![\"alain](\"https:\/\/redinternacional.net\/wp-content\/uploads\/2018\/08\/alain-de-benoist.jpg\")
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Se ve que la sociedad actual coloca el pluralismo al principio de sus discursos, s\u00f3lo para hacerlo desaparecer cuando ha llegado a la meta. Se ve adem\u00e1s que cierta izquierda, que ayer se enfrentaba a la sociedad burguesa y criticaba su orden moral, hoy se pone a la cabeza del reformismo pol\u00edtico y del conformismo moral, porque sus consignas se han convertido en lugares comunes.<\/span><\/p>\n Esto es un fen\u00f3meno llamativo que debiera hacer reflexionar sobre el camino recorrido por la izquierda. Era necesario coraje para atacar en Sud\u00e1frica el apartheid, para luchar en Francia con las armas en la mano contra la ocupaci\u00f3n alemana en la segunda guerra…<\/span><\/p>\n Pero, \u00bfen qu\u00e9 consiste hoy ese coraje? Una resistencia contra el nazismo hoy no arriesga nada, a no ser la propia ridiculez. Y los slogans, que ayer pod\u00edan significar para sus autores prisi\u00f3n o muerte, hoy son f\u00f3rmulas m\u00e1gicas, sortilegios productores de buena conciencia y a la vez pasajes en el mundo de los medios y las editoriales. Con ideas que s\u00f3lo son expresi\u00f3n de la \u00e9poca porque se las puede decir sin peligro, no despierta ese coraje admiraci\u00f3n alguna.<\/span><\/p>\n En todos los tiempos ha habido censura y la tendencia a la intolerancia es un componente del esp\u00edritu humano. Ha habido en el pasado ideolog\u00edas dominantes y todos los gobiernos, con diferencia gradual, han saludado la oportunidad de unificar la sociedad y ahogar opiniones disconformes.<\/span><\/p>\n El hecho de que la censura hoy retorne es justamente desenmascarador, porque el retorno sucede en una sociedad que pretende reconocer y garantizar la libertad de expresi\u00f3n. El art\u00edculo 11 de la Declaraci\u00f3n de los Derechos Humanos proclama como uno de los derechos m\u00e1s preciosos el libre intercambio de ideas y opiniones. En Francia la ley de libertad de imprenta del 29 de julio de 1881 establece en su primer art\u00edculo: “imprenta y librer\u00edas son libres”. Pero esto ha dejado de ser verdad. Mientras en la mayor\u00eda de los pa\u00edses liberados del yugo sovi\u00e9tico hay libertad de palabra, mientras en USA el First Amendment de la Constituci\u00f3n permite la libre expresi\u00f3n de todas las opiniones, la Francia actual es, junto con Alemania y otros paises de la regi\u00f3n occidental en que la libertad de opini\u00f3n est\u00e1 m\u00e1s limitada.<\/span><\/p>\n `No hay libertad para los enemigos de la libertad’. Es una vieja coartada, que siempre ha provocado la pregunta, c\u00f3mo se define la libertad, y sobre todo, qui\u00e9n ha de poseer la capacidad de determinar qui\u00e9n es el enemigo de la libertad. Cuando en el siglo XIX los socialistas revolucionarios denunciaron la explotaci\u00f3n econ\u00f3mica, fueron llevados ante los tribunales de justicia por incitaci\u00f3n al odio. Hoy se hace lo mismo con aquellos que no se postran ante la ideolog\u00eda de los derechos humanos. Si fu\u00e9ramos a creer a cierta gente, la libertad de opini\u00f3n estar\u00eda limitada a las opiniones tolerables. Pero justamente m\u00e1s all\u00e1; es donde empieza la libertad; y fueron siempre los que tuvieron que pelear por ella, por su triunfo, quienes han definido esa libertad. La libertad de opini\u00f3n no tendr\u00eda ning\u00fan valor si s\u00f3lo la disfrutaran los que opinan aquello que cualquiera considera justo y razonable. Por ser la libertad de opini\u00f3n el primer presupuesto para el libre desarrollo de las ideas y para la existencia de un debate democr\u00e1tico, ella s\u00f3lo tiene sentido cuando hasta las opiniones m\u00e1s absurdas, m\u00e1s chocantes y m\u00e1s ofensivas gozan de libertad. Por la simple raz\u00f3n de que, si no fuera as\u00ed la proclamaci\u00f3n de ese principio de libertad de opini\u00f3n hubiera sido superfluo.<\/span><\/p>\n La verdad es que la libertad de opini\u00f3n es indivisible; ella cesa de existir apenas se le colocan limites. La verdad es que la censura es insoportable, no importa que m\u00f3viles persiga, no importa qu\u00e9 identidad posean las v\u00edctimas de esa libertad, no importa bajo qu\u00e9 condiciones se ejerza. No hay censura que pueda defenderse intelectualmente y adem\u00e1s ninguna es eficaz.<\/span><\/p>\n Hoy en d\u00eda aquellos que condenan la censura son acusados de ser c\u00f3mplices de los censurados. Esa acusaci\u00f3n, pr\u00e1cticamente una extorsi\u00f3n, es igualmente insufrible. Entre las ideas que hoy est\u00e1n prohibidas hay seguramente algunas que son absurdas o abominables.<\/span><\/p>\n Pero si hay opiniones abominables entonces las leyes que las quieren prohibir son m\u00e1s abominables. No se trata aqu\u00ed en primera l\u00ednea de defender a los censurados, aqu\u00ed se trata de atacar la censura. El macarthismo y el sistema sovi\u00e9tico han desaparecido, pero siguen estando presentes los herederos de un Zadanow o de un McCarthy. S\u00f3lo que bajo Stalin o McCarthy los delatores estaban obligados a la denuncia si quer\u00edan conservar su vida o su trabajo. Hoy en d\u00eda vemos a delatores que realizan esa tarea sin que nada los obligue. Se llevan a la boca la expectoraci\u00f3n de McCarthy sin que eso les produzca ning\u00fan asco. Ellos est\u00e1n muy ocupados confeccionando listas negras para pronunciar excomuniones y descargar anatemas.<\/span><\/p>\n Ellos se escandalizan por aquellas denuncias cuyas v\u00edctimas eran los jud\u00edos en la \u00e9poca de la ocupaci\u00f3n alemana en Francia, pero ellos mismos, denunciando a todos aquellos que la ideolog\u00eda dominante pone en el Index, se comportan de la misma manera. Todo en un clima que Cornelius Castoriadis caracteriza muy bien como el “Avance de la Banalidad”, y todo eso – obs\u00e9rvese bien – bajo pretextos morales.<\/span><\/p>\n En la sociedad de control en que vivimos, que dispone de medios de vigilancia de la vida p\u00fablica y privada que ni siquiera poseyeron los reg\u00edmenes totalitarios, todos los motivos son buenos para excluir, empujar a la orilla y marginalizar. Nombro las razones m\u00e1s profundas de esa intolerancia: los remordimientos de conciencia de los penitentes y arrepentidos, la precariedad cultural de los incapaces de responder, de aquellos que en vez de refutar, difaman; el miedo de una nueva clase cuyos miembros ha sido elegidos hace mucho y no porque poseyeran verdaderas capacidades, sino por la capacidad de hacerse elegir. Sin m\u00e9ritos, apartados del pueblo, viven en continuo temor de perder sus puestos y privilegios. Nombro tambi\u00e9n las metas de la censura: ella quiere crear chivos expiatorios para impedir que se les pida dar raz\u00f3n de sus afirmaciones, para desviar la atenci\u00f3n sobre las monstruosidades en el Sistema actual, para poner a la opini\u00f3n p\u00fablica una argolla en la nariz y conducirla a su gusto; para imponer una abjuraci\u00f3n de todos los pensamientos peligrosos antes de otorgar el reconocimiento medi\u00e1tico y social.<\/span><\/p>\n Este sistema de la censura va a durar tanto como pueda. Tengo la sensaci\u00f3n de que se va a derrumbar por propio peso, como una consecuencia de su propia din\u00e1mica. Va a llegar un d\u00eda en el cual -como ya empieza a observarse- a los delatores no les queda m\u00e1s remedio que denunciarse unos a otros. Pero nosotros, nosotros vamos a estar ah\u00ed. Hoy d\u00eda estamos rodeados de moralistas que pretenden que nosotros gimamos por nuestra indignidad. Pero nosotros, nosotros no tenemos nada de que arrepentirnos. Por eso hay en nuestro pa\u00eds y tambi\u00e9n en otras regiones, un grupo de intelectuales que posee el coraje de emprender una com\u00fan iniciativa contra la nueva Inquisici\u00f3n.<\/span><\/p>\n Mientras vivamos seguiremos diciendo palabras divergentes, seguiremos defendiendo los derechos del pensamiento cr\u00edtico. Mientras vivamos proseguiremos cooperando al trabajo del pensar. En el momento en que el conformismo se encuentra en la c\u00faspide se trata una vez m\u00e1s de apelar a la uni\u00f3n de los esp\u00edritus libres y los corazones rebeldes.<\/span><\/p>\n