{"id":5056,"date":"2018-08-21T23:07:05","date_gmt":"2018-08-21T23:07:05","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=5056"},"modified":"2018-08-21T23:07:05","modified_gmt":"2018-08-21T23:07:05","slug":"1933-quiebra-estados-unidos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2018\/08\/21\/1933-quiebra-estados-unidos\/","title":{"rendered":"1933: quiebra Estados Unidos"},"content":{"rendered":"
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En 1933 Roosevelt tom\u00f3 posesi\u00f3n de su cargo como Presidente de Estados Unidos en medio de la Gran Depresi\u00f3n. Nada m\u00e1s sentarse en su despacho oval tuvo que cerrar los bancos durante varios d\u00edas.<\/p>\n
La crisis sacaba el oro del pa\u00eds y, como tantos otros pa\u00edses capitalistas, Roosvelt tuvo que adoptar una medida t\u00edpica de la transici\u00f3n del capitalismo liberal al monopolista: tanto las personas como las empresas estaban obligadas a vender su oro a la Reserva Federal a un precio tasado de 20,67 d\u00f3lares la onza, bajo penas de multas y c\u00e1rcel.<\/p>\n
El 20 de abril, finalmente, Estados Unidos abandon\u00f3 el patr\u00f3n oro, lo que provoc\u00f3 una ca\u00edda en la cotizaci\u00f3n del d\u00f3lar.<\/p>\n
En aquella \u00e9poca el mundo no era tan ingenuo como ahora y la mayor\u00eda de los contratos de deuda inclu\u00edan una cl\u00e1usula de oro, que preve\u00eda un reembolso en oro que proteg\u00eda al inversor de la ca\u00edda en la cotizaci\u00f3n del d\u00f3lar.<\/p>\n
Una cantidad considerable de deuda, 120.000 millones de d\u00f3lares (el 180 por ciento del PIB) ten\u00eda esa cl\u00e1usula que, en definitiva, obligaba a pagar las deudas en la \u00fanica moneda de verdad, el oro, lo cual era imposible.<\/p>\n
Hab\u00eda que anular dichas cl\u00e1usulas para que las deudas se pagaran en d\u00f3lares y, por lo tanto, se pagara menos dinero, es decir, una declaraci\u00f3n generalizada de quiebra, un verdadero \u201ccorralito\u201d que, como veremos, no es t\u00edpico de los pa\u00edses tercermundistas sino de las grandes potencias imperialistas.<\/p>\n
Eso supon\u00eda acabar con uno de los pilares del capitalismo y del derecho civil: \u201cpacta sunt servanda\u201d (los compromisos est\u00e1n para cumplirlos).<\/p>\n
Es lo que hizo el Congreso el 5 de junio de 1933: anular con car\u00e1cter retroactivo todas las cl\u00e1usulas oro de todos los contratos.<\/p>\n
Adem\u00e1s hubo un segundo reconocimiento de la quiebra: el 31 de enero de 1934 Roosevelt devalu\u00f3 el d\u00f3lar en un 69 por ciento: el precio del oro pasaba a 35 d\u00f3lares.<\/p>\n
Acostumbrados al viejo liberalismo del siglo XIX, los capitalistas recurren al Tribunal Supremo porque la declaraci\u00f3n de quiebra era contraria a la sacrosanta Constituci\u00f3n. Roosvelt ten\u00eda perdida la partida porque, sin ning\u00fan g\u00e9nero de dudas, el Tribunal Supremo revocar\u00eda la anulaci\u00f3n de las cl\u00e1usulas en oro de los contratos.<\/p>\n
Entonces se puso en marcha eso que llaman \u201cindependencia judicial\u201d, es decir, una campa\u00f1a de presiones dirigida desde la Casa Blanca, que logr\u00f3 los frutos deseados: el 18 de febrero de 1935 los jueces fallaron a favor de Roosvelt por cinco votos contra cuatro.<\/p>\n
Gracias a la magia legal y judicial, a partir de entonces en Estados Unidos hubo un 69 por ciento menos de deudas, lo cual era algo m\u00e1s f\u00e1cil de digerir.<\/p>\n
La sentencia del Tribunal Supremo era pintoresca porque reconoc\u00eda que dictamin\u00f3 que la anulaci\u00f3n de la cl\u00e1usula oro era contraria a la Constituci\u00f3n, pero que a pesar de ello el demandante, John Perry, no hab\u00eda sufrido perjuicio en t\u00e9rminos de poder adquisitivo.<\/p>\n
\u201cPara nosotros la Constituci\u00f3n ha muerto\u201d, protest\u00f3 James Clark McReynolds, uno de los magistrados del Tribunal Supremo que vot\u00f3 a favor de la minor\u00eda. Con la Constituci\u00f3n lo que hab\u00eda muerto era el viejo capitalismo del siglo XIX.<\/p>\n
As\u00ed fue como col\u00f3 la aprobaci\u00f3n de una norma anticonstitucional, porque las leyes y decretos, lo mismo que las resoluciones judicial, no regulan nada sino que son reguladas, en este caso por otras leyes m\u00e1s importantes, que son las del capital monopolista y financiero.<\/p>\n
Hay que refrescar de nuevo la memor\u00eda hist\u00f3rica porque estamos a las puertas de una bancarrota mucho mayor que la que padeci\u00f3 Estados Unidos a partir de 1929. La diferencia es que ahora ya no queda nada del patr\u00f3n oro que la crisis no se va a ce\u00f1ir a Estados Unidos, sino al mundo entero, que querr\u00e1 salir otra vez del apuro con una triqui\u00f1uela como la del Tribunal Supremo en 1935, es decir, haciendo que su quiebra la paguen los dem\u00e1s.<\/p>\n