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Hay muchos detalles significativos de las reacciones que se han producido en los m\u00e1s podridos ambientes de Washington por la entrevista entre Trump y Putin, seguida de una invitaci\u00f3n para un segundo encuentro.<\/p>\n
Esos ambientes son lo que antes se llamaban \u201cpoderes f\u00e1cticos\u201d y ahora \u201cestado profundo\u201d, una expresi\u00f3n importada de Turqu\u00eda para poner de manifiesto la duplicidad con la que funciona el Estado monopolista contempor\u00e1neo o, en otras palabras, las cosas no son lo que parecen; los que parecen no llevan las riendas y los que son no aparecen ante las c\u00e1maras.<\/p>\n
En Washington ese \u201cestado profundo\u201d est\u00e1 tan rabioso que el 21 de julio un comentarista del Post, Eugene Robinson, publica una columna con ese t\u00edtulo, \u201cQue dios bendiga al estado profundo\u201d, en la que reclama un Golpe de Estado, porque \u201cel estado profundo es lo que interpone entre nosotros y el abismo\u201d.<\/p>\n
Ni m\u00e1s ni menos. El Congreso es ineficaz, escribe Robinson, y Trump es un traidor; se ha vendido a Rusia. A los patriotas de verdad s\u00f3lo les queda la segunda linea, esos funcionarios \u201ccompetentes y experimentados\u201d.<\/p>\n
Esa segunda l\u00ednea a la que invoca el columnista la forman los que no aparecen. Es la \u201cburocracia p\u00fablica\u201d y el espionaje, que en Estados Unidos es tanto como aludir la mara\u00f1a de organismos del tipo Agencia de Seguridad Nacional, CIA, inteligencia naval, servicio de informaci\u00f3n militar…<\/p>\n
No importa nada que, a diferencia de Trump, a todos esos funcionarios no los haya elegido nadie y, en consecuencia, que no se deban a los intereses de sus electores porque, como en los tiempos del absolutismo del siglo XVIII hay un \u201cdeber superior\u201d que, naturalmente, Robinson no define, seguramente porque el Estado est\u00e1 por encima de los electores.<\/p>\n
Estos comentarios que circulan con la mayor naturalidad son t\u00edpicos del fascismo, por m\u00e1s que procedan de los c\u00edrculos del Partido Dem\u00f3crata, el equivalente de los \u201cprogres\u201d en otros lares, ese movimiento difuso que ha convertido a Trump en el palad\u00edn de la reacci\u00f3n por antonomasia, lo cual ser\u00eda absolutamente exacto sino fuera porque a ellos les sirve para esconder sus inconfesables objetivos, que no son otros que los de la guerra imperialista.<\/p>\n
Como en los a\u00f1os treinta del siglo pasado, los reformistas y los \u201cprogres\u201d son un puntal del fascismo, de la reacci\u00f3n y del imperialismo. De ah\u00ed que la Tercera Internacional los calificara como socialfascistas y socialimperialistas.<\/p>\n
Pero tambi\u00e9n en verdad que las m\u00faltiples torpezas de un pat\u00e1n como Trump se lo est\u00e1n poniendo en bandeja a los \u201cprogres\u201d.<\/p>\n
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