{"id":3195,"date":"2018-06-09T00:01:34","date_gmt":"2018-06-09T00:01:34","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=3195"},"modified":"2018-06-09T00:01:34","modified_gmt":"2018-06-09T00:01:34","slug":"el-nacionalismo-blanco-de-la-alt-right-o-la-tentacion-identitaria-estadounidense-que-elude-la-cuestion-social","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2018\/06\/09\/el-nacionalismo-blanco-de-la-alt-right-o-la-tentacion-identitaria-estadounidense-que-elude-la-cuestion-social\/","title":{"rendered":"El nacionalismo blanco de la “Alt-Right”, o la tentaci\u00f3n identitaria estadounidense que elude la cuesti\u00f3n social"},"content":{"rendered":"

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El movimiento del pensamiento Alt-Right (Derecha alternativa) descrito en este art\u00edculo no tiene realidad institucional, o incluso una definici\u00f3n clara. El t\u00e9rmino, acu\u00f1ado por Richard B. Spencer, ha tomado una nueva dimensi\u00f3n a la luz de la elecci\u00f3n de Donald Trump. Se podr\u00eda decir que la “Alt-Right” existe en el vac\u00edo, definida por sus oponentes: la prensa, los grupos de presi\u00f3n y los partidos dominantes. El sistema pol\u00edtico-medi\u00e1tico, que fue rechazado de nuevo el 8 de noviembre de 2016 por una mayor\u00eda de los votos electorales, incluye bajo el t\u00e9rmino peyorativo “Alt-Right” todo lo que no le conviene: la derecha dura, el racismo, el fascismo, el nazismo. A imagen de lo que se ha hecho con el Frente Nacional en casa [Francia].<\/p>\n

En su edici\u00f3n del domingo 2 de diciembre, el New York Times<\/em><\/a> se interesa por la nueva nebulosa del “orgullo blanco” americano. Bajo el nombre de la Alt-Right (Derecha alternativa), ha surgido una tendencia con ocasi\u00f3n de la muy dura campa\u00f1a presidencial, una tendencia minoritaria pero lo suficientemente inquietante a los ojos del muy influyente peri\u00f3dico de las \u00e9lites de la costa este, como para justificar un largo art\u00edculo.<\/p>\n

La Alt-right, movimiento pol\u00edtico sin estructura pol\u00edtica cl\u00e1sica, conocer\u00e1 la consagraci\u00f3n con un discurso dedicado de Hillary Clinton, a finales de agosto de 2016, en el que acusa a su oponente republicano de “explotar esta nueva forma de la supremac\u00eda blanca”. Es verdad que los principios de su fundador, Richard B. Spencer, son m\u00e1s bien directos:<\/p>\n

\u201cNo estamos destinados a vivir en la verg\u00fcenza, la debilidad y la desgracia. No rezaremos para hacernos aceptar por algunas de las criaturas m\u00e1s despreciables que el mundo haya presentado jam\u00e1s\u201d.<\/p>\n

Hacer Am\u00e9rica (blanca) grande otra vez<\/strong><\/p>\n

El NYT<\/em> conecta este movimiento de derecha “blanco” o pro-blanco al mucho m\u00e1s estructurado y reconocido de Stephen K. Bannon, el ex-patr\u00f3n de Breitbart News<\/em> – Bannon mismo reconoce que su plataforma sirve a los intereses de la Alt-Right -, convertido en asesor del presidente Trump en materia de pol\u00edtica interna. Esto incluye las minor\u00edas, sujeto cu\u00e1n sensible y cu\u00e1n explotado al otro lado del Atl\u00e1ntico. Durante la campa\u00f1a, sin ser partidarios absolutos, los miembros de la Alt-Right sostuvieron a Donald Trump en todas sus salidas populistas o supuestamente racistas. Vieron detr\u00e1s de los discursos del multimillonario que se comprometi\u00f3 a “hacer Am\u00e9rica grande de nuevo\u201d, intenciones ocultas que se corresponden con las suyas: el reconocimiento de la raza blanca, que hizo Am\u00e9rica, y que sufre hoy de multiculturalismo, una cohabitaci\u00f3n forzada debida a las \u00e9lites anti-estadounidenses que se transform\u00f3 en guerra interracial y en un tirar al pueblo de Estados Unidos hacia abajo. Las comunidades negras e hispanas est\u00e1n en el visor.<\/p>\n

Curiosamente, a trav\u00e9s del an\u00e1lisis del NYT, adivinamos sin dificultad que el sistema ve con malos ojos esta emergencia de un orgullo blanco, mientras que – por razones de dominaci\u00f3n social \u2013 exalta el orgullo de las minor\u00edas negra, feminista y homosexual. Esta no es la menor de las paradojas de la problem\u00e1tica de la Alt-Right. Una cosa es segura: en este movimiento se mezclan tanto anti-sistemas como identitarios blancos. Las condiciones pol\u00edtico-hist\u00f3ricas de los Estados Unidos hacen que la contestaci\u00f3n al sistema pase hoy por un reconocimiento de la comunidad blanca, lo que en \u00faltima instancia conviene a los asuntos de la oligarqu\u00eda, que siempre ha escamoteado la problem\u00e1tica social (la lucha de clases) con la problem\u00e1tica racial. En este sentido, el movimiento de la Alt-Right no es tan anti-sistema m\u00e1s que eso. Pero prosigamos con el an\u00e1lisis del NYT<\/em>…<\/p>\n

Podr\u00eda llam\u00e1rseles unos super-identitarios, mucho m\u00e1s radicales que los identitarios franceses, que no son tan expl\u00edcitos. Donald Trump no ha condenado las salidas de estos fundamentalistas blancos porque no eran parte de sus militantes oficiales, aunque para ello tuviera que explicar una vez que sus tesis no ten\u00edan nada de “nazi”. Los neonazis americanos se han reconocido sin embargo en \u00e9l, pero no le dieron la victoria: estad\u00edsticamente y electoralmente, pesan poco. A\u00fan as\u00ed, fueron muy activos durante las grandes batallas medi\u00e1ticas de septiembre y octubre de 2016, funcionando como un s\u00f3lo hombre sobre los adversarios ideol\u00f3gicos declarados de “su” representante. Lo que entusiasm\u00f3 – negativamente \u2013 a los medios de comunicaci\u00f3n de masas, buscando sobrecargar el peso de la bolsa malpensante del candidato “equivocado”.<\/p>\n

Por lo tanto, los periodistas pro-sistema han sido atacados en Twitter por norma, sobre todo si eran reconocidos como jud\u00edos. Los activistas de la Alt-Right establecieron a este prop\u00f3sito un conjunto de reglas tipogr\u00e1ficas para denunciar a los periodistas jud\u00edos anti-Trump en las redes sociales, por ejemplo, d\u00e1ndoles tres pares de par\u00e9ntesis, \u201c!\u201d. Para ellos, no hay duda de que estos periodistas trabajan para el sistema y contra Trump. A su vez, bajo la f\u00e9rula de Spencer, la Alt-Right defiende un programa muy simple: no perseguir a los periodistas jud\u00edos, sino imponer una moratoria de 50 a\u00f1os sobre toda inmigraci\u00f3n a los Estados Unidos. Seg\u00fan \u00e9l, “la raza es real, la raza cuenta, y la raza es el fundamento de la identidad”. Se puede ver f\u00e1cilmente un eco del Black Lives Matter, “Las vidas negras importan”, coreado por los activistas negros contra las violencias policiales, sobrentendidas “blancas”.<\/p>\n

All\u00ed, las amalgamas se fusionan verdaderamente sin l\u00edmites. Existe el riesgo real de ver al pueblo blanco, despu\u00e9s de medio siglo de tolerancia con respecto a los negros, practicar una pol\u00edtica de identidad antinegra. Algunos observadores acusan ya a Trump de ser un l\u00edder blanco para los blancos. Los brazos en alto en las reuniones de la Alt-right son bastante embarazosos para el nuevo presidente de Estados Unidos. Precisamente, y el art\u00edculo del NYT<\/em> no repara en ello, Alt-right resuena extra\u00f1amente a “Alt-Reich” (Altreich<\/em>), el Reich fantaseado que los nazis quer\u00edan encontrar (mediante las investigaciones arqueol\u00f3gicas de Himmler y sus servicios) o reconstruir (por las armas). En primer lugar, por los territorios sobre la base de la historia europea, y, finalmente, por las creencias n\u00f3rdicas. El Altreich<\/em> era esa mezcla de alma y suelo. La Alt-Right norteamericana reivindica su compromiso con su comunidad y con la tierra americana. Un “Blut und Boden” a la salsa de Estados Unidos.<\/p>\n

Veamos ahora cu\u00e1les son las personalidades que simbolizan esta nueva tendencia. En la nebulosa “blanca” encontramos a David Duke, el antiguo l\u00edder del KKK, a Jared Taylor al frente de la revista y el sitio web de American Renaissance<\/em>, a Kevin McDonald, profesor de psicolog\u00eda retirado cuya “trilog\u00eda sobre la influencia jud\u00eda es una piedra angular del movimiento”, o tambi\u00e9n a Andrew Anglin, que dirige el sitio web neonazi The Daily Stormer<\/em> (en referencia al St\u00fcrmer<\/em> alem\u00e1n de los a\u00f1os 30). Su credo: el retorno de los inmigrantes a casa. Sin embargo, el New York Times<\/em> reconoce que no todos son racistas. Por lo tanto, se tratar\u00eda m\u00e1s de “nacionalistas blancos” que de “supremacistas blancos”, el supremacismo induce las nociones de racismo y de superioridad. Entonces, habr\u00eda que hablar m\u00e1s bien de separatismo.<\/p>\n

Seg\u00fan un especialista en los movimientos “blancos”, a los que sigue desde hace 17 a\u00f1os, “esta es la primera vez que se les ve declararse por un candidato”. Por su parte, Trump naturalmente rechaz\u00f3 a estos aliados embarazosos, particularmente los excesos de lenguaje de Spencer, pero sus ataques al establishment<\/em> han encontrado un eco favorable en esta franja de poblaci\u00f3n, en otro tiempo relativamente ignorada u ocultada por los medios de comunicaci\u00f3n. Esto es lo que ha producido una ruptura con el aparato cl\u00e1sico republicano, que tambi\u00e9n est\u00e1 unido al establ<\/em>ishment<\/em> como el aparato dem\u00f3crata. En este sentido, Trump llev\u00f3 a cabo una campa\u00f1a anti-sistema, basada sobre poblaciones y movimientos que no era evidente reunir. Su programa, muy coherente, consigui\u00f3 esta exitosa fusi\u00f3n para disgusto de la clase pol\u00edtica, de los medios y los encuestadores, que componen este sistema de dominaci\u00f3n y contribuyen a su mantenimiento.<\/p>\n

As\u00ed, Trump, \u00bfnacionalista blanco o pol\u00edtico oportunista que supo sentir las aspiraciones de una Am\u00e9rica oculta, culpabilizada durante mucho tiempo por la ideolog\u00eda racista dominante?<\/p>\n

Respuesta del bloguero Alt-right de Millennial Woes<\/em> (Males milenarios):<\/p>\n

“Creo que lo \u00fanico que quiere restaurar es la Am\u00e9rica que conoc\u00eda de joven o incluso de ni\u00f1o. Y creo que \u00e9l sabe probablemente en alg\u00fan nivel que la forma de lograr esto es tener m\u00e1s personas blancas aqu\u00ed y menos personas de color”.<\/strong><\/em><\/p>\n

Spencer, piensa que “Trump es el primer paso hacia una pol\u00edtica identitaria a favor de la euro-americanos”, una expresi\u00f3n que puede oponerse de manera segura a los afroamericanos. Desde 2014, Bannon trat\u00f3 de construir un puente entre el ala derecha estadounidense (Alt-Right) y algunos movimientos populistas europeos. Las gigantes manifestaciones contra el matrimonio gay<\/em> en Francia e Italia fueron la ocasi\u00f3n de hacer emerger los mayores movimientos de protesta pol\u00edtica contra la socialdemocracia. Bannon es muy optimista sobre el hecho de que el Frente Nacional franc\u00e9s podr\u00eda, con el tiempo, reunir este movimiento de resistencia global. No ahorra elogios sobre Marion Mar\u00e9chal Le Pen, a quien conoci\u00f3 despu\u00e9s de la elecci\u00f3n de Trump.<\/p>\n

La Alt-right toca tambi\u00e9n a los cristianos conservadores (el movimiento Tea Party), m\u00e1s integrados en el sistema americano, pero tentados por la revuelta, dado el fracaso de sus representantes anteriores. Sin embargo, los j\u00f3venes Alt-Right no son conservadores, ni siquiera nost\u00e1lgicos: a menudo ignoran la historia de su pa\u00eds y casi la totalidad de la pol\u00edtica cl\u00e1sica. Para ellos, el multiculturalismo tiene que combatirse, no para regresar a un pasado \u00e9tnicamente “puro”, sino para no desaparecer en tanto que blancos. Casi podr\u00edamos decir que este movimiento de defensa identitaria es un componente cada vez m\u00e1s identificable del multiculturalismo global, a imagen de los movimientos identitarios negros y latinos.<\/p>\n

Pol\u00edticamente, el movimiento Alt-Right ciertamente no es masivo, pero su influencia en las ideas, en las estructuras mentales de una Am\u00e9rica dividida, acosada por la duda, aumenta gracias a su actividad en Internet. Por ejemplo, y esto no es nada despreciable, el joven pero muy numeroso p\u00fablico de los “gamers” est\u00e1 muy penetrado por las ideas de la Alt-Right. En Francia tambi\u00e9n, sin darse cuenta, y fueron censurados por esto por el muy pol\u00e9mico (para la prensa de masas) foro jeux-videos.com. Un foro no tan apol\u00edtico como se cree…<\/p>\n

Precisamente, seg\u00fan el New York Times<\/em>, internet habr\u00eda liberado nuestros instintos m\u00e1s bajos (no se olvide que el NYT<\/em> se ve amenazado por la influencia de la Red). Mientras que otros movimientos ten\u00edan sus discursos y sus militantes, la Alt-Right \u201ctrolleaba\u201d a muerte en la red. Hay que decirlo: han acosado a periodistas (a veces duramente) opuestos a Trump envi\u00e1ndoles mensajes amenazantes, fotos de sus hijos… Los periodistas jud\u00edos fueron especialmente se\u00f1alados, o aquellos cuyos nombres ten\u00edan una consonancia jud\u00eda. La “Troll <\/em>army<\/em>” del Daily Stormer<\/em> ha desplegado una agresividad jam\u00e1s vista en este campo. Ante el flujo de ataques ad hominem<\/em>, en noviembre de 2016, muchas cuentas de Twitter de autores Alt-Right fueron cerradas, incluso la de Spencer.<\/p>\n

En conclusi\u00f3n, la Alt-Right es minoritaria demogr\u00e1ficamente, pero son los precursores, de acuerdo con el polit\u00f3logo Carol Swain, de una toma de conciencia que toca a toda la comunidad blanca, que en realidad no exist\u00eda como tal hasta entonces, y que siente, al igual que una minor\u00eda, que su identidad est\u00e1 “under attack<\/em>“.<\/p>\n

El New York Times<\/em> equipara el aumento del orgullo blanco a una amenaza para la democracia, mientras que este peri\u00f3dico pro-sistema, que encarna \u00e9l mismo al sistema ya que es su portavoz mundial, siempre ha promovido la sociedad multicultural, que se ha convertido en una realidad. Incluso se puede hablar de una sociedad multiracista. Toca a los blancos organizarse en minor\u00eda activa seg\u00fan el modelo de los negros o de los latinos, lo que no llevar\u00e1 a Am\u00e9rica a ninguna parte, el modelo de apartheid<\/em> de Sud\u00e1frica no funcion\u00f3 por mucho tiempo. El modelo racista de Israel no tiene tampoco mucho futuro.<\/p>\n

Sin embargo, hay un apartheid <\/em>pol\u00edtico y un apartheid<\/em> de hecho: este \u00faltimo est\u00e1 basado en duras realidades sociales. Este es el que une en la miseria a la mayor\u00eda de los negros, de los latinos y de los blancos pobres, cuya organizaci\u00f3n pol\u00edtica – se le llama izquierda contestataria \u2013 no debe ver la luz en absoluto en los Estados Unidos, ya que la cuesti\u00f3n social vendr\u00eda a asentarse sobre la cuesti\u00f3n racial. Que, de hecho, conviene al sistema. Porque mientras los explotados est\u00e9n desunidos, los explotadores estar\u00e1n tranquilos. Los “peque\u00f1os blancos” justamente anti-sistema del movimiento Alt-right, en lugar de entrar en un conflicto inter\u00e9tnico triangular, deber\u00edan ver m\u00e1s bien en su situaci\u00f3n una solidaridad de hecho con los negros y los latinos, delante de los cuales no es necesario a\u00f1adir el prefijo \u201cpeque\u00f1os\u201d. Donde se adivina toda la ingenier\u00eda de la racializaci\u00f3n o de la etnizaci\u00f3n de la protesta…<\/p>\n

Redaccion Igualdad y Reconciliacion,<\/strong> 7 diciembre 2016<\/p>\n

Fuente original<\/a><\/p>\n

Fuente traduccion<\/a><\/p>\n

 <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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