{"id":6435,"date":"2018-11-27T00:53:10","date_gmt":"2018-11-27T00:53:10","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=6435"},"modified":"2019-01-01T20:00:58","modified_gmt":"2019-01-01T20:00:58","slug":"cuando-el-silencio-nos-convierte-en-complices-de-la-censura-tribal-por-javier-benegas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2018\/11\/27\/cuando-el-silencio-nos-convierte-en-complices-de-la-censura-tribal-por-javier-benegas\/","title":{"rendered":"Cuando el silencio nos convierte en c\u00f3mplices de la censura tribal – por Javier Benegas"},"content":{"rendered":"
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Recuerdo con bastante nitidez la imagen televisiva de Carlos Arias Navarro<\/strong>, entonces presidente del gobierno de la dictadura, informando de que Franco hab\u00eda muerto. Su tono f\u00fanebre y su semblante afligido provocaba en muchos espa\u00f1oles desasosiego. Pero a diferencia del afligido presidente, las expresiones de nuestros padres no eran de pena sino de una profunda preocupaci\u00f3n por el futuro. \u00bfQu\u00e9 iba a pasar ahora?, era la pregunta que estaba en todas partes<\/strong>.<\/ins><\/p>\n Es dif\u00edcil para las generaciones actuales, criadas en un mundo donde se da por supuesto que la seguridad y la libertad son bienes que nos vienen dados, hacerse una idea del miedo que muchos espa\u00f1oles sintieron a la muerte del dictador. Todos los fantasmas de un pasado tremendo, y a\u00fan demasiado cercano, cobraron vida. Entonces, nada se daba por supuesto<\/strong>. La libertad era escasa y la seguridad estaba estrechamente ligada a la supervivencia del r\u00e9gimen. Con la muerte de Franco esa seguridad quedaba flotando en el aire. De ah\u00ed la gran pregunta \u201c\u00bfqu\u00e9 va a pasar ahora?\u201d<\/p>\n Hoy aquel periodo de incertidumbre se contempla desde la perspectiva que proporcionan los hechos consumados, como si lo que sucedi\u00f3 estuviera perfectamente planificado y no hubiera existido la posibilidad real de que el azar o la mala fe de algunos escribieran una historia muy distinta. Y, sin embargo, el peligro existi\u00f3<\/strong>. Hab\u00eda un plan, desde luego, pero los riesgos eran muchos y las posibilidades de un desastre, bastantes.<\/p>\n Afortunadamente, el miedo a una nueva guerra civil actu\u00f3 como oportuno cortafuegos antes los excesos que algunos alentaban. Pero m\u00e1s que a la guerra, en el final de la d\u00e9cada de 1970, nuestros padres tem\u00edan a la posguerra<\/strong>. Fue el miedo al hambre y a la pobreza severa lo que permiti\u00f3, de mejor o peor manera, transitar de la dictadura a un r\u00e9gimen m\u00e1s abierto sin que corriera la sangre, o al menos sin que corriera de forma abundante, porque lamentablemente alguna sangre fue derramada. Pero, m\u00e1s all\u00e1 de los incesantes asesinatos de ETA, se trat\u00f3 de episodios contados.<\/p>\n Entre la Espa\u00f1a de hoy y la de entonces hay muchas diferencias. Ni que decir tiene que en la actual se vive mucho mejor y hay bastante m\u00e1s libertad. Doy fe de ello. Y adem\u00e1s hemos disfrutado del periodo de prosperidad m\u00e1s impresionante y prolongado de nuestra historia. Pero, poco a poco, hemos ido perdiendo esa conexi\u00f3n con el pasado que nos manten\u00eda atentos y vigilantes, sin que di\u00e9ramos por supuesto que la libertad y la seguridad son bienes que nos vienen dados. Y sin creer que lo que s\u00f3lo afecta a unos no terminar\u00e1 por afectar al resto.<\/p>\n Conforme se ha ido consumando el relevo entre los \u201cbaby boomers\u201d y los \u201cmillennials\u201d, ese precavido temor de nuestros padres al desastre (ahora sus<\/em> abuelos) ha ido perdiendo vigencia. Y por debajo de la p\u00e1tina de modernidad que hoy lo cubre todo est\u00e1n floreciendo infinitas formas de tribalismo, algunas insospechadas.<\/strong><\/p>\n Como explicaba el soci\u00f3logo Jonathan Haidt<\/strong>, los seres humanos somos en esencia primates tribales<\/strong>. Esta caracter\u00edstica intr\u00ednseca, que nos ha acompa\u00f1ado desde nuestros or\u00edgenes, nos hace poco aptos para la vida en democracias seculares grandes y diversas. Por esta raz\u00f3n, el desarrollo de una vida pol\u00edtica estable s\u00f3lo es posible si en las democracias existen mecanismos finamente ajustados capaces de asegurar el buen funcionamiento democr\u00e1tico frente a las pulsiones sectarias.<\/p>\n Pero esos mecanismos por s\u00ed solos no son garant\u00eda suficiente. La sociedad puede decidir desmontarlos voluntariamente, de golpe o gradualmente, siguiendo procesos que, en apariencia, resulten escrupulosamente democr\u00e1ticos. Por eso, a t\u00edtulo individual, cada sujeto debe estar \u201cbien educado\u201d y ser consciente de que el tribalismo, en cualquier forma y por sutil que sea, est\u00e1 contraindicado en democracia<\/strong>. De no ser as\u00ed, ning\u00fan mecanismo de control podr\u00e1 evitar que la sociedad abierta deje de serlo y se fragmente en grupos cerrados y enfrentados entre s\u00ed, con las graves consecuencias que a medio y largo plazo esto siempre supone.<\/p>\n Ocurre, sin embargo, que cuando aludimos a los tribalismos que ponen en riesgo la estabilidad pol\u00edtica, r\u00e1pidamente no fijamos en los ejemplos m\u00e1s descarnados, como el nacionalismo secesionista<\/strong>, que es sin duda la quintaesencia del tribalismo m\u00e1s peligroso. O tambi\u00e9n en los tribalismos sectarios inasequibles al di\u00e1logo que se reproducen a ambos extremos del eje ideol\u00f3gico. Pero abundan adem\u00e1s otros tribalismos m\u00e1s sutiles y aseados que solemos pasar por alto, porque no los consideramos tales, sino pr\u00edstinos ejemplos de asociaci\u00f3n espont\u00e1nea que no constituyen grupos cerrados. Pero que, sin embargo, act\u00faan como tales.<\/p>\n Recientemente hemos podido comprobar este extremo a prop\u00f3sito de la pol\u00e9mica surgida con las suspensiones de cuentas de Twitter. Pol\u00e9mica que no es nueva, sino de larga trayectoria. Y en la que existen abundantes indicios de que el problema no s\u00f3lo tiene que ver con algoritmos francamente mejorables, sino con sesgos sospechosos, en la medida en que a menudo son usuarios alejados de las ideolog\u00edas de izquierda o de la correcci\u00f3n pol\u00edtica los perjudicados<\/strong>, cuando lo cierto es que burradas se escriben a cientos todos los d\u00edas y desde todos los flancos; incluso insignes tuiteros \u201cprogresistas\u201d se despechan a gusto en esta red social sin que sufran la m\u00e1s m\u00ednima consecuencia.<\/p>\n Si nos pusi\u00e9ramos tan exquisitos como esos insufribles calvinistas que pueblan las redes, \u00bfno ser\u00eda acaso ofensivo y, por lo tanto, contrario a las pol\u00edticas de Twitter, insinuar o incluso afirmar que la mitad de las personas, por el simple hecho de nacer varones, son violadores en potencia<\/strong>? \u00bfNo ser\u00eda tambi\u00e9n una ofensa grosera calificar a la cultura espa\u00f1ola de genocida? \u00bfNo ser\u00eda ofensivo acusar a toda una sociedad, como la israelita, de estar constituida por b\u00e1rbaros y asesinos? \u00bfAcaso no ser\u00eda ofensivo afirmar que los espa\u00f1oles se valen de la violencia para someter a Catalu\u00f1a?<\/p>\n Y, para terminar, \u00bfno ser\u00eda incitar al odio<\/strong> que un diputado, cuyo apellido hace justicia a su estatura moral, se despachara en Twitter contra un ministro escribiendo: \u201cHacia hooligans mentirosos, ning\u00fan respeto, ning\u00fan perd\u00f3n\u201d<\/em>? \u00a0Aunque todas estas ofensas personalmente me resbalan y detesto la censura de cualquier signo, as\u00ed es como est\u00e1n las cosas desde hace bastante\u2026 para el que quiera verlo, por supuesto.<\/p>\n Sin embargo, seg\u00fan parece, determinado grupo de liberales ha estado mirando para otro lado durante todo este tiempo. Una actitud que ahora justifican alegando que Twitter es una empresa privada<\/strong> y que, como tal, puede establecer sus propias reglas<\/strong>. Y si no te gustan, dicen, est\u00e1s en tu derecho de largarte, pero en ning\u00fan caso puedes exigir contravenirlas y que no haya consecuencias. Y rematan el argumento con un redoble de tambores, reconviniendo que no se deben pedir regulaciones externas para meter en cintura a Twitter, lo que equivale a ponerse la venda antes que la herida, porque nadie, que yo sepa, ha pedido tal cosa<\/strong>.<\/p>\n Olvidan, no obstante, que las reglas que poco a poco se imponen en las redes sociales no son fruto de la pol\u00edtica libre e independiente de una empresa privada, son el resultado de la presi\u00f3n cada vez m\u00e1s asfixiante de bur\u00f3cratas y activistas posmodernos, empe\u00f1ados como est\u00e1n todos en que se fiscalicen los sentimientos y se legislen como precr\u00edmenes hasta determinados pensamientos.<\/p>\n As\u00ed que, por ese lado, hay mucha tela que cortar antes de llenarnos la boca con los socorridos principios de la libre empresa<\/strong>. A ver si nos vamos enterando de que la \u201ccorregulaci\u00f3n<\/strong>\u201c, ese t\u00e9rmino envenenado, es la puerta trasera que el bur\u00f3crata se ha fabricado para imponer su moral a las empresas desde dentro.<\/p>\n La \u00faltima censura ha tenido lugar esta misma madrugada. Y la v\u00edctima ha sido Meghan Murphy<\/strong>, a la que Twitter ha baneado por decir que\u00a0\u201cun hombre es un hombre y no una mujer\u201d. De este nuevo abuso se ha hecho eco Christina Sommers<\/strong> que, como todos sabemos, es una persona muy poco liberal, hosca y con propensi\u00f3n a los excesos, por supuesto.<\/p>\n En cualquier caso, criticar p\u00fablicamente las p\u00e9simas pol\u00edticas de una empresa es una cosa y otra muy distinta pedir auxilio a los \u201cpoderes p\u00fablicos\u201d. De hecho, es muy liberal que la sociedad espont\u00e1neamente proteste cuando cree que la ocasi\u00f3n lo merece. Y tambi\u00e9n es de lo m\u00e1s liberal del mundo dar la raz\u00f3n a quien la tiene, sin importar si es Agamen\u00f3n o su porquero<\/strong>. Lo contrario, darla o no darla dependiendo de qui\u00e9n sea el perjudicado, es propio de ese tribalismo que envilece la democracia.<\/p>\n Pese a todo, este grupo habr\u00eda seguido de perfil si, tal y como era de prever, el \u201cmal funcionamiento\u201d de Twitter no hubiera terminado por ajusticiar a uno de los suyos. Entonces s\u00ed, entonces clamaron al cielo. Y lo hicieron con tal intensidad y de manera tan corporativa que parec\u00eda que Twitter hab\u00eda atacado a un sindicato<\/strong>. Pero no, se trataba de una sola cuenta. Y, adem\u00e1s, en este caso, Twitter rectific\u00f3 con una rapidez que habr\u00edan querido para s\u00ed otros muchos \u201cinocentes\u201d.<\/p>\n Pero esta celeridad en la subsanaci\u00f3n del agravio no fue impedimento para que, d\u00edas despu\u00e9s del \u201cmalentendido\u201d, siguiera la indignaci\u00f3n muy viva y un conocido liberal firmara un alegato en un medio de campanillas. Alegato que, todo sea dicho, debiera haber escrito mucho antes <\/strong>y hacer extensivo a muchos otros agraviados. Pero tal vez, y s\u00f3lo tal vez, no quiso porque en realidad esta historia va de defender a los tuyos<\/strong>. Los dem\u00e1s que pidan amparo a su tribu. Y si no tienen, que no incordien.<\/p>\n Este triste episodio sirve para demostrar que el tribalismo es un problema creciente que adopta formas diversas, algunas aseadas y sutiles. Sin embargo, no escribo este post para hacer escarnio de nadie<\/strong>, aunque inevitablemente la verdad a veces escuece. Lo escribo para recordarles a los millennials\u00a0que no deben dar por supuesto que la libertad y la seguridad son bienes permanentes<\/strong>. Que la l\u00ednea que separa el libertarismo del hedonismo es, en ocasiones, inexistente. Y que, cuando le cierran la boca al vecino y miran para otro lado, es cuesti\u00f3n de tiempo que se la cierren tambi\u00e9n a ellos. En definitiva, que la libertad lo aguanta casi todo, incluso el exceso verbal. Lo que acaba con ella es el silencio.<\/p>\n Javier Benegas, 25 noviembre 2018<\/p>\nDar demasiadas cosas por supuestas<\/h2>\n
Peligrosamente tribales<\/h2>\n
Nadie es inmune<\/h2>\n
No siempre m\u00e1s vale tarde que nunca<\/h2>\n