{"id":4416,"date":"2018-08-03T19:32:16","date_gmt":"2018-08-03T19:32:16","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=4416"},"modified":"2018-08-20T01:08:32","modified_gmt":"2018-08-20T01:08:32","slug":"dossier-el-mito-tenebroso-del-11m","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2018\/08\/03\/dossier-el-mito-tenebroso-del-11m\/","title":{"rendered":"DOSSIER: El mito tenebroso del 11M"},"content":{"rendered":"
Cr\u00f3nica y cr\u00edtica de unos sucesos y de un juicio espect\u00e1culo ejemplar. El mito tenebroso del 11M y la larga lista de las inconsistencias.<\/em> <\/p>\n <\/p>\n ***<\/p>\n <\/p>\n 1. 11M: mito y realidad, apariencia y verdad<\/strong><\/p>\n 1.1. Planteamiento de la cuesti\u00f3n<\/strong><\/p>\n Puesto que muchos emprendieron la tarea de poner en orden un relato sobre los hechos que se han cumplido entre nosotros, tal como nos transmitieron los testigos oculares desde el comienzo y quienes han acabado convertidos en servidores de la palabra, tambi\u00e9n me pareci\u00f3 oportuno a m\u00ed, que he ido siguiendo todo con atenci\u00f3n desde el principio, escrib\u00edoslo con exactitud por orden, nobles espa\u00f1oles, para que conozc\u00e1is la incertidumbre de las palabras sobre las que hab\u00e9is sido catequizados en un mito<\/i> tenebroso<\/i>.<\/p>\n Han pasado once a\u00f1os y el 11M no es ya s\u00f3lo un tema o un problema meramente pol\u00edtico, policial, jur\u00eddico y period\u00edstico del presente en marcha<\/i>, sino que empieza a ser un tema hist\u00f3rico o, mejor dicho, un problema hist\u00f3rico (una inc\u00f3gnita). Y es hist\u00f3rico por sus evidentes repercusiones pol\u00edticas, por su fuerza de repercusi\u00f3n frente a otros fen\u00f3menos<\/i> y hechos con los cuales est\u00e1 codeterminado<\/i>. Por eso ser\u00eda m\u00e1s riguroso matizar que el pasado, como el futuro, no existe, y s\u00f3lo existe desde el presente al ser reconstruido con materiales que desde el materialismo filos\u00f3fico<\/i> determinamos gnoseol\u00f3gicamente como reliquias <\/i>y relatos<\/i>. El pasado influye en nosotros pero nosotros no podemos influir en \u00e9l, y el futuro es aquello sobre lo que nosotros podemos influir pero que ellos, los hombres del futuro, no pueden influir en nosotros. El presente, en cambio, es el campo<\/i> de los acontecimientos ligados por mediaci\u00f3n de relaciones de reciprocidad en cuanto a la transitividad de la comunicaci\u00f3n. Es decir, es un campo<\/i> de influencia mutua. Pero hablamos del presente como un radio que puede abarcar un siglo, en tanto centro de nuestra generaci\u00f3n; pues cien a\u00f1os es m\u00e1s o menos el tiempo de duraci\u00f3n de los hombres que influyen sobre nuestra generaci\u00f3n y aquellos sobre los que nuestra generaci\u00f3n influyen. Luego el 11M es un tema de nuestro tiempo o, mejor dicho, es un tema o un problema de nuestro presente en marcha<\/i>, puesto que su influencia ni mucho menos ha cesado y ha ca\u00eddo directamente sobre la circunstancia actual de la pol\u00edtica real<\/i> espa\u00f1ola e incluso europea y mundial; y, con todo, ya es un tema para los historiadores, pues ya tenemos cierta perspectiva hist\u00f3rica, pese a que el rumbo de las investigaciones est\u00e1 abierto a nuevas y reveladoras interpretaciones de unos fen\u00f3menos<\/i> cuyos autores reales desconocemos absolutamente. Es decir, en rigor la verdadera historia del 11M est\u00e1 por escribir.<\/p>\n El 11M se trata de un problema hist\u00f3rico y de nuestro presente en marcha<\/i> (infecto) que se nos presenta con puntos m\u00e1s que oscuros y aparentemente irresolubles, pero con otros que s\u00ed parecen claros pero son a la vez confusos, y con otros, finalmente, que se presentan claros como el agua cristalina.<\/p>\n Pero el 11M \u00aboficial\u00bb no es historia, por eso decimos que la verdadera historial de 11M est\u00e1 por escribir. Es decir, el 11M \u00abjur\u00eddico\u00bb, que tambi\u00e9n se ofreci\u00f3 por televisi\u00f3n formal<\/i> (actualmente puede verse en la red social Youtube por televisi\u00f3n material<\/i>) y sentenciado por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, no son reliquias<\/i> y relatos<\/i> con los cuales podamos reconstruir con m\u00e1s o menos exactitud la trama<\/i> y la urdimbre<\/i> de lo que se coci\u00f3 en Madrid en aquellos fat\u00eddicos y extra\u00f1os d\u00edas de marzo del a\u00f1o 2004. Las reliquias<\/i> fueron destruidas -como fue el caso de los trenes- y otras reliquias<\/i>, que se consideraron como \u00abpruebas\u00bb para el caso -como la Renault Kangoo o la mochila de Vallecas- son manifiestamente falsas (como en las siguientes l\u00edneas quedar\u00e1 m\u00e1s suficientemente demostrado). La trama que condena el juicio no es la verdadera trama de los atentados, es la trama de un velo, de una apariencia falaz<\/i>, de un mito oscuro y confuso<\/i>, de un mito tenebroso<\/i> el cual ha condicionado que s\u00f3lo podemos saber lo que no fue pero no lo que fue realmente, pues nadie sabe con absoluta certeza qui\u00e9n organiz\u00f3 los atentados m\u00e1s criminales de la historia de Espa\u00f1a. Como dice Don Gabriel Moris, se trat\u00f3 de \u00abun proceso judicial y una sentencia sin autores\u00bb.<\/p>\n Se podr\u00e1n hacer toda clase de c\u00e1balas y especulaciones sobre la autor\u00eda, pero no dejan de ser hip\u00f3tesis. El 11M es un caso abierto -no ya para la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo y, ni mucho menos, para el Gobierno y la oposici\u00f3n, desde luego que no, al menos de momento- sino un caso abierto para los historiadores (incluso en su sentido etimol\u00f3gico: \u00abinvestigaci\u00f3n\u00bb) y tambi\u00e9n, hay que decirlo, para la filosof\u00eda, porque uno de los papeles de la filosof\u00eda en el conjunto del saber<\/i> es el de mitificar, es decir, el de se\u00f1alar a algo como un mito, pues el 11M oficial u oficioso es un mito, un mito tenebroso<\/i>.<\/p>\n El mito que pudimos ver por televisi\u00f3n formal<\/i> viene a ser la caverna de Plat\u00f3n del siglo XXI, las sombras con las que se embrolla<\/i> y confunde la verdad del 11M. Quiz\u00e1 de esas sombras, de su trituraci\u00f3n dial\u00e9ctica<\/i>, podamos reconstruir algo, m\u00e1s bien poco, de lo que fue el 11M. Aunque m\u00e1s bien lo que podemos descubrir o m\u00e1s bien reconstruir es que casi todo, por no decir todo, lo que nos han contado es mentira; y si decimos que es mentira es porque afirmamos que no se trata de un error ingenuo e inocente.<\/p>\n El presente ensayo no trata, pues, sobre el 11M, sino sobre el mito tenebroso<\/i> del 11M. Al margen del mito, lo \u00fanico que sabemos con absoluta certeza del 11M es que murieron 191 personas y hubo 1.856 heridos. Lo dem\u00e1s se presenta como un enigma, guardado en un secreto, envuelto en un misterio<\/i>. Como dijo en 2006 Don Luis del Pino en su libro Las mentiras del 11M<\/i>, \u00abNo sabemos a\u00fan lo que sucedi\u00f3 el 11 de marzo, pero s\u00ed que sabemos que lo que nos contaron es mentira\u00bb. Siete a\u00f1os despu\u00e9s, en 2013, Don Ignacio L\u00f3pez Br\u00fa en su estupendo libro Las cloacas del 11-M<\/i> sigue en ese sentido en la misma tesitura: \u00abpodemos decir que se sabe con bastante aproximaci\u00f3n lo que no ha ocurrido en el 11-M, pero no sabemos nada de lo que en verdad ocurri\u00f3\u00bb. Y 2015 seguimos en las mismas, aunque insistimos en que \u00abqueremos saber la verdad\u00bb. Porque, de momento, la verdad del 11M es tan brillante como ausente. Y lo peor es que el mito<\/i> tenebroso<\/i> se ha impuesto incontestablemente como ideolog\u00eda dominante con un \u00e9xito tan clamoroso como sectario: \u00abfueron los moros\u00bb.<\/p>\n Por tanto, el 11M que se ha \u00abjuzgado\u00bb de cara a la luz p\u00fablica es un mito<\/i> tenebroso<\/i>, y esto quiere decir que no es un mito luminoso<\/i> -un mito que vendr\u00eda a despertarnos de nuestro sue\u00f1o dogm\u00e1tico y encendiese una luz frente a nuestra ceguera o frente a las tinieblas que nos arrojan diferentes instituciones con sus locuras objetivas<\/i>, un mito que aclara y distingue las cosas y desembrolla<\/i> los hilos. El 11M oficial se trata, pues, de un mito oscuro y confuso<\/i> en el que los hilos est\u00e1n embrollados<\/i> y la trama se presenta enrevesada y borrosa<\/i>. La versi\u00f3n oficial se ha ido construyendo sobre una cadena de mentiras, y los hechos se han convertido en meros fen\u00f3menos<\/i> borrosos<\/i>; y as\u00ed como las ideas adecuadas, claras y distintas -como dec\u00eda Espinosa- se siguen unas de otras necesariamente, las ideas inadecuadas, oscuras y confusas se siguen unas de otras tambi\u00e9n necesariamente. La versi\u00f3n oficial es, en parte, coherente, esto es, la coherencia de premisas (pruebas) falsas que se siguen unas de otras necesariamente o, dicho de otro modo, la coherencia de ocultar pruebas aut\u00e9nticas con tal de no lleguemos a saber la verdad (en parte tambi\u00e9n es incoherente y contradictoria). De momento, hay que reconocerlo, el 11M es un crimen perfecto sin aut\u00e9nticos culpables, aunque esa perfecci\u00f3n (la perfecci\u00f3n de nuestra absoluta ignorancia sobre la autor\u00eda) haya sido encubierta con una aut\u00e9ntica chapuza, porque, como demostraremos, la versi\u00f3n oficial, pese haber sido muy eficaz para encubrir a los verdaderos culpables, no deja de ser una chapuza.<\/p>\n Lo peor de los mitos tenebrosos<\/i> es que suelen ser destruidos por otros mitos tenebrosos<\/i>, casi nunca por mitos luminosos<\/i> que nos construyan la verdad o lo m\u00e1s probable y menos contradictorio. Es decir, se suele destruir lo oscuro con lo m\u00e1s oscuro todav\u00eda. As\u00ed como una leyenda negra s\u00f3lo puede ser destruida por una leyenda rosa o una leyenda igual de negra o m\u00e1s negra todav\u00eda. Y cuando se es preso de un mito tenebroso<\/i> es muy dif\u00edcil ser convencido por la raz\u00f3n: la fe en el mito mueve monta\u00f1as, el mito es m\u00e1s poderoso de lo que en principio pueda creerse. El mito entontece a la gente, pero he ah\u00ed el m\u00e9rito del mito, el arte de mentir, porque la verdad de Estado puede ser imprudente para la eutaxia<\/i> del mismo (la verdad no tiene por qu\u00e9 hacernos libres, como cree el evangelista, pues tambi\u00e9n podr\u00eda hacernos esclavos). Un Estado no debe revelar secretos (\u00absecretos de Estado\u00bb), ni dar informaci\u00f3n a potencias extranjeras o a enemigos internos (no debe dar \u00abchivatazos\u00bb, aunque otra cosa es que desde determinados sectores de las \u00abcloacas\u00bb de dicho Estado efectivamente los d\u00e9). Cabe preguntarse si la verdad del 11M es perjudicial para la naci\u00f3n espa\u00f1ola o tal vez sea m\u00e1s acertado preguntarse si la verdad del 11M es perjudicial para el r\u00e9gimen, ese r\u00e9gimen que sali\u00f3 precisamente de la sangre que se derram\u00f3 en el 11M. Puede que la verdad del 11M destruya este r\u00e9gimen, y si la destrucci\u00f3n de este r\u00e9gimen dist\u00e1xico<\/i> vendr\u00eda ser eut\u00e1xico<\/i> para la naci\u00f3n<\/i> pol\u00edtica<\/i> espa\u00f1ola (que, por cierto, no es un mito tenebroso<\/i>). Entonces la verdad \u00abnos har\u00e1 libre\u00bb, al menos libre de<\/i> un r\u00e9gimen hidiondo y corrupto hasta el mism\u00edsimo tu\u00e9tano, y libre de<\/i> muchos enemigos internos -y tambi\u00e9n externos- de la, a d\u00eda de hoy, desamparada naci\u00f3n espa\u00f1ola. Lo mismo, la verdad del 11M al destruir el r\u00e9gimen del 11M devolver\u00eda la soberan\u00eda a Espa\u00f1a para que plante cara de manera m\u00e1s contundente a sus enemigos tanto a nivel de dial\u00e9ctica<\/i> de<\/i> clases<\/i> como a nivel de
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El mito tenebroso del 11M<\/h3>\n