{"id":3869,"date":"2018-07-10T22:37:48","date_gmt":"2018-07-10T22:37:48","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=3869"},"modified":"2018-07-10T22:37:48","modified_gmt":"2018-07-10T22:37:48","slug":"se-puede-odiar-publicamente-pero-solo-a-grupos-determinados-que-previamente-han-sido-clasificados-como-villanos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2018\/07\/10\/se-puede-odiar-publicamente-pero-solo-a-grupos-determinados-que-previamente-han-sido-clasificados-como-villanos\/","title":{"rendered":"Se puede odiar p\u00fablicamente, pero s\u00f3lo a grupos determinados que previamente han sido clasificados como villanos"},"content":{"rendered":"
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La semana pasada se celebr\u00f3 el 4 de julio<\/strong>, un d\u00eda festivo con gran sentido patri\u00f3tico<\/strong> y que es sin duda el m\u00e1s importante de Estados Unidos. Junto a los desfiles, los discursos y los habituales fuegos artificiales, un peque\u00f1o diario de Texas, el Liberty County Vindicator<\/em>, quiso honrar la fecha publicando en su p\u00e1gina de Facebook pasajes de la Declaraci\u00f3n de Independencia<\/em>.<\/p>\n Nada especialmente pol\u00e9mico, la Declaraci\u00f3n de Independencia es un documento antiguo -data de 1776- que todos los estadounidenses conocen bien desde temprana edad. Se trata de una joya redactada por Thomas Jefferson<\/strong>, tan profusamente estudiada e imitada desde entonces, que sirvi\u00f3 como modelo para otras declaraciones c\u00e9lebres como la de los derechos del hombre y el ciudadano de la Revoluci\u00f3n Francesa<\/strong>, o para las declaraciones de independencia de pr\u00e1cticamente todos los pa\u00edses hispanoamericanos.<\/p>\n Pues bien, en eso estaban cuando, poco despu\u00e9s de subirla a Facebook, la redacci\u00f3n del diario asisti\u00f3 a un hecho ins\u00f3lito: la red social se la censuraba<\/strong>. No toda, s\u00f3lo la parte comprendida entre los p\u00e1rrafos 27 a 31. Facebook notific\u00f3 a los editores de la p\u00e1gina que retiraban ese texto porque iba \u201ccontra nuestras directrices relativas al discurso de odio<\/em>\u201c.<\/p>\n La sorpresa en el Liberty County Vindicator<\/em> fue may\u00fascula. La Declaraci\u00f3n de Independencia no habla de odio<\/strong>, ni siquiera contra los ingleses. Es un memorial de agravios<\/strong> contra el rey Jorge III<\/strong> y una declaraci\u00f3n de intenciones por parte del grupo de colonos que hab\u00edan constituido un a\u00f1o antes en Filadelfia el Segundo Congreso Continental<\/em>.<\/p>\n \u00bfD\u00f3nde hab\u00eda visto odio Facebook o, mejor dicho, los sistemas autom\u00e1ticos de Facebook? \u00bfQu\u00e9 dicen unos p\u00e1rrafos reproducidos hasta la saciedad como para merecer la censura dos siglos y medio despu\u00e9s de su publicaci\u00f3n?<\/p>\n Dicen lo siguiente:\u00a0\u201c(El Rey) Ha compelido a nuestros conciudadanos hechos prisioneros en alta mar a llevar armas contra su patria, constituy\u00e9ndose en verdugos de sus hermanos y amigos: excitando insurrecciones dom\u00e9sticas y procurando igualmente irritar contra nosotros a los habitantes de las fronteras, los indios b\u00e1rbaros y feroces<\/strong> cuyo m\u00e9todo conocido de hacer la guerra es la destrucci\u00f3n<\/strong> de todas las edades, sexos y condiciones<\/em>\u201c.<\/p>\n Todo lo que Jefferson consigna aqu\u00ed es escrupulosamente cierto. Las guerras de Jorge III contra Francia y Espa\u00f1a llevaron a numerosos colonos a combatir en el Caribe y en la regi\u00f3n de los Grandes Lagos. El propio George Washington<\/strong> hab\u00eda servido en el ej\u00e9rcito brit\u00e1nico durante la Guerra Franco-Ind\u00edgena como general de brigada de los casacas rojas.<\/p>\n El expansionismo ingl\u00e9s en Norteam\u00e9rica encendi\u00f3 varios conflictos localizados en ciertos puntos de la frontera. En los Grandes Lagos se levant\u00f3 el gran jefe Pontiac<\/strong>, un indio algonquino de la tribu de los Ottawa<\/em>. M\u00e1s al sur, en Virginia, el gobernador Lord Dunmore<\/strong> declar\u00f3 la guerra a los iroqueses del valle del Ohio. Esas guerras empezaban en Londres, pero eran los colonos quienes las peleaban.<\/p>\n Pero vayamos a los hechos, que es la materia prima con la que se construye la verdad. \u00bfEran b\u00e1rbaros y feroces<\/strong> los iroqueses y los algonquinos? Lo eran, al menos desde el punto de vista de los europeos. Se trataba de tribus n\u00f3madas<\/strong> que viv\u00edan de la caza y el comercio de pieles y que practicaban una agricultura de subsistencia. En la guerra no daban cuartel al enemigo, ya fuese europeo o ind\u00edgena, de ah\u00ed que suscitasen tanto respeto entre franceses e ingleses.<\/p>\n Hoy d\u00eda hay muchas cosas ciertas que no pueden decirse por si \u201calguien se ofende\u201d y la\u00a0hipot\u00e9tica ofensa\u00a0es la mejor herramienta del censor<\/p><\/blockquote>\n Como vemos, en las palabras de Jefferson no hab\u00eda odio alguno, eran puramente descriptivas<\/strong>, pero en estos tiempos hay muchas cosas ciertas que no pueden decirse por si alguien se ofende o, lo que es peor a\u00fan, por si alguno se inspira en ellas y la emprende violentamente contra los grupos se\u00f1alados. La hipot\u00e9tica ofensa<\/strong> se convierte de este modo en la mejor herramienta del censor<\/strong>. Esto o aquello no se puede publicar porque tal comunidad podr\u00eda ofenderse. Y no se publica.<\/p>\n Es demencial ya que la libertad de expresarse lleva incorporada la libertad de ofender. Pero lo m\u00e1s curioso de todo es que estas restricciones a libertad de expresi\u00f3n son selectivas<\/strong>. A poco que indagamos en la materia descubrimos que ofender no se puede, pero s\u00f3lo a una serie de categor\u00edas previamente definidas. Cualquiera puede decir en Facebook que los colonos ingleses, los contempor\u00e1neos de Jefferson, eran unos genocidas y unos salvajes, pero no son admisibles id\u00e9nticos calificativos para las tribus indias.<\/p>\n Cualquiera puede decir que los colonos ingleses, en la \u00e9poca de Jefferson, eran genocidas y salvajes, pero no se admiten id\u00e9nticos calificativos para las tribus indias<\/p><\/blockquote>\n Es algo similar a que sucede, por ejemplo, con los pueblos precolombinos, sobre quienes no se puede verter una sola mala opini\u00f3n sin verse envuelto en problemas. En la Am\u00e9rica hispana se va incluso algo m\u00e1s lejos. Las rep\u00fablicas de centro y Sudam\u00e9rica se creen herederas de antiguos imperios<\/strong> como el azteca<\/strong> y el inca<\/strong>, o de civilizaciones extintas como la maya, la olmeca o la muisca.<\/p>\n Poco importa que los mexicanos apenas hablen n\u00e1huatl, lengua de los aztecas, o que las actuales rep\u00fablicas repliquen de manera m\u00e1s o menos exacta las antiguas fronteras de los virreinatos, las capitan\u00edas generales y las audiencias del periodo espa\u00f1ol. Esto no son m\u00e1s que detalles intrascendentes que no estorban a la verdad oficial<\/strong>. Sobre el consenso del indio refinado, culto y pac\u00edfico frente al espa\u00f1ol b\u00e1rbaro, trastornado y sediento de oro y sangre llevan 200 a\u00f1os cabalgando las \u00e9lites criollas, todas de origen espa\u00f1ol.<\/p>\n Existe, hoy d\u00eda, un doble rasero: una parte de la humanidad a la que se puede ofender hasta que sangre y otra parte a la que no se puede ni tocar<\/p><\/blockquote>\n Hay, en suma, una parte de la humanidad ofendible hasta que sangre y otra a la que no se puede ni tocar. Este doble rasero<\/strong> es extrapolable a cualquiera de las \u201cluchas\u201d de la nueva izquierda. Del sexo masculino puede decirse, y se dice, cualquier cosa mala. La masculinidad es violenta, agresiva, intransigente, celosa\u2026 es poco menos que una enfermedad de nacimiento, mientras que para el sexo femenino s\u00f3lo caben alabanzas. Con el cristianismo<\/strong> toda cr\u00edtica se queda peque\u00f1a, pero con el resto de religiones, especialmente con el Islam, hay que deshacerse en matizaciones y tratar de pasar por encima de sus expresiones m\u00e1s pol\u00e9micas como su acreditada fobia a los homosexuales o la misoginia manifiesta de la sharia<\/em>.<\/p>\n Ahora todo lo que queda es plasmar ese odio selectivo<\/strong> en los textos legales, discursos de odio s\u00ed, pero s\u00f3lo circulando en una direcci\u00f3n concreta. Se puede odiar, hacerlo en p\u00fablico y a trav\u00e9s de todos los medios a mano, pero s\u00f3lo si va adecuadamente dirigido hacia grupos determinados<\/strong> que previamente han sido clasificados como villanos<\/strong>, esto es: los pa\u00edses occidentales, los cristianos de cualquier denominaci\u00f3n, los varones heterosexuales o los empresarios sin importar el tama\u00f1o de la empresa que posean. Este odio es aceptable y difundible porque sobre \u00e9l se construir\u00e1 un mundo nuevo y necesariamente mejor.<\/p>\n Se puede odiar p\u00fablicamente, pero s\u00f3lo a\u00a0grupos determinados que previamente han sido clasificados como villanos<\/p><\/blockquote>\n Con este odio administrado selectivamente creen que podr\u00e1n eliminar a los malos. El problema es que quiz\u00e1 no termine de servir para lo que pretenden. Aunque parezca contraintuitivo, el discurso de odio no engendra odio<\/strong>. Este tipo de discurso, reprobable siempre, s\u00f3lo convence a los ya convencidos y su efecto sobre la violencia se verifica s\u00f3lo entre los que ya estaban dispuestos a emplearla contra el grupo objeto de las pr\u00e9dicas de odio.<\/p>\n Vayamos de nuevo a los hechos. La radio de las mil colinas en la Ruanda<\/strong> de 1994 apelaba al odio de los hutus contra los tutsis, por lo que se responsabiliz\u00f3 a esta emisora del genocidio subsiguiente. Pero el odio ya estaba ah\u00ed. La idea com\u00fanmente aceptada de que hutus y tutsis conviv\u00edan en armon\u00eda hasta que irrumpi\u00f3 una cadena de radio es b\u00e1sicamente un mito<\/strong>. La radio de las mil colinas, cuyo discurso racista (s\u00ed, existe racismo entre los negros) era nauseabundo, distribu\u00eda por las ondas lo que los hutus radicalizados quer\u00edan escuchar. Esos mismos hutus fueron los que perpetraron una matanza que se hubiese producido de cualquier manera porque quien realmente la provoc\u00f3 fueron los l\u00edderes hutus.<\/p>\n A las \u00e9lites no les hace falta crear odio, detectan el que ya existe y se valen de \u00e9l. Lo m\u00e1s que pueden llegar a hacer es azuzarlo, pero el discurso en s\u00ed no es determinante. Los nazis no crearon el antisemitismo, ya estaba all\u00ed cuando ellos llegaron y se sirvieron de \u00e9l para consumar sus fechor\u00edas.<\/p>\n Por ello, los esfuerzos por limpiar Internet de este tipo de pr\u00e9dicas, aunque sea con el debido sesgo del doble rasero, carecen de sentido<\/strong>. Podr\u00eda conseguir, adem\u00e1s, justo lo contrario de lo buscado ya que los extremistas pueden ver en estos intentos de silenciarlos la justificaci\u00f3n perfecta para emplear la violencia.<\/p>\n Tratando de eliminar selectivamente el discurso del odio, dejan en el camino tantas regulaciones y prohibiciones que liquidan de facto la libertad de expresi\u00f3n<\/p><\/blockquote>\n Estar\u00edamos, por lo tanto, ante un discurso de odio manco y contrapuesto a los fines que persigue. Tratando de eliminarlo lo acrecientan dejando en el camino un reguero de regulaciones y prohibiciones que liquidan de facto la libertad de expresi\u00f3n, una de las grandes conquistas de nuestra civilizaci\u00f3n, una flor tan delicada y escasa que s\u00f3lo hemos gozado de ella un pu\u00f1ado min\u00fasculo de generaciones en toda la historia de la humanidad.<\/p>\nSe puede odiar\u2026 pero depende de a qui\u00e9n<\/h2>\n
Las \u00e9lites aprovechan los odios<\/h2>\n