentales que tenemos del siglo XI s\u00ed nos informan. El monje Rodulfus Glaber, escribiendo entre 1026 y 1040, menciona para diciembre de 997 lo siguiente: “apareci\u00f3 en el aire una admirable maravilla: la forma, o quiz\u00e1s el propio cuerpo, de un enorme drag\u00f3n, que ven\u00eda del norte y se dirig\u00eda al sur, con deslumbrantes rayos. Este prodigio aterroriz\u00f3 a casi todos los que lo vieron, en Galia”. Glaber tambi\u00e9n menciona que, entre el 993 y el 997,<\/p>\n “El Monte Vesubio (que tambi\u00e9n se llama la Caldera de Vulcano) se abr\u00eda mucho m\u00e1s a menudo de lo que sol\u00eda hacerlo y eructaba una multitud de vastas piedras mezcladas con llamas sulfurosas que ca\u00edan hasta una distancia de tres millas a la redonda. Mientras tanto, casi todas las ciudades de Italia y de Galia fueron devastadas por llamas de fuego, y la mayor parte de la ciudad de Roma fue devorada por una conflagraci\u00f3n. […] Al mismo tiempo, una horrible plaga se extendi\u00f3 entre los hombres, un fuego oculto que, en cualquier miembro que tonificara, lo consum\u00eda y lo separaba del cuerpo. …] Por otra parte, m\u00e1s o menos en la misma \u00e9poca [997], durante cinco a\u00f1os se desat\u00f3 en todo el mundo romano [en el universo Romano orbe<\/em>] una carest\u00eda muy fuerte, de tal manera que no se o\u00eda hablar de ninguna regi\u00f3n que no estuviera afectada por el hambre por falta de pan, y muchos de los habitantes murieron de hambre. Tambi\u00e9n en aquellos d\u00edas, en muchas regiones, la terrible hambruna oblig\u00f3 a los hombres a alimentarse no s\u00f3lo de bestias inmundas y reptiles, sino tambi\u00e9n de carne de hombres, mujeres y ni\u00f1os, sin tener en cuenta ni siquiera el parentesco; pues esta hambre se agudizaba tanto que los hijos adultos devoraban a sus madres, y las madres, olvidando su amor materno, se com\u00edan a sus hijos”[74].<\/p>\n <\/p>\n En Fantasmas del Recuerdo: Memoria y olvido al final del primer milenio<\/em>, Patrick Geary escribe, refiri\u00e9ndose al colapso del siglo X:<\/p>\n “Aquellos que viv\u00edan al otro lado de esta cesura se sintieron separados por un gran abismo de la \u00a0\u00e9poca anterior. Ya en el siglo XI, las personas que se comprometieron a preservar el pasado en forma escrita, para sus contempor\u00e1neos o su posteridad, parec\u00edan saber poco y comprender menos de su pasado familiar, institucional, cultural y regional. […] Y sin embargo estaban profundamente preocupados por este pasado, casi pose\u00eddos por \u00e9l, y su pasado inventado se convirti\u00f3 en el objetivo y la justificaci\u00f3n de sus programas en el presente”[75].<\/p>\n Desde la “Zona Cero” del Colapso del Siglo X, recrearon este pasado a partir de trozos y piezas – una forma de “memoria recuperada”. Es esta recreaci\u00f3n la que tenemos:<\/p>\n “Mucho de lo que creemos saber sobre la temprana Edad Media fue determinado por los cambiantes problemas y preocupaciones de los hombres y mujeres del siglo XI, no por los del pasado m\u00e1s lejano. A menos que entendamos las estructuras mentales y sociales que actuaron como filtros, suprimiendo o transformando el pasado recibido en el siglo XI en t\u00e9rminos de necesidades propias de aqu\u00e9l presente, estamos condenados a malinterpretar esos siglos anteriores”[76].<\/p>\n La confusa perspectiva de los hombres del siglo XI sobre las edades m\u00e1s tempranas puede explicar las distorsiones cronol\u00f3gicas que m\u00e1s tarde llegaron hasta los libros de historia. En unas pocas generaciones, lo que Rodulfus Glaber todav\u00eda llama “el mundo romano” (cita arriba), destruido por cataclismos, plagas y hambrunas s\u00f3lo d\u00e9cadas antes de su tiempo, fue idealizado y retrocedido hasta formar parte de tiempos casi m\u00edticos.<\/p>\n Esto coincide con el auge del cristianismo, fuertemente dominado por el apocalipsis en su infancia. En Mateo 24:6-8, cuando los disc\u00edpulos de Jes\u00fas le preguntaron: “Dinos, \u00bfcu\u00e1ndo va a suceder esto, y qu\u00e9 se\u00f1al habr\u00e1 de tu venida (parus\u00eda) y del fin del mundo?”, respondi\u00f3: “Habr\u00e1 hambrunas y terremotos en varios lugares. Todo esto es s\u00f3lo el comienzo de los dolores de parto”[77] “En la mente de los supervivientes,” escribe Heinsohn, “los antiguos dioses hab\u00edan fracasado, pero los libros apocal\u00edpticos de la Biblia hab\u00edan demostrado ser correctos. Las conversiones espont\u00e1neas a las diversas sectas derivadas del juda\u00edsmo aumentaron r\u00e1pidamente en todo el imperio”[78] El Libro del Apocalipsis sonaba como un resumen de las conflagraciones que acababan de pasar:<\/p>\n “Un poderoso terremoto tuvo lugar, y el sol se volvi\u00f3 negro como un saco de pelo de animal, y la luna llena se volvi\u00f3 como sangre, y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, […] Y los reyes de la tierra, y la gran gente y los generales y los ricos y los poderosos, y todos, esclavos y libres, se escondieron en las cuevas, y entre las rocas de las monta\u00f1as. […] Vino granizo y fuego mezclado con sangre, y llovi\u00f3 sobre la tierra. Y la tercera parte de la tierra se quem\u00f3, y la tercera parte de los \u00e1rboles se quem\u00f3, y toda la hierba verde se quem\u00f3. Algo como una enorme monta\u00f1a ardiendo con fuego fue arrojada al mar. […] Una enorme estrella cay\u00f3 del cielo, ardiendo como una l\u00e1mpara, y cay\u00f3 sobre un tercio de los r\u00edos, y sobre las fuentes de las aguas.” (del Apocalipsis de Juan, cap\u00edtulos 6 y 8)<\/p>\n Heinsohn sugiere que el Libro de la Revelaci\u00f3n influy\u00f3 directamente en el cambio cronol\u00f3gico, porque su cap\u00edtulo 20 postula un per\u00edodo de mil a\u00f1os entre Jes\u00fas y la cat\u00e1strofe: “Entonces vi un \u00e1ngel que bajaba del cielo. \/ Se apoder\u00f3 del drag\u00f3n, \/ Satan\u00e1s, y lo encaden\u00f3 durante 1.000 a\u00f1os. \/ No pudo enga\u00f1ar m\u00e1s a las naciones hasta que se cumplieron los 1.000 a\u00f1os.” El padre de la iglesia Cipriano (200-258 d.C., es decir, 900-958 en cronolog\u00eda revisada), un sobreviviente de la cat\u00e1strofe en su ciudad de Cartago, muy afectada, escribi\u00f3: “Nuestro Se\u00f1or hab\u00eda predecido todo esto. La guerra y el hambre, los terremotos y la peste ocurrir\u00e1n en todas partes” (Sobre la Mortalidad<\/em>).[79] Rodulfus Glaber tambi\u00e9n escribi\u00f3 al final del libro 2: “Todo esto concuerda con la profec\u00eda de San Juan [Apocalipsis 20:7], quien dijo que el Diablo ser\u00eda liberado despu\u00e9s de mil a\u00f1os”. Heinsohn sugiere a Michael Psellos (c. 1018-1078 d.C.), autor de la Cronograf\u00eda, como el principal ingeniero del cambio cronol\u00f3gico.[80]<\/p>\n Para entender m\u00e1s precisamente el papel desempe\u00f1ado por el cristianismo en el restablecimiento cronol\u00f3gico, necesitar\u00edamos una visi\u00f3n clara de la historia del cristianismo temprano, que no tenemos, como he mostrado en la Parte 2<\/a>. Lo que es casi seguro es que, al contrario de lo que han escrito los historiadores de la Iglesia, el mundo romano no fue dominado por el cristianismo hasta la Reforma Gregoriana del siglo XI. La excavaci\u00f3n de tumbas carolingas arroja dudas sobre la religi\u00f3n cristiana de esa \u00e9poca: “los excavadores que analizaron recientemente el contenido de 96 sepulturas carolingias de 86 lugares diferentes (fechadas entre 751 y 911, pero en su mayor\u00eda de la \u00e9poca de Carlomagno y Luis el Piadoso), se sorprendieron por una pr\u00e1ctica extremadamente extendida que se asemeja al \u00f3bolo de Caronte. Ese pago se utilizaba como medio para sobornar al legendario barquero para que cruzara la Estigia, el r\u00edo que divid\u00eda el mundo de los vivos del mundo de los muertos”[81]. A\u00fan m\u00e1s desconcertante -pero l\u00f3gico dentro del paradigma heinsohniano-, algunas de esas monedas son monedas romanas.<\/p>\n Un factor probable en la confusi\u00f3n cronol\u00f3gica del siglo XI, que llev\u00f3 al estiramiento de 300 a\u00f1os hasta un milenio, provino del c\u00e1lculo tradicional romano. Los historiadores romanos contaban los a\u00f1os ab urbe condita<\/em> (“desde la fundaci\u00f3n de la ciudad”), abreviado AUC. Un monje llamado Dionisius Exiguus determin\u00f3 que el nacimiento de Jes\u00fas tuvo lugar en 753 AUC. Eso significa que 1000 AUC caen en el 246 DC, durante la crisis del siglo III. La gente que vivi\u00f3 poco despu\u00e9s del cataclismo (como Dionisio)[82] cre\u00eda que viv\u00edan alrededor de 1000 AUC. F\u00e1cilmente se les podr\u00eda hacer creer que realmente viv\u00edan 1000 a\u00f1os despu\u00e9s de Cristo. De hecho se ha sugerido que el “Dominus” en Anno Domine<\/em> originalmente significaba R\u00f3mulo, el fundador de Roma. Convertir a R\u00f3mulo en Cristo pudo ser f\u00e1cil ya que ambas figuras legendarias tienen atributos m\u00edticos similares. Al igual que Cristo, R\u00f3mulo sufri\u00f3 una muerte sacrificial, y luego los romanos “comenzaron a aclamar a R\u00f3mulo, como un dios nacido de un dios, el rey y el padre de la ciudad, implorando su protecci\u00f3n, para que siempre protegiera a sus hijos con su ben\u00e9volo favor” (Tito Livio, Historia de Roma<\/em> I.16). (Si tomamos el parecido entre R\u00f3mulo y Cristo como otra pista de que Tito Livio es una fabricaci\u00f3n medieval o renacentista, no hay mucha diferencia). En alg\u00fan momento, la gente fue llevada por la Iglesia a cambiar su idea de que viv\u00edan un milenio despu\u00e9s de R\u00f3mulo por la noci\u00f3n de estar viviendo un milenio despu\u00e9s de Cristo. Este cambio fue parte del proceso de cristianizaci\u00f3n: as\u00ed como la Iglesia cristianiz\u00f3 muchos dioses paganos, lugares santos y d\u00edas festivos, cristianiz\u00f3 a AUD en “Anno Domini” (AD), o sea era despu\u00e9s de Cristo. La confusi\u00f3n se vio facilitada por el hecho de que AUC todav\u00eda se utilizaba en el siglo XI (algunos cronistas como Ademar de Chabannes tambi\u00e9n contaban los a\u00f1os seg\u00fan el annus mundi<\/em>, bas\u00e1ndose en la cronolog\u00eda b\u00edblica).<\/p>\n Dado que, seg\u00fan Dionisio, Jes\u00fas naci\u00f3 en 753 AUC, la confusi\u00f3n de AUC con AD a\u00f1adi\u00f3 753 a\u00f1os, que es aproximadamente la duraci\u00f3n del tiempo fantasma a\u00f1adido en el primer milenio seg\u00fan Heinsohn. La Iglesia estaba entonces demasiado feliz de llenar el vac\u00edo y hacerse ver m\u00e1s vieja de lo que era, con falsificaciones como Liver Pontificalis<\/em>, la Donaci\u00f3n de Constantino<\/em>, y los Secretas pseudo-isidioides<\/em>. Los cl\u00e9rigos papales impusieron su milenaria historia cristiana, cuando en realidad, su Cristo hab\u00eda sido crucificado (bajo Augusto) s\u00f3lo 300 a\u00f1os antes de Gregorio VII (1073-1085).<\/p>\n En la secci\u00f3n de comentarios de mi anterior entrega, el profesor Eric Knibbs ha objetado la teor\u00eda de que la cronolog\u00eda de la AD fue impuesta despu\u00e9s del Colapso del Siglo X, por los reformadores gregorianos o sus predecesores inmediatos. \u00c9l ha proporcionado pruebas de que las fechas de la AD ya estaban en uso en los manuscritos del siglo IX. Por ejemplo, en el c\u00f3dice Sankt-Gallen, Stiftsbibliothek 272 (aqu\u00ed<\/a> p\u00e1gina 245), leemos “anno dccc.vi. ab incarnatione domini<\/em>” (“En el a\u00f1o 806 de la encarnaci\u00f3n del Se\u00f1or”). En Ms. lat. 2341, Par\u00eds, Bibl. nat. (aqu\u00ed<\/a>), las fechas futuras para la celebraci\u00f3n de la Pascua se dan en la forma “anno incarnationis domini nostri iesu christi dcccxliii<\/em>” (“el a\u00f1o 843 despu\u00e9s de la encarnaci\u00f3n de nuestro se\u00f1or Jesucristo”). Otro caso es el Clm 14429 de la Bayerische Staatsbibliothek (aqu\u00ed<\/a>), que indica en el primer folio la fecha en que fue copiado: “anno domini dcccxxi<\/em>” (“el a\u00f1o del Se\u00f1or 821”).<\/p>\n Sin embargo, pens\u00e1ndolo bien, encuentro que la objeci\u00f3n no es concluyente, porque no hay forma de saber si los escribas usaban las fechas AD de manera coherente. El problema se ilustra con el mencionado Rodulfus Glaber, que escribi\u00f3 entre 1026 y 1040. En el Libro II, \u00a78 de su manuscrito aut\u00f3grafo, Rodulfus da la fecha “888 del Verbo encarnado” en lugar de 988 (seg\u00fan la nota del editor en mi edici\u00f3n latino-francesa). En el Libro I, \u00a723, menciona un evento durante el pontificado de Benedicto VIII (1012-1024) y le pone la fecha de “el a\u00f1o 710 de la encarnaci\u00f3n del Se\u00f1or”. El editor lo corrige en una nota a pie de p\u00e1gina: “En realidad en 1014, pero el manuscrito corregido por Rodulfus lleva indiscutiblemente la fecha 710; nada explica tal error”[83]. Lo m\u00e1s probable es que Rodulfus tomara prestadas estas fechas “err\u00f3neas” de otras sin darse cuenta de que estaban afinadas en una escala de fechas diferente. Incluso un manuscrito con una fecha como la del 806 d.C. podr\u00eda estar mal fechado, es decir, escrito por alguien que cuenta los a\u00f1os con una cronolog\u00eda m\u00e1s corta y que vive en la \u00e9poca gregoriana. Lo que ilustra Rodulfus es que el sistema de fechas a partir del AD no se estableci\u00f3 de la noche a la ma\u00f1ana, y que diferentes personas pod\u00edan atribuir diferentes fechas de la era AD a tiempos muy recientes. Un examen caso por caso de los supuestos manuscritos del siglo IX con fechas de AD deber\u00eda determinar si la dataci\u00f3n se compagina con estos manuscritos que sobrevivieron al Colapso del Siglo X.<\/p>\n Partiendo de la premisa de que las fechas de AD estaban bien establecidas mucho antes de la Reforma Gregoriana, los historiadores han afirmado que, cuando los hombres medievales vieron acercarse el a\u00f1o 1000, deben haber temido lo peor. Pero esta suposici\u00f3n ha demostrado ser falsa: nuestras fuentes son mudas sobre los supuestos “temores del a\u00f1o 1000”. Los historiadores que, sin embargo, insisten en su realidad, como Richard Landes, recurren a argumentos divertidos como “un consenso de silencio que enmascara una gran preocupaci\u00f3n”. […] los escritores medievales evitaron el tema del milenio siempre y cuando fue posible”[84] M\u00e1s convincentemente, los desaparecidos “terrores del a\u00f1o 1000” son m\u00e1s bien un fuerte argumento para apoyar nuestra hip\u00f3tesis de que el c\u00f3mputo a\u00a0 partir del AD entr\u00f3 en uso despu\u00e9s del a\u00f1o 1000.<\/p>\n <\/p>\n En las dos entregas anteriores, se\u00f1al\u00e9 todo tipo de razones para cuestionar la autenticidad y la dataci\u00f3n aceptada de muchas fuentes. Algunas de mis hip\u00f3tesis de trabajo pueden ahora ser corregidas. En la primera<\/a> parte, “\u00bfCu\u00e1n falsa es la antig\u00fcedad romana?” estuve de acuerdo con la objeci\u00f3n de Polydor Hochart sobre la posibilidad de que los libros de la Roma Imperial se conservaran hasta el siglo XIV-XV porque los monjes los habr\u00edan copiado en el siglo IX, X o XI. Esos monjes cristianos copiando obras paganas en pergaminos caros no son cre\u00edbles. M\u00e1s bien, tenemos todas las razones para creer que, cada vez que pon\u00edan sus manos en tales libros, los monjes los destru\u00edan o los desechaban para reutilizar el pergamino. Por lo cual Hochart concluye que estos libros de la Roma Imperial son falsificaciones. Pero la cronolog\u00eda revisada de Heinsohn nos da ahora una soluci\u00f3n m\u00e1s satisfactoria: la composici\u00f3n original de estas obras (siglo I) y sus copias medievales (siglo IX o m\u00e1s adelante) no distan unos siete siglos o m\u00e1s, sino uno o dos siglos como mucho. El siglo IX todav\u00eda pertenec\u00eda a la \u00e9poca romana, y el cristianismo estaba entonces en su infancia. Esto no elimina la sospecha de fraudes medievales o renacentistas, pero la reduce. Ahora podemos leer las fuentes romanas con una perspectiva diferente.<\/p>\n En la segunda parte, “\u00bfCu\u00e1n falsa es la historia de la Iglesia<\/a>?”, me centr\u00e9 en la historia de la Iglesia y coincid\u00ed con Jean Hardouin (1646-1729), el bibliotecario jesuita que lleg\u00f3 a la aterradora conclusi\u00f3n de que todas las obras atribuidas a san Agust\u00edn (354-430 d.C.), san Jer\u00f3nimo de Estrid\u00f3n (347-420 d.C.), san Ambrosio de Mil\u00e1n (c. 340-397 d.C.), y muchas m\u00e1s, no pod\u00edan haber sido escritas antes del siglo XI o XII, y por lo tanto eran falsificaciones. Ahora podemos considerar que Hardouin estaba tanto en lo cierto como equivocado. Ten\u00eda raz\u00f3n al estimar estas obras mucho m\u00e1s j\u00f3venes de lo que se afirma oficialmente (aunque quiz\u00e1s con alguna exageraci\u00f3n), pero no necesariamente ten\u00eda raz\u00f3n al concluir que eran falsificaciones; si Agust\u00edn, Jer\u00f3nimo y Ambrosio pertenecen realmente, en tiempo estratigr\u00e1fico, al final de la Alta Edad Media, no es de extra\u00f1ar que ataquen las mismas herej\u00edas que la Iglesia medieval, ya que era esa misma la que las estaba presenciando.<\/p>\n Laurent Guy\u00e9not, 19 septembre 2020<\/p>\n *<\/p>\n Art\u00edculos anteriores, del mismo autor: <\/strong><\/p>\n * Revisando la historia de la antig\u00fcedad romana,<\/p>\n https:\/\/redinternacional.net\/2020\/07\/15\/revisando-la-historia-de-la-antiguedad-romana-parte-1\/<\/a><\/p>\n ** La historia de la Iglesia revisitada:<\/p>\n https:\/\/redinternacional.net\/2020\/10\/05\/la-historia-de-la-iglesia-revisitada-el-golpe-de-fuerza-gregoriano-y-la-usurpacion-del-derecho-de-nacimiento-de-bizancio\/<\/a><\/p>\n Texto original<\/strong>: https:\/\/www.unz.com\/article\/how-long-was-the-first-millenium\/<\/a><\/p>\n Publicacion original al espanol: Red Internacional<\/a> (Traducci\u00f3n<\/strong>: Maria Poumier)<\/p>\n *<\/p>\nAnatoly Fomenko y los dos Romas<\/strong><\/h4>\n
Los Zeitenspringers<\/em> alemanes<\/strong><\/h4>\n
El avance de Gunnar Heinsohn<\/strong><\/h4>\n
Roma<\/strong><\/h4>\n
Constantinopla<\/strong><\/h4>\n
Ravena<\/strong><\/h4>\n
Carlomagno y la Edad Media europea<\/strong><\/h4>\n
La Inglaterra sajona<\/strong><\/h4>\n
China, Arabia, Israel<\/strong><\/h4>\n
La hip\u00f3tesis del cataclismo<\/strong><\/h4>\n
El nacimiento de la cronolog\u00eda de la AD (“Anno Domine<\/em>“) o DC (“Despu\u00e9s de Cristo”)<\/strong><\/h4>\n
Conclusi\u00f3n<\/strong><\/h4>\n