{"id":7798,"date":"2019-07-17T17:49:09","date_gmt":"2019-07-17T17:49:09","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=7798"},"modified":"2019-07-17T17:49:09","modified_gmt":"2019-07-17T17:49:09","slug":"por-que-ha-aguantado-el-regimen-sirio-por-bruno-guigue","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2019\/07\/17\/por-que-ha-aguantado-el-regimen-sirio-por-bruno-guigue\/","title":{"rendered":"Por qu\u00e9 ha aguantado el r\u00e9gimen sirio – por Bruno Guigue"},"content":{"rendered":"
\"bruno<\/span><\/div>\n
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“\u00bfSe puede seguir hablando de la crisis siria de manera racional? Se podr\u00eda dudar f\u00e1cilmente al o\u00edr esta letan\u00eda incesante de mentiras que sueltan los medios de comunicaci\u00f3n sumisos como si fueran verdades fundamentales. Sin embargo, los hechos est\u00e1n ah\u00ed, son \u201ctestarudos\u201d y resisten a las denegaciones m\u00e1s insistentes.”<\/strong><\/em><\/p>\n

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El desmoronamiento de un relato edificante<\/strong><\/p>\n

Desde verano de 2011 los editoriales de la prensa occidental celebran a coro los funerales del poder damasceno: \u201cTirano sanguinario que asesina a su pueblo\u201d, \u00bfno se condena de antemano al presidente sirio? De creerlos, est\u00e1 a punto de morir. El tan esperado colapso final es ahora cuesti\u00f3n de meses, incluso de semanas. Como en T\u00fanez, Egipto y Libia, la insurrecci\u00f3n victoriosa va a precipitar al d\u00e9spota al basurero de la historia.<\/p>\n

Por medio de una especie de \u201creductio ad simplicissimum\u201d, se ha tratado obstinadamente de convertir esta guerra civil en una guerra de uno solo contra todos. Ahora bien, este edificante relato ha acabado por desmoronarse como una castillo de naipes. M\u00e1s popular en Occidente que en las calles de Damasco, el escenario de la inminente ca\u00edda del r\u00e9gimen acorralado y minado por la corrupci\u00f3n y la represi\u00f3n se ha quedado en un concepto te\u00f3rico. El r\u00e9gimen sirio ha aguantado a pesar de una inaudita presi\u00f3n interior y exterior.<\/p>\n

La oposici\u00f3n siria ha tomado sus deseos por realidades empujada por las petromonarqu\u00edas del Golfo y las potencias occidentales. Al arrojar a la calle a unas masas empobrecidas por la crisis econ\u00f3mica ha querido crear una relaci\u00f3n de fuerzas decisiva, prueba de una victoria r\u00e1pida. Cegada por el asombroso \u00e9xito de las revoluciones tunecina y egipcia, solo ha visto en Bachar Al-Assad una supervivencia del pasado que hab\u00eda que quitar de en medio por medio de la v\u00eda insurreccional.<\/p>\n

Al hacerlo la oposici\u00f3n ha acorralado al r\u00e9gimen y le ha condenado a una acci\u00f3n brutal. Como estaba contra las cuerdas, no ten\u00eda m\u00e1s opci\u00f3n que vencer o morir. No es sorprendente que haya optado por la opci\u00f3n militar teniendo en cuenta tanto la actitud de la oposici\u00f3n como su propia historia. Desde el golpe de Estado de 1970 el poder est\u00e1 en manos de una casta militaro-civil que no tiene intenci\u00f3n de compartirlo. El casi monopolio del Partido Baath se organiza en el marco de una coalici\u00f3n que re\u00fane a las diferentes familias del nacionalismo \u00e1rabe en cuya cumbre el clan Assad es la piedra angular del poder.<\/p>\n

Las responsabilidades de Damasco en la g\u00e9nesis del enfrentamiento son evidentes. R\u00e9gimen autoritario, cuya legitimidad ideol\u00f3gica se ha diluido en las imperfecciones de un sistema de clanes, se ha mostrado incapaz de ofrecer una alternativa al statu quo. Adem\u00e1s, desde hace a\u00f1os, ha cometido el error de aplicar las recetas liberales del FMI en un contexto de crisis econ\u00f3mica agravada por varias sequ\u00edas. Desde este punto de vista, la guerra civil tambi\u00e9n es fruto de su incuria.<\/p>\n

No obstante, el r\u00e9gimen hizo importantes concesiones en la primavera de 2011: una revisi\u00f3n de la Constituci\u00f3n que acababa con el monopolio del Partido Baath, amnist\u00eda y liberaci\u00f3n de presos, medidas fiscales y sociales generosas, organizaci\u00f3n de elecciones legislativas. Estas medidas, que fueron rechazadas desde\u00f1osamente por la oposici\u00f3n, no tuvieron efecto alguno. En aquel momento es como si los adversarios del r\u00e9gimen, seguros de ganarle, hubieran elegido la prueba de la calle para que se les diera la raz\u00f3n.<\/p>\n

Sin embargo, las manifestaciones masivas en favor de Bachar Al-Assad que tuvieron lugar en Damasco, Alepo y Tartus entre junio y noviembre de 2011 hubieran debido incitarles a la prudencia. Aunque se haya desgastado su base social rural mellada por la crisis econ\u00f3mica, el r\u00e9gimen baathista conserva una legitimidad popular. La poblaci\u00f3n de la periferia est\u00e1 en ebullici\u00f3n, afectada por la reacci\u00f3n autoritaria de los poderes locales, pero amplias capas de poblaci\u00f3n urbana, preocupadas por el brote contestatario y el ascenso del islamismo, siguen siendo fieles al r\u00e9gimen.<\/p>\n

El odio confesional, base de la oposici\u00f3n<\/strong><\/p>\n

El poder, que afirma tener la ideolog\u00eda laica del panarabismo, choca desde sus or\u00edgenes con la irreductible hostilidad de los Hermanos Musulmanes. Llevada por la ola ascendiente del islam pol\u00edtico, la cofrad\u00eda pone en tela de juicio la legitimidad del r\u00e9gimen y desde finales de la d\u00e9cada de 1970 emprende una estrategia insurreccional que se traduce en una oleada espectacular de atentados. Los horrores de la actual guerra civil tienen sus ra\u00edces en este clima de enfrentamiento larvado que opone desde hace treinta a\u00f1os la esfera de influencia islamista y el r\u00e9gimen nacionalista.<\/p>\n

En el relato de los or\u00edgenes de la crisis se suele olvidar un hecho fundamental: la guerra civil no empez\u00f3 en 2011, sino el 16 de junio de 1979. Aquel d\u00eda militantes armados de los Hermanos Musulmanes asesinaron a 83 oficiales alumnos alauitas de la Escuela de Artiller\u00eda de Alepo. Esta masacre contra el centro de la elite militar provoc\u00f3 una represi\u00f3n despiadada. Culmin\u00f3 en Hama en 1982 cuando el ej\u00e9rcito regular aplast\u00f3 en sangre una insurrecci\u00f3n armada llevada a cabo por una rama disidente de la cofrad\u00eda tras haber liquidado a un centenar de cuadros locales del Partido Baath.<\/p>\n

El golpe de mano perpetrado en Alepo en 1979 reviste adem\u00e1s una dimensi\u00f3n premonitoria: prefigura el clima de odio interconfesional que reina hoy en Siria e Iraq. Al dejar al margen a los sunn\u00edes, quienes tomaron los rehenes en 1979 se entregan sin verg\u00fcenza a una \u201climpieza confesional\u201d de la que la actual guerra proporciona a su vez siniestros ejemplos. Hay que ser ciego para no verlo: en la sangrienta tragedia que padece el pueblo sirio el odio a la \u201cherej\u00eda alauita\u201d se ha convertido en la base ideol\u00f3gica de la oposici\u00f3n.<\/p>\n

Por medio de su extremismo, la oposici\u00f3n no solo ha proporcionado al r\u00e9gimen la excusa so\u00f1ada para su intransigencia (\u00bfqu\u00e9 se puede negociar cuando se exige tu desaparici\u00f3n?), sino que, m\u00e1s grave a\u00fan, ha transformado deliberadamente una lucha pol\u00edtica en una guerra de religi\u00f3n. En este aumento del extremismo justificado por la pureza doctrinal, es una necedad decir que los errores son compartidos. Y es que el r\u00e9gimen sirio y sus aliados de Hizbol\u00e1 nunca han avivado un odio interconfesional que los predicadores saud\u00edes, borrachos de venganza, arrojan d\u00eda tras d\u00eda.<\/p>\n

El r\u00e9gimen sirio, que es neutral en el plano confesional, se beneficia del apoyo sin fisuras tanto de las autoridades religiosas sunn\u00edes como de las diferentes Iglesias cristianas. Calificado de \u201csecta alauita\u201d por una prensa occidental que reproduce los t\u00f3picos wahabitas, este r\u00e9gimen no es solo el protector de las minor\u00edas sino que, como han experimentado amargamente los habitantes de las zonas controladas por la rebeli\u00f3n, tambi\u00e9n es su seguro de vida. Es in\u00fatil preguntarse qu\u00e9 futuro pueden esperar los alauitas, los chi\u00edes, los drusos, los cristianos y los kurdos en un pa\u00eds que pase a estar bajo el yugo de Al-Qaeda.<\/p>\n

Romper con la hemiplejia del discurso dominante<\/strong><\/p>\n

Para comprender el conflicto sirio hay que romper con la hemiplejia del discurso dominante. Se nos quiere persuadir a toda costa de que la guerra que ti\u00f1e Siria de sangre opone un r\u00e9gimen de torturadores a una oposici\u00f3n entusiasta de la democracia. Esta f\u00e1bula occidental demoniza al r\u00e9gimen sirio, al que se cubre de oprobio, al mismo tiempo concede a la oposici\u00f3n siria una aut\u00e9ntica absoluci\u00f3n moral.<\/p>\n

En este sentido se ha podido ver la funci\u00f3n esencial que desempe\u00f1\u00f3 la acusaci\u00f3n de masacre qu\u00edmica. Poco importa que Carla del Ponte, alta funcionaria de la ONU, haya incriminado a la rebeli\u00f3n armada desde la primavera de 2013, que dos expertos del prestigioso MIT hayan afirmado que el ataque qu\u00edmico del 21 de agosto de 2013 proven\u00eda de las zonas rebeldes o que el gran periodista estadounidense Seymour Hersch haya denunciado las mentiras de la CIA: la manipulaci\u00f3n de la opini\u00f3n p\u00fablica mundial exige la culpabilidad del r\u00e9gimen de Damasco.<\/p>\n

Simult\u00e1neamente, se apresuran a cubrir con un p\u00fadico velo las infamias de la rebeli\u00f3n. Las atrocidades cometidas por las facciones yihadistas, decapitadoras y can\u00edbales, se pierden en el balance de una cobertura medi\u00e1tica que diferencia entre v\u00edctimas buenas y malas. Por ejemplo, todo el mundo pudo leer en Le Monde que los excesos de los rebeldes en Maaloula eran una invenci\u00f3n de Damasco en el mismo momento en que la televisi\u00f3n siria retransmit\u00eda las im\u00e1genes de los funerales cristianos de las v\u00edctimas civiles del ataque perpetrado por el Frente Al-Nosra.<\/p>\n

Esta lectura hemipl\u00e9jica de la crisis siria, com\u00fan a la casi totalidad de los medios occidentales, ha demostrado su inanidad. Se ha disipado la cortina de humo de una oposici\u00f3n siria democr\u00e1tica y tolerante, y ha cedido el sitio a unas hordas de fan\u00e1ticos venidos de todas partes y de ninguna para masacrar a los alauitas. En efecto, se sigue exhibiendo ante las c\u00e1maras a intelectuales respetables, exiliados desde hace tiempo, para acreditar la ficci\u00f3n de una oposici\u00f3n recomendable. Pero todo el mundo sabe qui\u00e9n dirige la oposici\u00f3n sobre el terreno y se airea desde hace tiempo el mito del \u201cEj\u00e9rcito Libre Sirio\u201d, esa c\u00e1scara vac\u00eda.<\/p>\n

\u00bfHay que simular, a semejanza de las canciller\u00edas occidentales, que se cree que la rebeli\u00f3n estaba dispuesta a participar en un proceso pol\u00edtico? Su ideolog\u00eda sectaria, compuesta de odio confesional, sus pr\u00e1cticas expeditivas y sus derivas mafiosas han demostrado ampliamente lo contrario. Seg\u00fan los balances que proporciona regularmente el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH, por sus siglas en ingl\u00e9s), organismo cercano a la oposici\u00f3n, quienes sufren las peores p\u00e9rdidas son las fuerzas cercanas al r\u00e9gimen. Se reconocer\u00e1 que se trata de un genocidio curioso cuando los verdugos tiene m\u00e1s muertos que las supuestas v\u00edctimas.<\/p>\n

En efecto, la doxa exige que se diga que el \u00e9xito de esta ofensiva es imputable a factores externos. Pero ser\u00eda m\u00e1s justo afirmar que la ayuda militar de Hizbol\u00e1, el apoyo financiero de Ir\u00e1n y las entregas de armas rusas han equilibrado la influencia contraria de esta gigantesca coalici\u00f3n internacional que desde hace tres a\u00f1os ha jurado acabar con el r\u00e9gimen. En efecto, desde hace tiempo la Siria baathista, eslab\u00f3n central del eje de la resistencia, figura en la agenda de la desestabilizaci\u00f3n occidental de los Estados rebeldes (cf \u00ab Pourquoi la Syrie indispose les ma\u00eetres du monde \u00bb).\u00a0[1<\/a>]<\/span><\/p>\n

Una avalancha de petrod\u00f3lares entregados a las facciones yihadistes, entregas de armas estadounidenses financiadas por Qatar, ayuda militar turca en la frontera norte, cooperaci\u00f3n de los servicios secretos occidentales, despiadadas sanciones econ\u00f3micas, amenazas de Estados Unidos y de Francia, bombardeos israel\u00edes: este extraordinario derroche de medios no ha podido acabar con el r\u00e9gimen baathista. Habr\u00e1 que terminar por admitir que si ofrece semejante resistencia es sin duda porque una gran parte del pueblo sirio ha encontrando buenas razones para apoyarle, a pesar de sus errores.<\/p>\n

Bruno Guigue, 28 de abril de 2014<\/p>\n<\/div>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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