![\"blair](\"https:\/\/redinternacional.net\/wp-content\/uploads\/2018\/09\/blair-hermandad.jpg\")
<\/p>\n<\/p>\n
En 2006 llegaron al diario brit\u00e1nico The Observer una colecci\u00f3n de documentos del Foreign Office sobre las conexiones del gobierno laborista, a trav\u00e9s del servicio secreto MI6, con los yihadistas.<\/p>\n
El primero era una carta de Michael Jay, el principal mandar\u00edn del Foreign Office. Fechada un a\u00f1o antes de las bombas en Londres de 2005, avisaba de que la guerra de Irak estaba alimentando el extremismo musulm\u00e1n en Irak, algo que el Primer Ministro, el laborista Toni Blair, hab\u00eda negado constantemente.<\/p>\n
\n
\n>>>>>>>>> para sacar un PDF de este texto, hacer clic en PRINT FRIENDLY abajo del texto<\/strong><\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n
\n
Un segundo documento revelaba unos planes para una campa\u00f1a contra el extremismo isl\u00e1mico mediante la infiltraci\u00f3n en grupos yihadistas a trav\u00e9s de internet.<\/p>\n
Las filtraciones fueron impulsadas por un art\u00edculo que yo hab\u00eda escrito a mediados de agosto sobre las relaciones del Consejo Musulm\u00e1n Brit\u00e1nico (MCB) con los yihadistas radicales. El art\u00edculo coincidi\u00f3, por pura casualidad, con un controvertido programa de Panorama sobre el mismo tema, que caus\u00f3 un serio desacuerdo entre la BBC y el MCB.<\/p>\n
El MCB tuvo sus or\u00edgenes en pol\u00edticos sectarios de Pakist\u00e1n y la influencia de esa organizaci\u00f3n implicaba que otras voces, m\u00e1s liberales, ser\u00edan marginadas.<\/p>\n
Lejos de representar las tradiciones m\u00e1s progresistas o puramente espirituales dentro del islam, la direcci\u00f3n de la MCB toma su inspiraci\u00f3n del islamismo pol\u00edtico asociado con movimientos de la oposici\u00f3n m\u00e1s reaccionaria de Oriente Medio y el sur de Asia. Iqbal Sacranie, entonces dirigente del MCB, y su portavoz de prensa Inayat Bunglawala, han expresado su admiraci\u00f3n por Maulana Maududi, el fundador del partido pakistan\u00ed Jamaat-e-islami, comprometido con el establecimiento de un Califato Isl\u00e1mico regido por la shari\u00e1.<\/p>\n
Los or\u00edgenes del MCB se remontan al asunto de los Versos Sat\u00e1nicos, cuando Iqbal Sacranie se destac\u00f3 como dirigente de la oposici\u00f3n a la novela de Salman Rushdie.<\/p>\n
La idea de una organizaci\u00f3n-paraguas para el islam brit\u00e1nico surge cuando Michael Howard era Secretario de Interior en el \u00faltimo gobierno conservador. Pero fue tomada con particular presteza por Jack Straw, siempre con la vista puesta en sus electores musulmanes en Blackburn, y la organizaci\u00f3n se funda oficialmente en noviembre de 1997. Straw encabez\u00f3 la causa, primero como secretario de Interior y luego, tras la elecci\u00f3n de 2001, como secretario de Exteriores. Mientras estaba en el Foreign Office, Straw estableci\u00f3 un departamento aut\u00f3nomo, ahora denominado \u201cGrupo de Relaciones con el Mundo Isl\u00e1mico\u201d, en donde la influencia del MCB sigue siendo fuerte.<\/p>\n
Las filtraciones que recib\u00ed estuvieron motivadas por la preocupaci\u00f3n dentro del Foreign Office sobre los acuerdos que dicho departamento estaba haciendo con el islamismo radical. Los documentos versaban sobre asuntos variados: un intercambio de emails sobre una escisi\u00f3n en el gabinete en torno a la prohibici\u00f3n de partidos extremistas; un informe sobre el conocimiento por parte de Gran Breta\u00f1a de los vuelos de la CIA; detalles de las negociaciones del Foreign Office con el movimiento de la oposici\u00f3n isl\u00e1mica radical en Egipto, los Hermanos Musulmanes; e incluso una filtraci\u00f3n sobre la investigaci\u00f3n de las filtraciones a The Observer.<\/p>\n
Cuando se aproximaba el aniversario de las bombas del 7 de julio de 2005, siguientes descubrimientos me permitieron demostrar que el grupo de trabajo \u201cPreventing Extremism Together\u201d gubernamental, fundado tras los atentados, era un ejercicio de cosm\u00e9tica.<\/p>\n
Como resultado de la publicaci\u00f3n de las filtraciones, fui contactado en primer lugar por el equipo de Policy Exchange y despu\u00e9s por Channel 4 para examinar las amplias implicaciones de los documentos filtrados. En vez de abordar la ideolog\u00eda que alimenta el terrorismo, el gobierno apoya una estrecha versi\u00f3n de la religi\u00f3n.<\/p>\n
Los documentos demuestran que el gobierno laborista sigui\u00f3 una pol\u00edtica de apaciguamiento hacia el islam radical que puede tener graves consecuencias para Inglaterra. Algunas de las comunidades musulmanas de Inglaterra se senten amordazadas por la alianza del gobierno con los islamistas. El gobierno ha favorecido una versi\u00f3n del islam altamente politizada.<\/p>\n
En diciembre de 1972 un oscuro mandar\u00edn del Foreign Office regresaba de un viaje por Oriente Medio convertido en una persona muy confusa. Como la mayor\u00eda de funcionarios y expertos de la \u00e9poca, James Craig cre\u00eda que la principal amenaza a los intereses brit\u00e1nicos en la regi\u00f3n ven\u00eda de los nacionalistas \u00e1rabes y de los marxistas revolucionarios. Pero como buen diplom\u00e1tico que era, Craig mantuvo sus o\u00eddos abiertos, y el rumor en la calle era intrigante: en Jordania y L\u00edbano, el arabista de 48 a\u00f1os de edad escuch\u00f3 rumores de un resurgimiento islamista.<\/p>\n
Craig escribi\u00f3 a Sir Richard Beaumont, embajador brit\u00e1nico en Egipto, que hab\u00eda recogido rumores de un resurgimiento similar en Egipto y los comparti\u00f3 con el personal de las embajadas en Oriente Medio para alertarlos y pedir respuestas. \u201cUna teor\u00eda que escuch\u00e9 en Beirut era que, ante el fracaso del nacionalismo \u00e1rabe, la gente estaba virando hacia la alternativa de nacionalismo isl\u00e1mico. Repliqu\u00e9 que tambi\u00e9n esto hab\u00eda fracasado; efectivamente, fracas\u00f3 hace mucho. La respuesta fue que la cantidad de tiempo transcurrida desde ese fracaso hac\u00eda posible intentarlo una segunda vez\u201d.<\/p>\n
En la \u00e9poca de la carta de Craig las respuestas, reveladas en documentos del National Archive desclasificados en 2003 fueron negativas casi por entero. En L\u00edbano el embajador escribi\u00f3: \u201cLe mantendremos informado de los hechos, pese a que no esperamos que esto sea importante en el futuro cercano\u201d. Nuestro hombre en Jordania dijo a Craig: \u201cNo vemos se\u00f1ales de un resurgimiento fundamentalista isl\u00e1mico aqu\u00ed\u201d. Jerusal\u00e9n simplemente afirm\u00f3: \u201cNo vemos se\u00f1ales en la Franja occidental de un resurgir islamista\u201d. Solamente R.A. Burroughs, embajador brit\u00e1nico en Argelia, hab\u00eda empezado a recoger los mismos mensajes que Craig y Beaumont. Informaba de que los \u201cs\u00edntomas\u201d de un resurgimiento islamista no eran dif\u00edciles de encontrar. De hecho, Craig y Beaumont hab\u00edan tropezado con la reactivaci\u00f3n de la Hermandad Musulmana, conocidos en \u00e1rabe como Jamiat al-Ikhwan al-Muslimin. Fundada por Hassan al-Banna en 1928, llamaba a un regreso a los principios del islam y al establecimiento de la shari\u00e1. Pese a que a menudo se presentan como \u201cmoderados\u201d en comparaci\u00f3n con los psic\u00f3patas yihadistas de Al-Qaeda, la consigna de la Hermandad sigue siendo hoy \u201cAl\u00e1 es nuestro objetivo. El profeta es nuestro gu\u00eda. El Cor\u00e1n es nuestra constituci\u00f3n. La yihad es el camino. Morir por Al\u00e1 es nuestra m\u00e1s alta esperanza\u201d.<\/p>\n
La Hermandad Musulmana fue brutalmente eliminada en Egipto tras un intento de asesinato del presidente Nasser en 1954 y una creencia com\u00fan la consideraba como una fuerza desaparecida. De hecho, sus miembros se reagruparon en el exilio en Oriente Medio y en 1981 el Presidente Sadat fue asesinado por cuatro miembros de una escisi\u00f3n de la Hermandad. Sadat fue asesinado por islamistas pese a haberse acercado inicialmente a la Hermandad para distanciarse del panarabismo de izquierda de su antecesor y para demostrar sus devotas credenciales musulmanas. Liber\u00f3 a miles de islamistas de prisi\u00f3n, legaliz\u00f3 la Hermandad e hizo de la shari\u00e1 \u201cla principal fuente de toda la legislaci\u00f3n p\u00fablica\u201d. El destino de Sadat es una lecci\u00f3n objetiva de lo dif\u00edcil que es asimilar al tigre islamista.<\/p>\n
Craig se convertir\u00eda en embajador brit\u00e1nico en Arabia saud\u00ed y Siria. El 27 de abril de 2004 el Guardian dec\u00eda que era uno de los 52 ex diplom\u00e1ticos que avisaron al primer Ministro de que la pol\u00edtica que estaba llevando a cabo con Estados Unidos sobre el problema \u00e1rabe-israel\u00ed e Irak era un error. Con el tiempo, Craig se aline\u00f3 con el consenso general del Foreign Office, concluyendo que hablar de un resurgimiento islamista era exagerado. Ahora admite que se qued\u00f3 tan sorprendido como cualquiera por la revoluci\u00f3n isl\u00e1mica iran\u00ed en 1979. Esta posibilidad estaba tan lejos de las mentes del Foreign Office en 1972 que Ir\u00e1n era uno de los pocos pa\u00edses de Oriente Medio que Craig no consult\u00f3 en 1972. Pero Burroughs en Argelia conoc\u00eda el futuro: un partido islamista, el Frente Isl\u00e1mico de Salvaci\u00f3n, venci\u00f3 al gobierno del Frente Nacional de Liberaci\u00f3n nacionalista en la primera vuelta de las elecciones a finales de 1991, para encontrarse con que los militares suprimieron la segunda vuelta a principios de 1992. La amarga guerra civil entre el gobierno y los islamistas que sigui\u00f3 cost\u00f3 m\u00e1s de 100.000 vidas.<\/p>\n
Han pasado tres d\u00e9cadas desde la carta de Craig, y otro hombre en el Foreign Office intenta desesperadamente luchar a contracorriente. Esta vez nadie duda de la \u201cvuelta del nacionalismo isl\u00e1mico\u201d: la inevitable marcha del islam pol\u00edtico se acepta a ciegas ahora en los c\u00edrculos del Foreign Office igual que se neg\u00f3 como una c\u00f3mica curiosidad hist\u00f3rica en 1972. Algunos han llegado a elaborar planes para una alianza abierta con la Hermandad Musulmana, la principal fuerza en Egipto tras las elecciones de 2005 con 88 diputados en una Asamblea Popular de 454 esca\u00f1os. El 23 de junio de 2005 Derek Plumby escrib\u00eda al director pol\u00edtico del Foreign Office, John Sawers: \u201cDetecto entre nosotros la tendencia hacia el acuerdo por el acuerdo; a confundir \u2018compromisos con el mundo isl\u00e1mico\u2019 con \u2018compromisos con el islamismo\u2019, y a menospreciar los aspectos ocultos para nosotros contenidos en las probables pol\u00edticas exteriores y sociales de los islamistas, si alcanzaran el poder en pa\u00edses tales como Egipto\u201d. En su carta, Plumby recomendaba una precauci\u00f3n extrema, sugiriendo que el Foreign Office se confundir\u00eda si cre\u00eda que el compromiso afectar\u00eda de alg\u00fan modo la futura direcci\u00f3n de la Hermandad Musulmana. \u201cSospecho que habr\u00e1 relativamente pocos contextos en los que seamos suficientemente capaces de influenciar los planes islamistas\u201d. Plumby hab\u00eda sido avisado de los movimientos en la pol\u00edtica respecto a la Hermandad Musulmana en una mesa redonda sobre compromisos con islamistas en el mundo \u00e1rabe, que hab\u00eda tenido lugar en Par\u00eds el 1 y 2 de junio de 2005. Esa mesa redonda inclu\u00eda a funcionarios de toda Europa, que escucharon a acad\u00e9micos y analistas expertos en el \u00e1rea. Publiqu\u00e9 los primeros detalles de la carta de Plumby en el New Statesman en febrero, pero tambi\u00e9n tengo una copia de una circular interna del Foreign Office resumiendo detalles de la mesa redonda que hab\u00eda causado a Plumby tal preocupaci\u00f3n. La carta la dirige Angus McKee, alto funcionario del departamento de Oriente Medio y norte de \u00c1frica en el Foreign Office, a Frances Guy, jefe del grupo \u201cRelaciones con el Mundo Isl\u00e1mico\u201d, que tambi\u00e9n desempe\u00f1a un papel importante en el trabajo con los musulmanes brit\u00e1nicos. Pese a que la carta se considera un informe objetivo del debate en torno a si los gobiernos occidentales debieran establecer conversaciones con los islamistas, revela que los altos funcionarios no estaban preguntando si Inglaterra deb\u00eda llegar a acuerdos con los radicales isl\u00e1micos sino, m\u00e1s bien, c\u00f3mo hacerlo.<\/p>\n
La lista de pa\u00edses en los que ahora se comprueba una presencia islamista significativa fueron precisamente los pa\u00edses contactados por Craig en 1972: Marruecos, Argelia, Egipto, Palestina, Jordania, Siria y L\u00edbano. Pero ahora el consenso parece ser que los islamistas intervinientes en los procesos pol\u00edticos en Oriente Medio debieran ser buscados como socio en la reforma de las estructuras democr\u00e1ticas en la zona. Olivier Roy, del CNRS en Par\u00eds y autor de \u201cEl fracaso del islam pol\u00edtico\u201d se ve mencionado de forma aprobadora en el resumen de Angus McKee, diciendo que las tradicionales pol\u00edticas occidentales de contenci\u00f3n y represi\u00f3n hacia los islamistas han sido un fracaso. \u201cEl argumento de que el autoritarismo crear\u00eda una sociedad secular que llevar\u00eda por s\u00ed misma a la democracia se ha demostrado err\u00f3neo\u201d, afirmaba Roy en el encuentro. \u201cAhora tenemos reg\u00edmenes incapaces de reforma, que en la pr\u00e1ctica han aumentado el atractivo del islamismo. Si occidente esta interesado en reformas, tendr\u00eda que considerar c\u00f3mo integrar a los islamistas en el sistema pol\u00edtico\u201d.<\/p>\n
El atractivo de los diversos movimientos islamistas se discute en detalle, y puede resumirse de la siguiente manera: se oponen a reg\u00edmenes opresivos o a un ocupante extranjero; tienen un mensaje anticorrupci\u00f3n seductor; tienen habilidad para implantar estructuras de asistencia social alternativas a las proporcionadas por el Estado. Bajo el titular de \u201cMotivos para el acuerdo\u201d, el informe de McKee en la mesa redonda de Par\u00eds incluso sugiere que podr\u00eda resultar beneficioso dar ayuda a los grupos islamistas en vez de a los gobiernos: \u201cDado que los grupos islamistas est\u00e1n a menudo menos corrompidos que la generalidad de las sociedades en las que operan, debiera considerarse canalizar recursos de ayuda a trav\u00e9s de ellos, en la medida en que se disponga de suficiente transparencia\u201d.<\/p>\n
McKee dice que en Par\u00eds ning\u00fan momento no se discuti\u00f3 sobre la ideolog\u00eda islamista, ni sobre las consecuencias de la principal preocupaci\u00f3n de Derek Plumby, la llegada al poder de un partido islamista. A veces, el an\u00e1lisis es lamentablemente de una visi\u00f3n muy corta: solo unos meses antes de que Hamas ganara las elecciones palestinas, Angus McKee pudo hacer una afirmaci\u00f3n sobre los islamistas palestinos: \u201cMuchos quieren participar en el sistema pol\u00edtico, pero temen asumir poder y responsabilidad. Para Hamas, el convertirse en parte del Gobierno podr\u00eda indicar una complacencia de su parte en entablar un di\u00e1logo con Israel, una noci\u00f3n a la cual se opone implacablemente\u201d.<\/p>\n
Al final fueron los daneses quienes aportaron su pol\u00edtica pragm\u00e1tica de no negociar con Hamas como tal, pero llegar a negociaciones con todos los pol\u00edticos electos, incluso si pertenec\u00eda a partidos islamistas. Era una estrategia que el Foreign Office encontr\u00f3 atractiva, y parece ser admisible que ese principio orientara las discusiones posteriores sobre la negociaci\u00f3n con la Hermandad Musulmana sin aparentar conversar con grupos extremistas. Pese a la alta sinton\u00eda del Foreign Office con los islamistas, Angus McKee sin embargo se sorprendi\u00f3 del enfoque \u201cdirecto\u201d de Alemania de permitir a sus representaciones negociar con cualquiera que \u201cpudiera llegar al poder en un plazo de cinco a\u00f1os\u201d.<\/p>\n
En su carta al director pol\u00edtico del Foreign Office, John Sawers, de 23 de junio de 2005, Plumby acepta conversar con los islamistas. Las preocupaciones de Plumby giran en torno a negociaciar sin un detallado conocimiento de lo que el gobierno brit\u00e1nico espera obtener de ello. Pero tiene sospechas de que el gobierno ya ha adoptado una pol\u00edtica general de compromiso, sin tener en cuenta las consecuencias para determinados pa\u00edses. \u201cSi entramos en una postura que considere un principio general [esa negociaci\u00f3n] entraremos en dificultades espec\u00edficas en determinados pa\u00edses, incluyendo \u00e9ste. Visto desde aqu\u00ed, ser\u00eda mejor adoptar una postura para cada pa\u00eds individual, en orden a seguir nuestros objetivos mundiales de reforma. Los principios generales debieran ser de aplicaci\u00f3n universal (democracia, libertad de expresi\u00f3n, respeto a los derechos humanos, etc.)\u201d. Pero la sugerencia de Plumby de que ser\u00eda mejor continuar tras el tel\u00f3n, recogiendo informaci\u00f3n pa\u00eds por pa\u00eds sobre la Hermandad Musulmana, fue aparentemente rechazada a favor de la adopci\u00f3n de un principio general de acuerdo con los islamistas.<\/p>\n
Las conversaciones de Par\u00eds llevaron en 2005 a la difusi\u00f3n de un informe sobre las pol\u00edticas de la Hermandad Musulmana titulado \u201cLa Hermandad Musulmana, \u00bfterroristas?\u201d. Este documento, muy revelador, subraya la historia de esa organizaci\u00f3n y es un convincente argumento para llegar a acuerdos con la versi\u00f3n moderna y reformada del movimiento. Un mes despu\u00e9s de la reuni\u00f3n en Par\u00eds, el Foreign Office se orientaba hacia una pol\u00edtica de compromiso total, pese a las preocupaciones de Plumby.<\/p>\n
El an\u00e1lisis del Foreign Office est\u00e1 en profunda sinton\u00eda con la Hermandad Musulmana, prohibidos en Egipto, y se muestra cr\u00edtico con los intentos del presidente Hosni Mubarak de demonizar a la organizaci\u00f3n como \u201cterrorista\u201d. El autor es tambi\u00e9n Angus McKee, quien se muestra como una de las principales fuerzas impulsoras tras la facci\u00f3n del Foreign Office favorable al acuerdo, o al menos un efectivo abanderado de la pol\u00edtica previa. \u201cSe trata de una pol\u00edtica consistente, que, junto con detenciones peri\u00f3dicas y otros acosos, intenta mantener a la Hermandad Musulmana \u2018dentro de la caja\u2019. Sin embargo, pese a ello, la Hermandad Musulmana siguen siendo la mayor y m\u00e1s efectiva oposici\u00f3n en Egipto. Su capacidad para movilizar apoyo y su cr\u00edtica del actual sistema son mucho mas efectivas que las de los partidos de la oposici\u00f3n oficiales\u201d.<\/p>\n
A medida que se desarrollaban las conversaciones en el verano de 2005, los mandarines del Foreign Office hicieron circular un informe con el t\u00edtulo \u201cDebemos hablar con los islamistas pol\u00edticos en Oriente Medio, y no s\u00f3lo en Irak\u201d. Fue redactado por Richard Murphy, Asistente al Secretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos de Oriente Medio en el gobierno Reagan, y por Basil Eastwood, antiguo embajador brit\u00e1nico en Damasco, una impresionante pareja en la propaganda interna de guerra del Foreign Office. Los dos veteranos arabistas escrib\u00edan que ellos hab\u00edan dialogado con \u201cun peque\u00f1o grupo de gente cercanos a las diferentes ramas nacionales de la Hermandad Musulmana, con Hamas y con Hezbollah\u201d. Su entusiasmada conclusi\u00f3n era a favor del di\u00e1logo. En esencia, categorizan la ideolog\u00eda isl\u00e1mica de la Hermandad Musulmana en tres campos: el \u201cislam oficial\u201d de los reg\u00edmenes de Oriente Medio y Asia, que desprecian por no liberal y antidemocr\u00e1tico; el \u201cislam yihadi\u201d de Al Qaeda y otros grupos, comprometido con la violencia como estrategia revolucionaria, y el \u201cislam pol\u00edtico\u201d, que busca reformas en el islamismo a trav\u00e9s de procesos democr\u00e1ticos.<\/p>\n
Las tesis de Murphy y Eastwood a favor de los acuerdos con los islamistas son claras y ordenadas y se resumen en el siguiente p\u00e1rrafo: \u201cTal vez la mejor prueba a su favor [de los islamistas pol\u00edticos] es el hecho de que son duramente criticados por musulmanes extremistas que abogan por la violencia para implantar una direcci\u00f3n clerical autoritaria. Porque, cuando se trata de pol\u00edtica, los musulmanes no est\u00e1n m\u00e1s unidos que los cristianos. El islam pol\u00edtico var\u00eda de un pa\u00eds a otro, pero existen diferencias mucho m\u00e1s grandes entre los islamistas pol\u00edticos y el \u2018islam oficial\u2019 por una parte y entre ellos y los yihadistas por otra. Incluso dentro del islam sun\u00ed (ortodoxo) hay grandes divisiones entre los exponentes del \u2018islam oficial\u2019, los islamistas \u2018pol\u00edticos\u2019 que buscan cambios pero no abogan por la violencia para derrocar reg\u00edmenes y los yihadistas, los extremistas isl\u00e1micos que s\u00ed lo hacen\u201d. Los autores no aclaran que las tres ramas que identifican no est\u00e1n tan definidas como ellos quisieran. En el mundo musulm\u00e1n individualmente, muchos pasan f\u00e1cilmente de una categor\u00eda a otra, o bien ocupan dos o m\u00e1s a la vez.<\/p>\n
En efecto, Murphy y Eastwood abogan por un di\u00e1logo inmediato con el islam pol\u00edtico para evitar una conflagraci\u00f3n y su conclusi\u00f3n es apocal\u00edptica: \u201cCreemos que los gobiernos del G8 deben ahora, tal vez de forma indirecta, entrar en di\u00e1logo con dichos movimientos e implicarlos en la v\u00eda de la sociedad civil del proyecto \u2018Broader Middle East Initiative\u2019 del gobierno Bush. Si queremos evitar un choque de civilizaciones entre el islam y occidente (o, incluso m\u00e1s serio, con en islam en occidente) y si somos serios respecto a las reformas en Oriente Medio, tenemos que negociar con aquellos que luchan por adaptar su fe al mundo como es ahora, y no como era en los tiempos del Profeta\u201d. Es f\u00e1cil ver que este tipo de argumento cl\u00e1sico de \u201ctercera v\u00eda\u201d puede parecer atractivo a funcionarios deseosos de agradar a los ministros del Nuevo Laborismo proclives a las pol\u00edticas de compromiso y triangulaci\u00f3n. No sorprende que venciera a los enfoques m\u00e1s cautos de funcionarios como Plumby.<\/p>\n
En enero de 2006, despu\u00e9s de que la Hermandad Musulmana lograran un quinto de los diputados en las elecciones egipcias, el Foreign Office aprovech\u00f3 la ocasi\u00f3n para cambiar su pol\u00edtica sobre ellos, algo que llevaba preparando alg\u00fan tiempo. Un memor\u00e1ndum a los ministros fechado el 17 de enero de 2006 subrayaba las opciones preferidas:<\/p>\n
– \u201cIncrementar la frecuencia de contactos de trabajo con los parlamentarios de Hermandad Musulmana (que no abogan por la violencia), especialmente con los miembros de comit\u00e9s parlamentarios.
\n– Cambiar el contenido de nuestro di\u00e1logo para centrarlo en comunicar nuestra pol\u00edtica, as\u00ed como estar en actitud de escucha
\n– Animar a otros pa\u00edses a adoptar una pol\u00edtica similar de compromiso, incluyendo a la Uni\u00f3n Europea y a los Estados Unidos\u201d.<\/p>\nPese a que el documento afirma que ese cambio en su pol\u00edtica tiene la aprobaci\u00f3n de \u201cEgipto\u201d (es decir, de Plumby), el razonamiento tras las modificaciones parece estar en contradicci\u00f3n directa con lo que el embajador en El Cairo hab\u00eda dicho en su carta de junio de 2005, sobre no caer en el autoenga\u00f1o de pensar que podamos usar nuestros contactos para influenciar sobre los islamistas pol\u00edticos. El informe, que fue trasladado al entonces Secretario de Exteriores Jack Straw y al ministro de Oriente Medio Kim Howells afirmaba: \u201cEl incremento de los contactos puede ayudar a desanimar la radicalizaci\u00f3n. Interactuar con el \u2018islam pol\u00edtico\u2019 es un importante elemento de nuestra estrategia contenida en el \u2018Compromiso con el Mundo Isl\u00e1mico\u2019 y debi\u00e9ramos intentar influenciar estos grupos, que a menudo tienen una significante influencia en las \u2018ra\u00edces\u2019. Tambi\u00e9n nos da la oportunidad de poner en duda su percepci\u00f3n de Occidente, incluyendo al Reino Unido, y sus recetas para resolver los desaf\u00edos respecto a Egipto y el \u00e1rea\u201d.<\/p>\n
La posici\u00f3n del gobierno brit\u00e1nico fue clarificada en las respuestas parlamentarias a principios de 2006, en respuesta al ministro en la sombra conservador Michael Gove. Preguntado sobre los contactos entre el gobierno y la Hermandad Musulmana desde septiembre de 2001, Kim Howells respond\u00eda el 11 de mayo de 2006: \u201cFuncionarios brit\u00e1nicos han tenido contactos con miembros del parlamento egipcio, incluyendo contactos ocasionales con miembros de la Hermandad Musulmana desde septiembre de 2001. Los funcionarios tambi\u00e9n se han reunido con representantes de la Hermandad Musulmana en Jordania, Kuwait y L\u00edbano. Adem\u00e1s, los funcionarios han tenido contactos limitados con la Hermandad Musulmana en Siria, cuyos dirigentes est\u00e1n exiliados en Londres\u201d. Interpelado en los Comunes el 23 de mayo por Keith Simpson, un portavoz de Asuntos Exteriores en la sombra conservador, sobre si algunos de los individuos con los que el gobierno estaba hablando estuvieran relacionados con el terrorismo, las respuestas de Howells fueron incluso mas reveladoras: \u201cCiertamente no tengo informaci\u00f3n sobre ello, y no tengo conocimiento de que alguien con los que hemos hablado estuviera relacionado con tales actos. El Honorable Caballero recordar\u00e1, sin duda, que este Parlamento tiene alguna historia de conversar con organizaciones terroristas como el IRA. Me esforzar\u00e9 en asegurar que no nos comprometemos con nadie que abogue por el terror, sea islamista o de otro tipo, que amenace matar a gente inocente\u201d. La respuesta de Howells apunta a la profunda confusi\u00f3n dentro del gobierno sobre como enfrentarse a este desaf\u00edo. Y plantea la pregunta de si contempla a la Hermandad Musulmana como una organizaci\u00f3n terrorista, o no.<\/p>\n
\u00bfQui\u00e9n se beneficia de llegar a tales organizaciones? Ciertamente la Hermandad Musulmana sabe aprovechar tal aparente incertidumbre. El 2 de junio de 2006, el bolet\u00edn semanal de la Hermandad Musulmana publicado en Londres informaba de la sesi\u00f3n de la C\u00e1mara de los Comunes del 23 de mayo con evidente alegr\u00eda. Con el titular de \u201cLa Hermandad Musulmana domina las sesiones parlamentarias brit\u00e1nicas\u201d, aplaude la nueva postura de Gran Breta\u00f1a sobre el di\u00e1logo y se congratula de su \u00e9xito al colocarse como un destacado protagonista en Egipto. Promoviendo el di\u00e1logo, el gobierno brit\u00e1nico ha reforzado por tanto la credibilidad internacional de la Hermandad Musulmana. El acuerdo no es una calle de un solo sentido, claramente.<\/p>\n
Martin Bright, 29 septiembre 2004<\/p>\n