{"id":3120,"date":"2018-06-07T00:05:56","date_gmt":"2018-06-07T00:05:56","guid":{"rendered":"https:\/\/redinternacional.net\/?p=3120"},"modified":"2018-06-07T01:22:27","modified_gmt":"2018-06-07T01:22:27","slug":"la-correccion-politica-es-un-culto-a-la-mentalidad-de-victima","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/redinternacional.net\/2018\/06\/07\/la-correccion-politica-es-un-culto-a-la-mentalidad-de-victima\/","title":{"rendered":"La correcci\u00f3n pol\u00edtica es el culto a la mentalidad de v\u00edctima"},"content":{"rendered":"
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Seria la mentalidad de v\u00edctima la verdadera causa del \u00e9xito de la correcci\u00f3n pol\u00edtica?<\/p>\n
La llamada \u2018Correcci\u00f3n Pol\u00edtica\u2019<\/strong> se ha erigido en las \u00faltimas d\u00e9cadas como la ideolog\u00eda dominante<\/strong> en Occidente, como su verdadera ortodoxia. Y se ha convertido en una creencia transversal<\/strong>, aceptada por casi todo el espectro pol\u00edtico, impregnando la mayor parte de las pol\u00edticas que se llevan a cabo hoy en d\u00eda.<\/p>\n Sin embargo, a pesar de lo que muchos creen, o se ven obligados a sostener, no se trata de una ben\u00e9vola visi\u00f3n del mundo<\/strong>. Ni de una manera educada y elegante de proteger a las v\u00edctimas, de evitar cualquier expresi\u00f3n que pudiera molestarlas. Tampoco es una ingenua ideolog\u00eda, rayana en el puritanismo<\/strong>, que intenta convertir a la gente en justa y ben\u00e9fica.<\/p>\n Es una doctrina fan\u00e1tica<\/strong> que amenaza los fundamentos de la democracia, la libertad, la sociedad abierta<\/strong>, la libertad de expresi\u00f3n<\/strong>, los derechos individuales, la igualdad ante la ley y el imperio de la raz\u00f3n<\/strong>. Y que, a contracorriente de la mejor tradici\u00f3n de Occidente, no tolera la heterodoxia, impide el debate de ideas porque directamente ataca y descalifica a quienes no comparten su \u201cindiscutible\u201d creencia.<\/p>\n Ser disidente hoy no es una mera posici\u00f3n intelectual m\u00e1s: es un acto de valent\u00eda, de resistencia ante la descalificaci\u00f3n y la muerte civil<\/p><\/blockquote>\n En ese sentido, la Correcci\u00f3n pol\u00edtica se constituye en una cuasi-religi\u00f3n<\/strong>, pero no en su sentido moderno, en una creencia voluntaria, sino en una especie de religi\u00f3n medieval<\/strong> que env\u00eda al hereje<\/strong> a la hoguera. Ser disidente<\/strong> hoy no es una mera posici\u00f3n intelectual m\u00e1s: es un acto de valent\u00eda<\/strong>, de resistencia ante la descalificaci\u00f3n y la muerte civil. Por ello, el disidente debe estar alerta ante la correcci\u00f3n pol\u00edtica, ser una de sus \u201cobsesiones<\/em>\u201d y, ante la generalizada manipulaci\u00f3n del lenguaje<\/strong> y el pensamiento, debe recurrir al pensamiento lateral<\/strong>, salir de los caminos trillados, de los lugares comunes y comenzar el razonamiento desde el principio, sin los prejuicios<\/strong> que hoy lo atenazan.<\/p>\n La correcci\u00f3n pol\u00edtica es un sistema de creencias<\/strong> que impregna todos los aspectos de la pol\u00edtica y la sociedad, dictaminando lo que puede ser discutido y lo que no puede ponerse en cuesti\u00f3n <\/strong>por constituir\u00a0un tab\u00fa<\/strong>. Su principio fundamental es que la sociedad se compone de grupos v\u00edctimas<\/strong> (buenos, que siempre tienen raz\u00f3n) y grupos verdugo<\/strong> (malos, que no tienen raz\u00f3n).<\/p>\n Que un dogma<\/strong> tan sencillo como falaz<\/strong> haya enraizado de manera tan profunda en la sociedad occidental solo puede explicarse por el peculiar contexto hist\u00f3rico que vivimos, donde las creencias, las ideolog\u00edas, el pensamiento, la autoridad, los principios y la legitimidad entraron en crisis<\/strong> y su espacio fue llenado por una doctrina elaborada a la medida de ciertos grupos de intereses. Un mundo donde la raz\u00f3n fue sustituida por la emoci\u00f3n<\/strong>.<\/p>\n Uno de los atractivos de esta nueva ideolog\u00eda es su sencillez: proporciona respuestas simples<\/strong> y, sobre todo, emocionalmente satisfactorias<\/strong> en un mundo complejo. Y hace sentir al creyente estar en el lado, no tanto de la raz\u00f3n como en el de la virtud: <\/strong>pertenecer al\u201dbando de los buenos<\/em><\/strong>\u201c. Por el mismo motivo, los que osan oponerse a ella no lo har\u00edan por ignorancia o equivocaci\u00f3n sino por maldad y perfidia<\/strong>.<\/p>\n Los contrarios no son tratados como adversarios sino como\u00a0enemigos<\/strong> a quienes no se responde con argumentos sino con descalificaciones <\/strong>y ataques personales. Se les acusa de \u201cmachistas\u201d, \u201csexistas\u201d, \u201cracistas\u201d, que son los t\u00e9rminos modernos\u00a0equivalentes <\/strong>a los antiguos \u201cherejes\u201d, \u201cap\u00f3statas\u201d o \u201cblasfemos\u201d, unos seres despreciables a los que hay que enviar, simb\u00f3licamente, a la hoguera por vulnerar los tab\u00faes, pronunciar las palabras prohibidas<\/strong>, formular argumentos intolerables o, simplemente, mantener pensamientos incorrectos<\/em><\/strong>.<\/p>\n La correcci\u00f3n pol\u00edtica genera tal p\u00e1nico<\/strong> en intelectuales, periodistas, pol\u00edticos y ciudadanos corrientes, que muchos se sienten coartados no s\u00f3lo para expresar ciertos razonamientos: tambi\u00e9n para pensarlos. Vivimos en un marco de intensa censura y autocensura:\u00a0<\/strong>muchos asuntos quedan excluidos de la discusi\u00f3n racional, siendo sustituidos por dogmas.<\/p>\n As\u00ed, la Correcci\u00f3n Pol\u00edtica deteriora uno de los pilares de la democracia<\/strong> moderna: el debate de ideas<\/strong> y el libre pensamiento<\/strong>. Se trata de un solapado y oculto totalitarismo<\/strong> que, con la excusa de defender a los d\u00e9biles, impone una orwelliana neolengua,<\/em>\u00a0en la creencia de que aquello que no puede decirse, tampoco puede pensarse. Una doctrina que trata de inculcar un un sentido de culpa<\/strong> a quien no comparte sus postulados.<\/p>\n La imposici\u00f3n de la correcci\u00f3n pol\u00edtica se fundamenta en el dominio de la emoci\u00f3n sobre la raz\u00f3n<\/p><\/blockquote>\n La imposici\u00f3n de la correcci\u00f3n pol\u00edtica se fundamenta en el dominio de la emoci\u00f3n sobre la raz\u00f3n<\/strong>, aprovechando la l\u00e1stima que generan las supuestas v\u00edctimas y el odio hacia los supuestos verdugos. Aprovecha que mucha gente es propensa a creer<\/strong> aquello que le hace sentir buena y virtuosa:<\/strong>\u00a0necesita sentir que forma parte del bando del bien, no del lado oscuro. As\u00ed, se hace creer al p\u00fablico que lo importante no es que un argumento sea verdad<\/strong> sino que sea \u201cpuro\u201d<\/strong> desde el punto de vista de la nueva moral.<\/p>\n La raz\u00f3n<\/strong> no se obtiene por la calidad de los argumentos; s\u00f3lo desde la condici\u00f3n de supuesta v\u00edctima o de uno de sus defensores. Y los actos dejan de ser buenos o malos, correctos e incorrectos en s\u00ed mismos; la valoraci\u00f3n moral<\/strong> depender\u00e1 del grupo al que pertenezca<\/strong> quien los cometa. Ser\u00e1n horribles si los ejecuta un miembro de un grupo \u201cmalo\u201d pero disculpables si se trata de un individuo de un grupo v\u00edctima. En este relativista esquema de pensamiento, la identidad individual<\/strong> se diluye en la grupal<\/strong> pues las caracter\u00edsticas de cada individuo, su conciencia, dependen ahora del colectivo al que pertenezca.<\/p>\n A pesar de su atractivo emocional<\/strong>, la clasificaci\u00f3n de la sociedad en grupos v\u00edctimas y verdugos no solo es bastante arbitraria. Tambi\u00e9n es absurda<\/strong> pues los colectivos son muy heterog\u00e9neos, sus miembros son muy distintos entre s\u00ed a pesar de que compartan alguna caracter\u00edstica circunstancial como el sexo, la raza, la religi\u00f3n, la orientaci\u00f3n sexual etc. Sus problemas fundamentales suelen ser de car\u00e1cter individual, no grupal, distintos en cada persona. Juzgar a las personas por el colectivo al que pertenecen implica privarlas de su individualidad<\/strong>, de su naturaleza de sujetos responsables de sus acciones y due\u00f1os de su propio destino, considerar que son meros ejemplares de un reba\u00f1o<\/strong> homog\u00e9neo.<\/p>\n Una de las consecuencias m\u00e1s graves de la correcci\u00f3n pol\u00edtica es que, al identificar los problemas de forma err\u00f3nea, las soluciones propuestas no los resuelven, los agravan<\/strong>. Pero quiz\u00e1 sea en \u00faltima instancia el verdadero prop\u00f3sito. As\u00ed, aunque el objetivo te\u00f3rico sea combatir la discriminaci\u00f3n, esta ideolog\u00eda la impulsa hasta sus \u00faltimas consecuencias.<\/p>\n Tambi\u00e9n crea incentivos incorrectos, desalentando la responsabilidad individual<\/strong>. Promover la mentalidad de v\u00edctima desanima a muchas personas a tomar las riendas de su propia vida, a esforzarse, a intentar mejorar, a resolver las dificultades pues, les dicen, la soluci\u00f3n no est\u00e1 en sus manos: la culpa la tienen siempre otros. Tan s\u00f3lo los expertos<\/strong> y los gobernantes pueden remediar estos supuestos males,\u00a0ejerciendo su particular paternalismo.<\/p>\n Por ello, la correcci\u00f3n pol\u00edtica es la ideolog\u00eda clase dirigente<\/strong>, de los t\u00e9cnicos, de los expertos. Se ha extendido tan r\u00e1pido y sin oposici\u00f3n porque no supone una amenaza para el poder establecido, sino una ventaja. Divide a la sociedad civil<\/strong>, la desvertebra<\/strong>; sus opositores quedan fragmentados, muchos de ellos inmersos en un complejo de culpa colectiva<\/strong><\/a>.<\/p>\n Favorece a las nuevas \u00e9lites de intelectuales y expertos<\/strong> ya que son ellos, y no los individuos o la sociedad civil, quienes poseen la f\u00f3rmula m\u00e1gica, la supuesta autoridad para proponer e imponer esos remedios de ingenier\u00eda social<\/strong> que salven a las v\u00edctimas de sus verdugos. Son soluciones que, en demasiadas ocasiones, consisten en leyes que permiten limitar la competencia<\/strong><\/a>\u00a0, favoreciendo a los grandes empresarios.<\/p>\n La correcci\u00f3n pol\u00edtica implica una renuncia al libre pensamiento<\/strong>, al debate de ideas, a la verdad y a la raz\u00f3n. Pero\u2026 nadie pod\u00eda sospechar al principio la enorme rentabilidad que aportar\u00eda al poder y a las nuevas clases dirigentes.<\/p>\n Juan M. Blanco, 6 junio 2018<\/p>\nUna amenaza al debate de ideas<\/h2>\n
El imperio de las emociones<\/h2>\n
Desincentivo a la responsabilidad individual<\/h2>\n